
RUTA por JEREZ de los CABALLEROS
Hoy viajamos a Jerez de los Caballeros para vivir una fascinante visita cultural en vísperas de sus famosas Fiestas Templarias.
Aprovecharemos la Ruta Templaria que propone el Ayuntamiento para conocer algunos de sus monumentos más representativos.
De esta forma descubriremos las distintas Iglesias Parroquiales, Ermitas, Fuentes, Palacios, la Alcazaba y el Recinto Amurallado del que todavía quedan en pie dos de sus antiguas 6 puertas.
Por todo esto y mucho más Jerez de los Caballeros forma parte de la asociación Los Pueblos Más Bonitos de España.
Por su parte, desvelaremos algunos datos sobre la historia de esta tierra de descubridores y del trágico suceso en el que murieron los últimos caballeros templarios de la villa.
Este último suceso podremos vivirlo en la obra de teatro «En el Nombre de Jerez«, uno de los espectaculares reclamos turísticos que han convertido estas jornadas templarias en Fiesta de Interés Regional, aunque no nos extraña que pronto sean de interés nacional.
✅ La localidad de Orcera está incluida en la 👉 Ruta Mágica 18 de los Pueblos Mágicos de España, ¡no te la pierdas!
👉DESCARGA EL TRACK DE LA RUTA
Valle del Río Ardila
Hola amig@s!
Nos encontramos en Badajoz, provincia de Extremadura, ascendiendo entre dehesas por la orilla norte del Valle del Río Ardila.
Jerez de los Caballeros
Jerez de los Caballeros, el destino de hoy ya empieza a verse entre las ondulaciones de la orografía.
Ermita de San Lázaro

De entrada, este pueblo nos recibe con su Ermita de San Lázaro. Sus ruinas no le confieren muy buen aspecto pero nos sirven como una primera muestra del rico patrimonio que encontraremos en este lugar.
Aunque se desconoce la fecha exacta de su fundación se dice que pudo crearse en la etapa templaria. Son varias las ermitas que en la Edad Media estaban advocadas a San Lázaro y que atendían a los afectados por la lepra.
Además, está documentado que en el año 1511 el templo ya se encontraba abierto al culto.
Estilos arquitectónios de la Ermita de San Lázaro
Entre los estilos que los estudiosos identifican en su arquitectura se percibe por un lado, el arco gótico de la entrada principal.
Por otro lado, la arcada renacentista del acceso porticado del atrio, donde resaltan arcos de medio punto hechos en ladrillo sostenidos por columnas de granito con capiteles de tipo toscano. Del mismo modo, elementos del renacimiento también se advierten en la sufrida espadaña.
Finalmente, hay quien sugiere que algunas de las bóvedas del interior siguen el orden barroco.
Alcanzar Jerez de los Caballeros por su flanco sur nos permite contemplar una estampa sorprendente, a priori inexpugnable, con esas murallas que ascienden de manera escalonada hacia una Alcazaba.
En este skyline de la urbe también se adivina la silueta de una Iglesia, la de Santa María de la Encarnación. Mientras nos dirigimos a ella para visitarla advertimos que Jerez se engalana de tapices, gallardetes y banderolas para festejar sus Fiestas Templarias.
Más tarde las disfrutaremos en todo su esplendor. Ahora nos centramos en este templo cuyo aspecto exterior corresponde en su mayoría al siglo XVI.
La torre, en cambio, es del siglo XVIII, neoclásica. Es de planta cuadrangular y se compone de 4 cuatro cuerpos que terminan rematados por una cúpula poligonal esquifada. La cúpula renacentista del crucero, en cambio, se remata con un pináculo.
La torre se sitúa a los pies de la iglesia lo que hace que su cuerpo inferior comprenda un acceso porticado al edificio.
Este espacio lo aprovecha una familia de aviones comunes para crecer y curiosear a los turistas que deambulan por aquí.
Interior del templo
Nada más acceder al interior compramos la entrada que nos permite visitar los cuatro templos de Jerez de los Caballeros. Después, comenzamos a disfrutar de esta planta de cruz latina con tres naves separadas por arcos formeros de pilares cruciformes.
