Playa de Peñarronda
CAMINO DEL NORTE DESDE VILLAVICIOSA

7 · LA CARIDAD – RIBADEO

Desde La Caridad parte la última etapa por tierras asturianas marcada por un inicio algo húmedo por las pequeñas precipitaciones que acontecen en la jornada de la mañana.

Los sitios de San Pelayo, Valdepares y El Franco nos dirigen hacia la cuenca del Río Porcía, caudal que cruzaremos por un antiguo puente para luego remontar la orilla opuesta hasta llegar a Campos y Salave.
 

 
La campiña nos va regalando vistas al Cantábrico hasta que llegamos a Tapia de Casariego, que nos recibe con su Playa de Represas. Dedicaremos tiempo a esta bonita localidad para visitar su Plaza de España, la Iglesia de San Esteban, el Puerto y el Paseo Marítimo hasta sus surferas playas.

Tras dejar atrás Tapia abordamos los últimos kilómetros de la rasa costera que nos llevarán hasta Vilamil y Santa Gadea, donde las fiestas a su patrón ponen ritmo varios kilómetros a la redonda. Aquí disfrutaremos de la espectacular Playa de Peñarronda.

Flanqueamos este arenal hasta remontar sus acantilados y dirigirnos finalmente a la Ría de Ribadeo, frontera de Asturias con Galicia, que cruzamos por el Puente de los Santos para llegar a nuestro objetivo de hoy, Ribadeo.


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La Caridad

Hola amig@s!

Amanece en La Caridad.

El día se presenta pasado por agua. Rodeándonos se divisan algunos frentes con lluvias dispersas que poco a poco se nos van aproximando.

Amanece en La Caridad
Amanece en La Caridad

Tarde o temprano nos alcanzarán pero mientras llega ese momento vamos abandonando La Caridad para surcar la cuenca fluvial del Arroyo Salgueiros.


El cauce se salva por una pasarela de piedra que vuelve a incorporarnos a este tranquilo sendero que de alguna forma enmascara con su sosiego lo revuelto de la meteorología.

Salimos de este valle por un pequeño ascenso que nos deja en una carretera vecinal del lugar de Pedra. Después, habrá que extremar las precauciones para cruzar la N-634 e introducirnos en las vegas del Arroyo de Piñera.

Vegas del Arroyo de Piñera rodeadas de nubes de tormenta
Vegas del Arroyo de Piñera rodeadas de nubes de tormenta

Esta pista asfaltada pasa por encima del caudal que logramos adivinar gracias a la escolta de su vegetación de ribera. A pesar del gris plomizo del día, el trazado se ilumina con la presencia de otros peregrinos. Bueno, y con otros elementos naturales que es mejor ir teniendo vigilados.


Al mal tiempo, buena cara, y por aquí hay motivos para sonreír como este peregrino anfibio con cara de rana Gustavo que parece estar a punto de echarse a dormir.

San Pelayo

Nos despedimos de estos ojitos saltones para continuar avanzando hacia la siguiente localidad: San Pelayo.

Descendemos siguiendo el curso del valle conformado por el Arroyo O Merníes hasta entrar en este acicalado núcleo de casas residenciales.

Aquí se cuidan de tener presentables las parcelas, y también de engalanar las calles con flores, plantas y detalles que marcan la diferencia.

El Banco del Peregrino y sus acompañantes se prestan a la fotografía; lástima que el primero de ellos no sea ahora muy confortable. Al menos nos llevamos las sonrisas de Santiago y de la incansable jardinera que no cesa en sus labores de mantenimiento.

Valdepares y el Franco

Tras San Pelayo le sigue Valdepares donde la carretera nacional regresa a nuestras pisadas durante unos metros hasta un nuevo giro hacia el sur.

Progresaremos por esta pista vecinal atravesando las fincas de la campiña hasta dar con los dominios del lugar de El Franco, sitio que da nombre al concejo en el que ahora nos encontramos.

Río Porcía

El paisaje toma el mismo patrón rural de los kilómetros antecesores hasta que las señales afrontan la cuenca del Río Porcía, conduciéndonos por un cerrado bosque hasta dar con un nuevo cruce de la N-634.

