
SUBIDA al PICO TORRECILLA
Subimos al Pico Torrecilla, uno de los más altos de la provincia de Málaga con 1.919 metros de altitud. Hay quien lo sitúa como el más alto por la controversia creada por la ubicación de la cima La Maroma, en el límite entre Málaga y Granada.
La ruta que hoy afrontamos nos va a sorprender por las masas forestales de pinsapos que encontramos en las Cañadas del Cuerno y de las Ánimas.
Este especie abeto mediterráneo solo crece de manera natural en Málaga y Cádiz en las Sierras de las Nieves y Bermeja, para la primera provincia y en la Sierra de Grazalema para la segunda.
Hay otras zonas puntuales de España donde se ha repoblado.
Otra especie arbórea que encontraremos y que no nos dejará indiferente son los quejigales de alta montaña, hoy en recuperación tras ser explotados por el hombre durante años.
Antes de encarar el fuerte ascenso final al Torrecilla también visitaremos un Pozo de Nieve y una antigua surgencia de agua.
En la cima disfrutamos de vistas espectaculares a gran parte del territorio andaluz. La Maroma, el Torreón o Mulhacén pueden apreciarse desde aquí. Os dejamos los enlaces en los que subimos a estas cimas:
✅ MÁLAGA – La Maroma ( 2065 mts)
✅ CÁDIZ – El Torreón (1.654 mts)
✅ GRANADA – Mulhacén (3.479 mts)
Cerca se encuentra el Valle del Genal, donde hay fantásticas rutas de senderismo por si queréis aprovechar para seguir conociendo la zona.
Nosotros así lo hicimos, y para optimizar los tiempos escogimos un alojamiento a caballo entre estas localizaciones, el 👉🏨HOSTAL RESTAURANTE EL NAVASILLO
Área Recreativa de los Quejigales
Hola amig@s,
Empezamos la ruta desde el Área Recreativa de los Quejigales por el que rápidamente, orientándonos al noreste, nos incorporamos a una pista forestal que nos recibe con una entrañable escena familiar equina.

Un panel informativo junto a una pasarela de madera nos anuncia un cambio de dirección para continuar por el sendero que anuncia.

Ascenso por la Cañada del Cuerno
El nuevo rumbo cruza el cauce del arroyo de la Cañada del Cuerno por la pasarela y nos mete de lleno en el inicio de un exigente ascenso.

En estos primeros compases la arboleda predominante que nos cobija es la del pinar, que acolcha ciertos tramos del firme con las hojas aciculares que ya se desprendieron de las ramas.
Mientras nos entretenemos salvando por tablas aquellas zonas que presentan barrizales observamos cómo, de cuando en cuando, se deja ver algún pinsapo, aunque no tardarán mucho tiempo en ganar protagonismo sobre los pinares.
Otro ingrediente que se añade a la ruta son paneles interpretativos del entorno, de su flora y su fauna. Uno de ellos nos habla de la Cabra Montés, especie que lamentablemente hoy no tendremos suerte de ver.
Pero no importa, la jornada de hoy presenta numerosos alicientes como para hacerla atractiva, como por ejemplo, las vistas que vamos obteniendo una vez que vamos ganando altura por esta vertiente, que por cierto, se va accidentando.

Al oeste ya se ve debajo el Área Recreativa de los Quejigales, lugar del comienzo de ruta.
Y hacia arriba, el serpenteante sendero que ya ha dejado atrás el bosque de pinares y que poco a poco se va poblando de pinsapos.
Estos metros son algo más rocosos y verticales, y se exponen más al vacío, aunque el trazado aligera en llevarnos al pinsapar y presentarnos sus credenciales.
Los Pinsapos
Magníficos ejemplares de este abeto mediterráneo ya empiezan a dejarnos con la boca abierta debido a sus formas y alturas. Pueden llegar a medir hasta 30 metros y algunos de ellos seguro que sobrepasaron más de una centuria de edad.
Otros, en cambio, empiezan a dar sus primeros estiramientos de vida. Aunque se temía que el cambio climático afectaría a esta especie en peligro de extinción parece ser que el pinsapo se está adaptando mejor de lo que se pensaba.
Este abeto necesita unas condiciones específicas para su crecimiento, escogiendo sobre todo zonas de umbrías donde los inviernos son fríos y los veranos frescos o al menos con cierta humedad.
Las temperaturas no deben ser muy extremas y las precipitaciones deben ser abundantes en el otoño y la primavera.
Actualmente, en toda Europa, solo crecen de manera natural en Málaga y Cádiz en las Sierras de las Nieves y Bermeja, para la primera provincia y en la Sierra de Grazalema para la segunda.
La escasa presencia de estas masas forestales dan valor a estos entornos siendo coherente que se cataloguen como espacios protegidos.
Avanzar por aquí es todo un espectáculo, a veces parece transportarnos a épocas milenarias, donde hay verdaderas reliquias que todavía permanecen en pie aunque otras en cambio dejaron de tener suerte.
La senda continúa remontando la Cañada del Cuerno encarando pendientes que pueden llegar a superar el 30 por ciento de inclinación, adaptándose a la orografía pedregosa y esquivando troncos, raíces y las ramas de la frondosidad.
Llegados a los 1.600 metros de altitud, la masa forestal comenzará a disiparse para dar cabida a un paisaje dominado por una vegetación a base de piornales, que son esos matorrales con aspecto almohadillado y que bien se adaptan a estas latitudes.
Puerto de los Pilones
A cielo abierto se abren los horizontes que dejamos a nuestra espalda, como la Sierra de la Hidalga enclavada dentro del gran perímetro de la Serranía de Ronda.
Ante un día tan despejado son numerosos senderistas los que no pierden la oportunidad de ascender al Torrecilla.

