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LABANIEGO – VILLAFRANCA del BIERZO (57,1 Kms)
Última etapa del tramo Olvidado, pero no de este Camino que continúa por el tramo Francés en Cacabelos. Antes de llegar a esta localidad tendremos que ascender al Santuario de la Virgen de la Peña, situado en una atalaya desde la que se domina el Valle de Boeza y la gran masa de agua del Embalse de Bárcena, conformado por el caudal del Río Sil.
Después, un hermoso paraje tejido por el verde patrón de los viñedos nos dirige hasta Villafranca del Bierzo, donde los peregrinos incapacitados para continuar su periplo pueden obtener el Jubileo pasando por la Puerta del Perdón en su Iglesia de Santiago.
¡Hola amig@s!
Hoy finalizamos el Camino Olvidado para incorporarnos al Francés en Cacabelos, aunque el mejor destino para darlo por concluido oficialmente puede encontrarse en la Puerta del Perdón de la Iglesia de Santiago en Villafranca del Bierzo.

Salimos de Labaniego, dejando el alojamiento de La Casa Mágica.
Antes de abanonar la población atisbamos la espadaña de un templo con el mismo nombre. El edificio es del siglo XVI aunque se ha restaurado recientemente.
Tomamos un sendero de descenso pronunciado cuyos inicios no son muy fiables debido al desdibujado trazado causado por rastrojos y maleza. Después mejora tímidamente lo que hace que podamos disfrutar algo más del magnífico bosque de El Sardonal, compuesto en su mayoría de robles y algunas encinas.

Recorreremos aproximadamente unos 2 kilómetros por este paraje perteneciente a los dominios del Valle de Noceda, cuyo río homónimo no tardaremos mucho en cruzar por un puente de cemento y hierro.
A continuación desembocamos en la carretera LE-5532 que nos introduce rápidamente en la localidad de Arlanza. Pero rápidamente, una austera pendiente nos saca de la urbe por una de sus calles.

Esta subida al 10% de inclinación se hace con paciencia; lo malo viene cuando las señales deciden cambiar el asfalto por tierra y gravilla.
El camino encara el Paraje de Valdalla, ascendiendo por las faldas de un monte coronado por el Alto de Valdegalén. La altura ganada nos ofrece una buena panorámica de la depresión del Valle de Noceda.

Además, poco a poco la comarca del Alto Bierzo nos va ofreciendo otro de sus ingredientes característicos, como son las plantaciones de viñedos; quizá la zona del Bierzo más desconocida en cuanto a esta tradición se refiere, pero que ha sabido conservar las costumbres.

Nos dirigimos ahora a los Valles del Gibón, conformado por la confluencia de varios arroyos y de los que se adivinan a esta altura algunos de sus bosques de ribera. El entorno natural nos sorprende salpicado de ejemplares vacunos en libertad.
Alcanzamos ahora el Arroyo de Llaforcado, que flanqueamos por nuestra izquierda y que guiará nuestras ruedas hasta la siguiente localidad: Losada.
Recorremos su arteria principal hasta la Plaza La Fuente, que se anuncia sobre un antiguo pozo contiguo a una fuente restaurada. Esta se remata con una especie de pirámide a modo de tejado.

Metros después sorprende encontrarse otro pozo (La Pallarina), esta vez junto a una especie de pila lavadero.

Tras el intento fallido de encontrar un bar para llevarnos a la boca un buen café, salimos de la localidad por la carretera LE-159/2.
Por aquí rodaremos algo más de dos kilómetros hasta la siguiente localidad, Rodanillo. Pero bien es cierto que se pueden acortar algunos metros por una senda. Muy pocos, en realidad, aunque merece la pena el paréntesis para navegar entre robles y observar los restos centenarios de la naturaleza.

Al poco, retomamos el asfalto, con pequeños vaivenes en el perfil, pero terminará con tendencia descendente hasta Rodanillo.
La urbe cuenta con la Iglesia de San Antolín, con reciente restauración en su campanario y que alberga en su interior un valioso retablo churrigueresco del siglo XVIII. Lástima encontrar el templo cerrado.
Abandonamos Rodanillo por una pista de tierra ascendente, remontando las primeras estribaciones del Monte de los Navallos, un accidente geográfico que recorreremos por las faldas de su vertiente sur y que lo conforman numerosas peñas, como la del Gato, que hace de carta presentación.

A cierta altura el trazado tiende a ser rompepiernas al tiempo que nos brinda buenas panorámicas del valle que ahora recorre un río muy familiar, el Boeza.
Transcurridos unos 5 kilómetros desde Rodanillo llegamos a Cobrana, donde se alza la Iglesia de Santa María Magdalena, construida entre los siglos XVII y XVIII.
A partir de aquí el terreno se endurece, pronunciando algo más la inclinación de los ascensos como de los descensos mientras vamos rodeando los cerros que nos van dando paso a las vistas de uno de los protagonistas de la etapa, el Embalse de la Bárcena.

