
1 · VILLAVICIOSA – GIJÓN
Partimos de Villaviciosa flanqueando su ría hasta dar con el valle de uno de sus afluentes: el Río Valdediós. Iremos paralelos a este curso de agua hasta Casquita, donde se bifurca el trazado para tomar bien el Camino de Norte, o bien hacia Oviedo por el Camino Primitivo.
Nosotros tomamos la primera opción puesto que en nuestro anterior camino por estas latitudes, aquel en bicicleta, cogimos la segunda 👉HACIA el CAMINO PRIMITIVO
Avanzamos por un bonito sendero emboscado hasta cruzar un paso a nivel por la A-64 donde iniciaremos una exigente subida hasta el Alto de la Cruz.
Después descenderemos hasta el valle del Río España, hasta el lugar de Bárzana, donde realizaremos el almuerzo en Casa Pepito.
En la segunda parte de la jornada realizaremos un nuevo ascenso que nos situará entre los relieves del Alto de la Olla y el Monte del Conde. Desde lo Alto del Corbiellu ya empieza a verse Gijón y su litoral.
Descendemos por asfalto y pistas de tierra salpicadas de casas residenciales hasta llegar al Camping Deva Gijón, donde comenzamos a deambular por los núcleos urbanos de la periferia.
Finalmente, damos con el Río Piles que nos dirigirá directamente a la famosa playa gijonesa de San Lorenzo.
Villaviciosa
Hola amig@s!
Comenzar la jornada bien tempranito y con un buen desayuno es una buena forma de iniciar con energía este Camino del Norte.
Monumento conmemorativo a Carlos I
Este año partimos desde Villaviciosa, antiguo pueblo pesquero en la que el Rey Carlos I, futuro emperador Carlos V, pisó tierra española por primera vez en el año 1517 debido a que el mal estado de la mar le impidió llegar a Santander, su destino original.
Un viaje en el que empezó a afianzar su posesión del reino de España, no sin dificultades, tras su reciente coronación.
Monumento a Obdulio Fernández Pando
Pero Villaviciosa también es tierra de sidra, el monumento a Obdulio Fernández Pando también conocido como La Manzanera, homenaje a este ilustre indiano. Obdulio regresó de las américas para fundar en 1882 la empresa Sidra El Gaitero.

Se dice que Mariano Benlliure, artista que creó la obra en 1932, tomó de referencia a una de las sobrinas de Obdulio para realizar la imagen de bronce de la manzanera.
Iglesia de Santa María de la Oliva
Contigua a la escultura se alza la Iglesia de Santa María de la Oliva, un ejemplo de la arquitectura románica tardía que fue levantada entre los siglos XIII y XIV.
Si tenéis tiempo merece una visita más pausada para admirar sus detalles relacionados con los 12 apóstoles, la fachada principal con su rosetón gótico y portada con singulares capiteles labrados – uno de ellos exhibe una las primeras tallas de gaitero que se conoce-, y el interior, también con un altar de tracería gótica de la que cuelga un bonito Crucifijo.
Por la Ría de Villaviciosa
La señales Xacobeas nos hacen abandonar la urbe por su flanco sur para alcanzar la Ría de Villaviciosa donde nos espera un agradable paseo fluvial.
Si tiramos de memoria, hace 6 años recorrimos estas mismas vegas pero en bicicleta. Hoy lo hacemos a pie, remontando de manera más pausada este caudal a medida que vamos dejando atrás los pequeños núcleos de El Sur y San Xuan.

Se agradecen las infraestructuras de madera que facilitan y aseguran el paso y los cuidados de desbroce que contribuyen al pulcro aspecto de estas orillas.
Entre las parcelas privadas de terreno, no faltan aquellas que dedican sus cultivos al crecimiento de los manzanos para dedicar sus frutos a la sidra o aquellas que sirven de pastos para el ganado.
Estos ejemplares de aquí parece que los pillamos en el descanso que se toman después del desayuno.

Por el valle del Río de Valdediós
El paseo fluvial finaliza en el lugar de La Parra, donde nos incorporaremos a la carretera AS-380 para pocos metros después hacerlo por la vía VV-10.
Al inicio de esta pista podéis aprovechar para avituallaros de agua una esta fuente que dice proveerla directamente de la montaña.
Por aquí vamos transitando las vegas del Río de Valdediós cuyo caudal es delatado por el bosque en galería que navega parejo entre maizales y pastos.
En uno de los prados es inevitable no pararse ante la tímida pero curiosa mirada de un joven ejemplar de vaca lechera asturiana. De alguna forma hemos despertado su interés, así que bien merece que nos despidamos de ella de manera educada.
Casquita, donde se bifurca el Camino
Al poco, llegamos al lugar de Casquita, que nos recibe con su Capilla de San Blas, una pequeña construcción del siglo XVII coronada con sencilla espadaña y tejado a dos aguas.

