Camino Portugués Central - Padre Sarmiento - Etapa 1
CAMINO PORTUGUÉS CENTRAL - PADRE SARMIENTO

1 · OPORTO – BARCELINHOS

 
La etapa de hoy nos lleva a la histórica Barcelinhos.

Iniciamos el Camino recorriendo los primeros 28 kilómetros por la senda litoral para evitar el entramado urbano que supone salir de Oporto.

Los días previos disfrutados en la ciudad y el haber conocido dos de los albergues más destacados de los comienzos del tramo Central, también nos motivan a ir por la costa y recordar algunas localizaciones que ya conocimos en el Camino de 2018.

Playas, faros, fortificaciones y pequeñas capillas nos acompañarán hasta la altura de Mindelo, donde de nuevos nos dirigimos al Interior para conectar con el tramo Central.

Los parajes rurales portugueses nos aguardan, parcheados de maizales y viñedos entre pequeñas poblaciones.

Puentes medievales y templos religiosos de Interés como la Iglesia románica de São Pedro de Rates realzan el valor monumental de este intervalo hasta el destino final, Barcelinhos.

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Oporto

Hola amig@s!
Nos encontramos en Oporto, en la ribera del Duero del barrio de Miragaia, iniciando esta apasionante aventura que hemos diseñado este año para disfrutar del Camino de Santiago.

Nuestra idea es seguir el Camino Portugués Central, pero como el trazado cruza la ciudad de Oporto de sur a norte y los días previos ya tuvimos buenas jornadas de turismo en la urbe, decidimos no repetir ciertas localizaciones y realizar los primeros kilómetros por la senda litoral.

De este modo también evitamos el caos urbano con su comprometido tráfico y volvemos a recordar este agradable tramo que ya recorrimos en el 2018.

Puente de Arrábida

Sobre estas líneas el Puente de Arrábida que ya conocimos durante la jornada anterior en el crucero de los 6 puentes.

Esta estructura se construyó para descongestionar la circulación de coches en la década de los 60 del pasado siglo. Hoy además, con su enorme vano arqueado también parece abrirnos paso al último tramo de río directos hacia su desembocadura.

A partir de aquí el río ensancha permitiendo algunas tímidas marismas y arenales en un caudal bien conocido por el pueblo de pescadores de la Afurada, justo en la orilla opuesta.

Estas estampas se pueden contemplar ejemplarmente desde el Jardim do Cálem, bajo los álamos de este espacio ajardinado donde también se ha instalado un Observatorio de Aves, sobre todo de aquellas que se dejan ver en el estuario que hay en la desembocadura y que fue declarado Reserva Natural en el año 2007.

 

El Mensajero

El jardín termina con la talla de bronce, “El Mensajero”, inaugurada en el año 2001 para, según su autora Irene Vilar, traer esperanza a la ciudad de Oporto.

Los jardines no acaban aquí; uno nuevo, el de Sobreiras nos recibe con una amplia zona peatonal ideal para la práctica de diferentes actividades mientras disfrutas de la ribera.

Y casi sin darnos cuenta nos plantamos en el Jardín de Paseo Alegre, muy característico por sus numerosas y altas palmeras que nos escoltan hasta las inmediaciones de la desembocadura del Duero.

Foz de Douro

Un accidente geográfico al que hoy abrazan dos espigones gobernados por sendos faros, el de Pontão en el dique izquierdo y el de Barra do Douro en el derecho.

Desembocadura del Duero
Desembocadura del Duero

Estamos ya en los dominios de la localidad de Foz de Douro, antiguo asentamiento de pescadores que no olvida sus orígenes gracias a los aficionados a este sector. Hoy día, debido a la privilegiada ubicación de la desembocadura y a sus numerosas playas se ha convertido en uno de los lugares más cotizados de la zona.

Junto al dique del Faro de Barra do Douro hay otro algo más recogido que todavía mantiene en pie el Faro de Felgueiras, un edificio originario de finales del siglo XIX que hoy encontramos en fase de restauración.


