Lugar de Bao y Barayo
CAMINO DEL NORTE DESDE VILLAVICIOSA

6 · LUARCA – LA CARIDAD

 
Salimos de Luarca por la Calle La Peña hasta la Ermita de San Roque y San Martín, templo que goza de fantásticas vistas a la villa marinera.

Después continuaremos progresando por la campiña de la rasa costera atravesando los lugares de Taborcías, Villuir, y Otur hasta llegar a El Rellón, donde nos uniremos al peregrino Raúl para encarar la subida por el Pico Faro.

Tras el ascenso salvamos el Valle del Río Barayo para recuperar los paisajes rurales de la rasa y dirigirnos a la localidad de Villapedre. Aquí aumentamos el grupo con la presencia de Marina, que recorre junto a nosotros un agradable tramo entre antiguas iglesias, arroyos y vaquerías.

Las limitaciones físicas de Marina impiden que pueda seguir nuestro ritmo hasta la localidad de Navia, donde cruzaremos su río homónimo para plantarnos en el Concejo de Coaña.

La presencia cercana de la Autovía A8 y la N-634 menguan de manera intermitente el valor paisajístico y rural del camino, pero afortunadamente hay suficientes alicientes que permiten paréntesis en los que olvidar la intromisión humana en el medio natural.

Castello, Arboces y Llegara serán los últimos núcleos de casas a atravesar antes de llegar al destino final, La Caridad.


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Luarca

Hola amig@s!

Buenos días desde Luarca.

Confitería Bar La Luz

Comenzamos la mañana con un buen desayuno pastelero en la Confitería Bar La Luz, donde nos esperan unos Cruasanes y unas Cañas de vicio 😋.

Confitería Bar La Luz
Confitería Bar La Luz

Deciros que el propio Severo Ochoa, prestigioso médico y científico luarqués, también se zampaba estas delicias pasteleras en este mismo local no hace demasiados años.

Ascenso por las calles de Luarca

A nosotros nos van a venir de perlas para comenzar la jornada pues la etapa nos dirige por un fuerte ascenso que rápidamente gana altura para dominar los tejados de la población.

Tendremos que seguir ascendiendo hasta aquel templo, la Ermita de San Roque y San Martín, que resplandece tímidamente en lo alto con los haces de luz que luchan por escapar de las nubes.

Vistas a la Ermita de San Roque y San Martín
Vistas a la Ermita de San Roque y San Martín

Continuaremos zigzagueando por la Calle La Peña hasta alcanzar esta espectacular balconada que milagrosamente no llega a distraernos tanto como para impedir que pisemos a un bonito ejemplar de Salamandra.

Salamandra
Salamandra

Como íbamos diciendo, llegar aquí significa disfrutar de un auténtico balcón natural a Luarca donde se divisa perfectamente al Río Negro como eje vertebrador del urbanismo.

Ermita de San Roque y San Martín

Este lugar fue el elegido para trasladar en 1916 este templo que antes se encontraba en la villa. Para ello su factura barroca del siglo XVII se reedificó a expensas del Párroco y de los vecinos del Chano.

En el interior un modesto retablo exhibe las imágenes de San Martín como motivo central y San José y San Roque en los laterales.

Reanudamos la marcha incorporándonos a la calle Camino Real de Santiago que mira al suroeste, hacia las elevaciones de la Sierra de Panondres, por la que vemos salir amenazantes formaciones nubosas.

La meteorología ya anunció posibles tormentas en estos días pero de momento nos vamos manejando entre los claros que coinciden con el trazado.

Ruinas de la Iglesia de Santiago

Delante nuestra va Raúl, otro fantástico peregrino. Ya lo vimos en la Ermita de San Roque y San Martín y ahora volvemos a compartir templo en el siguiente hito, las ruinas de una antigua iglesia con advocación a Santiago.

El panel informativo que hay en la entrada nos cuenta que en el siglo X ya existía este edificio, al menos aparece en unos documentos del Rey Fruela II.

En sus orígenes altomedievales hay vestigios de prerrománicos y románicos. Quizá este dintel adornado con una especie de blasón con vieiras pertenezca a una de esas épocas.

Antaño aquí había un cementerio pero en 1922 se quedó pequeño por las numerosas muertes producidas por una fuerte epidemia de gripe acaecida tras la I Guerra Mundial.

