Combarro
CAMINO PORTUGUÉS CENTRAL - PADRE SARMIENTO

4 · PORRIÑO – O COVELO

 
Salimos de Porriño encarando una exigente subida por el Concello de Mos para después descender y aproximarnos a la Ría de Vigo y a su Ensenada de San Simón.

En Redondela se une la variante portuguesa costera a la central para continuar el trazado cruzando el histórico Ponte Sampaio y la empedrada calzada romana Via XIX.

Después los kilómetros urbanos se combinarán con otros de bonitas sendas emboscadas, una de ellas siguiendo un tramo fluvial hasta Pontevedra, ciudad que nos presentará a su famosa Virgen Peregrina.

A continuación abandonaremos el Camino Portugués Central para incorporarnos a la Variante Espiritual, trazado que nos dirigirá a la orilla de la Ría de Pontevedra mientras pone en nuestro conocimiento el valioso conjunto monumental del Monasterio de San Xoán do Poio y el pintoresco pueblo de Combarro.

Tras esta villa iniciaremos los primeros kilómetros del Camino del Padre Sarmiento, que promete regalarnos bonitas jornadas con la embriagadora costa de la Comarca del Salnés.


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Porriño

Hola amig@s!

Estamos en Porriño, en su Fonte do Cristo, un hito más que aceptable para dar comienzo a la 4ª etapa del camino. Esta obra de inicios del siglo XX se inspira en el estilo barroco y temática medieval, con un paje orgulloso manteniendo en pie una lanzada y el escudo de la villa.

Un porte del que esperamos contagiarnos para no bajar la guardia, pues tras tres etapas a nuestras espaldas los achaques físicos ya empiezan a pasar factura.

Vamos a salir de la urbe por una calle vecinal paralela a la carretera N-550 y a diferencia de las jornadas anteriores, el goteo de peregrinos empieza a ser más frecuente. El tramo Tuy – Santiago de Compostela es uno de los más concurridos de esta peregrinación, por eso hoy nos sentiremos un poco más acompañados.

Mos

La etapa de hoy va ser un poco rompepiernas, con cuatro tramos de repechos exigentes pero no de muy larga distancia. Y el primero de ellos lo encontramos nada más entramos en el Concello de Mos.

Se interrumpe unos metros por un pequeño descenso en el lugar de A Veigadaña, por donde progresaremos dejando a la izquierda el Parque Empresarial de Mos y a la derecha, el Valle del Río Louro.

Tras unos dos kms por esta planicie, el perfil vuelve a inclinarse a medida que nos vamos introduciendo en la localidad que da nombre al Concello.

Iglesia de Santa Baia
Iglesia de Santa Baia

 

Iglesia de Santa Baia

Aquí realizaremos una parada para visitar la Iglesia de Santa Baia, o Santa Eulalia si lo traducimos al castellano. Los Marqueses de Mos mandaron a construir este templo en el siglo XVI, como bien firman colocando su escudo en la parte superior de la fachada oeste.

Las tropas de Napoleón quemaron el edificio a principios del siglo XIX, por lo que la mayor parte del edificio de hoy es una reconstrucción de estilo clásico. En el interior podemos apreciar las tallas de distintos santos y mártires, pero lo que destaca sobre todo son los retablos barrocos.

Iglesia de Santa Baia
Iglesia de Santa Baia

 

Varios de ellos están presididos por la patrona Santa Eulalia, que porta en sus manos los iconos representativos de los mártires, como una hoja de palma y un Libro de Actas.

Pazo de Mos

Próximo al templo se ubica el Pazo de Mos. Construido entre los siglos XVI y XVII fue la vivienda de los Marqueses hasta que los franceses también terminaron por quemarlo en el siglo XIX.

Por este trazado también pasaba la Vía Romana XIX que unía Braga con Tuy y que hoy aprovechan multitud de peregrinos para dirigirse a Santiago.

 

Cruceiro da Escocha

Detrás del Pazo se ubica el Cruceiro da Escocha, probablemente del siglo XVIII. También se le llama Cruceiro de la Agonía, en referencia al calvario que sufrieron los protagonistas que rematan la obra.

