Monasterio de San Salvador de Lourenzá
CAMINO DEL NORTE DESDE VILLAVICIOSA

8 · RIBADEO – LOURENZÁ

 
Partimos de Ribadeo atravesando la parroquia de Ove y disfrutando posteriormente de vistas magníficas a la Ría del Eo mientras vamos ascendiendo por las vertientes orientales del Monte de Santa Cruz.

A continuación, el camino nos dirige por los preciosos valles del Rego de Ramos y Río Grande presentándonos pequeñas poblaciones de arquitectura tradicional por las que se dejan ver hitos monumentales de interés, como la Iglesia de San Vicente de Covelas o Santuario de Nuestra Señora de las Virtudes de A Ponte.

El Monte Costa de Arante supone el primer plato fuerte del día, un ascenso que deja atrás el valle del Río Grande para colocarnos el del Rego de Porto Bragán, donde nos esperan los lugares de Vilamartín Pequeno y Vilamartín Grande.

Tras realizar el almuerzo, acometemos los kilómetros del Valle de Cabarcos para transitar por las tranquilas localidades ganaderas de Gondán y San Xusto.

Desde San Xusto se inicia el duro ascenso por el Monte Calvario, último ascenso de la jornada antes de llegar a Lourenzá, lugar en el que tendremos una cita con parte de la historia de este Camino del Norte.


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Ribadeo

Hola amig@s!
Iniciamos la etapa desde la Iglesia de Santa María do Campo, ubicada muy cerca de nuestro de alojamiento. Aunque observamos un campanario neogótico, su origen fue románico y de sus reformas medievales todavía conserva la portada gótica del siglo XIV.

El Bar Azores parece un lugar idóneo para ese cafelito mañanero que sienta tan bien.

 

Salimos de Ribadeo por su flanco suroccidental, tomando la Calle San Francisco para continuar por la denominada San Lázaro. En esta última encontramos una Capilla que lleva su mismo nombre.

Capilla de San Lázaro

Capilla de San Lázaro
Capilla de San Lázaro

Este templo se reedificó en el año 1884 tras hallarse en ruinas la antigua estructura. En la fachada septentrional podemos ver por un lado, el escudo de Ribadeo labrado en piedra.

Por otro lado, una puerta de reja que custodia un altar presidido por San Lázaro, el patrón al que se le rogaba por la curación de la lepra. De hecho, aquí también se emplazaba un antiguo hospital hoy desaparecido que atendía a estos enfermos.

Por último, una espadaña barroca corona la portada occidental.

El sol ya empieza a asomar por los tejados de Ribadeo y por consiguiente a mejorar con sus proyecciones la visibilidad del trazado mientras salimos de la urbe.

Saliendo de Ribadeo
Saliendo de Ribadeo

Tras un paso a nivel sobre la carretera Nacional 642 el perfil inicia un suave ascenso aproximándose a la Parroquia de Ove.

Desde el puente que pasa por encima de la línea de ferrocarril Ferrol-Oviedo divisamos al sureste el Valle de la Ría del Eo y los relieves asturianos de sierras como la de Porta o la de Bobia, esta última con el Pico el Filso, techo del municipio de Castropol.

Iglesia de San Xoán de Ove

Por aquí compartimos itinerario con la ruta Camiño do Encanto que en principio nos dirige al lugar de A Eirexa, donde se emplaza la Iglesia de San Xoán de Ove.

Este edificio tiene orígenes más antiguos pero su factura actual es barroca del siglo XVII y tiene reformas posteriores, como sugiere su portada.

Bajo la espadaña está el distintivo de la Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén.

Abandonamos este lugar dando con un panel informativo sobre la Ruta de los Montes, itinerario que sugiere un recorrido por la primera barrera montañosa sobre la costa en las que poder disfrutar de grandes panorámicas.

Desde luego razón no le falta, los pocos metros que compartimos con este itinerario nos irá regalando buenas vistas hacia Ribadeo, su ría, Castropol y el litoral asturiano que se va difuminando hacia el este.