Y es protagonista porque posteriormente tendremos que rodearlo para poder continuar el Camino. Sin embargo, antes debemos subir a la cima del Monte Turcia, donde se encuentra el Santuario de la Virgen de la Peña a unos 872 metros de altura.
Su tramo más exigente es el último kilómetro y medio en el que hay que afrontar inclinaciones del 13 al 17 por ciento, pero eso sí, muy motivados por la espectacular estampa del embalse, el valle y la localidad de Congosto.
Echamos el resto para coronar por fin y llegar al Santuario de la Virgen de la Peña. No vamos a decir que este ascenso haya sido un auténtico viacrucis, suficiente es con el que hay en este pasillo de acceso al recinto. Sus romeros pasan por aquí cada último domingo de mayo para celebrar la festividad en honor a su patrona.

El complejo que observamos hoy es una reconstrucción llevada a cabo a mediados del siglo XX ya que a lo largo de la historia ha sufrido numerosas vicisitudes hasta su incendio en 1936. Su origen nos lleva al siglo XIII, con la construcción de una pequeña ermita que luego se amplió con el incremento de la afluencia de peregrinos a Compostela. En el siglo XVI se instaló aquí la Orden Hospitalaria Santi Spiritus cuya singular cruz todavía se conserva en la portada principal.
El Santuario, además, es un auténtico Balcón al Bierzo desde el que escudriñar el Valle del Boeza, el Embalse de Bárcenas con su cercana central térmica y sistemas montañosos como los Montes de León o los Montes Aquilianos.
Abandonamos el Santuario para descender e introducirnos en Congosto, que nos recibe con la Ermita del Santo Cristo. Este templo se construyó en 1898 en estilo barroco en piedra de mampostería y conserva en su fachada una placa que rememora al fundador de la Falange Española.
Congosto posee otra Iglesia, la de San Julián Mártir, más contemporánea sustituyendo a la antigua que se incendió.
Salimos de la localidad por la carretera LE-5303 iniciando con esto un rodeo de 12 kilómetros para poder salvar la obra de ingeniería que ocupa la masa de agua del Embalse de Bárcena.
Los tres primeros kilómetros son en sentido descendente, aprovechando la caída que ofrece la depresión del valle, dejando atrás el Santuario de la Virgen de la Peña sobre el Monte Turcia.
Después, se adivina el único repecho serio de este tramo, aunque afortunadamente es de corta distancia.

La subida nos sitúa en las inmediaciones del Club de Golf El Bierzo, bien delimitado a nuestra derecha por una galería de pinares. Estos árboles cobran mayor protagonismo a medida que avanzamos y nos vamos acercando a la Presa de Bárcena.

El Embalse de Bárcena se construyó en 1960 aprovechando el curso del Río Sil. Para ello se tuvieron que anegar varias poblaciones realojando con ello a sus habitantes en otras localidades de la zona. Además de servir para la generación hidroeléctrica y refrigerar la Central Térmica Compostilla II, hoy día también se le da uso para zona de recreo, baño y pesca deportiva.
La presa tiene una altura de 109 metros y dispone de dos aliviaderos para realizar el desagüe.
A continuación cruzamos el túnel de la carretera para ir colocándonos en la orilla oeste del embalse.
Los dos primeros kilómetros iniciales son ascendentes remontando las faldas del Castro de San Andrés entre agradables parcelas privadas residenciales. Después, las señales nos acercan a la orilla del embalse donde ya son perfectamente divisables las chimeneas de la Central Térmica.


Paisajísticamente este complejo no le hace ningún favor al entorno, y quizá en este año 2020 con su cierre y futuros proyectos para darle otro uso estas instalaciones, mejore algo el aspecto.
Ya al otro lado de la orilla se aprecia perfectamente el Santuario de la Virgen de la Peña y la localidad de Congosto a sus pies.
Una vez realizado este rodeo viramos al oeste para introducirnos rápidamente en la siguiente localidad: Cubillos del Sil.
En su Plaza General Gómez Núñez se alza la pequeña Ermita barroca de San Roque, con una reforma reciente en su entrada porticada. En el interior hay una curiosa figura del santo vestida de peregrino.

En el Bar La Madrileña dejamos nuestra huella. La dueña, muy comprometida con los peregrinos también nos recomendó un restaurante para almorzar, El Bayo, que se encuentra a las afueras de la localidad y que tiene un menú a precio económico.
Tras el almuerzo continuamos por la Avenida Madrid-Coruña, donde hay un pequeño repecho a la altura de Cabañas Raras. Y rara puede resultar esta obra para todo aquel que no sepa que se trata de un antiguo lagar que se usaba para producir vino. Un elemento tradicional hoy restaurado para rememorar el pasado de esta villa.