 

Faros Barra de Douro y Felgueiras
Faros Barra de Douro y Felgueiras

 

Fuerte de São João Baptista

La desembocadura del Duero también fue antaño objeto de incursión por parte de piratas y ejércitos invasores que pretendían remontar el río para saquear o invadir Oporto. Por eso se construyeron algunas fortificaciones a lo largo del litoral para la defensa del territorio.

Sobre estas líneas, el Fuerte de São João Baptista, que se edificó alrededor de la Iglesia homónima en el siglo XVI. En el XVII, con la Guerra de Restauración Portuguesa se reformó para ampliar sus defensas y en el XVIII sufrió las últimas modificaciones.

Fuerte de São João Baptista
Fuerte de São João Baptista

A pesar de aquellos bélicos y duros tiempos estamos seguros que los ciudadanos que habitaban por estos lares sacaban tiempo para darse un baño en estas estupendas playas, como las de Carneiro, Ourigo o la de los Ingleses.

Fuerte de San Francisco Javier

Un intervalo de litoral que recorremos rápidamente por un cómodo carril bici hasta llegar hasta el siguiente complejo defensivo, el Fuerte de San Francisco Javier.

Fue construido en el siglo XVII para defender el territorio de la amenaza de la Armada Gallega en la época de la Guerra de Restauración. Este edificio también es conocido como el Castillo del Queso, ya que se levantó en el siglo XVII sobre una roca redondeada con forma de queso.

Fuerte de San Francisco Javier
Fuerte de San Francisco Javier

 

Matosinhos

Desde aquí, mirando al norte, se obtiene una buena panorámica de la playa de Matosinhos, que dispone una orilla ideal para la práctica del sur y uno de los arenales de mayor anchura del litoral.

Su telón de fondo dibujado por las instalaciones portuarias y las chimeneas de la refinería ensombrecen las vistas, pero nada impide regocijarnos en el fantástico paseo marítimo que recorre la línea costera.

El pedaleo merece un paréntesis en esta Oficina de Turismo, revestida con pintura de temática Xacobea.

Oficina de Turismo
Oficina de Turismo

 

Tragédia do Mar

Aquí podréis sellar vuestra credencial y admirar el monumento “Tragédia do Mar” que hay justo al lado. Esta escultura conmemora el naufragio acaecido en 1947 donde perdieron la vida unos 152 pescadores. Las imágenes rinden homenaje a las víctimas y a sus familias.

 

Templete Senhor de Padrão

Poco después, reanudando la marcha, atravesamos el Jardín Senhor de Padrão, donde se emplaza un templete homónimo construido en el siglo XVIII. Su ubicación nos es casual, ya que se dice que aquí apareció la venerada imagen del Buen Jesús de Matosinhos.

Si nos asomamos al interior se pueden apreciar las tallas de los cuatro evangelistas adornando las esquinas de las pilastras. El monumento se remata con una pequeña cúpula desde la que algunos aprovechan para otear el terreno.

Puente móvil de Leça

A continuación nos toca un tramo de caos urbano. El Río Leça se interpone en nuestro camino y debemos encontrar el puente que lo cruza. Para ello rodeamos el complejo del Puerto Leixões hasta que por fin damos con la estructura. Si vais en bici tened paciencia y evitad esfuerzos innecesarios.

El Puente Móvil de Leça se inauguró en el año 2007 para sustituir a uno más antiguo y así mejorar las comunicaciones y permitir el acceso a buques de mayores dimensiones.

Leça de Palmeira

Casi sin darnos cuenta pasamos de Matosinhos a la localidad de Leça de Palmeira en la que tomaremos la Rua Hintze Ribeiro para ir directos de nuevo a la costa.

Playa de Leça
Playa de Leça

Esta urbe tampoco se puede quejar de playas, desde luego en estas horas tempranas lucen un aspecto impecable con sus infraestructuras esperando a ser útiles a los usuarios, esos que ya empiezan a ocupar los espacios.

Piscina de Marés

Es una costa accidentada, donde los salientes rocosos se suceden con intermitencia, aunque eso no impidió que en uno de ellos se integrase en los años 60 la Piscina de Marés, para todo aquel que deseara un baño en aguas más tranquilas.