Esta primera parte de ascenso va a conectar con una pista más ancha de tierra y grava que culmina en el Puerto de los Pilones.
Aquí hay un interesante panel interpretativo que nos cuenta las condiciones extremas para la vida en este calizo terreno y nos señala algunas localizaciones de interés, como nuestro objetivo de hoy, el Torrecilla y otros como el cerro de La Alcazaba o el Mar Mediterráneo al fondo.

Para continuar, dejamos atrás el Puerto de los Pilones tomando una senda que va hacia el noreste. Este kilómetro que afrontamos ahora es mucho más llevadero ya que prácticamente llaneamos por el perfil y el firme se muestra más cómodo.
Los Quejigos de Alta Montaña
Por su parte se añaden nuevos alicientes, como la especie arbustiva de los Quejigos de alta montaña. Son árboles centenarios de hoja caducifolia aunque hay algunos miembros jóvenes fruto de la repoblación pues la intención es recuperar lo que la mano del hombre destruyó.
La madera del Quejigo es muy resistente y fantástica para la combustión. No hace demasiados años se usaba para el carboneo y para la producción de hielo en los neveros y al no haber ningún tipo de control ambiental casi acabamos con ellos.
Dicen que esta zona es espectacular cuando hay nieve, las ramas desnudas de los quejigos se cubren de blanco dotándoles de un aspecto fantasmagórico y tenebroso.
En otro orden de cosas, las panorámicas al suroeste comienzan a descubrir nuevos horizontes. Vemos el Cerro Abanto, la Sierra de las Trincheruelas, y la reconocible Gibraltar con su famoso Peñón. Y si apuramos más, se adivinan hasta las costas africanas.
Pozo de Nieve de Tolox
El Camino nos dirige ahora hacia la vertiente sur de Cerro Alto, de 1.778 metros de altitud, pero antes de recorrer sus faldas hay que visitar otro de los hitos destacados de la ruta, el Pozo de Nieve de Tolox.
Esta infraestructura circular hoy reconstruida se usó desde el siglo XVII hasta el XX para abastecer de hielo a la ciudad de Málaga y a otras localidades.
La nieve del invierno se podía almacenar hasta el verano gracias a la ubicación del nevero, situado en la zona de umbría de la montaña donde la humedad es más alta y la temperatura más baja.
Animales de carga transportaban la nieve por la noche en unos capachos que se aislaban con elementos naturales para evitar la descongelación.
Entre collados y dolinas
La ruta vira ahora hacia el oeste, perfilando la falda sur del Cerro Alto mientras mira al collado existente entre los Cerros Bernardo y Mateo. Alcanzar este punto bajo en la línea de cumbre de las dos elevaciones conlleva un pequeño ascenso aunque no demasiado exigente.