Nuestra agonía particular, por así decirlo, es retomar la exigente pendiente para continuar el viaje. Y tras esta parada, las piernas se enfrían, y por eso cuesta arrancar de nuevo.

En el lugar de Os Cabaleiros, tras 800 metros de ascenso, la dureza nos da una pequeña tregua con un intervalo descendente hasta el lugar de Abelleira, donde de nuevo habrá que ir hacia arriba.

Un pequeño tramo de pista de tierra entre robles, pinos y eucaliptos nos introducirá después en el barrio de O Exertado. Aquí, un corto tobogán de asfalto por pistas vecinales nos vendrá bien para prepararnos para afrontar la última parte del primer ascenso serio del día.

Aunque viendo que nos incorporamos a otra pista de tierra que acentúa el esfuerzo mejor conservamos fuerzas y caminamos un poco.

Santiaguiño

Coronado este alto, llegamos a los dominios de la Capilla de Santiaguiño que no conseguimos dar con ella por estar oculta entre la arboleda. Pero sí se dejan ver los monolitos dedicados al Camino de Santiago y otro erigido contra la de violencia machista, este último levantado en el año 2007.

Varios metros después de reanudar la marcha hay un Miliario Romano que os puede pasar inadvertido si no estáis atentos.

Chan das Pipas

La tendencia ahora es descendente, con unos primeros kilómetros de suave caída ya en el Concello de Redondela.

De las calles de Vilar de Infesta pasamos a las pistas de Saxamonde alternando una entretenida y variada gama de firmes hasta la zona conocida como Chan das Pipas.

 

Por este agradable paseo emboscado finalizaremos la parte más liviana del descenso que culmina justo en un balcón panorámico. Nos tomamos un tiempo para otear el monte coronado por el Pico de San Vicente y que oculta la Ría de Vigo, y en el valle, la sucesión de núcleos urbanos que nos esperan.

Cuidado por aquí, porque la bajada es pronunciada, sobre todo el primer kilómetro que atraviesa el barrio de Padrón.

Después la inclinación se suavizará por el valle que recorre el Río Maceiras, dejando atrás los núcleos de O Souto, A Costeira y O Quinteiro hasta llegar a Redondela.

Por aquí encontraremos un Monumento dedicado al Peregrino en el que no dudamos en retrarnos junto a otr@s peregrin@s con los que coincidimos.

Redondela

Pazo y Convento de Vilavella

Como ya descubrimos en el año 2018 aquí podemos ver entre otros hitos monumentales, el Pazo y Convento de Vilavella, construido en el siglo XVI.

Pazo y Convento de Vilavella
Pazo y Convento de Vilavella

También hay una Iglesia dedicada a Santiago, que podéis ver en el Post del Camino Portugués que llega por la Costa.

En esta ocasión, como ya conocíamos Redondela de la vez anterior decidimos no demorarnos y seguir avanzando. Y estad atentos porque una vez que se conecta con la N-550, no hay que continuar por ella, como hacemos nosotros con los despistes.

Las señales os deben dirigir por la Rúa Campo de Fútbol.

Por suerte nos dimos cuenta rápidamente del error y pudimos retomar el trazado correcto.

Avanzamos por las casas del barrio de San Pedro de Cesantes para poco a poco ir metiéndonos de lleno en la segundo repecho importante de la jornada.

Las primeras rampas nos cogen desprevenidos, por eso agradecemos parar y charlar con una vecina que nos cuenta la complicada situación que han sufrido los negocios dedicados al Camino de Santiago en los peores momentos de la pandemia. Tras sellar aquí, reanudamos la marcha.

Ascenso a la Sierra del Viso

Estamos acometiendo el ascenso a la Sierra de Viso, ahora por una pista de tierra flanqueando tierras de cultivo y dejando algo más retiradas las casas de Cesantes.

Aunque más tarde retomaremos el asfalto alcanzando los barrios más periféricos de la localidad.

Se endurece la pendiente en las inmediaciones de Tuimil, con inclinaciones de hasta el 16%, que se harán un poco más llevaderas gracias a la sombra de los árboles del entorno del Parque Loureiro. Y cómo no, gracias también a ese contagioso aliento peregrino.