Unas estampas que van mejorando conforme vamos ganando altura por las vertientes orientales del Monte de Santa Cruz.

Los metros más exigentes de este accidente geográfico terminan en una parcela en la que algunos animales domésticos todavía están terminando de espabilar con la luz de la mañana.

O Valín

Después alternaremos pequeños ascensos con descensos pasando por el lugar de O Valín y dejando a nuestra izquierda el Valle del Rego de Ramos. Este río está jalonado al este por el Monte A Capela, nombre que también usan las viviendas que por allí se encuentran para denominar al lugar.

Por el lugar de O Valín
Por el lugar de O Valín

En el sitio de Pastoriza el asfalto nos da una tregua por un camino de zahorra que nos coloca a 185 km de Santiago de Compostela. Por su parte, también afronta una pequeña depresión en el terreno, la que conforma el Rego da Rata, caudal del que parece tomar agua esta alberca.

Luego zigzagueamos entre pinos y eucaliptos para incorporarnos a la carretera LU-P-5207.

A Casa de Hedra

A Casa de Hedra
A Casa de Hedra

Por esta pista llegaremos en descenso al lugar de A Casa de Hedra donde se abre otro coqueto valle, este producido por el paso de los caudales de Rego Pequeno y Río Grande.
Seguiremos el curso de Río Grande hasta coincidir con él en las faldas meridionales del Monte do Mondigo.

Por su parte, el descenso también nos va dejando vistas a los Montes de Trabada donde despuntan los Picos San Fernando y Axilde, de 508 y 509 metros de altura respectivamente.

A Casa de Hedra
A Casa de Hedra

Capilla del Carmen (Vilela)

Poco después, en las inmediaciones del lugar de Vilela se alza la Capilla del Carmen, un pequeño edificio religioso de arquitectura popular que parece haber sufrido algún acto de vandalismo en su entrada.

El altar del sencillo interior conserva las imágenes pero la pieza artística del muro se nos oculta con plástico y papel.

Nos despedimos de esta capilla para tomar el desvío hacia Vilela y así poder ser testigos del tranquilo espacio por el que discurren sus viviendas, a orillas de la cuenca del Rego Pequeno.

Luego habrá que remontar el valle por el extremo oriental del Monte de Foxas, siguiendo el dibujo de la LU-P-5207A, hasta el Restaurante A Pena-Vilela.

Celeiros

Como hemos desayunado bien no vemos necesaria una parada aquí, así que continuamos dirección Celeiros Vilar. El precioso Valle del Río Grande regresa a nuestras vidas.

Celeiros
Celeiros

Es inevitable que de cuando en cuando realicemos nuestras paradas para volver a deleitarnos con el paisaje.

Ante tal escenario rural no se nos escapan algunos de sus protagonistas, como los hórreos, que en esta zona suelen estar suspendidos sobre pilastras de piedra en ambos extremos. Los tejados están hechos de pizarra, sobre los que se colocan los turulecos, que son esas piezas puntiagudas que evitan el desprendimiento de las tejas y protegen del viento.

Las masas forestales de eucaliptos se suceden con intermitencia a medida que avanzamos. Se divisan bastante bien entre la vegetación de ribera y aquella perteneciente a los terrenos cuarteados de cereales y pastos.

Vilar

Cuenca del Rego do Vilar
Cuenca del Rego do Vilar

Ahora el trazado acomete un descenso para poder atravesar la cuenca del Rego do Vilar, donde precisamente se ubican las viviendas de un lugar que lleva el mismo nombre del cauce.

Otra tranquila aldea que manifiesta buenos ejemplares de caserones de arquitectura tradicional.

El reducido número de viviendas se prolonga apenas unos 400 metros por la pista de asfalto hasta que a la salida las señales nos introducen por una pista de tierra.