Salimos de la población observando que al final de la calle, el asfalto pasará a firme de tierra y gravilla donde agradecemos un entorno más natural tras kilómetros urbanizados.
Por aquí arroyos como el del Gargantón y el Tablón tiñen algunos espacios de vegetación de ribera que se suceden con la intermitencia de parcelas de viñedos y frutales.
Los nervios afloran, el tramo Francés se acerca y nos resulta increíble haber podido completar estas etapas por el Viejo Camino Olvidado sin grandes incidentes. Valoramos la hazaña sumidos en nuestros pensamientos mientras pedaleamos, hasta que los mantos de viñedos nos despiertan del letargo dando cuenta de dónde nos encontramos.
Abajo, en el Valle del Río Cúa se nos muestra Cacabelos, conexión con el Camino Francés y localidad a la que volvemos 7 años después de nuestro primer camino que iniciamos en Saint Jean Pied de Port.
Recordamos bien que rodando por una de sus arterias principales salía a nuestro paso, por un lado, la Ermita de San Roque, de orígenes románicos pero con diversas remodelaciones a lo largo de su historia, como la de 1590 o la de 1789.
Avanzando varias manzanas más damos con la calle Calexa Sixtina, donde estos murales de arte urbano van tiñendo poco a poco de color y mensajes sus paredes. El primero de ellos se pintó en 1972 aunque se restauró en 2015.
Muy poco metros después se alza la Iglesia de Santa María, que nos recibe con su bien conservado ábside románico, lo único que se mantiene de este estilo del siglo XII. La iglesia la consagró el mismo arzobispo que motivó la construcción de Santiago de Compostela, Diego Gelmírez.
El templo actual se construyó en el siglo XVI y entre sus ampliaciones y reformas posteriores destaca su torre neogótica del año 1904 en cuyo óculo se postra una Virgen de la Edrada, de unos 40 cm de altura.
En el interior se alberga una valiosa talla de un Cristo Crucificado del Siglo XIV y otras imágenes de interés, como la de nuestro querido Santiago.
Para salir de Cacabelos debemos hacerlo por su Puente Mayor para salvar el Río Cúa. A escasos metros se ubica el Santuario barroco de Quinta Angustia, que hoy también hace las veces de Albergue de peregrinos.
Después nos incorporamos a la carretera LE-713. Circularemos por esta pista durante algo más de dos kilómetros en continuo ascenso, que se hace arduo a estas alturas de etapa.
A continuación nos desviamos por una carretera local para emplazarnos posteriormente a un camino de tierra, adentrándonos en un paisaje dominado por el patrón que describe el tejido de viñas por suaves colinas.

No podemos demorar la marcha, nubes amenazantes anuncian que puede ser un final de etapa pasado por agua, así que aligeramos atravesando ahora la localidad de Valtuille de Arriba.
Es un placer navegar por estas tierras de tradición, de viñedo añejo perteneciente a bodegas con historia, donde las condiciones climatológicas y las propiedades del suelo producen cosechas de calidad, donde predomina el tipo de uva Mencía, autóctona del Bierzo.

Un paraje de generosas estampas que nos irá acercando a nuestro destino de hoy: Villafranca del Bierzo, una localidad muy ligada al Camino de Santiago ya que sus orígenes se relacionan con la creación de varios edificios para la atención de peregrinos en los siglos XI, XII y XIII, como el Monasterio de Santa María de Cluniaco que recibía a los monjes franceses de la orden de Cluny.
Villafranca también es importante por ser la única localidad junto con Santiago de Compostela en la que los peregrinos pueden conseguir el Jubileo si se encuentran enfermos o imposibilitados para continuar su Camino a Santiago.
Y pueden conseguirlo en la Iglesia de Santiago, románica de finales del siglo XII que nos recibe por su ábside semicircular con ventanas con arcos ajedrezados. Los peregrinos incapacitados para continuar podrán obtener el jubileo cruzando la Puerta del Perdón, situada en la cara norte del edificio. Esta portada contiene 4 arquivoltas que se apoyan en capiteles con motivos historiados, fantásticos y vegetales. Motivos vegetales también se representan en varias arquivoltas, siendo la cuarta la más interesante al ir acompañada de algunos Apóstoles y un Cristo Pantocrátor en su parte Central.
El templo es de una sola nave construido a base de sillares.
Desde este emplazamiento también podemos visualizar la Iglesia de San Francisco, también de orígenes románicos aunque sufrió reformas góticas y barrocas posteriores.

Descendemos unos metros más hasta dar con el Castillo – Palacio de los Marqueses de Villafranca construido entre los siglos XV y XVI. En sus muros se pueden adivinar una sucesión de escudos pertenecientes a los distintos señores que ocuparon el recinto.

Nosotros vamos a ocupar otro recinto, el Albergue de Peregrinos que se encuentra en la Iglesia – Convento de San Nicolás en Real, un conjunto arquitectónico del siglo XVII que hoy se convertirá en nuestro lugar de descanso.

Finalizamos aquí el Camino Olvidado para afrontar el Camino Francés. Mañana O Cebreiro.
Hasta la próxima.

