
3 · ARTÀ – PORT de POLLENÇA
Salimos de Artà descendiendo al bonito valle del Torrent das Cocons.
Seguidamente realizamos la subida de la jornada al Coll des Pescadors de 374 metros de altitud.
Desde su mirador hay vistas espectaculares a la Badía d´Alcudia y al Parque
Natural de la Península de Llevant.
El descenso nos lleva a la Ermita de Betlem donde disfrutamos de un momento monumental.
No muy lejos se encuentra su Fuente desde donde pare el incómodo pero espectacular sendero GR-222.
Este tramo nos deja a orillas de la Badía d´Alcudia que perfilaremos casi en su totalidad entre calas, playas, núcleos turísticos y valiosos vestigios monumentales.
En la localidad que da nombre a la Bahía damos con la meta de la vuelta Mallorca 312 donde este año participaron celebridades como Indurain y Contador.
Salimos de Alcudia para afrontar la zona de monte del Puig de San Martí para desembocar finalmente a las puertas de la Badía de Pollença.
Recorreremos toda su orilla por cómodo carril bici hasta su Puerto.
Artà
Hola amig@s!
Os damos los buenos días desde Artà, donde el público felino empieza a coger sitio para curiosear cómo despierta esta localidad histórica.
Desde nuestra habitación podemos otear al sur los tejados de la urbe y las elevaciones de Las Serres de Llevant y de la Serra de Sant Jordi.
Iglesia de la Transfiguración del Señor
Mirando hacia el noreste, topamos con la Iglesia de la Transfiguración del Señor, un templo cuya construcción se inició en 1563 y que sufrió numerosas intervenciones durante los siglos venideros. Los estilos dominantes son el gótico tardío y el barroco.

Anteriormente su lugar lo ocupaba una Iglesia gótica mandada a construir por Jaume I de Aragón, una vez que conquistó el enclave a los musulmanes en el siglo XIII.
Abandonamos Artà por su flanco norte, tomando la carretera Ma-3333 descendiendo al valle dominado por el Torrent des Cocons.
La Almudaina y Santuario de Sant Salvador
Desfilamos por un agradable terreno de campiña al tiempo que empieza a sobresalir en la orografía el cerro inconfundible en el que se ubican dos grandes señas de identidad de Artà: el Santuario de Sant Salvador y la muralla fortificada de La Almudaina.
Como comentamos en la etapa anterior el Santuario es del siglo XIX y la muralla es originaria de la ocupación musulmana aunque esta última, ya conquistada en el siglo XIII por las tropas de Jaume I, sufrió una gran transformación en el siglo XVI para proteger a la población de los ataques piratas.
Seguiremos avanzando, pero no desaprovecharemos la oportunidad volver a escudriñar estos monumentos mientras el relieve nos lo permita, pues pronto enfilaremos nuevas cotas en las Serres de Llevant.
Finalmente, tras circular por un entramado de pistas de tierra regresamos al asfalto de la Ma-3333 para iniciar el ascenso más exigente de la jornada.
De los verdes prados pasamos sin comerlo ni beberlo a encajonarnos entre las estribaciones escarpadas del Puig Figuer y el Puig des Coloms, flanqueando un Torrent des Cocons en horas bajas.
Enfilando el Massís d´Artà
Tras una primera parte de 2,5 km para abrir boca, la pendiente se suaviza ofreciéndonos bonitas vistas al Massís d´Artà y al Parque Natural de la Península de Llevant.

Subida al Coll des Pescadors
Unos metros de agradecido descenso para recuperar piernas y vuelta a subir, hacia el Coll des Pescadors, que comprende 2,5 km de ascenso al 6,5 por ciento de pendiente media.
Se hace todo por carretera, así que solo tendremos que preocuparnos de acomodarnos al ritmo que mejor nos convenga y disfrutar del serpenteo del camino mientras ganamos altura.

Tras unas cuantas calorías consumidas por el esfuerzo alcanzamos el cartel indicativo de la cota, Coll des Pescadors de 374 metros de altitud.