Este trazado surca la parte más meridional de las faldas del Monte de Foxas y nos libra de tener que pisar la carretera Lu-133, que navega paralela a nosotros.

Por las faldas del Monte da Foxas
Por las faldas del Monte da Foxas

Covelas

Luego el firme va cambiando por diferentes tipos de pista hasta que el asfalto nos introduce en el lugar de Covelas.

Atentos porque advertimos que las señales no te llevan a visitar su hito monumental, pero si tenéis interés sólo hay que desviarse unos metros.

Iglesia de San Vicente

Así, sobre estos fotogramas, tenemos a la Iglesia de San Vicente. Esta obra barroca de una sola nave y ábside recto se construyó en el siglo XVIII aunque sus orígenes parecen ser más antiguos, de la Alta Edad Media, al menos así se documenta en unos textos guardados en el Monasterio de Lourenzá.

De su fachada principal destaca el pórtico hecho en piedra describiendo tres arcos. Esta estructura salvaguarda una pila bautismal de la intemperie.

Pila Bautismal en la entrada porticada
Pila Bautismal en la entrada porticada

La ubicación exterior de esta pieza nos recuerda antaño la necesidad de estar bautizados antes de entrar en el templo.

En el dintel de la puerta está tallado el año de la reedificación del pórtico, 1774.

Por su parte, en el muro sur del complejo planta un reloj de sol sobre uno de los contrafuertes. El año de construcción es de 1795.

Iglesia de San Vicente
Iglesia de San Vicente

Este flanco da al cementerio de Covelas y a vistas fantásticas al valle donde se adivinan los distintos barrios de la parroquia Cedofeita.

Mientras abandonamos este núcleo de casas un vecino se ofrece amablemente a ofrecernos las indicaciones para retomar el Camino.

Vistas a Covelas
Vistas a Covelas

Realmente recuperar el trazado jacobeo no tiene pérdida, solo hay que volver a incorporarse por la pista asfaltada por la que veníamos, aunque rápidamente las señales nos desplazan a otra de zahorra.

Por aquí progresaremos remontando el valle hasta el cruce con la carretera LU-133.

A Ponte de Arante

Después, varios tipos de firmes nos ayudarán a descender hasta llegar al lugar de A Ponte de Arante entre cuyas viviendas ya despunta desde la distancia el Santuario de Nuestra Señora de las Virtudes.

El panel informativo de este edificio religioso podéis encontrarlo en el puente que cruza el Rego Lexoso, un curso fluvial que a escasos metros al sur se mezclará con las aguas del Río Grande.

Decir que este lugar fue escenario de una batalla de la Guerra de la Independencia, en el año 1809, donde los vecinos y vecinas de las parroquias colindantes hicieron frente a las tropas francesas del General Fournier. Esta placa dispuesta en el Santuario así lo rememora.

Santuario de Nuestra Señora de las Virtudes

Por su parte, este templo religioso se construyó originariamente en el siglo XIV aunque sufrió reformas posteriores.

Aunque lo encontramos cerrado, en algunos huecos podemos adivinar por un lado la talla de la Patrona en el retablo renacentista del altar, y por otro lado, unas valiosas pinturas murales tardo medievales hechas al fresco.

Vistas a las pinturas murales
Vistas a las pinturas murales
Ascenso por el monte Costa de Arante

A partir de aquí comenzamos uno de los platos fuertes de la jornada, el ascenso por las vertientes meridionales del monte Costa de Arante.


El calor aquí empieza a apretar, pero afortunadamente, tras el primer kilómetro de subida encontramos una estratégica área de descanso. Posee una más que oportuna fuente que servirá para saciar la sed y para refrescar algunas prendas con las que sobrellevar mejor las calores.


Vemos que también ganamos altura al Valle de Río Grande, dejando bajo nuestra mirada las viviendas del lugar de O Bestilleiros.

Reanudando la marcha, no tardaremos en unirnos a Milagros y Santiago, una pareja de pacenses llenos de vitalidad que comparten con nosotros su pasión por el Camino a medida que continuamos el ascenso.