En su portada no os perdáis los versos que una vecina dedica a los Peregrinos. El interior del recinto es modesto, con un altar presidido por dos tallas: la de San Blas vestido de Obispo, y la de una Virgen Dolorosa.
Tampoco olvidéis estampar el sello de este lugar para dar vida a vuestras credenciales. Y cómo no, despediros de Faunino, que no se cansa día tras día de ver pasar a peregrinos como nosotros.
Entre sus pasatiempos puede que juegue a adivinar qué variante tomaremos, si a la izquierda hacia Oviedo para emprender el Camino Primitivo, o bien seguimos de frente hacia Gijón para continuar por el Camino del Norte.
Este año nos toca la segunda opción pues el Primitivo ya tuvimos la suerte de poder completarlo en 2016.
Por la variante para evitar el asfalto
Unos metros más adelante, tomamos una variante que vita un buen tramo de asfalto. Es más bonita pero conlleva añadir 3 kilómetros más a la etapa. No obstante, merece la pena.
Este trecho continúa flanqueando el curso del Río de Valdediós. Una pista que a pesar de ser una alternativa también dispone de su señalización, aunque algo más rudimentaria.
El paseo es una delicia, aunque encontramos algunos charcos a nuestro paso. Cuando el trazado se acerca al río los robles y castaños se mezclan con la espesura de la vegetación de ribera.
Y cuando este se aleja deja al descubierto bonitos espacios con evidentes señas de identidad asturiana.
No tardaremos mucho en cruzar de nuevo el cauce del río y caminar muy pegados a él antes de abandonarlo definitivamente en el lugar de Xiana.

Joyas del Valle de Valdediós
El Río de Valdediós continúa su curso hacia el sur zigzagueando entre su monte homónimo y el Monte Arbazal, accidentes geográficos que también custodian varios hitos de interés monumental como son la Iglesia de San Salvador de Valdediós y el Monasterio de Santa María de Valdediós.



Tras estas estampas ganaderas en Xiana cambiamos el rumbo al norte, pasando por debajo del viaducto de la A-64 para proseguir por una pista asfaltada que empieza a acometer las primeras rampas de exigencia.
Las nubes perezosas se empeñan en ocultar las cimas de los perfiles. Quizá lo que pretendan es quitarnos el miedo del cuerpo a lo que nos espera y ayudan a centrarnos más en la campiña de los lugares de Casares y La Arbellía.
Aquí hay sosegados espacios para tomarse un respiro.
Ascenso al Alto de La Cruz
A continuación, desde el paso que cruza la Autovía de Cantábrico A-8 vislumbramos el tramo más exigente de la jornada, la subida al Alto de la Cruz.
Este ascenso comenzará una vez que descendamos unos metros por la vía VV-10 y tomemos posteriormente la VV-9 dirección a El Pedrosu / Pión.
Palacio de la Torre de Niévares

En estas latitudes se deja ver una casa palaciega del siglo XVI sobre los restos de una muralla almenada, probablemente perteneciente a un castillo medieval.
Al complejo se le conoce con el nombre de Palacio de La Torre de Niévares, donde se evidencia cómo los nobles aprovecharon el lugar privilegiado del castillo ya en desuso para plantar aquí su residencia.
El tramo de ascenso más exigente
El siguiente desvío lleva a Niévares, por cuya ermita no parecen dirigirse las señales. Este tramo concentra buena dosis de exigencia, con rampas de hasta el 24 % de inclinación.

