portada torcal de antequera
SENDERISMO,  TURISMO ACTIVO

TORCAL de ANTEQUERA

 
Visitamos en el impresionante paraje natural del Torcal de Antequera, en la provincia de Málaga.

Este escenario kárstico originario de la época jurásica, hace más de 150 millones de años, se ha ido cincelando con el paso de los años debido a la erosión provocada por el agua, la nieve y el viento.

El resultado es un museo pétreo de singulares formaciones rocosas que atrae cada año a miles de turistas deseosos de poner a prueba la imaginación.

Nuestro recorrido consistirá en una visita guiada llevada a cabo por María, una una simpática y bien formada instructora que nos interpretará el enclave.

El sendero comprende un total de 6 kilómetros por la conocida Ruta de los Ammonites, donde localizaremos fósiles marinos, cuevas, simas, laberintos y algunas de las emblemáticas figuras rocosas de este entorno declarado Paraje Natural en 1989.

¿Praparad@s para ejercitar la fantasía?
 



 
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Torcal de Antequera

Hola amig@s!
Nos encontramos en el impresionante paraje natural del Torcal de Antequera, provincia de Málaga.

Aquí a las puertas del Centro de Visitantes ya es fácil advertir la presencia de Cabras Montesas, animales habituados a moverse por estos entornos rocosos. Veremos algunas más durante la ruta de hoy.

Para visitar el Torcal vamos a realizar un interesante recorrido llevados de la mano de María, una simpática y bien formada instructora que nos va a interpretar el enclave.

Sendero Subida al Torcal Alto

Comenzamos desde el Centro de Visitantes dirigiéndonos al este, por la señal que nos indica el sendero de Subida al Torcal Alto.

Además de María, nos acompañan dos agradables amigas que al igual que nosotros, están deseando aprender y dejarse sorprender por este sorprendente paisaje.
 

Lapiaz Agrio de Caracol
Lapiaz Agrio de Caracol

Lapiaz Agrio de Caracol

En principio, el terreno que atravesamos es conocido como el Lapiaz Agrio de Caracol. Como se observa, está formado por rocas sedimentarias compuestas de carbonato cálcico, mineral soluble en agua. Esto ha permitido que con el tiempo la roca se haya ido disolviendo creando canales y surcos, separados por crestas agudas.

La primera parada que programa María se lleva a cabo en una plataforma de roca en la que obtener unas panorámicas del lugar en 360 grados.

Desde aquí, hay una buena estampa hacia el norte, donde la orografía asciende en una suerte de esculturas naturales modeladas por la erosión. A occidente observamos las instalaciones del Centro de Visitantes y los perfiles Cerro de las Ventanillas.

Al este, las Sierra de Camarolos y de Loja y al sur se ve el valle del Río Campanillas, los Montes de Málaga e incluso los edificios de la capital de la provincia.

Fósiles de ammonites

Fósil de Ammonite
Fósil de Ammonite
 
Y bajo nuestros pies, la roca cuenta su propia historia con restos fósiles de ammonites, unos animales poseedores de una concha en forma de espiral que vivieron hace millones de años. Junto a los que aquí vemos también hay restos de belemnites, moluscos cefalópodos de los que solo queda su concha recta.

Estos rastros son la prueba evidente de que hace mucho tiempo este paraje estaba cubierto por un inmenso mar.

El Tonillo

No tendremos que dar muchos pasos más para toparnos con El Tornillo, el Monumento Natural que el Torcal ha usado como símbolo representativo de su singularidad geológica. Este hito sirve de excusa para empezar a usar la imaginación a la hora de darle vida a otras formaciones, como a este conjunto de cabezudos al que llaman Las Meninas.
 

El Tornillo
El Tornillo
 
La interpretación de las figuras es libre, aunque a algunas ya se les haya asignado un nombre. En otros elementos cercanos podréis adivinar un abrazo o un robot.
 
Vistas a Las Meninas
Vistas a Las Meninas

El proceso de erosión kárstica

Un panel informativo interpreta cómo se han ido originando estos caprichos naturales. Os lo contamos mientras avanzamos hacia el norte para subir al punto más elevado del Torcal.

Todo este paraje es un gran macizo de roca caliza que el agua de lluvia y la nieve han ido disolviendo. Este proceso generó un sistema de fracturas creando el paisaje kárstico.
 

Vistas de Cabras Montesas
Vistas de Cabras Montesas
 
Poco a poco las capas menos resistentes a los agentes erosivos fueron cediendo frente a las que lo eran más. Además, algunas calizas contenían composiciones diferentes, lo que condicionaba también el comportamiento de la disolución.

El paso del tiempo ha ido acentuando estas diferencias generando las formas que disfrutan tanto visitantes como cabras montesas.