La amena conversación y las vistas cada vez más sensacionales al valle hacen de amortiguador al esfuerzo que implica encarar el Costa de Arante.

Alcanzaremos poco más de 360 metros de altura, punto en el que llegamos a un collado que hace de transición al siguiente monte que caminaremos, el de Pena do Corvo.

Por aquí nos separamos de esta formidable pareja para acelerar un poco el ritmo aprovechando el sentido descendente. El Pena do Corvo lo encaramos por su vertiente septentrional lo que hace abrirnos horizontes a otro espléndido valle: el de Rego de Portobragán.

Abriendo vistas al Valle de Rego de Portobragán
Abriendo vistas al Valle de Rego de Portobragán

El lugar de Vilamartín Grande nos espera en aquel alto.


Este valle se muestra mucho más abierto que el de Río Grande, con menos masas forestales pero con un agradable entorno rural teñido por una variedad de verdes que le confieren los distintos aprovechamientos del terreno.

Valle del Rego de Portobragán
Valle del Rego de Portobragán

Vilamartín Pequeno

Si antes mencionamos a Vilamartín Grande, ahora hablamos de Vilamartín Pequeno. Pasamos por las viviendas de sus primeros barrios por los que el Camino nos dirige sin pérdida. A Aldea de Riba, Cabanas o A Aldea de Baixo son algunos nombres de estos núcleos de casas.

Iglesia de San Xoán Degolado

Al poco encontramos la iglesia de esta parroquia, advocada a San Juan Bautista y al episodio de su decapitación (San Xoán Degolado).

Antes de abandonar esta población, agradecemos esos pequeños detalles de los vecinos hacia los peregrinos.

El viaje continúa finalizando el descenso por las vegas del Rego Portobragán, caudal que muy pronto cruzaremos para encarar su orilla opuesta donde nos espera una fuerte subida hacia Villamartín Grande.

Es un tramo de unos 600 metros con algún intervalo al 13 % de inclinación en la pendiente.

Tras 20 kilómetros de etapa y casi nada en el estómago, la dichosa cuesta se nos atraganta un poco. Pero con paciencia logramos superarla.

Vilamartín Grande

Vilamartín Grande nos recibe con su Iglesia de Nuestra Señora del Carmen. Aunque fue restaurada en el año 1995 por los vecinos del lugar, una inscripción ubicada en el interior nos dice que 1692 fue el año de su fundación.

Iglesia de Nuestra Señora del Carmen

Desde la puerta, la lámpara de araña apenas nos deja ver a la patrona del templo. En cambio, sí se aprecian las otras tallas que la escoltan que también son del siglo XVII.

Iglesia de Nuestra Señora del Carmen
Iglesia de Nuestra Señora del Carmen

La quema de calorías hasta este núcleo de casas tiene su recompensa en el local Tentempié Peregrino, donde no desaprovechamos la oportunidad para degustar unos reconfortantes bocatas disfrutando de las vistas al valle y de algunas señas de identidad gallega.

Delicioso bocadillo
Delicioso bocadillo

Y además, nos regalan un pin muy adecuado que plantamos en las mochilas sin pensarlo.

Valle de Cabarcos

A caminar, el reposo tras el almuerzo se lo dejamos a estos bonitos ejemplares vacunos que bien gozan de vistas privilegiadas al siguiente tramo de recorrido, el Valle de Cabarcos.

Disfrutando de la sobremesa
Disfrutando de la sobremesa

Otra preciosa depresión fluvial salpicada de pequeños barrios y jalonada por suaves lomas. Como se aprecia, la Autovía del Cantábrico se adapta como puede para surcar sus relieves.

Valle de Cabarcos
Valle de Cabarcos

El recorrido que nos depara ahora comprende unos 4 kilómetros descendentes por esta pista asfaltada, la LU-P-0609.

