2 · PORTO COLOM – ARTÀ
ETAPA 2 · Porto Colom – Artà (59 kms)
Partimos de Portocolom recorriendo el perímetro de su Bahía de Bassa Nova hasta que el camino nos dirige a un tramo costero algo técnico .
Después disfrutaremos de dos fascinantes calas: Cala Murada y Cala Magraner. La primera, urbana y turística, la segunda, virgen y más solitaria por su ubicación menos accesible y sin servicios.
Remontaremos el torrent que desemboca en Cala Magraner hasta dirigirnos al macizo de Muntanya Grossa, en Les Serres del Llevant, donde realizaremos el ascenso más exigente de la jornada.
El descenso nos transportará a la localidad costera de Porto Cristo, con un pintoresco puerto dispuesto en el meandro de un río y una playa familiar de sosegadas aguas.
Tras otro sendero de litoral donde la roca nos marca repetidas pausas nos acercaremos al seductor entrante de Cala Morlanda, donde la erosión nos sorprende con bonitos rincones de aguas turquesas.
Posteriormente visitaremos los bonitos arenales de Playa de Sa Moreia y Sa Coma hasta llegar al Área Natural de Especial Interés de Sa Punta de n´Amer, donde hay una atalaya defensiva desde la que se dominaba una amplia extensión de territorio.
Finalmente, llegaremos a Cala Millor donde nos desviaremos al interior para tomar la Vía Verde Manacor – Artà, siendo la última de estas poblaciones el objetivo de la jornada.
Porto Colom
Hola amig@s!
Nos encontramos en Porto Colom, iniciando esta segunda etapa de la Vuelta a Mallorca.
Las primeras pedaladas nos acercan a la Bahía de Sa Bassa Nova, lugar en el que encuentran cobijo numerosas embarcaciones para protegerse de las inclemencias meteorológicas.
Rodearemos todo su perímetro por un agradable carril bici que nos permite disfrutar del escaparate de pequeños arenales, varaderos y muelles hasta llegar al Club Náutico de la localidad.
Aquí, el artista ruso Anatoly Neznamov juega con el hierro y la piedra para sorprendernos con algunas de sus obras.
Conforman un ingrediente más para embellecer este espacio aunque a decir verdad, toda esta sosegada bahía tiene un aspecto formidable, bien amparada por su faro Sa Punta de Ses Crestes. Este edificio se inauguró en 1863 y mide unos 25 metros de altura.
El nombre de la localidad se debe al célebre Cristóbal Colón, del que se dice era nativo de este enclave.
Desde aquí todavía podemos ver también algunas huellas de lo que fue el antiguo puerto de pesca tradicional, antes de que el turismo transformara todo el pueblo.
Avanzando hacia la zona de la Platgeta des Camp Roig se aprecian cómo las viviendas se han ido levantando sobre los pequeños hangares náuticos dando al lugar un aspecto muy pintoresco.
Entrante de S´Algar
Desde este sitio parte un camino de tierra que salva la lengua oriental de orografía de la bahía para aproximarnos rápidamente al litoral, concretamente al entrante de S´Algar.
Al sur, la Punta de Sa Galera protege a este accidente geográfico. Al norte, lo hace la Penyal Roig.
No son muchos los bañistas que frecuentan esta orilla ya que piedra y roca dominan el entorno.
Precisamente estos elementos serán los más incómodos a superar en la siguiente senda a la que nos incorporamos, y que se dirige al norte perfilando la línea costera.
Tramo con vistas a Les Serres de Llevant
Haciendo un alto en el pedaleo podemos apreciar al oeste la cadena montañosa de Les Serres de Llevant. En una de sus cimas, a 510 metros de altitud, en el Puig de Sant Salvador se emplaza un santuario homónimo del siglo XIV.
También se adivinan otras cotas, como la rocosa Mola des Fangar. Nosotros a reanudar la marcha. Circularemos otros 600 metros por este firme hasta que desembocamos en las calles de la localidad de Cala Murada.
Cala Murada
A esta urbe costera va a desembocar el Torrent des Fangar, un curso de agua que precisamente recibe aportes de las montañas que veíamos anteriormente. El torrente va descansar en esta playa que recibe el mismo nombre que la localidad.
Miles de turistas disfrutan cada año de esta mezcla de agua salada y dulce.