Con este empuje final coronamos la segunda subida final, en torno a los 150 metros de altitud, muy cerca del Alto da Cabaleira desde donde se obtienen impresionantes vistas a la Ría de Vigo y a la Ensenada de San Simón.

Arcade

Precisamente el Camino flanquea por la vertiente este estos accidentes geográficos, y nos aproximaremos todavía más al último de ellos a medida que descendemos y nos adentramos en la localidad de Arcade.

Aunque la N-550 es la que nos presenta la urbe la señales Xacobeas pronto harán que callejeemos por sus arterias.

Pequeños altares, vieras, bordones, bancos peregrinos, flechas amarillas y algunos hórreos nos irán dirigiendo hasta los márgenes del litoral, concretamente a los del Estuario del Río Verdugo.

Estuario del Río Verdugo
Estuario del Río Verdugo

 

Estuario del Río Verdugo
Estuario del Río Verdugo

Aquí hay un bonito paseo marítimo desde el que contemplar por un lado, cómo este caudal fluye hasta desembocar en la Ensenada de Don Simón y por otro lado la variedad de aves que vienen para aprovechar los recursos del entorno.

El Ponte Sampaio

De los 4 puentes que oteamos desde aquí, el más antiguo es el Ponte Sampaio. Aquí se libró en 1809, la Batalla de Pontesampaio, decisiva en la Guerra de la Independencia Española contra los franceses.


 

Nos preguntamos si en aquella época tan belicosa tendrían tiempo para relajarse en uno de sus variados espacios de baño.

Siempre habla un cojo, porque nosotros desde luego tampoco podremos hacerlo. Para continuar el camino debemos cruzar esta estructura que tiene el mismo nombre que la localidad vecina.

En la otra orilla, ganando un poco de altura volvemos a otear esta estructura de 10 arcos de medio punto. Aunque las primeras referencias de su existencia son del siglo X y XI, se cree que sus orígenes son de una construcción romana.

El puente actual es el resultado de las reformas que se realizaron en los siglos XVI y XVII.

 

El Duende del Camino

A continuación nos encontramos con el entrañable Duende del Camino, que siempre nos recibe con una sonrisa.

Puente sobre el Río Ulló

Después, unas cortas pero maquiavélicas cuestas nos dirigirán a la salida de Ponte Sampaio y poco después nos introduciremos en la frondosidad que surca Río Ulló, caudal que cruzaremos por este puente metálico.

A partir de aquí se puede decir que se inicia el tercer tramo de ascenso serio de la etapa, y este hay que tomárselo con paciencia.

 

Calzada Romana Vía XIX

No es incómodo por navegar en sentido contrario a la corriente del Regueiro de Cacheiro si no más bien porque circulamos por los dominios de una antigua calzada romana, y ya sabemos que los firmes de estas pistas de piedra no suelen ser muy ciclables.

No obstante los restos de este hermoso trazado no olvidan que antaño perteneció al itinerario de la Calzada Romana Vía XIX, en la época de Augusto.

Desde nuestra vecina Portugal ya venimos recorriendo algunos tramos de esta vía que antaño unía las ciudades de Braga y Astorga para vertebrar las rutas comerciales, militares y mineras de la zona.

Hoy día esta vía sirve de paso para miles de peregrinos en el periplo hacia Compostela, aunque los ciclistas lo tienen algo más complicado para recorrerla, todo hay que decirlo. No todo son piedras, aunque hay que sumarle pendientes que rozan el 14% de inclinación y el calor.

El final de este duro tramo lo marca la carretera EP-0001, que pocos metros después nos introduce en una pista emboscada que conectará con la campiña de Bergunde.

Por aquí se advierten estampas representativas de la Galicia rural, con pequeñas huertas y terrenos de cultivo que se suceden a nuestro rodar.

Vilaboa

Peregrinos y senderistas se mezclan en un cómodo tramo descendente que alterna las fincas con agradables ramales arbolados. Y aunque se avanza con ligereza siempre hay que estar pendientes de ciertas zonas comprometidas.

Estamos transitando el territorio del Concello de Vilaboa, por pistas que nos dirigen por las parroquias de Figueirido y Santa Comba de Bértola, paralelos al curso del Río Tomeza, que pronto frecuentaremos.