Las bóvedas son de cañón hasta que en el crucero la central se ve interrumpida por una cúpula renacentista. Entre las imágenes que ocupan las pechinas destacamos Santa Ana y San José, unas obras muy afectadas por el incendio que aconteció en el año 1965.
El Altar Mayor también quedó muy perjudicado, de hecho, el retablo que hoy se exhibe viene a reemplazar el anterior quemado. Es de estilo neoclásico y su hornacina central está ocupada por la Virgen de la Encarnación.
El cuerpo superior muestra una pintura con la escena de la Anunciación.
Por su parte en el brazo de la Epístola hay un retablo del siglo XVIII que alberga la venerada imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Este espacio reluce bajo una bóveda de crucería nervada.
En el lado de Epístola también podemos encontrar una capilla en la que destacamos la imagen del Cristo del Descendimiento, y la talla de la Magdalena Penitente, atribuida esta última al escultor Pedro de Mena.
Enfrentada a esta capilla, en la nave del Evangelio, damos con otra que guarda la obra de la Virgen de la Leche. Observando sus detalles bien podemos dilucidar el porqué recibe este nombre.
Columna visigótica
Para terminar topamos con un espacio donde una columna nos dice que “el día noveno de las calendas de enero, de la era 594 fue dedicada esta iglesia a Santa María”. Esto confirma que el templo es el más antiguo de la villa, del siglo VI, en la época visigótica.
Parque de Santa Lucía

A continuación regresamos al área de extramuros para introducirnos en el Parque de Santa Lucía. Desde aquí vamos a tomar como base la Ruta Templaria que propone el Ayuntamiento para ir conociendo otros puntos de interés de la villa.
Este agradable paseo asoma a las vegas del río Ardila y a los perfiles de Sierra Morena. Al mismo tiempo, va rodeando la muralla que levantaron los templarios en el siglo XIII sobre un antiguo recinto fortificado almorávide.
Una fuente y varios tramos de arboleda consiguen amortiguar de alguna forma las altas temperaturas del mes de julio.
Ermita de Santa Lucía
Este parque se construyó en el siglo XVIII y debe su nombre a la Ermita de Santa Lucía que ya existía en el siglo XVI. En la actualidad, las instalaciones del templo las ocupa este bar.
Homenaje a Cristóbal Colón
Junto al mismo hay una talla que homenajea a Cristóbal Colón como personaje del proceso del descubrimiento de América. La obra del escultor Lorenzo Coullaut fue donada a Jerez en 1970 por la ciudad de Sevilla luego de haber sido expuesta en la Exposición Iberoamericana de 1929.
Cuando la muralla perdió su función militar se empezó a permitir construcciones de casas en el adarve. Hoy podemos verlas perfectamente integradas en los lienzos de mampostería haciendo las veces de terrazas y habitaciones al exterior.
A continuación abandonamos el parque siguiendo el trazado de la fortificación para dirigirnos al norte por la Calle San Agustín. La esbelta torre de la Iglesia de San Miguel Arcángel asoma al final sobre los tejados de esta arteria.
Palacio de los Marqueses de Rianzuela
En esta calle también podemos encontrar un hito de arquitectura civil, el Palacio de los Marqueses de Rianzuela. El complejo se conforma por un edificio de dos plantas de dimensiones generosas.
La fachada principal fue construida en el siglo XVIII y exhibe en la zona central de la cornisa el escudo de armas de la familia, hecho en mármol blanco.
El linaje los Rianzuela perteneció a ese grupo de nobles que desde el siglo XIV eligió Jerez de los Caballeros como lugar de residencia.
Si avanzamos varios metros más por esta calle damos con la denominada Luis de Sotomayor y Terrazas. Por esta vía podemos regresar a la Iglesia de Santa María de la Encarnación.
Calle Detrás de los Corrales
Sin embargo, vamos a deshacer nuestros pasos realizados por San Agustín para incorporarnos a una calle paralela, la conocida como Detrás de los Corrales.
Justo aquí se emplazaba la Puerta Nueva, la última que se construyó de las 6 que daban acceso al recinto fortificado. Hoy nada queda de ella puesto que se destruyó en el siglo XIX.