Para continuar nuestro viaje regresamos al puente que cruza el torrent y tomamos una senda que va remontando sus meandros. Es un tramo bien bonito, de espesa vegetación aunque lamentablemente apenas cuenta con 1 kilómetro de distancia.
Después, salimos a un tramo de carretera que nos aguarda con varios toboganes en el perfil, alguno de ellos nos pilla por sorpresa.
Cales de Mallorca
Tras tres kilómetros aproximadamente pasamos de Cala Murada a la localidad de Cales de Mallorca, que recorremos por su extrarradio hasta incorporarnos a una pista de tierra grava.
A los pocos metros nos interrumpe una cancela, pero la salvamos por un acceso lateral para continuar la marcha.
Por este ramal de camino se pueden tomar varias bifurcaciones para acceder a varias calas de interés como, Cala Bota, Cala Virgili o Cala Pilota. Pero el track que seguimos nos dirige a otra que tampoco tiene desperdicio, Cala Magraner.
Cala Magraner
A medida que vamos descendiendo se va descubriendo el pequeño cañón de acantilados en el que se encajona esta depresión de terreno. Un arenal de unos 60 metros de longitud que nos impacta al enfilar la última curva de este tramo.
Llaman la atención las ruinas de una construcción muy próxima a la orilla. ¿Quizá una antigua residencia de vacaciones?
Puede que los dueños la abandonaran con el tiempo pues el acceso aquí ahora solo puede hacerse a pie, o en bici, como nosotros aunque esta última opción se algo más engorrosa. Tened precauciones en esta bajada.
Lo que en temporada alta se salpica de bañistas, muchos de ellos practicando el nudismo, hoy se atesta de posidonia. Esta planta marina también se protege en el mar, de hecho los barcos que fondean aquí deben evitar echar el ancla en las praderas donde crece este alga.
Bajo el manto de posidonia hay un sin fin de cantos rodados y arena. Y en las paredes de los acantilados, roca, ideales para la práctica de la escalada, disciplina deportiva de la que somos testigos.
Para continuar esta jornada debemos remontar el curso del torrente que desemboca en la cala.
Hay unos metros donde la vegetación y la piedra entorpecen la marcha pero luego mejora la cosa.
Seguidamente habrá que saltar a un nivel inferior de terreno y dejar a nuestra derecha un muro de piedra que acota una propiedad. Hacedlo con precaución ya que el muro tiene su altura.
Pedalearemos pegados a esta demarcación unos 800 metros hasta que conectamos con la carretera Ma-4014. La rodamos varios metros hacia el oeste hasta la siguiente calle a la derecha, donde el perfil comienza a ponerse serio.
Ascenso a Muntanya Grossa
Una larga recta inicial nos introduce en las faldas de Les Serres de Llevant flanqueando primeramente una serie de fincas residenciales.
Después, el trazado se endurece todavía más encarando el puerto existente entre las elevaciones del Puig Negre y el Puig na Moixa, donde la piedra hace acto de presencia en el firme.
El calor también se deja notar y preferimos terminar esta subida bajados de la bici para no desfallecer. Salvamos una cancela y aprovechamos la altura para otear las vistas hacia el Mediterráneo y a los edificios de Cales de Mallorca que dejamos atrás.
Reanudamos la marcha transitando la vertiente occidental del Puig Amoixa (sa Bandera), de 333 metros de altura, otra de las elevaciones comprendidas en este macizo conocido como Muntanya Grossa.
Progresando mientras rodeamos este accidente geográfico se dejan ver otras cotas, como la
Descenso inicial técnico
Cuidado porque el inicio del descenso por Muntanya Grossa es algo técnico.
Después el firme mejora, lo que permite avanzar con rapidez entre fincas rurales que se suceden con más frecuencia.
Sin embargo hay ciertas paradas que vienen bien para contemplar el entorno con algo más de pausa. Aquí no olvidamos cerrar bien la cancela pues estos seres que la custodian parecen querer ir a conocer mundo.
Seguimos avanzando por los terrenos de la Finca Son Mania hasta que nos incorporamos a una pista asfaltada conocida con el nombre de Camí des Presos.
El trazado se endereza luego al este proponiéndonos una amalgama de parcelas distribuidas por la campiña, algunas de ellas aprovechadas para la hospedería turística.
Y hay otras que sorprenden por ciertas manifestaciones monumentales aunque no estamos muy seguros si esta torre es de reciente construcción dada su ubicación en llanura.