Si entramos en el interior del complejo se puede adivinar su planta de una sola nave compuesta por varias capillas laterales y con ábside recto. En los muros más próximos a la cabecera se aprecia la curva de inicio de la probable bóveda de cañón que cubría la iglesia.

A pesar de decadente aspecto el templo da visos de haber sufrido modificaciones a lo largo de su historia.

Abandonamos este lugar para continuar nuestro periplo por la hermosa campiña. Las vías de los servicios regionales del Ferrocarril Ferrol – Oviedo la atraviesan sin miramiento, pero podemos salvarlas por un acertado paso a nivel.

Fuente de San Isidro

Luego sale al paso una antigua fuente, la de San Isidro, mandada a construir para el bien público por un Canónigo de la Catedral de Oviedo en el año 1796. Esta fecha es de lo poco que se adivina en la inscripción tallada de la piedra.

Fuente de San Isidro
Fuente de San Isidro

Una fuente con caño y alberca donde a buen seguro todavía vienen a abastecerse algunos campesinos tras largas jornadas en las tierras de labor.

Por la campiña de Taborcías, Villuir y Aquelcabo

Cereales y pastos pueblan estas parcelas que ahora franqueamos por los lugares de Taborcías y Villuir. En el último de ellos habrá que prestar atención pues hay que cruzar la N-634.

Campiña de cereales
Campiña de cereales

 


Tras Villuir atravesamos el lugar de Aquelcabo, donde adelantamos a Raúl que parece estar tomándose un descanso.

Las señales jacobeas nos van dirigiendo por la rasa asturiana mientras vamos dejando al sur las elevaciones de cimas como Pico Quemado o Peña Muller, aunque sus estribaciones septentrionales van aflorando en nuestro recorrido por medio de suaves ondulaciones.

Mientras tanto la amenaza de tormenta se cierne sobre nosotros aunque al ganado no parece importunarle demasiado.

Habrá que cruzar los dedos para que este fenómeno atmosférico no nos alcance y ya que empieza a soplar un poco de viento a favor, aprovechar para aligerar el paso.

Al poco transitamos el lugar de Otur, donde no pasa desapercibida la torre neogótica de su Iglesia de San Bartolomé.

Por su parte, seguimos avanzando por este núcleo de viviendas al tiempo que vamos oteando más al oeste el cerro del Pico Faro, por cuyas faldas sur y occidental transcurrirá uno de los próximos tramos.

Si la cosa se pone fea en cuanto a la meteorología se refiere, por aquí tenemos un estupendo Albergue de Peregrinos para ponernos a cubierto (La Casona), aunque lo encontramos deshabitado y sin rastro del sello para estampar la credencial.

Y como parece que el temporal solo nos está rozando decidimos continuar.

Capilla de los Remedios (El Rellón)

Poco después llegamos al barrio de El Rellón, donde se alza la Capilla de los Remedios, templo que presenta sofisticadas soluciones para mostrarnos las arcadas de puerta y ventanas.

Capilla de los Remedios
Capilla de los Remedios

Al estar emplazado en una explanada de hierba y tierra da que pensar que aquí se celebra algún tipo de romería.

Capilla de los Remedios
Capilla de los Remedios
Ascenso al Pico Faro

Tras esta Capilla se inicia el ascenso por el relieve del Pico Faro. Comienza fuerte, por el lugar de La Barraca, con rampas de hasta el 17% de inclinación que nos van ofreciendo buenas vistas hacia la rasa que acabamos de dejar atrás.

Pastizales de La Barraca
Pastizales de La Barraca
El grupo peregrino aumenta

Al poco nos adelanta Raúl.  Y le vemos con tanta energía que caemos rendidos a sus encantos. Ven aquí que ya no te escapas.

Con este afable barcelonés continuaremos progresando por la subida del Pico Faro, que empieza a acometer su vertiente occidental para mirar a un velado Valle del Río Barayo.

Valle del Rio Barayo

Desde aquí se divisaría parte de su Reserva Natural Parcial pero las nubes se empeñan en ocultarla.

Una vez alcanzada la cota más alta de la etapa, a unos 185 metros de altitud, el perfil acomete su tendencia descendente por pista de zahorra y tierra. Mil cuatrocientos metros más tarde este ramal va a toparse con la N-634, que deja la imponente Autovía A8 sobre nuestras cabezas.

Recorreremos unos 600 metros por esta carretera para cruzar el Río Barayo e incorporarnos posteriormente a un carril de asfalto que inicia un nuevo ascenso.