La calle Detrás de los Corrales comprende el lado occidental de la ciudadela y como pruebas incontestables son los restos de torreones semicirculares y algunos lienzos de mampostería.
Iglesia de Santa Catalina
Antes de recorrer toda esta arteria vamos a girar hacia el oeste por la calle Don Víctor para ir en busca del siguiente templo, la Iglesia de Santa Catalina.
A primera vista sorprende la altura de su torre, de unos 60 metros. Se construyó entre 1756 y 1772, justo después del terremoto de Lisboa de 1755 y combina elementos barrocos con otros neoclásicos.
El terremoto de Lisboa también dañó la estructura del edificio lo que provocó reformas barrocas. Anteriormente, la iglesia constituía una ampliación realizada en el siglo XVI sobre el anterior templo gótico del siglo XV.
Fruto de estas ampliaciones son las grandes bóvedas de crucería estrelladas que descansan sobre semi columnas y que permiten mostrar toda la amplitud de su única nave. Los arcos ciegos empotrados en los muros son apuntados, característicos del estilo gótico.
Centradas en sus paños se colocan vidrieras de bonita factura y a los pies del templo, en el coro, un precioso órgano tallado en madera instalado en 1786.
Retablo barroco del Altar Mayor
Pero sin duda, lo que nos deja boquiabiertos es el espectacular retablo barroco que ocupa la totalidad del ábside adaptándose a sus formas. Unas 30 columnas salomónicas sostienen esta estructura de dos cuerpos ricamente decorados en madera policromada y que está dedicada a Santa Catalina mártir.
El segundo piso lo protagoniza un cuerpo en forma de concha gallonada que hace de cubierta de la temática central del retablo.
Esta impresionante obra artística se realizó entre los años 1746-1750 por Francisco Martínez Cañet e Ignacio el Tallista.
En los tramos laterales encontramos por un lado el Camarín de la Virgen del Rosario decorado con yesería y por el otro, la escultura del Cristo Resucitado, creado por los hermanos Ortega Brú y restaurado por el escultor Rafael Martín Hernández.
Para terminar, otro retablo barroco de gran porte es el dedicado a Santa María y que encontramos en una de las capillas laterales.
Reanudamos la ruta templaria regresando a la calle Detrás de los Corrales para recorrerla en su totalidad. De esta forma podemos ser testigos de varias de las torres semicirculares y lienzos de muralla que componían el antiguo recinto fortificado. Hoy ya forman parte del propio armazón de viviendas.
Puerta de la Villa
Detrás de los Corrales va a desembocar a la calle Piteles, vía que a escasos metros nos presenta la Puerta de la Villa, del siglo XIII. Este es uno de los dos antiguos accesos a la ciudad que todavía se mantienen en pie y que además conserva su estructura original.
Un arco apuntado y otros rebajados se alternan en un pasillo en recodo escalonado y abovedado en ladrillo.
Capilla de San Antonio
En el interior encontramos la Capilla de San Antonio, o San Antoñito, como la conocen los jerezanos. Si entras por el otro lado de la puerta te darás de bruces con ella. Fue construida en el siglo XV y alberga un retablo barroco que está presidido por San Antonio de Padua.
Junto a la reja de hierro hay una placa que nos dice que todo este recinto fue mejorado en 1844 por la Señora Doña Suceso Sotomayor, quizá una vecina adinerada de Jerez.
Fuente de los Santos
El otro lado de la Puerta de la Villa desemboca en la Plaza Fuente de los Santos. Aquí encontramos una fuente que lleva el mismo nombre y que se ve acompañada por una alberca.
La fuente es del siglo XVI y tiene planta octogonal de piedra. De su centro se eleva una pieza de hierro forjado con 8 caños que se ve coronada por la talla de un niño. Este sostiene un recipiente que puede servir de macetero o para colocar algún tipo de lámpara.
Frente a este hito etnográfico podéis encontrar una panadería / bollería en la que haceros con algunos productos tradicionales de Jerez.
Iglesia de San Miguel Arcángel
Acto seguido continuamos hacia el este para visitar el tercer templo incluido en nuestra entrada: la Iglesia de San Miguel Arcángel.