Después empezamos a descubrir el flanco noroccidental de este extremo oriental de Mallorca que se derrama hacia la Badía d´Alcudia.
Lo disfrutaremos mejor asomándonos a un espectacular mirador que encontramos en la cima.

Desde aquí se pueden adivinar los Caps de Formentor y des Pinar, la localidad de Alcudia e incluso el Port de Pollença. A nuestra derecha los farallones de Talaia Freda, del Parque Natural de la Península de Llevant que encuentra su punto más alto en los 564 metros.

Para llegar a la orilla de la costa de la Badía d´Alcudia tenemos que iniciar el descenso continuando por esta sinuosa carretera. Cuidado por aquí porque es fácil venirse arriba con la velocidad y pasarnos de rosca con alguna curva.
Para evitarlo, haced como nosotros, aprovechad para gozar de los regalos de las panorámicas, como ésta que vuelve a mirar a la Talaia Freda y a la cima Collet des Vent, algo más alejada.
Ermita de Betlem
También se descubre el siguiente hito de interés, la Ermita de Betlem, lugar en el que esta carretera termina su recorrido, prolongándose en una entrada flanqueada de cipreses.

Nos acercamos a este monumento para saber algo más sobre él. El lugar se fundó por unos ermitaños en el año 1805, y la ermita que se construyó sobre una antigua atalaya musulmana se inauguró en 1818.
En uno de los porches de la entrada se puede ver un azulejo con la imagen de Sebastiá de Sant Pau, Primer Superior de la Ermita. Contiguo a él hay parte de una vieja tafona, que era donde se prensaba la aceituna para la extracción del aceite.
En otro espacios exteriores se exhiben más azulejos con figuras de eremitas y otro dedicado a varios santos mallorquines.

Pasando al interior del templo de estilo neoclásico observamos una sola nave con forma de cruz, cuya intersección se remata con una bóveda de bonita pintura mural obra de Francesc Parietti. La escena representa la Coronación de María por parte de Cristo.
El Retablo Mayor lo preside la escena del Nacimiento de Jesús en una cueva de Belén. En el retablo del crucero izquierdo se exhibe una imagen de la Virgen Inmaculada y en el derecho, la talla del Santo Cristo de Betlem.
La ermita estuvo habitada hasta el 2010, año en el que dejaron el lugar los últimos 3 eremitas para irse a vivir a la comunidad de Valldemosa.
Fuente de la Ermita
Reanudamos la marcha descendiendo por un carril de tierra hasta la conocida Fuente de la Ermita, un espacio al cobijo de varios plátanos de sombra. Sorprende en su conjunto una capilla creada a base de piedra y que alberga en su interior una talla de la Virgen de Lurdes.
La otra imagen corresponde a Bernadette Soubirous una santa nacida en Lurdes.
La fuente del lugar se enmarca dentro de un habitáculo arqueado. Junto a ella a una canalización que aprovecha parte de la surgencia de agua para transportarla a un aljibe.
Nosotros aprovechamos el salidero del mismo para avituallarnos.
Tras esta pausa continuamos el viaje por el tramo más comprometido de la jornada. Para descender a la costa no hay otra forma más rápida de hacerlo que a través del camino que parte de la Fuente de la Ermita.
Exigente descenso por el GR-222
Este recorrido comprende un tramo del sendero de Gran Recorrigo GR-222 que transcurre entre las angosturas existentes entre los picos Puig d´en Coassa y el Coll de Sa Truja.
Aquí, solo los más experimentados se atreven a ir a lomos de sus bicicletas y aún así seguro que en más de una ocasión tendrán que echar pie a tierra para no hacer de la aventura una misión kamikaze.

Nosotros preferimos tomarlo con calma para disfrutar de otro modo de estas espectaculares verticalidades.
El intervalo más delicado comprende cerca de 2 kilómetros, después, empezamos a dejar atrás los relieves más escarpados para ir abriendo las vistas a la Badía d´Alcudia.

