
CASCADAS de la HUETA · LAGUNA de ORCERA
Estamos en las inmediaciones Orcera, acompañados por Julia y Amador, una encantadora pareja de paisanos que hoy van a mostrarnos algunos rincones naturales de este Pueblo Mágico del Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y las Villas.
Nos trasladaremos a estos lugares haciendo uso del «Landyrover» para luego acceder a pie a el resto del trayecto inaccesible para vehículos motorizados.
Así, disfrutaremos con las Cascadas de la Hueta, una serie de saltos de agua que discurren por el cauce del Río de Morles, alguna de ellas muy pintoresca, y nos acercaremos también al entorno de la Laguna de Orcera, una masa de agua originada por surgencias acuíferas subterráneas.
De igual modo, en el recorrido podremos deleitarnos con algunas de las cumbres que nos rodean y varios hitos de interés de la zona. Desde luego, aquí todavía nos quedan muchas rutas y sendas y por descubrir. ¡Volveremos!
✅ La localidad de Orcera está incluida en la 👉 Ruta Mágica 18 de los Pueblos Mágicos de España, ¡no te la pierdas!
Orcera
Hola amig@s!
Nos encontramos en las inmediaciones de la localidad de Orcera, acompañados por Julia y Amador, una encantadora pareja de paisanos que hoy van a mostrarnos algunos rincones naturales de este Pueblo Mágico del Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y las Villas.
Nuestra primera parada la realizamos en la vertiente meridional del Cerro de los Villares tras salir de la población por la carretera J-7030.
A nuestros pies dejamos los tejados Orcera que como observamos goza de una situación privilegiada al valle conformado por su los ríos Hornos, Trujala y su homónimo, este último navegando por la depresión de este a oeste.
Torres de Santa Catalina
Hacia este río se asoman las 3 Torres de vigilancia almohades de Santa Catalina, levantadas entre finales del siglo XII e inicios del XIII.
También desde aquí podemos otear los relieves de las Cumbres de Beas, Sierra de las Cuatro Villas o el cercano pico El Yelmo que con sus 1808 metros de altitud es uno de los más altos de la zona.
Continuamos el itinerario y tras unos 8 kilómetros por carretera de montaña el “Landyrover” de Amador se incorpora a una pista forestal algo bacheada que nos lleva a las ruinas de un antiguo cortijo.
La Hueta
Desde aquí iniciaremos una pequeña caminata para conocer varios saltos de agua conocidos como Cascadas de la Hueta, nombre que hereda de la cercana aldea de La Hueta, cuyas viviendas se adivinan al norte.
Por su parte no pasan desapercibidas las cimas que nos rodean, como la Cumbre Peñalta al oeste, con una caseta forestal de vigilancia asomando a los 1410 metros de altura.
Al noreste, en cambio, la cumbre más destacada es la protagonizada por el Cerro Bucentaina de 1418 m y junto a él, tras el Collado de la Marihueta aparece la Piedra del Agujero, una curiosa formación erosiva a la que no fue muy complicado asignarle el nombre.
Cascadas de la Hueta
Poco a poco, el sendero se va encajonando en las angosturas de dos cerros que facilitan zonas de umbría donde todavía quedan restos de alguna nevada. Esta depresión por la que ahora descendemos es la conformada por el paso del Río de Morles, caudal en el que participan los saltos de agua conocidos por Cascadas de la Hueta.
Uno saltos de acceso no señalizado
El primero de ellos ya se divisa a la izquierda y descendemos un poco más para acercarnos y contemplarlo mejor. Sabemos que hay senderistas que llegan a esta cascada por la parte inferior, partiendo desde la aldea de La Hueta, remontando el río, pero es posible que luego haya que realizar algunos metros técnicos para subir arriba.
Nosotros continuamos por el sendero no señalizado que flanquea este salto por la parte superior, aunque no tardaremos demasiado en ponernos a su altura. Si tenéis interés, podéis llegar a la orilla y asomaros al salto para ser testigos de la caída.
Vista desde aquí la cascada parece más alta de lo que observamos metros atrás y se aprecian mejor las tuberías naturales por las que circula el agua.
Guardar cautela por el lecho del río
Reanudamos la marcha a contracorriente del Morles para ir en busca de la siguiente precipitación acuífera en el terreno.
No está a demasiada distancia, pero hay que caminar con cautela, sobre todo porque estamos sobre el propio lecho del río y es posible pisar superficies deslizantes o encontrarnos con alguna piedra mal equilibrada.
Ir con cautela obtiene su recompensa con este salto donde el agua desciende por el zigzagueo que describe la orografía.
El Río de Morles, caudal que nace en el Calar del Navalperal a más de 1500 metros de altura, se abre camino erosionando la roca caliza que ofrece menos resistencia a su empuje animoso.
Para continuar y ver la última cascada tendremos que deshacer el tramo realizado por el lecho del río e incorporarnos de nuevo al sendero. Luego ascendemos unos metros al abrigo de helechos, jaras y pinos hasta que empezamos a sentir de nuevo la presencia del río y el sonido del repicar del agua.
La cascada de la toba
Desde esta posición, el sol nos permite adivinar la siguiente cascada en la que el agua se precipita literalmente al vacío formando una bonita y húmeda cortina.
Hemos tenido la fortuna de que los rayos de luz están directamente incidiendo en este accidente natural, lo que permite capturar estampas mucho más vistosas e incluso cazar algún arcoiris.
Si avanzamos descubriendo todavía más esta cascada vemos que se trata de una toba, una formación caliza originada a partir del carbonato cálcico que se ha ido depositando en esta ocasión sobre vegetales vivos.
El musgo aquí tapiza caprichosamente este elemento que parece haber sufrido un derrumbe en su parte inferior. Desde otra perspectiva, vemos que la cascada está formada por otros cientos de mini saltos de agua, todo un trabajo en equipo para crear esta belleza natural.
Avanzando un poco más por esta angostura advertimos otro acceso del río, pero ante lo delicado del terreno evitamos adentrarnos más.
Mirador a Linarejos
Tras disfrutar de las Cascadas de la Hueta, el “Landyrover” hace parada en un mirador con vistas a la depresión conformada por el Río Orcera, en cuyas orillas se ubica la cercana aldea de Linarejos.
Al sur, sobre las cabezas de esta población se elevan las cumbres de los Cerros de Góntar y de Segura la Vieja. En este último se dice que hay restos Íberos.
Al fondo, el inconfundible pico El Yelmo.
Qué de lugares nos quedan todavía por descubrir amig@s.
Laguna de Orcera
Vamos a cerrar esta visita en otro entorno que no tiene desperdicio, la Laguna de Orcera, un espacio que se enmarca a los pies del pico Navalperal, un farallón rocoso de unos 1618 metros de altura que hace de barrera natural por el oeste.
La curiosidad de esta laguna radica en su formación, pues se planta en un terreno arcilloso que no recibe agua de ningún arroyo si no de surgencias acuíferas subterráneas que van a depender del nivel de lluvias acumulado.
En época estival lo normal que esté seca o lleve muy poca agua, así aprovechamos este momento para sacarla con buena cara, aunque Julia y Amador nos cuentan que ha vivido épocas mejores.
Una opción fantástica de alojamiento
Por cierto, esta agradable pareja regenta el negocio hostelero de Casas Rurales Cortijo la Julia ideal para descansar tras una imprescindible visita al pueblo de Orcera y a todo el espectacular paraje natural que la rodea.
¡Gracias chic@s! ¡Hasta la próxima!