Este edificio comenzó a construirse sobre la segunda mitad del siglo XIV cuando la villa de Jerez de los Caballeros pasó a pertenecer a la Orden de Santiago, una vez disuelta la Orden del Temple.
La gran torre de más de 60 metros es posterior, construida por Juan Alfonso de Ladera entre 1749 y 1756. Su cuerpo de campanas y remate resaltan sobre el resto con su decoración barroca conformada por azulejos, ladrillos visto y barro cocido.
A los pies de la torre se abre la portada occidental, de estilo renacentista, del siglo XVI. En la fachada septentrional, en cambio, encontramos la Puerta del Perdón de estilo gótico, obra constructiva más cercana al año 1463, que es la referencia más antigua documentada de la iglesia.
La última entrada se halla en la fachada meridional y está creada en mármol blanco bajo cánones platerescos.
Interior de la Iglesia de San Miguel Arcángel
Pasando al interior nos dirigimos a los pies del templo, donde se ubica la Capilla Bautismal de estilo gótico. Barroco, en cambio, es el retablo que preside una imagen de la Virgen del Carmen.
En este flanco destacamos también la bóveda nervada de la entrada y una capilla en la que se encuentra una talla del Señor Coronado de Espinas.
Una sillería coral nos sorprende en la nave central de las tres que conforman la planta. Es de estilo renacentista, de inicios del siglo XVI. Las dos filas de asientos que eran ocupados por caballeros de la Orden de Santiago. El escaño presidencial está ricamente decorado exhibiendo además la Cruz de la orden.
Un coro alto con balaustrada y órgano en dorado se aprecia en el piso superior de los pies de la iglesia.
Imaginería de Semana Santa
Caminando por la nave del Evangelio podemos admirar una capilla con variada imaginería de la Semana Santa Jerezana. Así, vemos la talla de la Virgen del Silencio y las figuras de la Oración en el Huerto, la Virgen de los Desamparados y el Señor Ecce Homo.
Por su parte, en la siguiente capilla advertimos las tallas del Cristo Coronado de Espinas y la de María Santísima de la Amargura.
Retablos de las cabeceras de la epístola y el eangelio
Llegando a la cabecera del Evangelio nos llama la atención por un lado la nervadura de esta bóveda que muestra entre sus aristas lo que queda de unas pinturas al fresco. Por otro lado, el majestuoso retablo barroco de la Purísima Concepción costeado por el Marqués de Rianzuela en 1.781.
Las imágenes de San Pedro y San Pablo escoltan por los laterales el camarín que alberga a la Virgen.
Por contra, en la cabecera del Evangelio hay otro camarín, el de la Virgen del Rosario, salpicado de estrellas. El retablo en el que se emplaza tampoco se deja un espacio por decorar, al igual que la bóveda que se cierne sobre el mismo, aderezada con pinturas relacionadas con las virtudes cardinales.
Altar Mayor
Para finalizar, nos colocamos frente al Altar Mayor, que dispone de otro espectacular retablo barroco. El cuerpo central lo protagoniza el titular del templo, San Miguel Arcángel venciendo al dragón.
En el cuerpo superior, en cambio, aparece la Virgen Inmaculada flanqueada por imágenes de los Cuatro Evangelistas y los Padres de la Iglesia. Corona el conjunto una talla de La Fe.
También encontramos espectaculares los paños pintados de los muros de esta Capilla Mayor y la cúpula que la cubre. Ángeles con filacterias en las pechinas dan paso a la escena de la Santísima Trinidad. Estas pinturas fueron realizadas por artistas italianos en el siglo XVIII.
Calle Santiago
Regresamos a la altura de la Puerta de la Villa para tomar la calle Santiago. De esta forma volvemos a seguir el trazado de la Ruta Templaria que discurre extramuros aunque ahora encarando un pequeño ascenso.
Torreones y lienzos de la vieja muralla siguen asomando entre los tejados de la urbe. Aunque el que sobresale más y no pertenece a la muralla es la torre campanario de la Iglesia de San Bartolomé.
Iglesia de San Bartolomé
Torre
Culminada la calle Santiago y girando a la derecha por la Plaza de San Bartolomé obtendremos una vista más esplendorosa de esta estructura de unos 54 metros de altura.