La espesa vegetación y algunos metros escalonados también nos hacen mantener las precauciones pero a la altura de la Finca “Es Canons” volvemos a recuperar las sensaciones ciclistas.

El GR-222 se interrumpe momentáneamente por la carretera Ma-3331, pero la cruzamos para continuar por la senda con acceso prohibido a vehículos de motor.
Llegada a la Badía d´Alcudia
Por aquí alcanzaremos por fin la orilla oriental de la Badía d´Alcudia, a la altura del saliente de Na Claparet, donde recibimos los regalos de unas encomiables postales.

De nuevo se deja ver al noroeste el Faro de Formentor, la Talaia d´Alcudia o las lejanas elevaciones de la Serra de La Tramuntana. Al este los escarpados riscos del Parque Natural de la Península de Llevant, y al oeste, el precioso tramo que nos espera cargado de calas y playas que ya disfrutan los visitantes más avispados.

Pasear por este litoral es una delicia, lo que hace que el tiempo que ganemos rodando por él, lo perdamos posteriormente con las continuas paradas para retratarlo.
La erosión esculpe caprichosamente la roca ofreciéndonos pintorescos espacios como este, en el entrante de Na Ferradura.
Dolmen de s’Aigua Dolça
Muy cerca de este accidente geográfico se ubica el monumento funerario del Dolmen de s’Aigua Dolça, datado entre los años 1750 y 1600 a.C, según las pruebas del carbono-14.
Se descubrió en el año 1995 y en su interior se encontraron restos de hasta 20 individuos. Es el segundo complejo megalítico dedicado a enterramientos encontrado en la isla de Mallorca.
Para salvar ciertas zonas inaccesibles el track nos introduce entre pinares y matorral costero. Sin embargo, por aquí también hay algún metro comprometido.
Cala dos Camps
A continuación desembocamos en la bonita playa de Cala los Camps donde destacan por un lado los antiguos varaderos donde descansaban los barcos de pescadores y por otro lado un pequeño barracón defensivo para ametralladoras, quizá de la época de la Guerra Civil Española.

A partir de aquí aceleramos un poco la marcha por la cómoda carretera del litoral con bonitas vistas a la bahía al oeste, y al Macizo de Artá al este.
Colonia de San Pedro
La pista se hace también peatonal a la altura de la Playa Sa Macada de sa Torre, un área de más de 400 metros en forma de media luna con orilla compuesta de arena y cantos rodados.

Se encuentra justo al lado del pueblo Colonia de San Pedro, al que accedemos por su paseo marítimo. Cala de s´Estret, Caló des Parral o la Playa de la Colonia son otros de los espacios en los que poder disfrutar de las aguas de esta urbe.

Reanudamos las pedaladas dejando atrás el Club Náutico de la localidad y avanzado por el Camí de S´Estanyol hasta desviarnos por un camino de tierra que perfila la orilla.

Cala de Toró
Tanto la perfila que llega un momento que el trazado se pierde en la arena de Cala Toró donde habrá que caminar muy pocos metros para recuperar el firme asentado.

Después flanqueamos las casas de la Urbanización S´Estanyol hasta llegar a su extremo occidental, donde desemboca el Torrent de Barranc Sa de Canova.
Arenal de Sa Canova
Cruzaremos este curso de agua por un puente de madera para, posteriormente, desembocar en el extremo oriental de una de las playas más seductoras de este litoral: el Arenal De Sa Canova.

Los primeros metros los recorremos por pista de tierra, pero después el recorrido nos hace incorporarnos al fino y blanco grano que flanquea la orilla.
Las casas de Son Serra de Marina nos esperan a poco más de 1.700 metros de distancia, así que tendremos que emplearnos a fondo para desenvolvernos entre posidonia y arena. Si se recorre la zona en la que se unen estos dos elementos se puede rodar más o menos con comodidad.
La playa está rodeada por un valioso sistema dunar plagada de pinos, cardos y otros matorrales costeros.

Un paraje al que también vienen a descansar las aguas del Torrente de Na Borges que antes de desembocar al mar forma una serie de humedales que son un imán para diferentes especies de aves.