Al poco, el camino se encontrará con el caudal del Porcía, aunque el arroyo que se descubre parece más una canalización que un paso natural.

Quizá sea un pequeño desvío que va a parar a un antiguo molino que hay poco después del puente.

Por cierto, este puente de cinco ojos puede ser del siglo XVIII aunque existen otros puentes a lo largo del río de orígenes más longevos. Estad atentos por aquí porque en este pequeño núcleo de casas no reparamos en la pequeña Ermita del siglo XVII advocada la Virgen de los Remedios.

Puente sobre el Porcía
Puente sobre el Porcía

Lo que sí volvemos a contemplar desde lo alto del paso es la esclusa de la canalización, y el curso de agua vibrando con la lluvia que empieza a caer.

El puente conecta unos 100 metros más tarde con el otro barrio de Porcía, ya en el concejo de Tapia de Casariego.

Una vez aquí nos toca encarar un corto pero fuerte repecho donde se agradece el firme cimentado que se agarra bien a las zapatillas.

Tras poco más de 300 metros la pendiente se suaviza por el lugar de Bardascón, donde la lluvia se pone más seria. Aún así, aguantamos sin impermeables.

Metros más tarde, en la bifurcación que nos plantea el camino, decidimos tomar la que lleva a Tapia de Casariego. En el año 2010 hicimos turismo por aquí y nos encantó, así que queríamos rememorar aquel viaje.

Campos y Salave

Iglesia de Santa María

Unos 800 metros después llegamos a la localidad de Campos y Salave, donde nos recibe su Iglesia de Santa María con una estampa curiosa a la espalda del templo.

Mientras las gallinas de la casa rectoral se resguardan como pueden de la lluvia, algunos gansos parecen disfrutar de ella.

Animales domésticos
Animales domésticos

Iglesia de Santa María

La iglesia se construyó a finales del siglo XIX en estilo neogótico. De su entrada porticada nace su torre que resalta por las terminaciones piramidales de su último cuerpo. Aprovecharemos su fachada meridional, también porticada, para plantarnos el chubasquero.

El agua empieza a calar las prendas y teniendo formas de evitarlo no hay necesidad de continuar empapados.

Vaquería de Campos y Salave
Vaquería de Campos y Salave

Avanzando por las calles de Campos y Salave comenzamos a divisar horizontes al Cantábrico.

Vistas al Cantábrico
Vistas al Cantábrico

Lavadero de Fuente Nueva

A la salida de la población permanece en pie el viejo Lavadero de Fuente Nueva, probablemente de inicios del siglo XX. Próximo a él también podréis encontrar una fuente de piedra hoy restaurada.

Seguidamente, disfrutamos de una larga recta de perfil suave por los prados y cultivos de Las Pedrosas. Algunas nubes tratan de hacerse a un lado de la borrasca para añadir atrezzo al paisaje, donde el vaivén de los maizales se pierde en el de la marea del Cantábrico.

Campiña de Las Pedrosas
Campiña de Las Pedrosas

No las llegamos a ver, pero a esta altura del camino tras las Pedrosas se encuentran las Lagunas de Salave, formadas a partir de una explotación minera de oro en la época romana.

Al que sí llegamos a ver, tras rozar de nuevo la N-634 es a Raúl, nuestro compañero peregrino de la etapa anterior. Ya lo echábamos de menos.

Sin embargo, como nuestra intención es visitar varios puntos de interés de Tapia de Casariego decidimos apresurar la marcha. Hasta ahora Raúl, ¡seguro que volvemos a vernos!

Tras dejar atrás los sitios de El Cortaficio, Folgueiras y San Antonio empezamos a ver las viviendas de Tapia de Casariego.

Tapia de Casariego

Entramos en la localidad por su flanco oriental dando con la línea costera de la Ensenada de Ribera Nova.

Playa de Represas

Desde el paseo habilitado se domina la extensión que ocupa la Playa de Represas, un área formada por cantos rodados y roca jalonada por acantilados.

Playa de Represas
Playa de Represas

Tiene unos 25 metros de ancho por otros 300 de ancho y dentro de sus singularidades destacan los islotes productos de años de erosión que afloran trás la orilla. Con la marea baja se puede llegar a pie a alguno de ellos.