El estilo barroco que baña los últimos cuerpos es una maravilla. Están decorados a base de ladrillo, piezas de cerámica coloreadas en azul y yeso.
Esculturas religiosas ocupan las hornacinas y un sol nos sonríe por este flanco meridional.
Esta torre es fruto de una obra de 1759 puesto que la del templo original datado entre los siglos XV y XVI se derrumbó con motivo del terremoto de Lisboa.
Fachada occidental
Un estilo decorativo similar lo encontramos en la fachada de los pies de la iglesia. Piezas de cerámica vidriada y yeso policromado aderezan una suerte de sinuosos dinteles,cenefas, columnas y cuerpos de motivos vegetales.
Los lienzos de azulejos muestran las figuras de San Diego de Alcalá, San Antonio Abad, San Antonio de Padua y San Francisco Asís.
Para terminar, la portada se remata con una hornacina con la escultura de San Fernando.
Interior del templo de San Bartolomé
A continuación, acompañamos a la técnico de turismo al interior por la fachada meridional que presenta un estilo neoclásico. La marca de algún cantero nos recibe en un de los escalones de la entrada.
Después, nos dejamos llevar por la nave central de las tres que conforman la planta rectangular. La separación entre ellas se hace por medio de arcos formeros de medio punto sostenidos por pilares cuadrangulares.
Altar Mayor
Mientras nos acercamos al Altar Mayor nos vamos alejando del majestuoso coro y órgano dorado de estilo barroco.
A los pies del Altar impacta el Retablo del siglo XVII del artista José de la Barrera. En el segundo piso destacan grandes columnas salomónicas separando las tres calles de este elemento.
Como motivo central encontramos el Martirio de San Bartolomé que fue desollado vivo por orden del Rey Astiages. No contento con eso, el líder armenio terminó por decapitarlo al ver que Bartolomé seguía predicando aún sin piel.
Una cruz de la Orden de Santiago corona el conjunto.
Retablos de las cabeceras de la Epístola y el Evangelio
Por su parte, las cabeceras de las naves laterales también disponen de ejemplares retablos barrocos.
De un lado, en la del Evangelio vemos el que está presidido por la imagen de la Virgen del Reposo. El estilo del retablo parece extenderse hacia las propias pechinas que sostienen la bóveda. Este último elemento se abre al exterior a modo de linterna por medio de unas vidrieras.
De otro lado, en la nave de la Epístola vemos el retablo que alberga entre sus filas a la Esperanza Macarena como motivo central.
Imaginería de Semana Santa
En otro orden de cosas, el templo también contiene capillas de interés donde encontrar importante imaginería de la Semana Santa Jerezana. En una de ellas vemos el grupo escultórico que se emplea para representar la Santa Cena.
Y en otra se exhiben las tallas del Cristo de la Piedad, Cristo de la Humildad y la Virgen de la Paz.
De relevancia también hallamos la Capilla Bautismal, quizá una de las más antiguas de inicios del siglo XVI, de estilo gótico tardío.
Capilla de los Comendadores
Y como colofón de capillas la dedicada a San José, también conocida como de los Comendadores. Este espacio atesora los sepulcros del conquistador español Vasco Núñez de Balboa y de su esposa Doña Beatriz Bravo.
Conoceremos algo más de este personaje en las dependencias anexas que hay en la Sacristía. En un patio se exponen unos azulejos donde se relata que Vasco Núñez de Balboa, natural de Jerez de los Caballeros, formó una expedición compuesta de españoles e indios con la que atravesaría la lengua de tierra panameña en busca de un nuevo mar.
Y así fue, el 25 de septiembre de 1513, Vasco Núñez gracias a la guía de los indígenas se alzó sobre un cerro para descubrir el Océano Pacífico en la lejanía.
En el año 2013 se abrió al público esta pila en la que el descubridor español fue bautizado. Ese año, España y Panamá celebraron de manera oficial el V Centenario del Descubrimiento del Océano Pacífico.
Subida a la torre
Antes de abandonar la Iglesia de San Bartolomé no desaprovechamos la oportunidad de subir a lo alto de su torre. La mayoría de la ascenso se realiza por unas rampas no muy exigentes en pendiente hasta llegar al cuerpo de campanas, donde hay tramos de escalones.