Cueva del Tinterillo

Tras zigzaguear por el terreno unos 500 metros María nos para en la Cueva del Tinterillo, una de tantas cavidades que se muestran ocultas en el Torcal. Al parecer en esta cueva se refugiaron dos hermanos de Villanueva de la Concepción al ser perseguidos durante la Guerra Civil Española.
 

Cueva del Tinterillo
Cueva del Tinterillo
 
Conforme vamos ganando altura, las localizaciones van sumando nuevos atractivos, ideales para echarse la foto de rigor. También nos sirven para ponernos al nivel de algunas formaciones y ser testigos del ejercicio de equilibrio que mantienen entre sus elementos.

Del mismo modo nos sorprende una especie de canalización pétrea, cincelada casi a la perfección. ¿Estaría la mano del hombre detrás de ella?

Ammonite gigante

Lo que no está esculpido por el ser humano es el siguiente ammonite que nos encontramos y que además nos deja boquiabiertos por sus grandes dimensiones. Desde esta posición es posible adivinar la figura del cocodrilo entre las formaciones contiguas.
 

Ammonite
Ammonite

Puerto del Corazón

A continuación, reanudamos la marcha por el lugar conocido como el Puerto del Corazón. Una roca con la forma de este órgano da sentido al nombre aunque siendo sinceros, llegados a este punto, el Torcal ya nos ha tocado el corazón. A nuestro modo, nosotros esperamos tocárselo a él.

Los fósiles de amonites se siguen sucediendo, unos mostrándose en negativo, es decir con los relieves hacia el interior y otros, como el que visionamos ahora, en sentido positivo.

La numerosa presencia de estos cuerpos en el Torcal ha motivado la aparición de ladrones de fósiles que se lucran con ellos. María le da la vuelta a una piedra para mostrarnos que algunos ammonites permanecen ocultos para protegerlos del pillaje.
 

Puerto del Corazón
Puerto del Corazón
 
Por su parte, la orientación al este nos devuelve estampas a las Sierras de las Cabras (pico Cabras 1284 metros) , Camarolos, Alhama, Almijara, Loja e incluso en días menos brumosos es posible ver las cumbres de Sierra Nevada.

Al sur, la ciudad de Málaga a orillas del Mediterráneo asoma entre una línea de farallones del Torcal. Visto así parece que estemos en el interior de un recinto amurallado, como reyes en un castillo. Para colmo, tampoco falta la corona.

En este entorno tan enigmático no es de extrañar que surjan preocupaciones existenciales. Quizá por esto algunas personas encuentran pequeños rincones en los que realizar una oración.
 

Sima

Tras reparar en otros ammonites que nos asaltan por el camino hacemos un stop en una de las numerosas simas que se encuentran en el torcal. Las simas son cavidades o depresiones profundas en el terreno producidas principalmente por comportamientos tectónicos, aunque la erosión del agua también puede ayudar a moldearlas.

Esta de aquí tiene unos 40 metros de profundidad pero las hay que llegan a tener más de 200 metros hacia abajo, lo que hace las delicias de los espeleólogos.

No hay que olvidar que el Torcal estuvo cubierto de agua hace unos 150 millones de años, en la época jurásica. Durante el proceso del plegamiento tectónico las calizas emergieron más de mil metros sobre el nivel del mar quedando expuestas a los componentes erosivos.

De esta forma, los procesos químicos y mecánicos poco a poco han ido cincelando no solo las caras externas del paraje natural, si no también lo que permanece oculto en el interior.

El Sombrerillo

Las posibilidades de este parque de atracciones geológico parecen ser infinitas, hay rocas que incluso se atreven a desafiar las leyes de la física, como El Sombrerillo, otro de los hitos emblemáticos del Torcal.
 

El Sombrerillo
El Sombrerillo
 
Es casi inevitable pasar por debajo de su plataforma malabarista, no por sentir el morbo de ser aplastados en cualquier momento si no porque en su cara interna podemos descubrir un ammonite. Por mucho que me empeñe creo que esta roca, de momento, puede sostenerse por sí sola.

Hay otro fósil situado a pocos pasos de El Sombrerillo.

Llegar hasta aquí nos abre panorámicas hacia el pueblo de Antequera donde se puede apreciar buena parte de su Conjunto Histórico Monumental. También se vislumbra la peculiar Peña de los Enamorados, a la que tuvimos oportunidad de subir en una ocasión.

Más próximo a nosotros vemos las estribaciones orientales de la Sierra del Torcal situadas a cotas más bajas.
 

Vistas hacia Antequera
Vistas hacia Antequera

Ascenso al Camorro del Mástil

A continuación, la ruta empieza a enderezar el rumbo hacia el oeste endureciendo el ascenso por un tramo más escarpado e intrincado. El objetivo es llegar al punto más alto de este bloque calizo conocido como Camorro del Mástil.