Capilla de Santa Marta

 

Pero antes pasamos por el barrio de Ganderón donde visitamos la Capilla de Santa Marta, un pequeño templo construido en la primera mitad del siglo XVII.

En su altar, una imagen de la Santa, patrona de los hogareños y avezados en la cocina. Justo frente a la capilla se levanta un crucero.

 

Senda Fluvial del Río Tomeza

Volviendo a las andadas, en el lugar de O Pobo, decidimos tomar la variante que surca la Senda Fluvial del Río Tomeza, mucho más atractiva y cómoda que la variante oficial.

Es algo más larga que la opción oficial, con unos 3 kilómetros y medio de recorrido, pero indiscutiblemente, disfrutar de esta vegetación de ribera a la sombra de sauces, fresnos, chopos y abedules es mejor que el asfalto y el ladrillo.

El Río Tomeza tiene una denominación más antigua, Gafos, que en gallego viene a significar “Leprosos”. Y es que en el siglo XVI, en la desembocadura del río, existió un Hospital para estos enfermos.

También es posible divisar ciertos lavaderos y molinos que funcionaron hasta el siglo XX.

Aparte de la belleza del entorno, tenemos que decir que lo intrincado de su recorrido con puentes y pasarelas en los que el cauce juguetea con nosotros no hace más que aumentar la diversión mientras lo surcamos.

Pasar bajo el viaducto de la carretera PO-542 anuncia el cercano final del recorrido, que nos deja a las puertas de la ciudad de Pontevedra. Pero antes de entrar en ella nos desviaremos al Bar Casa Pepe, donde la especialidad de hoy era el Pulpo.

 

Pontevedra

Tras el almuerzo las calles de Pontevedra nos dirigen a su casco histórico, concretamente a la Plaza Peregrina, donde se ubica su Iglesia más popular, que destaca por la verticalidad de su fachada.

Santuario de La Virgen Peregrina

Esta se amolda a las formas redondeadas de su planta, que intenta asemejar la figura de una vieira, otro elemento más de la simbología Xacobea. En la hornacina central del friso se planta la Patrona de Pontevedra, a la que veneraban los peregrinos venidos de Bayona para poder concluir su Camino hasta Santiago.

Para complacer tantas plegarias le hacía bien tener como compañero a un Santiago Peregrino situado en otra de las hornacinas.

El templo fue construido en el siglo XVIII con estilos de barroco final y neoclásico.

En el interior, su Retablo Mayor de 1789 lo preside otra talla de la Virgen, ésta hecha en madera y posee símbolos peregrinos como el bordón que sostiene en su mano derecha.

La tradición de pedir su protección como ayuda en la peregrinación a Santiago todavía pervive.

 

Convento de San Francisco

Avanzando unos metros más hacia el norte damos con el Convento de San Francisco, situado tras el Xardín de Casto San Pedro.

Este edificio de factura gótica se construyó en el siglo XIV y fue fundado por Francisco de Asís cuando realizaba su peregrinación a Santiago por la ruta Portuguesa.

Casco Histórico

El casco histórico de Pontevedra es uno de los más bonitos y mejor conservados de toda Galicia. Fue declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1951 y es una gozada recorrerlo ya que prácticamente es todo peatonal.

Ponte do Burgo

Y para nuestra sorpresa, el Ponte de Burgo también es peatonal desde el año 2020, porque en 2018 todavía tenía las reformas realizadas en el siglo XX. En cualquier caso ya nada queda de aquella construcción de orígenes romanos que salvaba el río Lérez para continuar la calzada vía XIX.

La siguiente imagen corresponde al Ponte do Burgo en el año 2018. La imagen que podréis ver en el vídeo de la etapa es bien distinta.

Ponte do Burgo
Ponte do Burgo

 

Variante Espiritual

Salimos de Pontevedra tomando la llamada Rúa da Gándara, una pista paralela a las fértiles vegas y marismas del río que lleva el mismo nombre. Un río que muy pronto tendremos que cruzar para despedirnos por un tiempo de nuestra variante Portuguesa del Camino e iniciar la Variante Espiritual.

Progresando por el barrio de Altabón y pasamos sobre las pistas de la AP-9, todo ello ganando rápidamente altura para ir alejándonos todavía más de los edificios de la ciudad de Pontevedra.