 

Faro de Boa Nova

El siguiente hito en el camino es el Faro de Boa Nova que con sus 46 metros de altura hacen imposible la fuga de las miradas. El edificio se construyó en el año 1926 aunque se inauguró en 1927.

A buen seguro los navegantes agradecieron este baluarte lumínico con el que guiarse por la quebrada orografía. Actualmente es el segundo faro más alto de Portugal.

Capilla de Boa Nova

Muy cerca encontramos la Capilla de Boa Nova, otro hito de iluminación, aunque este de manera más simbólica en forma de Fe.

Este pequeño templo se fundó en el lejano año de 1392, aunque no hace mucho fue restaurado. Perteneció a un monasterio franciscano próximo, hoy desaparecido. Durante su historia ha sido objeto de culto por los pescadores ya que está dedicado a San ClementePatrón de los Mares”.

En unas rocas cercanas se puede leer un poema de Antonio Nobre, autor del siglo XIX que pasó por aquí algunas temporadas de su infancia.

El crudo telón de fondo de la refinería

Acercaros al flanco norte de la capilla para ver el revestimiento de espejos el cual nos presenta el siguiente intervalo de litoral. Este se inicia con la Playa Azul que con sus pasarelas intenta evitar de alguna forma el dirigirse a las amenazantes chimeneas de la refinería.

Nosotros no tendremos tanta suerte ya que debemos continuar por el paseo marítimo. En principio tampoco nos podemos quejar puesto que por aquí también llegaremos a la Playa de Aterro, un extenso arenal de unos 2,5 km de largo.

Sin embargo, ante la imposibilidad de circular con bicicletas por las pasarelas de madera tenemos que alejarnos momentáneamente de la orilla y tomar la Avenida de la Libertad. El nombre de esta calle no le hace justicia al entorno puesto que la enorme infraestructura de la refinería no da mucha libertad en materia de valor paisajístico.

Pero bueno, tenemos que saber lidiar con las luces y las sombras del recorrido y afortunadamente a veces las bicicletas nos ayudan a superar con ligereza los tramos más amargos.

Tras la refinería, un carril bici nos permitirá circular por los núcleos de Aldeia Nova, Cabo do Mundo y Facho.

Obelisco da Memória
Obelisco da Memória

 

Obelisco da Memória

Desde el último apreciamos el Obelisco da Memória, levantado en 1864 en recuerdo al desembarco del Ejército Libertador el 8 de julio de 1832 en la playa con el fin de hacer frente al Régimen Absolutista que se había instaurado en Portugal.

El carril bici nos dirige posteriormente por Agudela donde el litoral se muestra más generoso presentándonos nuevos arenales. Estamos felices a medias pues unas veces navegamos paralelos a las pasarelas para peatones, y otras el trazado nos aleja de ellas anulando con esto la posibilidad de ver la orilla.

Agudela
Agudela

Viendo que miramos con recelo a los privilegiados viandantes, las flechas amarillas no quieren privarnos del placer de rodar por estas pasarelas y nos dan esa oportunidad en contadas ocasiones.

Labruge

Una de ellas está llegando a Labruge. Por aquí, un puente también de madera, nos hará cruzar el Río Ondas que finaliza su recorrido descansando en el Atlántico.

Y después, tras otros tantos metros de paseo marítimo, accedemos a una nueva pasarela. Por aquí los tablones de madera nos dirigen por la bonita Playa de Labruge al cobijo de los cañaverales.

Aunque el tránsito para bicicletas esté permitido hay que ser conscientes de que el peatón tiene siempre la prioridad, así que procurad respetarlo y avisar de vuestra presencia con antelación sin incomodarlo demasiado.

 

Vértice Geodésico de São Paio

No obstante, puede que en algún momento haya que bajarse de la bici, sobre todo en la parte en la que alcanzamos el Vértice Geodésico de São Paio, donde el desnivel se endurece.