Por su parte, continuando por esta variedad de pistas también encontramos áreas de terreno donde la naturaleza y la primavera nos regalan agradables estampas.
Porto Cristo
No tardaremos mucho en dar con la carretera Ma-4014 vía que nos dirigirá al siguiente destino Porto Cristo. Un carril peatonal paralelo nos facilitará el tránsito a esta localidad costera que despliega la flota de barcos de su pintoresco puerto por el meandro del Torrent de Llebrona.
Aquí solo tendremos tiempo para realizar el almuerzo y continuar el recorrido del torrent hasta su desembocadura, donde destaca el puerto deportivo y su escaparate de cotizados navíos.
Algo más adelante encontramos su playa a la que nos acercamos tras sortear unas obras. Este arenal mide unos 350 metros de longitud y sus tranquilas aguas se benefician del resguardo que ejercen los acantilados que serpentean hacia la salida al Mediterráneo.
Desde esta playa parte una empinada calle para superar el desnivel de los acantilados y situarnos poco después a las afueras de Porto Cristo, en su extremo oriental, donde tendremos que incorporarnos a un nuevo sendero de litoral.
Tramo de litoral rocoso
Y ya sabemos lo que implica este terreno, firme de tierra salpicada con incómoda roca y piedra que dificultan el paso. Debemos estar muy atentos a la rugosidad del suelo pues detrás de cada curva puede haber sorpresas acechando a nuestras ruedas.
No obstante, hay sitios donde tenemos claro que lo mejor es ir a pie, como en las proximidades del entrante Racó de s´Home Mort. Ya de por sí, la pintoresca orografía merece su pausa para ser retratada.
Después la senda mejora para avanzar pero siempre nos gusta echar la vista atrás para ver el camino recorrido. A veces se descubren cosas como la Torre del Serral dels Falcons, un edificio de vigilancia y defensa construido en el siglo XVI, en Porto Cristo.
Mirando hacia adelante, la senda zigzagueará por el matorral costero para acercarnos de nuevo a la orilla rocosa, flanqueando los salientes de Na Juliana y Punta Rasa.
Entrante de Cala Morlanda
Y a poco a poco nos iremos aproximando a uno de los entornos más seductores de esta etapa, el entrante de Cala Morlanda.
Este lugar es digno de ser recorrido a pie ya que todo su perímetro es toda una piscina natural de aguas turquesas con bonitos rincones.
Dan ganas de tirarse en bomba desde aquí ¿verdad?
Caló d’en Rafalino
Pero no hará falta jugarnos el cuello, puesto que la playa Caló d’en Rafalino, que es así como se llama este extremo occidental, tiene un lado más accesible para darse un baño.
En la parte oriental, la localidad de S´Illot-Cala Morlanda, a la que pronto llegaremos.
Rodeamos Caló d’en Rafalino para disfrutarla desde otros ángulos.
Continuaremos avanzando pegados a la orilla para descubrir una sucesión de pintorescos recovecos a los que muchos no pueden resistirse.
Realmente, la erosión crea verdaderas maravillas amenizando la orografía con decorados que atrapan.
Cala Morlanda
Llegados al extremo oriental de este entorno accedemos a la localidad y a la cala que llevan el mismo nombre que el entrante costero.
La bajada a esta zona de baño no es muy accesible, quizá por eso no sea muy frecuentada por el turismo. Sin embargo, no hay dudas de que sus aguas son muy apetecibles.
S´Illot-Cala Morlanda
Reanudamos la marcha buscando la Ronda del Matí un paseo marítimo por el que rodeamos la urbe de S´Illot-Cala Morlanda al tiempo que nos va abriendo nuevos y bonitos horizontes, como los salientes de Punta Moreia, Sa Punta y la Playa de Sa Coma.
Playa de Sa Moreia
Antes de llegar a este arenal es menester descubrir otro que está por venir, la Playa de Sa Moreia, de 300 metros de longitud aproximadamente. Nos llama la atención la limpieza tanto de su paseo como de su fina y blanca arena.
Aquí vienen a parar las aguas del Torrent de Ca n´Namer, que salvamos por puente. En estas fechas su estancado caudal parece más una pequeña laguna que la desembocadura de un río aunque eso no parece importar a los seres que lo frecuentan.