El firme de cemento resbaladizo por la humedad pasará a tierra y piedra internándose por la frondosa vegetación donde los eucaliptos conforman el grueso principal de la arboleda.
De la tierra y la piedra pasamos a pista asfaltada progresando por la fuerte pendiente jalonada de helechos, enredaderas, zarzales además de otras especies de sotobosque.
Tras dos kilómetros de fuerte rampas conectamos con la carretera VV-8, la última parte del esfuerzo que supone subir al Alto de la Cruz.
Justo aquí culmina el ascenso, a más de 430 metros de altura, momento en el que viramos de nuevo al norte para circular en descanso por la vertiente occidental del monte que conforma El Cordal de Peón.
Descenso al Valle del Río España

Cuando las masas de eucaliptos y pinos empiezan a perder protagonismo mientras realizamos el descenso se abren magníficas vistas al siguiente espacio que recorreremos: el Valle del Río España.
Para realizar la última parte del descenso abandonaremos la VV-8 para internarnos en otro suculento pasillo vegetal.
Debemos tener cuidado en este terreno que, aunque bonito, con la reciente lluvia nos presenta suelos algo fangosos y piedras deslizantes que son más peligrosas cuando las pendientes son más pronunciadas, como es el caso.
Cuando la frondosidad se toma un descanso, el sendero es toda una balconada al valle.

Esta pista desemboca en una carretera vecinal del lugar de La Casona para luego ir acometiendo un giro de 90 grados hacia el noroeste dirección a Peón, ya a los pies del Valle del Río España.

Muy próximo a la orilla derecha de este río se encuentra Casa Pepito, lugar donde realizaremos el almuerzo con unas reconfortantes alitas de pollo.


La sobremesa la empezamos con la llamada de nuestro amigo Leo, de El Camino para Latinos, que se interesa por nuestros avances y nos desea un Buen Camino.
Aldea Barcena
De la aldea de Peón pasamos a la de Barcena cruzando el Río de Vega, afluente del Río España.

Deambularemos por las parcelas de este lugar entre distintas pistas a medida que iniciamos el segundo ascenso de relevancia de la jornada.
Estas rampas al 12% de inclinación se atragantan un poco después del almuerzo. No obstante, Aldea Barcena contiene agradables alicientes rurales para digerirlas bien.
La Garita
En el lugar de La Garita encontramos otro rincón creado por los vecinos que valoran el paso de los peregrinos.
Dejan un pintoresco altar que mezcla las Meigas con la escena del Nacimiento en Belén y un libro de firmas para todo aquel que desee dejar su rúbrica.
También hay un banco para descansar, un tablón que marca las distancias a Irún y a Santiago y otro señalando los días que restan para el final del Año Xacobeo.

Ascenso al Alto de El Corbiellu
Finalmente, dejando a un lado otros detalles, hay un poste indicativo cuya dirección hacia El Curbiellu es la que deberemos seguir.
Por este camino que pasa rápidamente del hormigón a la tierra y piedra afrontaremos la parte más exigente del ascenso por la vertiente meridional del Monte del Conde.
A las rampas de hasta el 20% de inclinación hay que sumarle unos metros incómodos producto de la humedad y erosión del agua. Después el firme mejora y la subida aunque es rigurosa se disfruta por discurrir envueltos por la foresta.
Tras 800 metros recorridos por este tramo interceptamos una pista asfaltada que será por la que culminaremos el ascenso hasta alcanzar el lugar de El Corbiellu.

Primeras vistas a la ciudad de Gijón
Desde esta posición, bajando por la carretera AS-331 obtenemos las primeras vistas de la ciudad de Gijón, la Península de Santa Catalina y el Puerto de El Musel.

Mientras descendemos no pasan desapercibidas las pequeñas huertas de algunas propiedades y el recibimiento de ciertos animales domésticos. Bueno, más que recibirnos parece que les hemos fastidiado la siesta.

Las señales nos hacen abandonar la carretera para introducirnos acertadamente por otro ramal de pista de tierra hasta el barrio de Castañeda.
Avanzaremos unos cientos de metros más por la Carretera de San Miguel hasta pasar de nuevo por encima de la Autopista A-8.
Después del asfalto pasamos a firme de zahorra por una pista jalonada por distintas parcelas residenciales.
Camín Antiguo de Peón
Al poco, tendremos que cruzar con precaución la carretera AS-331 para luego incorporarnos al Camín Antiguo de Peón.
Se agradece este pequeño sendero envuelto en naturaleza antes de enfrascarnos en el mundanal ruido de la urbe.
Por aquí nos sorprende una pequeña criatura.
Una musaraña, que con el calor parece estar totalmente exhausta. Para no dejarla expuesta en el camino le damos un empujoncito hacia la maleza.
No es el único animal que queda embobado con estas temperaturas. No es lo ideal, pero en parte lo agradecemos para poder capturarlos con nuestras cámaras.
Cruce peligroso en el Camping Deva Gijón
Por este ramal desembocaremos en las inmediaciones del Camping Deva Gijón. Mucho cuidado a continuación porque tendremos que realizar un cruce peligroso por la N-632.
El mal trago desaparece cuando empezamos a adivinar un mastodóntico edificio al oeste.