Desde el punto más alto de esta franja de litoral podemos otear al sur gran parte de la línea costera que hemos recorrido hasta el momento.

Al norte, afloramientos rocosos en los que se descubrió en los años 50 del pasado siglo el Castro de São Paio. Y cerca de ellos una Capilla homónima, levantada en el año 1885.

 

Castro, Playa y Capilla de São Paio

En pocos metros a la redonda todo parece llevar el nombre de São Paio, incluso las playas contiguas, que pronto flanquearemos, en cuanto superemos un tramo de escaleras.

Playa y Capilla de São Paio
Playa y Capilla de São Paio

 

Debido a la afluencia de peatones decidimos transitar bajados de la bici. Avanzar así está genial para contemplar con algo más de pausa estos hitos pero convierte a los arenales en auténticas tentaciones para deshacernos de las bicicletas y echar el día en ellos.

Moreiró y Vila Chã

Lamentablemente, nuestra agenda es apretada y debemos continuar. Como decimos, ardua tarea con nuevas playas como la de Moreiró, reluciendo en nuestras retinas, con cientos y cientos de metros de paseo rústico invitándote a este embaucador entorno al que es difícil resistirse.

Playa de Moreiró
Playa de Moreiró

Tras la Playa de Moreiró viene la de Vila Chá, algo más estrecha y mucho más urbana. De hecho, tendremos que callejear un buen trecho por la urbe para seguir avanzando.

Mindelo

Tras dos kilómetros de firme adoquinado nos depara otro tramo peatonal situado a espaldas del complejo dunar de la Playa de Mindelo, en el Barrio da Louça.

Este entorno se enmarca dentro del Paisaje Protegido del Litoral de Vila do Conde y Reserva Ornitológica de Mindelo ya que aquí vienen numerosas especies de aves a nidificar.

Paisaje Protegido del Litoral de Vila do Conde y Reserva Ornitológica
Paisaje Protegido del Litoral de Vila do Conde y Reserva Ornitológica

Y precisamente en esta preciosa Playa de Mindelo finalizará nuestro periplo por el litoral portugués que nos ha traído buenos recuerdos a la memoria de aquel Camino del 2018.

Playa de Mindelo
Playa de Mindelo

Nuestro rumbo virará ahora al este para conectar con el tramo Central. Así que disfrutamos de las últimas instantáneas para despedirnos de esta costa, pero no del Atlántico ya que volveremos a verlo en etapas posteriores.

Por la Rúa da Praia

La segunda parte de la jornada la iniciamos tomando la Rúa da Praia. Es la gran arteria principal que no debemos abandonar hasta que lleguemos a la Iglesia Parroquial de Mindelo.

Para evitar el tráfico aprovechamos el nada concurrido acerado que hay en el margen derecho de la vía.

 

Iglesia de San Juan Evangelista

Tras un kilómetro y 800 metros recorridos llegamos a la Iglesia de San Juan Evangelista de Mindelo a través de su plaza homónima que nos la antecede con un Crucero.

El templo que fue levantado en el año 1770 en diferentes estilos, destaca por su fachada principal revestida de azulejos, aunque su torre campanario rematada en cúpula bulbosa carece de ellos.

En la hornacina del frontón aparece la imagen del patrón de la iglesia portando la copa del veneno que Aristodemos le ofreció para retarlo a creer en su Dios si salía ileso tras beberla.

Cruce de la N13

Unos 900 metros después de la Iglesia de Mindelo viene un peligroso cruce por la carretera N13. Puede que sea el único punto caliente de este intervalo de 7 kms hasta conectar con el Camino Central ya que el resto del tránsito por la carretera M530 es medianamente tranquilo en cuanto a la afluencia de tráfico.

Vairão

Firmes adoquinados jalonados por pequeños núcleos de casas y parcelas agrícolas serán el patrón dominante que nos acompañará hasta la freguesia de Vairão, territorio en el que por fin conectaremos con el tramo Central Portugués.

Tránsito comprometido por la N306

Y lo haremos por medio de otro punto caliente de la jornada, la carretera N306, donde tanto ciclistas como peatones tendrán que desenvolverse ante la falta de arcén de la pista.