En la cara meridional de la torre observamos que el sol y la luna se enfrentan. Quizá sea porque desde aquí puedes ver cómo la estrella y el satélite recorren el firmamento bañando con su luz los tejados de Jerez.
Y hoy hemos tenido la suerte de acertar con el fulgor de la luz estival del mes de julio, donde Jerez de los Caballeros resplandece.
Torre del Reloj
No pasan desapercibidas las torres emblemáticas de los templos que hemos visitado ni tampoco la Torre del Reloj, situada en la Alcazaba.
En el siglo XV este cuerpo tenía la función de Torre del Homenaje. En el XVI se le hizo el añadido que aparece encalado. En 1739 se colocó un nuevo reloj, ya que el anterior fue robado por unas tropas portuguesas en 1720. La torre se corona con un Cristo del autor Antonio León Ortega.
Mirando hacia los restos de muralla somos conscientes de que todavía nos queda bastante ruta templaria por recorrer.
Palacio de los Marqueses de San Fernando
Por tanto, reanudamos la marcha rodeando ahora el Palacio de los Marqueses de San Fernando, otra familia aristocrática de Jerez, ésta muy vinculada al linaje de los Rianzuela.
Luego continuamos por la calle María Pilar Lasarte para alternar torres más modernas con otras pertenecientes al viejo recinto fortificado. En esta última viramos al este para ir descendiendo por las calles Portillo y Quebrada.
Solar de los Condes de Berrona
De Quebrada enlazamos con la denominada Capadero para terminar incorporándonos a la calle Templario. Por aquí llegaremos a la Puerta de Burgos, una entrada que se ve antecedida por la Casa Señorial de los Condes de Berrona.
El escudo del linaje corona el dintel de acceso al recinto.
Puerta de Burgos
Un lienzo de muralla almenada y un torreón conforman la Puerta de Burgos, conjunto que ya era citado en algún escrito del siglo XV. En el muro norte se abre una hornacina que guarda una cruz escoltada por dos y espadas y una placa que dice; “igual que la flor de loto, cuando amanece a la luz, Vasco Núñez y de Soto, convierten su espada en cruz”.
El paso al otro lado se realiza por un vano de arco de medio punto con dovelas de granito. Junto con la Puerta de la Villa, la de Burgos es el otro acceso que se mantiene en pie del antiguo recinto fortificado. Bien es cierto que esta estructura ha sufrido algunas reparaciones a lo largo de los siglos, la de mayor relevancia es la realizada tras los daños sufridos en 1706 durante la Guerra de Sucesión.
Homenaje a Hernando de Soto
En esta cara sur, se levanta la figura de Hernando de Soto, descubridor de La Florida. Al igual que la estatua de Colón que vimos en el Parque de Santa Lucía, esta obra procede de la Exposición Iberoamericana que celebró en Sevilla en 1929.
A continuación, las calles Ladera San Gregorio e Higuerita nos hacen progresar en descenso hasta la vía Fuente Nueva.
Fuente de Santiago

Aquí topamos con una Fuente dedicada a Santiago.La construcción etnográfica se mandó a construir en el siglo XVI y también se la conoce con los nombres de Fuente Nueva o Fuente de la Morería.
Muy cerca, a pocos pasos, una pequeña ermita dedicada también a este apóstol ocupa una porción de muralla. En este lugar también se emplazaba la Puerta de Santiago, de la que solo queda uno de los torreones laterales.
Ermita de Santiago
La Ermita de Santiago se levantó en el siglo XV .Su espacio interior está cubierto por una bóveda de arista. En la hornacina con concha gallonada se exhibe la imagen del patrón del templo.
Desde el descansillo de la ermita podemos echar un vistazo al Mercado de Abastos y a otros restos de torres y muralla.
Reiniciamos el recorrido para transitar ahora por las calles Alhóndiga y Morería, arterias de un barrio que se ha ido nutriendo a lo largo de los siglos del paso de las culturas árabe, judía y cristiana.