Lugar de Bao y Barayo
Lugar de Bao y Barayo

Este es el lugar de Bao y Barayo, un barrio con varias casas diseminadas por la pendiente y que nos regala el poder acercarnos a magníficos ejemplares equinos. Hay también un pequeño jardín con una fuente dedicada a Santiago junto a otros elementos artísticos.

Y por último, goza de unas fantásticas vistas al valle que serían perfectas en su conjunto de no ser por la mega estructura del viaducto.

Por la campiña de Villapedre

Una vez superada la subida volvemos a recuperar la rasa, con preciosas estampas de campiña que se van parcheando en el terreno de cultivos hasta la localidad de Villapedre.

Pico el Infernón al fondo
Pico el Infernón al fondo

Sobre estas líneas al sur, los Picos Carbono y el Infernón, de 436 y 331 metros de altitud respectivamente. Por la depresión que los atraviesa corre el Río de Vidural que confluye junto al Barrajón para formar el Río Barayo.

Este último río hace también de frontera entre el concejo de Valdés y el de Navia, justo donde nos encontramos ahora, atravesando una de sus primeras parroquias, Villapedre.

Entre campos relucientes, bonitos caserones de tejados de pizarra y un cementerio que sorprende por un pintoresco mausoleo llegamos a un nuevo cruce con la N-634.

Si necesitáis reponer fuerzas os recomendamos el bocadillo de tortilla del Restaurante El Salón. Entra que no veas.

Un oportuno bocata de tortilla
Un oportuno bocata de tortilla

Iglesia de Santiago de Villapedre

Retomamos el trayecto dirigiéndonos ahora a la Iglesia de Santiago de Villapedre, construida en el siglo XVIII a partir de una serie de donaciones. Los escudos de las familias benefactoras pueden apreciarse en algunos muros del complejo.

El edificio destaca de un lado por su entrada porticada, con el “Ojo de Dios” en el frontón de acceso vigilando el paso de peregrinos por el Camino. De otro lado, la esbelta torre de dos cuerpos, el segundo de ellos octogonal y rematado con una cubierta piramidal.

Iglesia de Santiago
Iglesia de Santiago

En el interior hay una vieja talla de Santiago que pertenecía un antiguo Hospital de Peregrinos de Luarca.

Además del bocadillo de tortilla, Villapedre nos inyecta otro chute de energía: Marina la peregrina que conocimos, valga la coincidencia, en Santa Marina.

A pesar de ir algo perjudicada físicamente, su alegre personalidad y actitud luchadora son encomiables. Cada cual en lo suyo aporta su granito de arena a este pequeño grupo de peregrinos para engrandecer la experiencia.

Río Frejulfe (Río del Monte)

Nos adentramos a continuación en la cuenca fluvial del Río Frejulfe (Río del Monte) donde Marina debe aminorar la marcha para afrontar los descensos.

La esperaremos en el agradable enclave que hay a continuación, protagonizado por un modesto puente de madera al cobijo de la vegetación que salva el sosegado paso del caudal. Lugar propicio para tirar alguna que otra foto.


Después, a realizar un pequeño esfuerzo para salir de este pequeño valle alternando conversaciones referentes a la lista de reproducción musical que acompaña a Marina o a la dificultad de encarar estos tramos en bicicleta, esto último motivado por la evidencia ciclista que nos adelanta.

Piñera

Tras cruzar con precaución otro paso de la carretera nacional seguimos progresando por el lugar de Piñera.

Iglesia de San Salvador

De las extensiones de estos prados emerge el chapitel y tejados del próximo hito a frecuentar. Se trata de la Iglesia de San Salvador, cuyo edificio parece estar enclavado intencionadamente junto al paso a nivel de la línea de ferrocarril para que pueda ser retratado en el marco de una hermosa estampa rural. Como hermosas son las relaciones que se van forjando en el transcurso de los kilómetros.

La iglesia se construyó a principios del siglo XX bajó cánones neoclásicos que se valen de soluciones que recuerdan al gótico y al románico.

Río Rounín

Ahora dejamos atrás el templo y avanzamos unos metros por la carretera nacional hasta incorporarnos a un sendero que encara la cuenca del Río Rounín. Son solo unos metros descendentes hasta alcanzar su cauce que como en otros cursos de agua de estas características, se salva por una pasarela de madera.