Detrás nuestra hay otros senderistas que ya disfrutan de otras cotas, pero la nuestra está más elevada, aunque para alcanzarla tendremos que realizar pequeñas trepadas.

Nadie dijo que ganarse la gloria fuera fácil.

Mástil de los Montañeros

La cima del Camorro del Mástil está situada a 1348 metros sobre el nivel del mar. El llamado Mástil de los Montañeros, colocado aquí en los años 70 del pasado siglo, hace de hito geodésico, y hoy también sirve de punto de apoyo para evitar que salgamos volando.
 

Mástil de los Montañeros
Mástil de los Montañeros
 
Las vistas 360 grados desde aquí son fabulosas pero el viento no nos permite disfrutarlas con comodidad.

Varios metros por debajo también es posible otear con más tranquilidad la cara oeste del paisaje que antes permanecía oculta por la orografía. Detrás de aquellas cumbres se encuentra el Embalse del Guadalhorce y la famosa ruta del Caminito del Rey.

Camorro de Siete Mesas

El tramo que nos propone ahora María nos introduce en el corazón del llamado Camorro de Siete Mesas. Su primera parte discurre por un estimulante callejón formado entre varios torreones calizos.

Este pasillo nos escupe a una plaza natural rodeada de farallones rocosos. Curiosamente, nuestra guía nos indica que la superficie más plana que posee el Torcal se encuentra en esta zona alta. Justo donde estamos pisando hay fósiles evidentes de belemnites.

Las Valineras

La cresta kárstica que conforma el Camorro de Siete Mesas se la conoce con el nombre de Las Valineras. La erosión ha ido desnudando las calizas tableadas creando las llamadas pilas de bollos, tornillos, mesas, arcos y los callejones o portillos.
 

Hacia el Camorro de las Siete Mesas
Hacia el Camorro de las Siete Mesas
 
Nuestra guía nos va a regalar unos momentos de diversión introduciéndonos entre los recovecos de estas espectaculares formaciones. Con ello añadimos un componente de aventura y misterio haciéndonos sentir como auténticos niños.

Sin duda, el Camorro de Siete Mesas es uno de los sitios más excitantes y atractivos de todo el Torcal.
 

 
El nombre puede deberse a las formas planas y horizontales de ciertas rocas que vemos en el paisaje y que nos recuerdan a mesas. Esta de aquí tiene hasta sus patitas, aunque también nos parece una especie de sepulcro.

La verdad es que estos peñascos dan su juego, algunos pueden usarse para fotos un poco más traviesas.

A continuación regresamos a la zona más hundida del Camorro de Siete Mesas para dirigirnos al oeste.

Ruta de los Ammonites

Mientras llegamos a la siguiente parada os comentamos que estamos realizando la Ruta de los Ammonites, también conocida como la antigua Ruta Roja. Os recomendamos que para disfrutarla bien contratéis una guía o un guía profesional para evitar errores y poder identificar correctamente los diferentes hitos.
 

Ammonite en las vistas a ponitnete
Ammonite en las vistas a ponitnete
 
Ahora, conforme avanzamos, la línea de farallones rocosos por ambos flancos se va abriendo hacia el paisaje de poniente. Lo que nos espera en aquella dirección es otro fascinante ambiente kárstico, bastante concurrido, por cierto.

Sima Rasca

Antes de llegar allí María nos va a indicar varias localizaciones de interés. La primera de ella es la Sima Rasca, la cavidad más espectacular y profunda de todo el Torcal con 230 metros hacia abajo explorados.

Abrigo de Juan Ramos

La segunda, es la vivienda conocida como Abrigo de Juan Ramos. La construcción de piedra que aprovecha el saliente de una roca, recibe el nombre de uno de los últimos canteros que vivió en el Torcal.

Frente a la casa hay una piedra con una inscripción tallada de la que solo llegamos a descifrar el apellido RAMOS.
 

 
Reanudamos la marcha afrontando un descenso algo pronunciado por un espacio más desértico, ausente de riscos, dominado por pastizales, cardos y salpicado de piedras. En cambio, el escenario que nos espera es todo lo contrario.

Las especies arbóreas y arbustivas ganan presencia y variedad y el entramado kárstico presenta comienza a jugar con nuestra imaginación.

Maceta y Caseta del Guarda

A este peñasco que se planta en medio del camino lo llaman La Maceta, y al conjunto que se alza detrás lo conocen como La Caseta del Guarda. Si os fijáis bien tiene hasta su propia chimenea.

¿Y estas formaciones cercanas? ¿Os sugieren algo?