 

Macieira da Maia

Muy cerca de aquí se encuentra el Albergue de Peregrinos del Monasterio de Vairão, pero como lo visitamos en el prólogo de Oporto continuaremos por la carretera hasta Macieira da Maia. Aquí nos recibe una impresionante quinta (Quinta de Vilariho) del siglo pasado y una torre de la que no hemos encontrado información más que se encuentra al lado de un reconocido restaurante.

Puente Dom Zameiro

Después, abandonamos por fin la carretera N306 para incorporarnos a una pista local que nos conducirá a un bonito entorno dominado por el paso del Río Ave, y su Puente Dom Zameiro que lo atraviesa.

Puente Dom Zameiro
Puente Dom Zameiro

Tras kilómetros de tráfico este lugar es un auténtico bálsamo en todos los sentidos.

El puente construido entre los siglos XII y XIII con ocho arcos de medio punto desiguales en tamaño une las freguesías de Bagunte y Macieira da Maia.

A pesar de ser de factura medieval sus orígenes se remontan a la época romana puesto que este camino pertenecía a la llamada Vía Veteriz, que venía desde Oporto para dirigirse a Barcelos y Esposende.

El puente toma el nombre del noble que hizo posible su construcción.

Tomaros vuestro tiempo para admirar las construcciones aledañas posteriores como la presa y los molinos de agua los cuales aprovecharon la existencia del puente y el río para su explotación y mejora económica de los vecinos del lugar.

Tras cruzar el río nos incorporamos a la Rúa da Ponte do Ave para iniciar un exigente ascenso.

Capela de Nossa Senhora D’Ajuda

La Capela de Nossa Senhora D’Ajuda nos da un respiro. Se dice que este pequeño templo se construyó a finales del siglo XVI y desde entonces su patrona no ha dejado de ser venerada por la población local.

A continuación, seguimos ascendiendo, ahora por la Rúa Dom Zameiro que acelera nuestros corazones con una rampa entre el 15 y el 18 por ciento de inclinación.

Su final se suaviza, pero debemos extremar las precauciones ya que debemos atravesar la N306 para incorporarnos después a la Estrada de Santagões.

Por aquí circulamos por un pasillo hecho a base de maizales salpicado por algunas viviendas residenciales y pequeños núcleos de casas.

También tomamos caminos más rústicos, de tierra, menos humanizados que en cierta forma nos acercan un poco más con el medio natural.

 

São Mamede

Llegados al lugar de São Mamede tendremos que lidiar de nuevo unos metros con la N306 para incorporarnos a una Rua que lleva el mismo nombre de la parroquia.

Aquí el hambre nos aprieta y entre los escasos locales de restauración encontramos uno que puede servirte unos bocadillos de embutidos. Suficiente para darle a los pedales otra tanda de kilómetros.

A la salida de São Mamede la meteorología empieza a empeorar. Soplan vientos de lluvia que lejos de asustarnos intentamos sacarle el lado sugestivo, como por ejemplo ver cómo juguetea con los maizales simulando el movimiento de una marea.

Campiña de maizales
Campiña de maizales

La lluvia comienza a caer mientras surcamos la pista Rua Camino Castelo Branco. Afortunadamente son solo unas gotas que apenas llegan a empaparnos.

Barros

Por este ramal, donde pinos y eucaliptos quieren ganar terreno al patrón rural, continuaremos dejando a un lado el lugar de Barros y pasando bajo la autopista A7.

Pero de nuevo los maizales sacan pecho dejándonos bonitas estampas rurales que ni siquiera la meteorología adversa consigue deteriorar. Desde aquí adivinamos el pueblo de Arcos, justo el núcleo de casas al que nos dirigimos a continuación.

Arcos

Puente de San Miguel

Pero antes de llegar a la localidad debemos cruzar el Río Este por otro puente de interés. Se trata del Puente de San Miguel de Arcos, de factura románica, levantado probablemente en el siglo XII. Consta de tres arcos de medio punto, siendo el central el de vano más grande.