Playa de Represas
Playa de Represas

En el extremo occidental de este paseo podréis encontrar el Albergue de Peregrinos de Tapia. Nosotros lo encontramos cerrado, así que buscamos alternativas para colocar el sello en nuestra credencial. Lo conseguiremos en la Oficina de Información Turística de la villa.

Plaza de la Constitución

Frente a este edificio se ubica la Plaza de la Constitución, donde se encuentra el Ayuntamiento y un Instituto de Educación Secundaria, unas obras realizadas en la segunda mitad del siglo XIX.

 

El principal benefactor de estos complejos y otros tantos del pueblo fue el Marqués de Casariego y Vizconde de Tapia, D. Fernando Fernández-Casariego y Rodríguez-Trelles. Una talla en bronce realizada en 1929 recuerda a este distinguido personaje.

Iglesia de San Esteban

Contigua a la plaza se alza la Iglesia de San Esteban, que resalta por la terminación balaustrada de su torre con una estatua del Sagrado Corazón como remate central.

La iglesia se construyó entre finales del silgo XIX, principios del XX en estilo neogótico como bien se observa en los arcos ojivales de la nave central y sus bóvedas de crucería. Una galería de arcos carpaneles separan esta nave de las laterales.

El retablo mayor es una bonita obra de madera realizada en 1899 que está engalanada con las tallas del Santo al que se advoca el templo y un cristo crucificado, en otras.

Frente al templo se planta un cruceiro, un símbolo jacobeo que echábamos en falta en el camino hace ya bastantes kilómetros.

Puerto de Tapia

Para continuar nuestra visita por Tapia nos dirigimos a su Puerto, al que salimos por su flanco meridional para encontramos en el Mirador de La Guardia.


Desde aquí obtenemos unas vistas magníficas a esta infraestructura portuaria cuyo aspecto actual estuvo impulsado por Fernando Fernández Casariego pero materializado por su sobrino Fernando Pérez Casariego.

Puerto de Tapia
Puerto de Tapia
Puerto de Tapia
Puerto de Tapia

Entre los cuatro muelles que terminaron de construirse en el año 1880 destacan el del Rocín y el de Fora, de 105 metros y 135 metros de longitud respectivamente, y juntos cumplen la importante función de salvaguardar el puerto contra vientos y mareas.

Muelle del Rocín
Muelle del Rocín

Del mismo modo, desde 1859 su faro lleva avisando de la proximidad costera a las embarcaciones que navegan por esta zona del Cantábrico. Su haz de luz se generó por electricidad a partir del año 1944 y puede llegar a alcanzar unas 15 millas náuticas.

Se emplaza en un pequeño islote al que se accede a pie desde otro de los diques.

Tapia de Casariego tuvo cierta relevancia en el sector pesquero desde la baja Edad Media, una actividad que se incrementó en siglos posteriores con la caza de ballenas. Su crecimiento económico atrajo a la piratería lo que supuso en el siglo XVIII la construcción de una serie de defensas.

Mirador de Os Cañóis

El Mirador de Os Cañóis era uno de esos baluartes defensivos. En una parte del mismo se exponen dos balizas de gas que se usaron en el puerto desde 1958 a 1991.

Baliza de gas
Baliza de gas

En la otra parte, uno de los cañones que se usaron para la protección de la villa.

Además, desde aquí también podemos otear la espectacular orografía costera asturiana que resta hasta dar con la perteneciente a la gallega, en la provincia de Lugo.

Piscina Marina

Continuamos el paseo litoral hacia el oeste advirtiendo entre las rocas un llamativo espacio. Se trata de una antigua cetárea cuyas instalaciones se han aprovechado para convertirla en una piscina marina. Como no puede ser de otro forma, su recinto se llena de agua salada.

Vistas a la Piscina Marina
Vistas a la Piscina Marina
Un paseo por las playas de Tapia

Seguidamente damos con otro fantástico mirador, el de Ribeiría, que da acceso visual a la playa homónima y a las orillas de los arenales de Furadas, Murallón y Aguileiro.

Salta a la vista que esta lengua de agua que se adentra en litoral de Tapia es todo un lujo recreativo para los aficionados al surf, al menos para los que están iniciándose en esta disciplina acuática.