Por aquí afrontaremos la cuarta y última subida de exigencia de la jornada, atravesando primeramente por asfalto los núcleos de Freixo, Parada de Arriba y Parada de Abaixo. Lo más duro se manifiesta cuando desaparecen las casas y nos adentramos en zona de campiña y monte.

 

Campañó

Una pista de cemento nos conectará con una empinada y estrecha senda que marcará los frondosos metros finales de esta subida hasta la parroquia de Campañó.

Iglesia de San Pedro

Nada más salir del bosque se nos presenta la Iglesia de San Pedro que aunque su factura original es más remota, la reconstrucción barroca que hoy manifiesta es del siglo XVIII.

La portada es de estilo neoclásico y como motivo de su hornacina encontramos a un San Pedro rezando con sus inseparables llaves colgando del brazo izquierdo.

Tras Campañó pasamos rápidamente del barrio de Cabaleiro a un bosque de eucaliptos que conectará con las casas de Fragamoreira. Luego, otra pista emboscada evitará que circulemos por la carretera VG-4.8, que luego cruzaremos por un paso superior.

Justo después empezamos a divisar las primeras imágenes de la Ría de Pontevedra, con la localidad de Marín en la orilla enfrentada al cobijo de los montes del Parque Natural de Cotorredondo.

Poio

Ahora nos incorporamos a la cómoda pista de tierra Camiño Bouza para después dar con otra asfaltada que nos mete en el barrio de O Convento, el cual alberga un valioso patrimonio de especial interés.

Hórreo de Poio

Comenzamos con el Hórreo de Poio, el que más superficie tiene de toda Galicia, más de 120 m2, aunque no el más largo. Este mide poco más de 33 metros frente al de Carnota, que mide casi 35.

El hórreo es del siglo XVIII y forma parte del Conjunto Monumental del Monasterio de San Xoán de Poio.

Frente a los jardines contiguos al hórreo se encuentra una bonita fuente creada entre los siglos XVII y XVIII que traía el agua desde el Monte Castrove por una tubería de piedra y que permitía abastecer al Monasterio.

Adosado al complejo se creó en la segunda mitad del siglo XX una Hospedería. Basta con ver el estado de los sillares de cada conjunto para saber a qué obra pertenecen.

Monasterio de San Xoán de Poio

Nosotros nos interesaremos por el antiguo Convento Benedictino, que nos recibe con los muros de las dependencias y la fachada de su Iglesia. Esta última construida entre los siglos XVI y XVIII combina estilos renacentistas con barrocos.

Entre las líneas clásicas de su fachada exterior encontramos varias tallas, como la de San Juan Bautista como motivo central, o la de Santiago Peregrino dando fe de lugar de paso de peregrinación.

Se dice que el origen de la fundación de este cenobio corrió a cargo de San Fructuoso en el siglo VII, aunque realmente la primera vez que aparece en documentos fue en el siglo X.

 

La Iglesia

Vamos a realizar la visita comenzando con el interior de la Iglesia, que destaca por esa combinación de renacimiento y barroco, decorando las bóvedas de nervaduras con llamativas claves o dividiéndolas en distintos relieves de casetones.

En el Altar Mayor sorprende el retablo barroco creado en 1631, con los motivos centrales de la Virgen de la Merced a la que son devotos los Frailes Mercedarios, actuales regentes del Monasterio, y la imagen de San Juan Bautista, patrón del templo. También podemos ver a un viejo conocido.

En el templo también es de interés la Capilla del Cristo, con un retablo que expone escenas sobre la Pasión. También alberga un sepulcro visigótico del siglo VIII y una imagen de Nuestra Señora de Valvanera.

Claustro de las Procesiones

Otras joyas del complejo monástico son sus claustros. Al que visitamos primero se le llama Claustro de las Procesiones. Se construyó en el siglo XVI con bóvedas de crucería y una serie de arcos de medio punto.

Nos gustan esas ménsulas protagonizadas por distintos rostros, la fuente barroca obra o “chafariz” que ocupa el espacio central del patio, o los funcionales relojes de sol.