Palacio del Marqués de Selva Alegre
Por aquí vamos rodeando un perímetro amurallado algo posterior a los orígenes de la fortificación musulmana. Se trata del Palacio del Marqués de Selva Alegre del siglo XVI , el más grande de todo Jerez de los Caballeros. El linaje al que pertenece es el de Bullón de Mendoza.
El complejo incluye entre sus filas la antigua Iglesia del Convento de la Esperanza. Por la calle Vasco Núñez de Balboa podemos ver lo que queda de la fachada del templo y un escudo de los propietarios.
En esta calle además hay un callejón al que se accede por un pintoresco arco conopial. Lo atravesaremos solo por el gusto de cruzar el pasillo porque realmente tendremos que volver a la calle Vasvo Núñez de Balboa para dirigirnos a la Plaza de España.
Aquí, frente a la fachada meridional de la Iglesia de San Miguel Arcángel realizaremos el almuerzo.
La ruta templaria nos lleva a incorporarnos de nuevo a la Calle Morería para transitarla en sentido contrario.
La Alcazaba
Volvemos a ascender para alcanzar en esta ocasión el cerro en el que se ubica la Alcazaba.
Y llegamos a este monumento por su Torre de la Veleta, una de las cinco que se alzan en este complejo. Luego dedicaremos más tiempo a la Alcazaba, en cuanto se pongan en marcha las Fiestas Templarias. El sol todavía aprieta y la mayoría de las actividades están por empezar.
Restaurante La Ermita
Mientras tanto seguimos disfrutando del atrezzo festivo que se palpa en su calles y plazas. No os perdáis el restaurante que utiliza las instalaciones de una ermita del XVII para ofrecer sus servicios.
En su interior de planta de cruz latina con cúpula y ábside podréis encontrar un retablo dorado y restos de algunas pinturas murales. Puede que los sabores que aquí experimentes os lleven al cielo.
Desde luego al cielo sí que te hacen mirar las distintas torres de esta villa que fue declarada en 1966 Conjunto Artístico Monumental. Estamos siendo testigos de ello.
Festival Templario
Exhibición de cetrería
Y ha llegado la hora de regresar a Alcazaba, a la Plaza de Baylío, para empezar a deleitarnos con las actividades lúdicas y culturales del Festival Templario. La que aquí acontece es una exhibición de cetrería y supone una buena oportunidad para niños y mayores para ver de cerca estos fascinantes animales.
Búhos, halcones, lechuzas y águilas, entre otras especies, nos regalan sus mejores poses para las fotos antes del espectáculo.
En la función, se incentiva a las aves para hacerlas volar de una cetrera a otra. Con suerte, si el animal está receptivo, algún niño o niña también podrá ser protagonista del espectáculo.
Mientras tanto, desde las almenas, los rostros hieráticos de los soldados nos vigilan sin contemplaciones. Pronto, les haremos una visita. Ahora vamos a asaltar el castillo para ser partícipes del fenomenal ambiente aquí se recrea.
Las vecinas y vecinos de Jerez y las pedanías dan vida a este mercado medieval, puestos con oficios artesanos tradicionales, exhibiciones gastronómicas, talleres y toda una serie de planes que convierten a estas Fiestas Templarias en toda una Fiesta de Interés Turístico Regional.
Desde la Torre del Carbón nos asomamos por la muralla para ver el escenario donde se representará la obra “En el nombre de Jerez”, otro de los eventos que ha dado mucho prestigio a la villa. Lo disfrutaremos en cuanto caiga la noche.
Morabito

Mientras llega ese momento continuamos indagando por este recinto para dirigirnos al Morabito. Esta estancia abovedada de origen musulmán tenía funciones religiosas. En ella residía un morabito, es decir, una persona que profesaba la religión islámica y se entregaba a la contemplación, oración y penitencia.
Entre los arcos apuntados que observamos en su estructura hay uno de herradura en su acceso oriental, elemento arquitectónico islámico.
Torre Sangrienta
La Torre del Homenaje y la Torre de Armas se plantan ante nosotros nada más salir del Morabito. A la primera de ellas se la conoce también como la Torre Sangrienta pues fue aquí donde fueron degollados los últimos templarios de Jerez.