La verdad que se agradecen estos tramos que nos acercan más al medio natural y crean ambientes más distendidos. Pero no os creáis, todo tiene sus pro y sus contras. Por aquí emergen algunos barrizales y metros más adelante, tras superar la depresión, la presencia de ortigas nos obliga a sortear como podemos la espesa vegetación para evitar la irritación que provoca esta planta.

Cuando por fin los pastos ganan a la maleza progresamos con paso cómodo por el carril hasta dar con la carretera local NV-3, ya en el lugar de Villaoril.

Por aquí, al sur, se divisan en el horizonte las cumbres de la Sierra de Panondres, entre las que se encuentra el Pico el Can, techo del Concejo de Navia con 842 metros de altura.

Navia, gran productora láctea

Por su parte, Navia es una gran productora láctea, debido en gran medida a la especie de vaca frisona, distinguida por su extraordinaria calidad de leche. No obstante, también se está abriendo el mercado para el consumo de carne de esta raza, lo que nos hace pensar que no todos estos preciosos ejemplares lleguen a la edad adulta.


Da bastante pena verlos ahí encerrados y lo único que podemos hacer es darles algo de atención y afecto. Sandra intenta negociar para dejar a alguno libre pero parece que todos ya tienen nombre y apellidos.

Capilla de Nuestra Señora de los Dolores

Con la pena de no poder darles más compañía a estos animalitos reanudamos la marcha por la NV-3. El siguiente sitio que atraviesa esta calle es La Venta, donde está la Capilla de Nuestra Señora de los Dolores, adosada a una antigua vivienda blasonada.

La capilla se construyó a finales del siglo XVIII y permitió a los vecinos del lugar evitar recorrer largas distancias para cumplir sus devociones en otros templos más alejados.

En este sentido alejado veía Marina el final de su etapa. En el lugar de La Colorada tendremos que despedirnos de ella pues sus problemas físicos hacen que necesite un tiempo de reposo. No obstante, intentaría llegar al Albergue de Peregrinos de Navia.

Navia

Por nuestra parte, tras atravesar La Colorada y flanquear el Cementerio Parroquial por la calle San Roque, comenzamos a tener las primeras panorámicas al Valle del Río Navia y de las viviendas de su población homónima y de El Espín, en la otra orilla, que lo jalonan.

Vistas a Navia
Vistas a Navia

Capilla de San Roque

Descendiendo por la calle San Roque llegaremos rápidamente a una capilla con el mismo nombre accediendo también con ello al entramado urbano de Navia.

Este templo se fundó en el siglo XVI por el señor del Palacio de Lienes. Su estilo es gótico aunque ha sufrido transformaciones en su factura original a lo largo de los siglos.

En el interior hay un retablo barroco del año 1619 albergando una imagen del santo como motivo central. Recordemos que San Roque también fue peregrino y que su historia cuenta cómo un perro le ayudó a superar la enfermedad de la peste.

San Roque también es el nombre que toma el Albergue de Peregrinos de Navia, que encontramos descendiendo por la calle Ramón de Campoamor. Aquí sellaremos la credencial y pondremos en aviso a los hospitaleros de la llegada de Marina.

Monumento a Ramón de Campoamor

Navia también es cuna de escritores ilustres, como Ramón de Campoamor, poeta del realismo literario del siglo XIX. Esta escultura homenaje la encontramos en el parque que lleva su nombre una vez que reemprendemos la marcha para salir de la población.

Para cruzar el Navia tomaremos el puente que hay contiguo al del Ferrocarril Ferrol-Gijón, una infraestructura originaria de la segunda mitad del siglo XIX que sufrió posteriormente las vicisitudes de la Guerra Civil española.

Desde este flanco hay buenas vistas a la Ría y su desembocadura entre las Playas de la Barra y la de Navia.

Ría de Navia
Ría de Navia

En la orilla derecha, el puerto, que tuvo su época de esplendor entre los siglos XIII y XVII gracias a la pesca, el comercio de la sal y a su flota ballenera. Hoy el espacio lo ocupan unos importantes astilleros y el puerto deportivo.

El Espín

Finalizado el paso por el puente accedemos a la localidad de El Espín donde nos espera un fuerte ascenso que comienza en la vía CÑ-3.

Entrando en El Espín
Entrando en El Espín

Ganando altura se dejan ver relucientes estampas a Navia, al río y a uno de sus afluentes, el Meiro.

Pero las panorámicas pueden mejorar algo más aumentando la altitud por los barrios de Barqueros y Jarrio. Desde esta posición se domina una buena parte del territorio del concejo de Navia.