Y para nosotros el imán está en las fascinantes estampas que dejamos detrás.
Son Serra de Marina
Aunque delante también nos quedan suculentos alicientes, como el almuerzo, que realizamos en el Restaurante Tamarindo justo al lado de la Punta Pesquera des Majoral, ya en la localidad de Son Serra de Marina.

Aquí disfrutamos del paisaje confraternizando con un cormorán para realizar una merecida sobremesa.

Reanudamos la marcha por la urbe siguiendo el carril de tierra y arena que perfila el litoral.


Hay algún tramo de asfalto, uno de ellos con curiosa escultura «Els ports» del artista Joan Bennàssar perteneciente a su galería La nova Ítaca de la Mediterrània.
Asfalto y arena se sucederán con intermitencia en los últimos tramos de Son Serra de Marina, hasta dar con su pequeño Club Náutico que se cierra con su baliza de señalización en la Punta de Sa Barraca.
A continuación afrontaremos otro intervalo de playa virgen en el que en principio se agradece la pista exterior de tierra y roca que la bordea.
Arenal de Son Real
En el Arenal de Son Real, este camino se pierde unos momentos entre el fino grano y la vegetación por lo que tendremos que echar pie a tierra.
Manifestaciones de arquitectura militar
Después aprovechamos otro terreno más compactado para avanzar hasta que damos con antiguas ruinas militares, estas usadas entre los siglo XIX y XX (Cases des Carrabiners II).

En el siguiente saliente, de la Punta Llarga de Son Real hay una (Caseta des Civis) correspondiente a un nido de ametralladoras, construida al inicio de la Guerra Civil española por temor a incursiones republicanas.

Si estáis atentos, en este trayecto podréis ver más de estos recintos defensivos que formaron parte de la historia de Mallorca. El inconveniente es que si os preocupáis más por mantener el equilibrio en este firme quizá alguna se os pase por alto.
Lo que no pasan desapercibidos son estos obeliscos, conocidos como Torres de Enfilación. Construidas en los años 40 del pasado siglo se usaron para las maniobras de tiro de los submarinos.
Hoy en día conforman todo un símbolo de la próxima localidad a la que nos acercamos: Can Picafort.
El reino de la piedra
Avanzando un poco más la piedra continúa su protagonismo. Por un lado con esta cantera de piedra de arenisca de principios del siglo XIX, quizá usada para levantar las primeras viviendas de Can Picafort.

Por otro lado, por uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de toda Mallorca, que divisamos a varios metros de distancia.
Necrópolis de Son Real
Se trata de la Necrópolis de Son Real a la que nos acercamos sin más dilación. Este complejo conforma una serie de recintos funerarios hechos a base de piedra con formas circulares, cuadradas y rectangulares. Se han documentado restos de más de 400 personas en ellas.
El yacimiento está datado entre los siglos VII a.C. y I.d.C y suponen una manifestación de enterramientos única en el Mediterráneo Occidental.

En el afloramiento rocoso de Illot des Porros también se encontraron restos funerarios, pero desgraciadamente las fuerzas de la naturaleza lo han hecho desaparecer prácticamente.

Playas de Na Patana y Son Bauló
Continuamos el viaje dando con nuevos arenales que no podremos salvar pedaleando. Por un lado la Playa de Na Patana, que tiene la particularidad de permitir la presencia de perros. Mientras algunos pasean sus miembros caninos, nosotros paseamos nuestras bicicletas.
Por otro lado, 300 metros después, damos con el Arenal de Son Bauló, a las puertas de Can Picafort que nos regala magníficas vistas al Cabo de Menorca y a la Talaia d`Alcudia.