Jardines de la Morería
Avanzando un poco más hacia el este entramos en los Jardines de la Morería, un parque que hoy se ha acondicionado para el disfrute de los más pequeños. Ángel María, Unai y Marcos nos muestran sus destrezas constructivas.
No ha podido, quizá en el futuro alguno de ellos tenga madera de Maestro de Obras.
Exhibición de lucha medieval
Amigos, la fiesta se está animando, parece que la multitud se está reuniendo en torno a uno de los espectáculos del día, la exhibición de lucha medieval. Aquí hay poca trampa y cartón: las armaduras, cotas de malla y espadas son reales. Tuvimos la oportunidad de coger en peso solo uno de los guantes y no era para tomárselo a broma.
Y aunque había coreografía para asegurar los movimientos estos profesionales no se libraron de algún que otro corte.
Conciertos, teatros infantiles, espectáculos de magia, pasacalles entre otras tantas actividades amenizan los 4 días que dura este Festival Templario que lleva realizándose poco más de 20 años.
Tramo almenado Torre de la Veleta a Torre del Reloj
Antes de que empiece la obra de teatro, vamos a aprovechar para subir al tramo almenado que discurre entre la Torre de la Veleta y la Torre del Reloj.
Y lo hacemos por las instalaciones del Ayuntamiento.
Desde aquí arriba hay vistas excepcionales al casco urbano. Los soldados que antes nos vigilaban tendrán que quedarse muy quietecitos porque hoy está permitido el trasiego de visitantes.
La Orden del Temple
Mientras disfrutamos de estas estampas os contamos que la Orden del Temple fue fundada en Jerusalén en el año 1118. Su misión era la de proteger a todos los cristianos que peregrinaban a Tierra Santa.
En la Península Ibérica, durante la época de la reconquista cristiana de los territorios a los musulmanes, los Caballeros Templarios ayudaron a Alfonso IX de León a hacerse con Jerez de los Caballeros.
Corría entonces el año 1230 y no tardaría mucho tiempo para que el rey donase la villa a esta orden militar religiosa. La alcazaba islámica que aquí había fue fortificada por los propios templarios en el siglo XIII.
Amigos, va siendo hora de acudir al teatro, la caballería está haciendo acto de presencia para ultimar los detalles. Para llegar allí tenemos que descender hasta la Iglesia de Santa María de la Encarnación. En su plaza contigua aprovechamos para llevarnos algo al estómago y empezar a vivir el ambiente rodeado por algunos de los actores.
En el nombre de Jerez
Continuamos descendiendo y llegamos al Parque de Popagallina, donde tendrá lugar el evento. El escenario no puede estar mejor ambientado, a los pies, de la Alcazaba. La obra “En el nombre de Jerez”, un homenaje a los últimos caballeros templarios que resistieron a las injusticias vertidas sobre ellos.
La puesta en escena, el atrezzo, el vestuario y las interpretaciones nos hacen viajar inevitablemente a la época medieval y vivir aquel episodio negro.
Historia de la Torre Sangrienta
Parece ser que en el siglo XIV el Rey francés Felipe IV y el Papa Clemente V, presos de la codicia y la vanidad conspiraron para desprestigiar a la Orden del Temple con acusaciones tales como la herejía, como uno de los principales delitos.
Fue el propio Papa mediante una Bula el que ordenó disolver la Orden Militar del Temple en 1312. Ante tal injusticia, un grupo de Caballeros Templarios se negó a renunciar a la Orden.
La insubordinación tuvo como respuesta a las tropas del Rey Fernando IV, que fueron aplastando irremediablemente a los caballeros del temple, acorralando a los últimos en la Torre del Homenaje de la Alcazaba.
Allí resistieron hasta que terminaron por ser degollados y sus cuerpos arrojados desde las almenas. Desde entonces a esta torre se la conoce como “Torre Sangrienta”.
La obra termina con un más que merecido aplauso para todo el elenco, pero nosotros lo extendemos también al pueblo de Jerez y sus gentes y a todo su legado patrimonial y cultural que lo han convertido en uno de Los Pueblos Más Bonitos de España.
Y nada más amig@s, se hace tarde, el día nos ha dejado exhaustos y es momento de irse a dormir.
Hasta la próxima!