Playa de Sa Coma
Justo después terminamos de perfilar el saliente de Sa Punta para acceder a la Playa de Sa Coma. La flanquearemos en principio circulando por el cómodo carril bici desde el que también seremos testigos de los numerosos complejos hoteleros que hacen las delicias de los turistas.
Una vez dejados atrás los edificios, en el extremo norte, podemos asomarnos con más tranquilidad para contemplar los casi 800 metros de playa galardonada con la bandera azul por la limpieza de sus aguas.
Sa Punta de n´Amer
Al norte nos espera la lengua de tierra de Sa Punta de n´Amer, declarada Área Natural de Especial Interés por su flora, fauna, sistema de dunas y su legado histórico cuyo mayor hito representativo lo encontramos en la torre defensiva de “Es Castell”.
Este edificio se levantó a finales del siglo XVII aunque sufrió una restauración en el siglo XX. Desde lo alto de la torre se obtienen buenas vistas de todo el enclave aunque mala suerte para nosotros, justo cuando estábamos entrando terminaba el horario de visita.
Nos tendremos que imaginar cómo los soldados oteaban el horizonte en busca de posibles incursiones piratas. Desde nuestra posición las vistas no son desdeñables, al sur de domina parte del litoral de Sa Coma y S´Illot y al norte, la Badía de Son Servera y la Serra de Sant Jordi cerrando el horizonte.
Cala Millor
Nuestras próximas pedaladas pondrán este paisaje como escaparate central descubriendo en su atrezo la localidad de Cala Millor y su larga playa homónima. El track que seguimos evitará circular por este entramado urbano para dirigirnos al interior.
Vía Verde Manacor – Artà
La ruta parece acercarnos de nuevo a las estribaciones de Les Serres de Llevant ascendiendo suavemente por una carretera secundaria hasta incorporarnos a la Vía Verde Manacor – Artà.
Este antiguo trazado ferroviario une estas localidades en un total de 29 kilómetros de recorrido y conserva, como iremos viendo, algunos de los elementos típicos de estas infraestructuras. Por ejemplo, las trincheras, esas secciones que se cavaban en la tierra para atravesar las montañas.
Por su parte, hay otras intervenciones, como las agradables áreas de descanso que flanquean el recorrido. Estas se colocaron aprovechando los trabajos realizados en el año 2009 dirigidos el fallido intento de ensanchar esta red de ferrocarril.
La vía verde pasa por la localidad de Son Servera, que como vemos todavía conserva su antigua estación de ferrocarril.
Tracks de Mallorca nos propone abandonar este trazado para ir por un interesante sendero, pero sinceramente, con los despistes nos saltamos el desvío. Así que continuamos por aquí el viaje que tampoco tiene desperdicio.
Breve historia de esta línea ferroviaria
Esta antigua línea de tren comenzó a funcionar en el año 1921 pero el crecimiento de la red de carreteras y el uso del coche provocaron su decadencia y su cierre en 1977.
A inicios del siglo XXI se intenta recuperar la línea ferroviaria pero tras varias polémicas y una fuerte crisis económica se paralizaron las obras. Afortunadamente para nosotros, luego se tomó la acertada decisión de aprovechar el trazado para disfrute recreativo, siendo 2015 el año de la inauguración de esta fantástica Vía Verde Manacor – Artà.
Una gozada de recorrido entre prados, bosques y estampas de campiña agrícola y ganadera, que se ve salpicado de cerros por los que el trazado serpentea.
Artà
Trece son los kilómetros que abordaremos por este tramo hasta nuestro final de etapa, Artà, localidad que ya desde la distancia presenta unas credenciales históricas inconfundibles con el Santuario de Sant Salvador en lo alto de un cerro y rodeado por la muralla fortificada de La Almudaina.
El Santuario es del siglo XIX y la muralla es originaria de la ocupación musulmana aunque esta última, ya conquistada en el siglo XIII por las tropas de Jaume I, sufrió una gran transformación en el siglo XVI para proteger a la población de los ataques piratas.
En niveles inferiores también se deja ver la Iglesia de la Transfiguración del Señor, un templo del siglo XVI levantado sobre otro del siglo XIII.
No hay duda de que Artà rezuma historia por los cuatro costados. Nosotros seguiremos escribiendo la nuestra en esta fascinante Vuelta a Mallorca.
¡Hasta la próxima!