Vistas a Navia y a su territorio
Vistas a Navia y a su territorio

Concejo de Coaña

Cruzar el río nos ha colocado ya en el Concejo de Coaña, progresando por las manifestaciones rurales de su rasa costera que se encuentra jalonada al sur por las elevaciones de la Sierra de Abredo.


Por aquí parece que el flujo del paso intermitente de peregrinos mantiene bastante entretenida a la ganadería.

Capilla de Santa Ana (Jarrio)

No en vano, en Jarrio, había un hospital de peregrinos que funcionó desde el año 1.370 hasta principios del siglo XIX, la Capilla de Santa Ana que ahora contemplamos perteneció a este complejo.

El pequeño templo sufrió reformas con los siglos, como su espadaña barroca. Desde la mirilla de la puerta logramos cazar la imagen de la patrona del interior.

Capilla de Santa Ana
Capilla de Santa Ana

La salida de Jarrio implica otro esfuerzo por un ascenso, primero por un sendero entre muros de piedra para luego continuar por la via asfaltada. Debajo de nuestros pies corre la Autovía del Cantábrico que muy pronto veremos salir de las entrañas de la tierra para colocarse a nuestra derecha.

Torce

Asfalto entre los bonitos prados de Torce
Asfalto entre los bonitos prados de Torce

Menudo contraste amigos, el sosiego del ganado pastando en verdes prados junto al estrés de la velocidad en el metal de coches y hormigón de la A8. Está claro que tenemos intentar (Torce) adaptarnos a las intromisiones del ser humano en el medio natural, pero podemos elegir, si no nos gusta lo que hay al norte, giramos la mirada al sur para disfrutar de estampas más agradables.

Curiosamente en los prados que hay en Torce encontramos jóvenes gaviotas aprovechando las corrientes de aire para perfeccionar su vuelo.

Para vuelos el que hacemos nosotros para cruzar la autovía y afortunadamente perderla de vista casi por completo. No obstante, a pesar de los intentos del trazado en dirigirnos por las pistas más recomendables para viandantes no puede evitar reencontrarse con viejas ya conocidas, como la N-634.

Campos de El Esteler
Campos de El Esteler

El Esteler y Cartavio

Entre los lugares de El Esteler y Cartavio habrá que rebasarla un par de veces así que mucha precaución. Por suerte, este viaje posee suficientes alicientes como para que ciertos tramos lo intenten echar a perder.

Siempre hay algo estimula los sentidos, como esta galería de hortensias a la salida de Cartavio.

Por aquí realizaremos un descenso más pronunciado por la cuenca fluvial del Arroyo Jonte en cuyo cauce se planta un Lavadero construido en el año 1930. Sin duda un valioso ejemplar etnográfico de arquitectura civil que se ha sabido conservar hasta nuestros días.

Lavadero de 1930
Lavadero de 1930

Cuidado aquí porque una flecha amarilla pintada en el lavadero os puede inducir a error. Hay que continuar por el asfalto, no por este carril embarrado que lleva a ninguna parte.

Esta pista hace un pequeño ascenso para poder alcanzar el paso a nivel sobre la vía de ferrocarril. Después la señales nos introducirán en el agradecido tramo que comprenden las vegas del Arroyo de Miudes.

Saber que nos restan unos 2 kilómetros para finalizar la etapa nos permite saborear estos momentos de forma más distendida.

Castello

Luego, llegamos a los dominios de Castello donde sale a nuestro encuentro un caballo muy amigable y algo hambriento: ¡casi nos deja la dentadura marcada en un brazo! Nos echamos unas risas con él porque por confiarnos.

La salida de Castello nos lleva a su arroyo homónimo por una encantadora senda que culmina en la pasarela de madera que cruza el cauce.

Así llegamos al lugar de Arboces donde esquivaremos la carretera nacional por diferentes tipos de pista hasta llegar Llegara, lugar en el que habrá que cruzarla por última vez.

La Caridad

Tras más de 30 kilómetros por fin vemos muy próximos los edificios de La Caridad, el destino de hoy. Dejamos a Raúl en el Albergue Municipal con la seguridad de reencontrarnos en próximas etapas y nos dirigimos a nuestro alojamiento.

Y para terminar nos dimos un homenaje en el Pozo de Güelita.

A descansar, se nos hace tarde amig@s.

Hasta la próxima!

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