Sendero emboscado
CAMINO FRANCÉS

13 · SARRIA – MELIDE

 

El camino está en su apogeo. Poco más de 100 kilómetros nos quedan para llegar a Santiago y qué mejor que hacerlo por pueblos llenos de historia como Portomarín o por aldeas conectadas por bellos carriles en los que no hay más alternativa que disfrutar.

 


 
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Iglesia de Santa Mariña

Salimos de Sarria por la Rúa Mayor donde topamos con la Iglesia de Santa Mariña, originaria del románico del siglo XIII pero que debido a su lamentable estado se sustituyó por la actual, de finales del siglo XIX.
 

Iglesia de Santa Mariña (Sarria)
Iglesia de Santa Mariña (Sarria)
 
 

Iglesia de San Salvador

Del siglo XIII también se encuentra la Iglesia de San Salvador,construida con elementos románicos y góticos.
 

Monasterio de la Magdalena

Muy cerca, está el Monasterio de la Magdalena, del siglo XVI, que hoy alberga la sede de los juzgados.
 

Puente romano da Áspera

Poco después, cruzamos el puente romano da Áspera (S. XIII) y seguimos un carril que en un tramo comparte la misma dirección de una vía de tren.
 

 
Mientras avanzamos el día parece abrirse para mostrarnos todo su esplendor.
 
 
El camino está en su máximo apogeo, multitud de peregrinos compartiendo expereciencias a la vez que destino mientras atraviesan las numerosas aldeas de los concellos de Sarria, Paradela y Portomarín, e intentando facilitar el paso a esos ciclistas que por todos los medios quieren molestar lo menos posible.
 
 

Portomarín
Portomarín
 

Portomarín

En la época romana, se construyó un puente para cruzar el río Miño y así unir a los vecinos de las dos orillas. Al ser uno de los pocos puentes que atravesaban el Miño, los peregrinos lo tomaron de referencia para poder llegar a Santiago. Debido a la construcción de un pantano a mediados del siglo XX, el pueblo bajo que estaba en las orillas tuvo que ser reconstruido en el Monte Do Cristo, incluida su Iglesia de San Nicolás del siglo XII. El pueblo antiguo y los restos de su puente romano quedaron bajo las aguas del Embalse de Belesar, aunque hoy día, en épocas en las que baja el nivel del pantano todavía se adivinan los resquicios de estas edificaciones.
 

 

Puente Medieval y Capilla de la Virgen de las Nieves

El acceso al pueblo para los peregrinos a pie se hace por la escalinata del puente medieval donde se encuentra la Capilla de la Virgen de las Nieves.
 

Escalinata y Capilla de la Virgen de las Nieves
Escalinata y Capilla de la Virgen de las Nieves
 

Iglesia de San Nicolás

La Iglesia románica de San Nicolás fue construida por la orden de San Juan de Jerusalén en el siglo XII. Con la cosntrucción del embalse, tuvo que ser reedificada piedra a piedra en su nueva ubicación.
 

Iglesia de San Nicolás
Iglesia de San Nicolás
 
 

Ascenso a la Sierra de Ligonde

Dejamos Portomarín y comenzamos a afrontar la subida a la Sierra de Ligonde entre carriles bordeados por abundante vegetación que nos protege del sol.
 

 
A priori, el ascenso es suave pero al pasar las inmediaciones de Castromaior topamos con una señora cuesta que revienta a propios y a extraños.
Tras Ventas de Narón culminamos la subida a la Sierra de Ligonde donde todavía advertimos la presencia de los peregrinos más rezagados. Seguidamente, comenzamos el descenso atravesando entre otros, el pueblo que le da nombre a la sierra.
El recorrido de este tramo de camino es todo por asfalto aunque después de pasar Portos parecía que la cosa empezaba a cambiar.
 
 
 

Palas de Rei

En Palas de Rey encontramos la Iglesia románica de San Tirso de finales del siglo XII, aunque lo que realmente se conserva de la época es su portada románica.
 

 
Retomamos el rumbo y empezamos a rodar por espectaculares senderos que nos van dirigiendo por distintas aldeas . Algunas travesías parecían auténticos toboganes sobre los que era una delicia pedalear. Otras en cambio, no lo eran tanto, aunque no por eso menos impactantes en belleza.
 
 

Puente medieval de San Xoán (Furelos)

A la llegada a Furelos nos sorprende el Puente medieval de San Xoán construido en el siglo XII y compuesto por cuatro arcos de medio punto.Ante el ambiente bucólico que se creó con el atardecer era imposible no cruzar sin detenerse a mirar.
 

 
 

Melide

Llegamos tan tarde a Melide que casi nos quedamos sin sitio para dormir, pero todo el esfuerzo se recompensó con una buena queimada.

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