Claustro de los Naranjos

El segundo claustro, el de los Naranjos, es algo más grande que el anterior. Está construido en estilo barroco entre los años 1747 y 1749 por medio de una sucesión de arcos carpaneles y su centro se levanta este crucero.

Pero lo más llamativo de este claustro es el impresionante mosaico que cubre la pared de la planta. Está diseñado por el artista checo Antoine Machourek y realizado por la Escuela de Mosaicos de este Monasterio entre los año 1989 y 1992.

Mosaico del Camino de Santiago
Mosaico del Camino de Santiago

 

Para los amantes del Camino de Santiago no os será muy difícil reconocer los hitos emblemáticos que representa, ya que son referentes a ciudades y monumentos que se conocen durante la travesía del Camino Francés.

Así que tomaros vuestro tiempo para disfrutar de este millón de teselas recogidas en 200 m2, e imaginaros que viajamos con ellas hasta el destino final, la Catedral de Santiago de Compostela.

Finalizamos la visita dando un rápido vistazo a las estancias donde se encuentra una valiosa Biblioteca y piezas de arte, como pinturas o esculturas. En estos lugares siempre hay cosas singulares que descubrir, como el libro impreso y encuadernado más pequeño del mundo. Para alucinar.

 

Ría de Pontevedra

Tras esta enriquecedora sesión artística y cultural reemprendemos la marcha descendiendo por el Concello de Poio para ir alcanzando poco a poco la orilla norte de la Ría de Pontevedra.

Y lo hacemos en A Seara, cruzando primero el Rego do Mouro para después transitar las zonas verdes del Parque da Seca que asoman a la ría bordeando el litoral.

En medio de la ría se divisa la Isla de Tambo, que iremos viendo con más detalle a medida que avanzamos a nuestro próximo objetivo, la localidad de Combarro.

Vistas a la Ría de Pontevedra y a Combarro
Vistas a la Ría de Pontevedra y a Combarro

 

Combarro

Desafortunadamente para llegar allí debemos abandonar nuestro paseo por el parque y tomar la concurrida carretera C-550 durante unos 600 metros. Después nos desviaremos por una calle hasta llegar a la Playa do Padrón, por donde entramos ya a Combarro.

Combarro
Combarro

Este arenal es un buen lugar para ir oteando la arquitectura popular marinera de esta urbe que mira a la ría. Su extremo occidental termina en este moderno crucero donado por la familia Rial Díaz en el año 1997.

 

El pueblo de los hórreos

Pronto os daréis cuenta que Combarro, además de cruceros posee multitud de hórreos que resaltan a simple vista por su peculiar estructura de almacenaje elevada con pilares, algunos de ellos con molduras circulares para evitar el acceso a roedores.

Puede que la urbe disponga de la mayor concentración de estos elementos teniendo en cuenta su pequeño tamaño. Por algo lo llaman el pueblo de los hórreos.

Combarro
Combarro

Actualmente, la mayor fuente de ingresos proviene del turismo, y eso se nota en lo concurrida que suelen estar estas calles hechas a base de piedra, al igual que sus viviendas algunas de ellas con balcones de madera y engalanadas con multitud de plantas y flores. Es un pueblo pintoresco donde los haya.

No tenemos mucho tiempo, pero sí nos hace ilusión regresar a la orilla para ver de cerca a la fila de hórreos que disfruta todos los días de vistas inmejorables a la ría.

Inicios del Camino del Padre Sarmiento

Y llegados a este punto damos con la señalética del Camino del Padre Sarmiento que seguiremos a partir de ahora, y que nos dirigirá por la Comarca del Salnés, abandonando por tanto de la Variante Espiritual.

Los primeros metros de esta nueva ruta nos harán salir de Combarro, pegados a su Puerto Marítimo para después seguir la carretera costera PO-308 durante poco más de 2 km hasta llegar a O Covelo.

O Covelo

Este lugar nos recibe con unos estupendos arenales (Area da Barca) en los que echar el resto de la tarde, deleitándonos con la Isla de Tambo o con las bateas tan propias de las rías gallegas.

Nosotros lo disfrutaremos desde la terraza de nuestra hospedería mientras reponemos fuerzas antes de irnos a dormir.

Arenales de O Covelo
Arenales de O Covelo

Hasta la próxima!

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