Can Picafort
Unas estampas que también gozan otras manifestaciones artísticas del autor Joan Bennàssar (La Herida)
Progresando por el paseo marítimo de Can Picafort encontraremos algunas más, como El Tesoro, o esta otra, llamada El Ritual.
Continuamos las pedaladas dejando atrás el Club Náutico de esta localidad costera. Una villa que empezó a cobrar vida en la primera mitad del siglo XX cuando los ciudadanos de Santa Margalida comenzaron a levantar aquí sus viviendas veraniegas.
Playa de Muro
Hoy es un auténtico motor turístico de la Isla de Mallorca con una gran oferta hotelera y gastronómica posee la Playa de Muro, un precioso arenal de más de 5 kilómetros de longitud.

Es Comú de Muro
Como se nos acaba el paseo marítimo y la ciudad, y rodar por la arena no procede aquí, vamos a rodear la playa por la zona de Es Comú de Muro.
Este enclave de pinares y dunas está catalogado como Àrea Natural de Especial Interés, e incluido dentro del Parc Natural de s’Albufera.
Está bien protegido pues no se permite el paso a vehículos en los casi 2 kilómetros que ocupa esta franja de terreno, por lo que solo se puede llegar a la playa a pie o en bicicleta.
Una vez atravesado este tramo nos incorporamos a las calles del lugar de Muro.
Mallorca 312
El track nos indica ir por la carretera Ma-12, pero precisamente hoy se estaba celebrando la mítica carrera ciclista Mallorca 312. Así que circulamos por una avenida paralela para no entorpecer a los participantes de esta prueba.
Cruzamos el Canal de Siurana y poco después comenzamos a advertir la presencia del bullicio de Meta de la carrera.
Nos asomamos un momento para ver si caía la breva y saludábamos a Miguel Induráin o Alberto Contador, que participaban este año, pero va a ser que llegamos un poco tarde.
No hubo suerte, pero sí que nos llevamos el contagioso ambiente ciclista que nos impulsa para afrontar la última parte de esta etapa.
Flanqueando el Puig de Sant Martí
Toca ahora encarar un pequeño ascenso de monte por la vertiente occidental del Puig de Sant Martí.
En sus inmediaciones encontramos una cueva con el mismo nombre aunque su acceso está cerrado y apenas podemos apreciarla. Se dice que ya eran ocupadas en la época de los primeros cultos cristianos.
A continuación, cruzamos con cuidado la carretera Ma-3470 y nos incorporamos a una exigente pista cimentada, aunque metros más tarde cambia su firme por tierra.
Por este camino rebasaremos los 100 metros de altitud hasta que de nuevo tendemos a descender hasta alcanzar la concurrida carretera Ma-13.
Camí de Can Bregat
Esta pista de asfalto la tomaremos unos metros dirección oeste para incorporarnos después al Camí de Can Bregat, cuya pendiente nos pilla también por sorpresa.

Al igual que las elevaciones que nos esperan al oeste, pertenecientes a la Serra de Tramuntana. Pero las dejaremos para las jornadas siguientes. Ahora disfrutaremos del descenso por esta sucesión de fincas residenciales y parcelas de cultivo hasta vamos dejando a la derecha el risco del Puig de Sant Martí.
En una de las paradas para avituallarnos y abrigarnos un poco no podemos evitar volver a la vista hacia la Tramuntana. En la siguiente etapa comenzaremos a recorrerla, así que no nos viene mal ir mentalizándonos.
Badía de Pollença
Este camino nos deja finalmente en la carretera Ma- 2220, a las puertas de la Badía de Pollença. Desde su extremo sur, al este, podemos otear el otro flanco de la Talaia d`Alcudia y las urbanizaciones de este litoral de la localidad de Alcudia.

Al norte la Península de Formentor, haciendo de barrera natural de esta impresionante bahía que recorreremos por un cómodo carril bici.
Por aquí pedalearemos casi 7 kilómetros hasta alcanzar nuestro objetivo de hoy Puerto de Pollensa. Esta localidad supone otro impotente enclave turístico por su preciosa playa, magnífico paseo marítimo, su puerto deportivo y su oferta hotelera y gastronómica.

Nuestra corta estancia aquí apenas nos dejará disfrutarla así que miramos al Faro de Punta de la Avanzada para que de alguna manera ilumine un futuro regreso.
¡Hasta la próxima!