Gondán

Tras un tramo escoltados por eucaliptos, pinos, robles y castaños llegamos al lugar de Gondán, de la parroquia de San Xulián de Cabarcos, concello de Barreiros.

No hace falta ser muy avispados para darnos cuenta que la mayor parte de estos campos están dedicados a la ganadería y por tanto, a la producción de leche. Pero el municipio también aprovecha su masa forestal para la industria maderera.

Además, el paso intermitente de peregrinos y el turismo forman parte de la fuente económica de Barreiros.

Aquí en Gondán hay un Albergue de Peregrinos que ha hecho uso de las instalaciones de una antigua escuela para ofrecer unas 30 plazas.

Nosotros pasamos de largo continuando el descenso por esta tranquila población hasta su salida tomando la dirección hacia San Xusto.

Campiña de Gondán
Campiña de Gondán

De no ser por la actividad que advertimos en algunos miembros del ganado parecería que en este lugar se ha detenido el tiempo. Ni vehículos, ni vecinos, ni peregrinos salen a nuestro encuentro.

El camino continúa su descenso colocándose ahora a pocos metros del curso del Rego da Paleira que navega a nuestra izquierda. Su vegetación de ribera así lo delata.


San Xusto

Y al poco, advertimos los perfiles que tendremos que encarar en el intervalo siguiente, en la parroquia de San Xusto de Cabarcos.

La bajada finaliza a la entrada del lugar donde parece que también hay un bar y un albergue, aunque para recibir atención a estas horas hay que llamar a un número de teléfono.

Entre las viviendas de San Xusto encontramos algunas dispuestas con escudos de armas que bien cumplen la misión de guardar la memoria de los linajes.

Casa blasonada en San Xusto
Casa blasonada en San Xusto

Aquí, sí encontramos simpáticos vecinos que nos salgan al paso, y peregrinos, que van a iniciar junto a nosotros el ascenso al Monte Calvario.

Pozo en San Xusto
Pozo en San Xusto
Ascenso al Monte Calvario

Las primeras rampas al 11% de inclinación van dejando preciosas vistas al valle a nuestra espalda, y también fuertes bocanadas de aire en los pulmones peregrinos para hacer frente al esfuerzo.


Cruceiro e Iglesia de San Xusto

Tras 600 metros de subida llegamos a un bonito cruceiro colocado aquí para recordar la ubicación de una Capilla, del Buen Suceso, que fue destruida en 1984. Contemplar esta obra también es una buena excusa para disfrutar del paisaje y ya de paso tomar aire.

Metros más tarde, se emplaza la Iglesia de San Xusto de Cabarcos, que destaca por sus dos espadañas. Está documentado su origen en el siglo IX, aunque se reformó en el XVIII y sufrió una última restauración en 1993.

A reanudar la marcha, todavía queda un fuerte repecho para superar el Monte Calvario. Para ello tomamos el camino de tierra dirección oeste que no tardará mucho en empinarse.

Ascenso al Monte Calvario
Ascenso al Monte Calvario

Rampas de hasta el 17 por ciento de inclinación nos harán sudar en este intervalo de 700 metros de recorrido.

Valle del Rego do Batán

Por fortuna, la ligera sombra de los eucaliptos aplaca la calurosa sensación térmica, pero pronto agradeceremos el sentido descendente de esta pista forestal que poco a poco irá abriéndonos el paisaje hacia el Valle del Rego do Batán.

Valle del Rego do Batán
Valle del Rego do Batán

La tierra nos devuelve al asfalto, a la red de carreteras vecinales que discurren entre nuevos prados por los que ya asoman los tejados de una de las localidades emblemáticas de este Camino del Norte: Vilanova de Lourenzá.


Capilla de Santa Cruz

Hacia ella nos dirigen las señales, pero antes aparece ante nosotros la pequeña Capilla de Santa Cruz, muy ligada al personaje más importante de estas tierras, Osorio Gutiérrez más bien conocido como el Conde Santo.