Especies arbóreas como Serbales, encinas, arces y quejigos junto a las arbustivas de espinares y zarzales jalonan el trazado que vamos pisando.
 

Cámara Handycam

En otro alto en el camino María repara en una roca que asemeja a una antigua videocámara, de esas que conocíamos como handycam. A nuestra derecha, la chimenea de la caseta del guarda ya tiene otro aspecto. ¿La pieza de la reina del ajedrez, quizás?

Y es que en Torcal, la perspectiva, la incidencia de la luz y la apertura de mente hacen que las interpretaciones de las figuras varíen. La pieza de ajedrez de la reina ahora parece una cobra dándonos la espalda.

Cáliz y Moño de Doña Elvira

Avanzamos unos metros más para descubrir en lo alto otra famosa formación: El Cáliz. Y muy cerca… Si ves el moño, ves la cara de la señora.
 

Vistas a El Cáliz
Vistas a El Cáliz
 
Otra de las ventajas de ir con María son sus conocimientos botánicos. Aquí nos habla sobre el Tártago de Bosque, cuya secreción lechosa sirve de repelente de animales y en países como Turquía, lo usan para hacer tatuajes.

Por su parte, María también nos ayuda a localizar a las cabras montesas que se dejan ver por el entorno. La evolución ha permitido que estos animales se desenvuelvan sin problemas por estas superficies.

Hay otros como ¿un elefante?¿un dinosaurio? que nuestra imaginación los ha dejado fosilizados en la piedra.
 

La Casa de Gaudí

En la siguiente parada María nos lleva al borde de un barranco en cuyo lecho se han encontrado restos humanos muy antiguos. Las paredes que se postran frente a nosotros parecen estar hechas por el propio Gaudí.

El Abrelatas, el Falo y La Paloma

Retomando el sendero dirección suroeste seremos sorprendidos por un abrelatas y un falo. Y poco después, el protagonismo se lo llevará una paloma. Con lo que tiene que pesar dudo que se eche a volar.

El siguiente tramo vira al sureste encajonándonos en un pasillo natural de roca y vegetación y donde el avance se hace más incómodo.
 

Vistas a La Paloma
Vistas a La Paloma

Piedra de las dos Caras

Tras superar estos metros la ruta nos lo agradece ofreciéndonos otro llamamiento a la imaginación mediante la piedra de las dos caras.

Escudriñado el farallón rocoso del fondo tenemos otra perspectiva de El Cáliz, y otra pintoresca figura más, El Cubo. En este bloque descubrimos una cara más, el rostro de La Cosa, solo para frikis de los 4 fantásticos.
 

 
El Cáliz y el Cubo
El Cáliz y el Cubo
 
Por su parte, María nos muestra el desprendimiento de una roca que ha cortado el acceso a uno de los callejones, que por cierto, observamos bellamente tapizado de hiedra.

Esto es solo un reflejo de que el Torcal está en continuo cambio, como un sistema orgánico vivo tanto en su exterior como en su interior.

El viaje continúa progresando por la Vereda de la Sima donde los ingredientes del trazado nos obligan a prestar atención en el pedregoso e intrincado firme. Aunque el paso es lento, no deja de ser estimulante.
 

Ruta Amarilla

Por aquí no vamos a tardar demasiado en conectar con la Ruta Amarilla, uno de los recorridos señalizados en el Torcal de Antequera. Esta en concreto realiza una vuelta circular por los laberintos del Torcal Alto, donde es fácil desorientarse si se pierde la referencia de las señales.

Habrá que estar atentos si no queremos que el Torcal se burle de nosotros. Lo que está claro es que tendremos que regresar al Torcal para seguir descubriendo sus cerca de 1200 hectáreas de extensión.

No nos extraña que este museo geológico donde de repente pasas de ver a un bebé cabezón a ver un destructor galáctico de Star Wars, fuese declarado Paraje Natural en 1989.
 

Farallones rocosos en la Ruta Amarilla
Farallones rocosos en la Ruta Amarilla

Arce de Montpellier

Pero no solo de roca kárstica vive el Torcal, también hay especies de flora de gran interés, como el Arce de Montpellier. La sensibilidad a los cambios del hábitat de este árbol sumada a su rareza y dimensiones lo han incluido en el ‘Libro rojo de la flora silvestre amenazada’ de Andalucía.
 

 
En este punto, la ruta amarilla y la ruta verde ya navegan juntas hacia el final de nuestro recorrido. La pieza del Caballo del Ajedrez, un Dragón y la cabeza de la Esfinge nos hacen volar por última vez la imaginación antes de dar por concluida esta alucinante visita.

Volveremos, hay figuras que nos están esperando, seguro que no se van a mover de aquí durante un tiempo.

¡Hasta la próxima!

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