Al igual que el puente de Dom Zameiro este también se incluye en la Vía Veteriz por lo que sus orígenes pudieron ser de época romana.

Iglesia de San Miguel

Tras pasar al otro margen del río entramos en Arcos, donde nos sorprenden varios hitos monumentales. Para empezar, su Iglesia de San Miguel, de estilo neoclásico construida en 1855. Toda ella está revestida de azulejos y la hornacina del frontón cobija la imagen del patrón a la que está dedicado el templo.

Quinta de San Miguel

Por su parte, muy cerca se encuentra la Quinta de San Miguel de Arcos, un antiguo caserío del siglo XVIII cuyas instalaciones se han adaptado hoy para el hospedaje.

En la zona también se deja ver una talla de la Virgen María junto a un Crucero y pedaleando un poco más, el pequeño oratorio de la Capilla del Señor de Los Desamparados.

En los siguientes tres kilómetros repetiremos la tendencia paisajística rural por pistas de asfalto y adoquines jalonadas por muros de piedra parcelarios, pequeños núcleos de casas e incluso algún reducido complejo industrial.

Rates

Este último lo encontraremos en nuestro próximo destino, Rates, que nos recibe con su patrón San Pedro en la rotonda de entrada a la urbe.

Este personaje fue un ordenado Obispo de Braga por el mismísimo Apóstol Santiago aproximadamente en el año 44 ó 45 después de Cristo. Murió decapitado al intentar convertir al cristianismo a ciudadanos de religión romana.

 

Iglesia de San Pedro de Rates

Esta localidad alberga un patrimonio monumental de especial interés. Para verlo hay que desviarse unos metros por la Rua Direita hasta llegar a la Praça dos Forais, donde tras un oratorio ya podréis contemplar los muros de este hito religioso, la Iglesia Románica de San Pedro de Rates.

Iniciamos la observación del templo por su parte posterior, donde resalta la cabecera con un ábside central con ventanales hechos a base de arcos de medio punto con dos de sus vanos ciegos.

Los capiteles representan motivos vegetales como volutas o ramas entrelazadas creando formas geométircas. Destaca también el ajedrezado o taqueado jaqués en arcos e impostas.

De menor tamaño son los absidiolos laterales sin apenas elementos decorativos, salvo los canecillos, que se reparten por toda la cabecera con una rica y variada iconografía.

Se dice que el templo es de origen prerrománico, del siglo IX aunque después sufrió varias fases constructivas entre los siglos XI-XII y XIII donde se le incorporarían los elementos románicos.

La portada sur destaca por su arco de diez lóbulos que enmarca el tímpano con el relieve del Cordero de Dios. Las dos arquivoltas se apoyan en las figuras de los 4 Evangelistas, que a vez sujetan cuatro columnas, las dos exteriores soportadas por figuras de leones.

Portada sur
Portada sur

La fachada principal destaca por el esmero ornamental de su portada, con el tímpano presidido por un Cristo Pantocrátor envuelto en una mandorla y acompañado por una figura en ambos flancos. Estas parecen estar encima de otras tumbadas que intentan llegar al Cristo.

Iglesia de San Pedro de Rates
Iglesia de San Pedro de Rates

Entre sus arquivoltas destacamos aquellas que están labradas mostrando en relieve ángeles y apóstoles. Los capiteles de las columnas muestran iconografía mitológica y fantástica y las mochetas representan aves bebiendo de un cántaro.

Por su parte la puerta norte es más sencilla. Flores y bolas decoran la arquivolta interna y motivos vegetales aderezan los capiteles.

La iglesia no posee torre campanario, pero detrás del edificio, junto a estos sepulcros hallados en las excavaciones de la zona hay una espadaña que cumple esas funciones.

Capilla del Señor de la Plaza

Muy cerca de este templo se encuentra la Capilla del Señor de la Plaza, un edificio levantado en 1745 en estilo barroco.

Torre del Reloj

También se deja ver la Torre del Reloj aunque esta es de factura más moderna, de mediados del siglo XX.