Capilla de Santa Cruz
Capilla de Santa Cruz

Se dice que este señor tiró desde aquí una piedra al valle y el lugar en el que terminó de rodar el elemento fue el elegido para levantar el Monasterio de San Salvador, que luego visitaremos.

El interior de este templo exhibe un retablo popular con un crucifijo del siglo XVIII y una Virgen y un San Roque a los lados del siglo XVI.

Dejamos atrás esta capilla y avanzamos un poco más para ir obteniendo vistas a la Iglesia de Santa María, edificio anexo al monasterio que hemos comentado.

Vistas a la Iglesia de Santa María de Lourenzá
Vistas a la Iglesia de Santa María de Lourenzá

Lourenzá

La entrada a la localidad la realizamos por la Rúa Calvo Sotelo para luego seguir las indicaciones de las señales que nos dirigen al Puente Medieval Ponte da Pedra, antigua vía de acceso a la villa de Vilanova de Lourenzá. Por esta estructura de un solo arco cruzaremos el Rego do Batán.

Finalmente callejeamos unos metros más con rapidez para llegar al albergue, justo a tiempo para soltar las mochilas y asistir una interesante visita guiada al Monasterio de San Salvador.

Iglesia de Santa Maria del Monasterio de San Salvador

Los asistentes nos emplazamos frente a la Iglesia de Santa María, una obra iniciada en 1732 y cuya fachada barroca pudo ser el anticipo a lo que luego contemplaríamos en la fachada del Obradoiro, ya que son del mismo autor, Casas Novoa.

Iglesia de Santa Maria
Iglesia de Santa Maria

Una de las torres no se llegó a construir y para homenajear al Conde Santo como precursor del Monasterio y reconocer sus buenas obras, se le talló a modo de peregrino para colocarlo en la hornacina que corona el bloque central de la portada.

El interior de la iglesia es de planta de cruz latina con tres naves y sobre el crucero un gran cimborrio sustentado por pechinas donde se observa alguna que otra reforma.

El altar está presidido por un retablo neoclásico de 1766 compuesto de bellas imágenes policromadas como de la Patrona Santa María o una escena de las Ascensión de Jesús a los Cielos.

A continuación nos trasladamos a la Sacristía que alberga piezas de mobiliario, pinturas y tallas de gran valor. Aunque la joya de la corona de este recinto se lo lleva un oculto Relicario del Siglo XVII, que exhibe imágenes de numerosos Santos hechos de madera policromada

Cada uno de ellos guarda su reliquia en un espacio dedicado en el torso. Entre los personajes encontramos a la propia Reina Santa Isabel.

Entre las capillas a destacar tenemos, por un lado, la dedicada a Nuestra Señora de Valvanera que posee un bonito retablo tallado en madera.

Y por otro lado y como colofón final a esta visita, la Capilla de Nuestra Señora de Valdeflores, que alberga el sepulcro paleocristiano en el que yacen los restos del Conde Santo. Está hecho de mármol probablemente en el siglo VI.

La Leyenda del Sepulcro

Don Osorio Gutiérrez tras quedar viudo ingresó en el Monasterio y posteriormente viajó a Tierra Santa donde se hizo con este féretro. La leyenda cuenta que la pieza se perdió en el viaje pero el destino hizo que apareciera en la costa de Foz, un acontecimiento que fue considerado un milagro.

A partir de ahí al sarcófago o al Conde se le atribuyen numerosos milagros y desde entonces, el ritual para solicitar el tuyo, consiste en arrodillarte bajo el mismo y meter los dedos en un orificio que hay en la base hasta llegar a tocar la madera del sepulcro.

Ya en el 969, año de fundación del Monasterio, el propio Conde proveía atención y alojamiento a los peregrinos que por aquí pasaban. A buen seguro, que tras su fallecimiento la veneración de esta tumba fue un aliciente más de la peregrinación norteña a Santiago.

Aquí lo dejamos amig@s.

Hasta la próxima!

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