Al coronar el collado se planta en el terreno una pequeña planicie o dolina que atravesaremos con comodidad. Las dolinas son depresiones que se forman en terrenos calizos fruto de la descomposición de la roca en arcilla tras varios procesos químicos naturales.
Las Simas
Los terrenos calizos como este también sufren otros procesos erosivos, como las simas. La ruta se aproxima a la Sima del Tejo. Estos accidentes son cavidades que se abren en vertical hacia el exterior, a modo de pozos, grietas o conductos por los que se filtra el agua a capas inferiores.
Disfrutamos unos momentos de las heladas que acompañan a esta sima y reanudamos la marcha.
En estos parajes podemos encontrar otras simas. La más importante y localizada muy cerca de aquí, es la denominada Sima GESM, la más profunda de toda Andalucía, con una profundidad explorada de 1.100 metros. ¡Ahí es nada!
Eso en cuanto a lo más profundo, porque en lo referente a lo más elevado encontramos el Mulhacén, con 3.479 metros de altitud, situado en las cumbres de Sierra Nevada que se dejan ver en las impresionantes vistas hacia el este.
A continuación, terminamos de perfilar el Cerro Mateo por su vertiente nororiental y comenzamos a encarar un bienvenido tramo con tendencia descendente.
Nuevo tramo de quejigales
Por aquí volveremos a ser testigos de otros buenos ejemplares de quejigos de alta montaña aunque alguno que otro parece que pasó a mejor vida. Pero cuidado, quizá estén más vivos de lo que pensamos.
Dentro del Parque Nacional de la Sierra de las Nieves también se dejan ver los Picos Cabrilla y Prieta de 1.506 y 1518 metros de altitud respectivamente.

Y frente a nosotros, a sureste, el pico Torrecilla, con su cumbre esperando nuestra llegada.
El Pilar de Tolox
La tendencia en bajada se verá interrumpida en el momento que iniciamos el rodeo al Cerro del Pilar. Serán unos escasos metros de ascenso que flanquean un pintoresco mogote de roca caliza.
Después descenderemos a otro de los enclaves destacados de esta ruta, el Pilar de Tolox. Se dice que esta surgencia acuífera o manantial tiene muchos años de antigüedad.


También se la conoce como Fuente de los Machos y viendo la forma de almacenaje del agua a modo de abrevaderos su función principal pudo ser la de abastecer al ganado.
En una de las cavidades del afloramiento calizo se puede ver una talla de la Virgen de Santa María de la Victoria. Puede que sea la imagen de la Patrona de Málaga que se encuentre a mayor altitud, haciendo aquí las veces de protectora de los amantes de estas montañas.
Desde luego para quienes sean creyentes, un poquito de fe no les vendrá mal para acometer el tramo final de subida ya que promete su dureza.
Último empujón hacia la cima del Torrecilla
En principio terminamos de descender el Cerro del Pilar hacia el Cerro el Pozuelo y mientras lo hacemos resulta inevitable escudriñar la pared que nos queda pendiente.
Es una buena forma de prepararnos mentalmente ante los rampones que ya empezamos a sufrir. Y lejos de minar la moral, lo que conseguimos es alimentarla con esa sensación de querer alcanzar un nuevo reto.
Por esta ladera noroccidental del Torrecilla parece que también se están efectuando repoblaciones de quejigos y pinsapos, al menos en estos primeros compases.
Tan absortos estamos mirando a los alrededores que nos despistamos del trazado más asequible de subida. Así que abordamos la pendiente de cara para volver a recuperarlo.
El firme por aquí también está algo pisado, pero es mucho más empinado y hay que prestar mucha atención porque algunas piedras pueden resultar deslizantes.
Tras casi 200 metros de dura pendiente por fin damos con el trazado más conocido. Tampoco es que sea un camino de rosas, pero al menos el continuo tránsito de senderistas mejora el estado del firme.
Eso sí, tenemos que tener cuidado con las zonas de hielo ya que un mal resbalón puede arruinarte el día.
Por su parte, la ganancia de altura ya empieza a brindarnos fantásticas vistas a las sierras colindantes. De momento, a todas aquellas que dan al flanco suroeste.
Cima del Torrecilla (1.919 metros)
En pocos metros más de empuje hacia arriba conseguiremos obtener vistas 360 grados, en cuanto toquemos techo en esta cumbre del Torrecilla que hoy encontramos atestada de gente.

No es para menos, el día está fantástico para subir aquí y disfrutar de uno de los puntos más altos de la provincia de Málaga. El cielo despejado y sin apenas brumas nos brinda panorámicas espectaculares a gran parte del territorio andaluz.

Nos apartaremos unos momentos del bullicio de la cumbre para tomarnos un merecido tentempié mientras nos deleitamos con estas estampas.
Al Oeste, seguimos la línea de relieves de la Serranía de Ronda hasta dar con El Cerro Malaver, los Picos Lagarín y La Graja, Sierra de Líjar y el Parque Natural de la Sierra de Grazalema, donde adivinamos el techo de Cádiz, el Torreón con 1654 metros de altitud.


Las cimas Cerros Alcojada, Abanto y del Duque se divisan al oeste y corresponden a las Sierras de las Nieves. Más al fondo las cumbres de Sierra Bermeja y Parque Natural de los Alcornocales. Virando más hacia el sur nos topamos con el Estrecho de Gibraltar, su Peñón y la vecina África.