La torre se encuentra a la espalda del Bar Macedo donde podréis avituallaros, sellar y dejar vuestra rúbrica en un libro de comentarios peregrinos.

 

Albergue de Peregrinos de San Pedro de Rates

Volviendo al Camino tampoco os olvidéis de sellar en el Albergue de Peregrinos de esta localidad ya que se dice que fue el primer albergue del Camino Portugués.

 

Capilla de San Antonio

Por último, ascendiendo por la urbe topamos con la Capilla de San Antonio, obra reformada en el siglo XVII con estilos barroco y manierista.

Abandonamos San Pedro de Rates para afrontar ahora unos 5 kilómetros por la agradable campiña, bien dirigidos por las señales Xacobeas que a estas alturas nos informan de poco más de 200 kms para Santiago de Compostela.

Pero como bien sabéis nuestro viaje será más prolongado ya que tomaremos la Ruta del Padre Sarmiento.

Rodamos por una pista de tierra denominada Rua Caminho de Santiago y por ella pasamos del distrito de Oporto al de Braga.

Courel

La primera parroquia de este distrito que encontramos a nuestro paso es la de Courel cuyos núcleos de viviendas vamos dejando a nuestra izquierda.

Eucaliptos y maizales dominan este entorno y en ocasiones tal es la abundancia y altura de las plantaciones que crean un efecto pasillo impidiendo visualizar el paisaje. Por eso, siempre que el trazado y la orografía lo permiten realizamos nuestras pausas para disfrutar de las panorámicas.

Sobre estas líneas vemos las viviendas de la parroquia de Chorente, con su Iglesia Parroquial de San Miguel.

Tampoco los muros lo ponen fácil a la hora de recrearnos la vista, pero cumplen bien su función de mantener el suspense antes del siguiente escaparate. En esta bonita campiña apreciamos la parroquia de Gueral, y su Iglesia.

 

Iglesia de Santa Leocádia de Pedrafurada

Nosotros continuaremos por la parroquia de Real para después llegar a la de Pedra Furada, donde se emplaza la Iglesia barroca de Santa Leocádia.

Pero quizá el hito de mayor interés y que suele pasar inadvertido es la Pedra Furada, junto al templo. Se dice que el orificio de esta piedra fue creado por la cabeza de Santa Leocadia al escapar de la lápida en la que había sido sepultada viva.

Capilla de Nuestra Señora de Guía

Reanudamos la marcha por la incómoda N306 ascendiendo hasta llegar a la Capilla de Nuestra Señora de Guía, en la parroquia de Pereira. Este templo se construyó en el año 1747 en estilo renacentista.

 

Carvalhal

Después las flechas amarillas nos dirigen por un tramo de monte algo exigente que nos ayuda a evitar la peligrosa carretera.

Carvalhal
Carvalhal

Este ramal conectará con carreteras vecinales que atraviesan los distintos núcleos de casas que conforman las parroquias de Pereira y Carvalhal, muchos de ellos con sus parcelas dedicadas a la viña y al maíz.

Iglesia San Paio

En Carvalhal se planta la Iglesia San Paio, del siglo XVII. En ella resalta sobre la entrada la vidriera del patrón a la que está dedicada.

Seguimos avanzando por esta parroquia donde los caserones y cuidadas propiedades que divisamos nos hablan del buen nivel de vida que experimenta la zona.

Capilla de Santa Cruz das Coutadas

La Capilla de Santa Cruz das Coutadas será el último templo que contemplaremos antes de finalizar la etapa.

Capilla de Santa Cruz das Coutadas
Capilla de Santa Cruz das Coutadas

Este pequeño edificio que se construyó en el año 1867 se encuentra justo en medio de una encrucijada de calles a modo de rotonda.

Los 2 kilómetros restantes hasta nuestro objetivo final, continuarán por la freguesía de São Pedro de Vila Frescaínha hasta dar con área industrial pegados a la N103, carretera que terminaremos sorteando por un paso a nivel inferior hasta llegar a Barcelinhos.

Y para culminar una buena cena para celebrar este primer día de Camino.

Hasta la próxima.



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