El arenal de su orilla es de muy escasa profundidad, lo que permite rompiente de olas de prolongados recorridos.

Tras flanquear las playas de Furadas y Murallón nos colocamos a la altura de la de Aguileiro para disfrutar una vez más de las estampas surferas.

Buen ambiente surfero
Buen ambiente surfero

El camino continúa bordeando la arena de Aguileiro que sigue introduciéndose en la tierra mezclando las aguas del Cantábrico con las de la desembocadura del Río de Anguileira.

La Xungueira y La Lama

Cruzaremos este caudal por un puente para luego transitar por el sitio de La Xunqueira.

Por aquí realizaremos un pequeño ascenso para colocarnos en los campos del lugar de La Lama. Muy pronto perderemos de vista a Tapia de Casariego, así que no nos hace ningún mal darnos la vuelta para despedirnos de ella.

Al otro lado, al oeste, nos esperan unos kilómetros muy llanos solo interrumpidos por suaves cuencas fluviales como la del Arroyo de la Fernada, que ahora atravesamos, o las del Río Tol y el Arroyo de Péligos.

Son los últimos tramos por la rasa costera asturiana pues el horizonte nos anuncia los perfiles de los Montes Mondigo y Comado, ya en la comunidad gallega.

Sendero de gran recorrido G-9
Sendero de gran recorrido G-9
sendero de gran recorrido G-9

Un recorrido que comparte asfalto con el sendero de gran recorrido G-9 que parte desde Tapia de Casariego y finaliza en Vegadeo.

Ahora nos aproximamos al Valle del Río Tol, donde hay un desvío a la Playa de Serantes, lugar al que desafortunadamente no podremos dedicarle tiempo. Por esta depresión también corre un afluente del Tol, el Arroyo de Péligos.

Valle del Río Tol
Valle del Río Tol

Villamil

Remontaremos su cauce hasta incorporarnos a la carretera TC-3 por la que entramos en la aldea de Villamil, con claro signos de identidad ganadera aunque algunas construcciones delatan un pasado señorial por medio de caserones rurales palaciegos.

A continuación, seguimos avanzando por la TC-3 al tiempo que empezamos a percibir los fuegos artificiales de un ambiente festivo.

Santa Gadea

Pronto descubrimos que se están celebrando las fiestas de San Lorenzo de Santa Gadea y Villamil, en la explanada en la que se ubica el templo de finales del siglo XIX dedicado al Santo.

Santa Gadea
Santa Gadea

El Camino nos dirige hacia allí, así que no podremos escapar del agradable ambiente de verbena. Lástima que a nuestra llegada ya había pasado un grupo de gaiteros, pero bueno, la orquesta lo hacía bastante bien.


Aquí nos dejemos llevar por la euforia, porque la música se contagia y solo el precioso enclave en el que nos encontramos ya es motivo de celebración: La Playa de Peñarronda.

Playa de Peñarronda

Playa de Peñarronda
Playa de Peñarronda

Nos pondremos a su altura descendiendo por pista asfaltada hasta incorporarnos a una pasarela de madera.

Como ya se observa , este litoral también es ideal para la práctica del surf, sobre todo por el lateral más próximo a la Ermita de San Lorenzo, donde parece que los rompientes son más asequibles y las corrientes menos peligrosas.

Además, aquí se evita toparse con el pintoresco mogote rocoso que da nombre a la playa y que se encuentra en el otro lateral.

Nosotros a lo nuestro, avanzando al ritmo de la música que resuena a varios cientos de metros a la redonda.

Vistas a Peñarronda
Vistas a Peñarronda

En este lugar que ha sido declarado Monumento Natural por su valor medioambiental desemboca el Río Peñarronda y casi podemos decir que su curso es el que reparte aquí
la playa entre el Concejo de Tapia de Casariego y el de Castropol.

Las señales llegan al extremo occidental de la orilla donde un pequeño ascenso nos premiará con un Restaurante perfectamente ubicado en el que poder realizar el almuerzo.

Aunque el premio más fascinante son las vistas a este espectacular arenal de unos 600 metros de largo por otros 300 de ancho. Una maravilla amigos.