Laboral Ciudad de la Cultura
Se trata del antiguo complejo de la Universidad Laboral de Gijón, construido entre los años 1948 y 1957. En los años 80 del pasado siglo dejó de utilizarse hasta que en el 2001 se comenzaron los trabajos para rehabilitar el edificio y los terrenos colindantes con el fin de darle diferentes usos.
En 2007 ya se la nombró como Laboral Ciudad de la Cultura con diferentes espacios para, el ocio, espectáculos y la educación.

Por esta pista que navega por el lugar de La Pontica también nos sorprenden detalles arquitectónicos, como una balconada a modo de hórreo o esta fuente tallada con seres de la mitología asturiana.
Por los núcleos urbanos de la periferia de Gijón
Seguimos avanzando por los pequeños núcleos de la periferia de Gijón, rodeando los terrenos de la Laboral Ciudad de la Cultura.
La torre, inspirada en la Giralda de Sevilla y en la Torre de Hércules resalta sobre el resto del complejo con sus 130 metros de altura.
El entramado urbano nos dirige por los barrios de Cabueñes y Somió.
Convento Madres Agustinas Recoletas
En este último se emplaza el Convento Madres Agustinas Recoletas, fundado en el siglo Convento Madres Agustinas Recoletas aunque en el siglo XIX, con la desamortización, se convirtió en una fábrica de tabacos.
Callejeamos un buen trecho sin mayor transcendencia por Somió hasta que alcanzamos el Río Piles, encauzado aquí entre paredes de hormigón debido al crecimiento urbanístico de Gijón.

Muy cerca nos llama la atención la talla dedicada a Manolo Preciado, un carismático entrenador de fútbol que dejó huella en sus 6 años dirigiendo al equipo sportinguista.
Qué mejor sitio para colocar esta estatua que al lado de su querido Estadio El Molinón.
Acompañando al Río Piles hasta su desembocadura
Acompañamos al Río Piles hasta su desembocadura que ya se deja ver pasando por debajo del Puente del Piles hasta llegar a la costa.
El Parque de Isabel La Católica a nuestra izquierda y el de los Hermanos Castro a la ayudan a desestresar con sus elementos naturales toda la transformación del río provocada por la mano del hombre.

Playa de San Lorenzo
Esta transformación también se trasladó a la Playa de San Lorenzo con la construcción del Paseo del Muro a principios del siglo XX.

Con esta actuación se consiguió proteger a la ciudad de Gijón de los problemas producidos por la arena, el viento y las meras.
Además, conforma un agradable paseo marítimo de casi tres kilómetros de longitud no exento de los mejores equipamientos para disfrutar de una de las mejores playas urbanas de nuestro país.
El arenal de San Lorenzo mide unos 1.500 metros y es ideal para la práctica del surf por las características de su oleaje. Prácticamente se pueden encontrar bañistas en cualquier época del año. Es el verdadero centro neurálgico de la ciudad y su gran reclamo turístico.

En su extremo occidental se emplaza la Iglesia de San Pedro y la Península de Santa Catalina en cuyo cerro se alza la obra Elogio del Horizonte. Visitaremos estos hitos en la etapa siguiente.
Tramo oriental del Paseo Marítimo
Nuestro destino nos lleva a continuar por la zona oriental del litoral, progresando por el paseo marítimo al tiempo que vamos descubriendo nuevos rincones como las Playas de los Mayanes o la del Cervigón.

Monumento a la Madre del Emigrante
También se deja ver algunas obras de interés, como esta dedicada a la Madre del Emigrante.
Es una obra del artista Ramón Muriedas inaugurada en el año 1970. Con ella se trata de rendir homenaje a la emigración asturiana, donde una madre dice adiós a sus hijos mientras sufre las inclemencias meteorológicas. De ahí ese pelo y ropas apuntando hacia la dirección del viento.
A la talla también se la conoce como “La loca del Rinconín”, quizá porque está orientada hacia el saliente costero homónimo.
Playa para perros de El Rinconín

Rinconín también recibe el nombre de la playa que aparece a continuación y como podéis apreciar los perros pueden pasear por ella sin restricciones.
Finalmente, las horas tardías de llegada nos obligan a prescindir del albergue por no aceptar reservas y terminamos por alojarnos en el más que decente complejo Gijón Surf Hostel.
Primer día de camino que nos deja un buen sabor de boca. Hasta la próxima.