Hacia el sur y este, Sierra Real y le siguen los perfiles de Sierra Blanca, Sierra de Camucha, Sierra de Alpujata y la Sierra de Mijas flanqueando la costa malagueña. Y más lejanas, las Sierras de Tejeda y Almijara y Sierra Nevada cerrando el horizonte.


Algunos senderistas también afrontan el ascenso al Torrecilla por su vertiente sur. Nosotros vamos a aprovechar ahora que el punto geodésico está más despejado de gente para hacer las tomas de rigor.
Por cierto si queréis dejar alguna nota en el buzón sois libres de hacerlo aunque al estar tan expuesto quien sabe si permanecerá ahí por mucho tiempo.
Llega el momento de descender, esta vez sí intentando tomar el trazado correcto. Al estar orientados al norte podremos ver otras zonas de la Serranía de Ronda y pueblos cercanos como Yunquera, Alozaina o Tolox.
Pero a medida que descendemos estas vistas regresan al terreno ya conocido.
Regreso al Pozo de Nieve de Tolox
Tenemos que deshacer los pasos hasta llegar al Pozo de Nieve de Tolox, donde tomaremos una nueva senda que permitirá finalizar la jornada de manera circular.
Por tanto, volveremos a rodear primero el Cerro del Pilar para luego planear por los quejigales de alta montaña. Yendo en sentido contrario podemos descubrir ciertos picos que antes se nos pasaron por alto, como el Peñón de los Enamorados, de 1773 metros de altura.
Después, realizamos el tramo que nos lleva por la Sima del Tejo para descender a la dolina y superar el collado que nos hará transitar por el otro intervalo de Quejigales.
Puerto del Oso
Finalmente, llegamos al pozo, situado en la zona conocida también como el Puerto del Oso donde tomamos la nueva ruta.
El perfil de este puerto se asemeja a otra dolina, una planicie ligeramente hundida entre elementos calizos.
Cañada de las Ánimas
Rápidamente salimos de ella por las faldas meridionales de Cerro Alto para virar a continuación al oeste e ir enfilando la Cañada de las Ánimas.

Poco a poco nuestro paso se empezará a minar de pinsapos y cuanto más descendamos más densa será su masa forestal, sobre todo porque la especie se encuentra bien cobijada por los Riscales de La Zorrera.
Nos toca por tanto, disfrutar de otro fascinante tramo de pinsapos. Quizá este incluso nos resulte más lúgubre, frío y sobrecogedor. Aquí, en esta época del año no parece que la luz del sol tenga demasiada influencia.
Un tramo fascinante y sobrecogedor
Entre las zonas heladas, la maraña de raíces, troncos muertos, ramas que se entrecruzan sumada a la pavorosa sombra que estos ejemplares de abetos proyectan sobre nosotros no es difícil sentir un ligero cosquilleo inquietante. Como si de repente fuera a asaltarnos una bruja.
Aún así, nos encanta.
El verdín del musgo agarrado en piedras y ramas es otra prueba más de la alta concentración de humedad que sufre esta zona. Esta circunstancia es beneficiosa para el crecimiento de los pinsapos.
Lejos de querer asfixiarnos entre tanto árbol, el bosque abre ciertos ventanales para que podamos recuperar esa sensación de libertad. Aquí, nos ofrece vistas a Sierra Blanquilla con su pintoresco cerro de 1.428 metros de altitud.

A continuación, seguimos perfilando esta ladera hasta que el camino pone a prueba nuestras aptitudes contorsionistas.
La verdad es que encontramos multitud de pinsapos vencidos por uno u otro motivo y aunque nos resulta triste verlos en ese estado no dejan de resultarnos admirables.
Mirador de los Coloraíllos
Bien orientados al oeste y con la tarde ya en sus horas bajas, vemos cómo el sol consigue filtrarse entre la amalgama de ramas del bosque. Son las mismas ramas que hacen del telón que va descubriendo la siguiente localización, el Mirador de los Coloraíllos.

Desde aquí hay grandes vistas al Cerro de los Arcos, Sierra de la Hidalga y Sierra Blanquilla cuyos perfiles se acentúan con la caricia del sol. Más que montañas parece una sucesión de dunas.
A partir aquí dejamos atrás la Cañada de las Ánimas y la espesura del bosque y avanzamos en descenso hacia la Cañada del Enmedio.
Cuidado al llegar a esta depresión porque podéis encontrar zonas de barrizales.
Luego continuamos bajando por firme de tierra y piedra suelta hasta dar con el Puerto de los Quejigales. En este hito conectamos con la pista forestal por la que partimos al inicio de la ruta.
Para finalizar esta ruta solo tendremos que dejarnos guiar por el trazado de este camino hasta llegar al Área Recreativa de los Quejigales.
Hasta la próxima!