Playa de Peñaronda
Playa de Peñaronda

Tras el almuerzo, el trazado continúa regalándonos vistas a la playa mientras perfilamos la línea del acantilado algunos metros más.

Villadún

El último núcleo de casas asturianas que atravesaremos serán las pertenecientes a la aldea de Villadún. Un lugar con claras evidencias de identidad rural y que también posee un cercano humedal de importancia ecológica.

Campiña de Villadún
Campiña de Villadún

Lagunas de Villadún

Son las Lagunas de Villadún, difíciles de divisar desde el observatorio a causa de la espesura. En los paneles informativos disponibles os podéis hacer una idea de las numerosas especies de ves que vienen aquí a buscar cobijo y alimento.

Pero a decir verdad, en el día de hoy no tenemos mucha suerte y los únicos pájaros que vemos son una comunidad de gaviotas pasando el rato en un pastizal.

Ría de Ribadeo

Unos campos que atravesamos por una larga recta que poco a poco nos va aproximando a la frontera de Asturias con Galicia, conformada por la Ría de Ribadeo.

Tras completar este tramo las señales nos dirigen hasta incorporarnos a una carretera paralela a la Autovía del Cantábrico A8. Y junto a ella, llegamos a los dominios de la ría, con unas primeras vistas a su salida al mar, a la Ensenada de Arnao.

Un accidente geográfico que señaliza su presencia a las embarcaciones gracias a la baliza de Punta de la Cruz a oriente y al Faro de Illa Pancha a occidente.

Puente de los Santos

Puente de los Santos
Puente de los Santos

Para cruzar este enclave y llegar a Galicia nos valdremos de los 600 metros de longitud del Puente de los Santos. Esta enorme infraestructura de más de 2 millones de kilos de acero, 17.000 metros cúbicos de hormigón y unos 600 kilómetros de cable se inauguró en 1987 tras 4 años de construcción.

Permitió la unión los ayuntamientos de Ribadeo – Galicia- con Castropol -Asturias- lo que supuso todo un acontecimiento social y económico.


Puente de los Santos y Ribadeo al fondo
Puente de los Santos y Ribadeo al fondo

Pronto descubriremos lo que es pasear por sus 35 metros de altitud por una estrecha vía. Por suerte la barandilla tiene la altura perfecta para no sentir demasiado vértigo y disfrutar de este flanco de la ría.

Sobre estas líneas el Puerto deportivo de Porcillán, lugar muy ligado al origen y expansión del resto de la ciudad de Ribadeo. Luego daremos más datos, ahora a finalizar el cruce del puente.

Ribadeo

Entramos en las calles de Ribadeo algo perdidos, pero pronto encontraremos las señales junto a las muralla del Pazo de Guimarán. Después callejeamos por las angostas calles de este barrio de pescadores hasta llegar a las inmediaciones del Puerto de Porcillán, donde topamos con uno de los primeros mojones gallegos de este Camino del Norte.

Seguidamente, ascendemos por la calle Amando Pérez, lugar donde se emplaza la Antigua Aduana, un Pazo del siglo XVIII que no tardó en cumplir esta función tras el incremento del tráfico de mercancías en el Puerto de Porcillán. El transporte de la madera, el textil, la sal o metales como el hierro fueron claves para la época de mayor prosperidad del puerto.

Antigua Aduana
Antigua Aduana

Continuamos avanzando por el casco histórico de la villa hasta llegar a la Plaza de España donde por un lado, advertimos unas placas en las que se conmemora a algunos ribadenses ejecutados por el franquismo.

Parque de la Plaza de España
Parque de la Plaza de España

Por otro lado, nos sorprende la singular arquitectura de un bloque modernista que construyó en 1915 una familia que hizo fortuna en las Américas. Se trata del Edificio de los Hermanos Moreno, que despuntó en su época por sus novedosas formas, elementos decorativos y esas tejas de cerámica vidriada.

Su interior contaba con un ascensor, baños en todas las estancias y un sistema de recogida de basuras.

Y nada más amig@s, para terminar, nos acercaremos a la Oficina de Información turística para inmortalizar el sello en la credencial y soltaremos las mochilas para celebrar con buen pulpo nuestra primera noche gallega.

Hasta la próxima!

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