Santuario de la Virgen de la Esperanza
TURISMO ACTIVO

RSN de LA VIRGEN de LA ESPERANZA (Calasparra)

Hoy realizamos una pequeña visita al Santuario de la Virgen de la Esperanza, situado a pocos kilómetros de la localidad de Calasparra en la provincia de Murcia. Tiene la particularidad de estar creado en piedra, partiendo de la roca en la que se encontraba la antigua ermita que formaba parte de una gruta.
Este templo celebra su Romería la noche de 7 al 8 de septiembre y es además, lugar de peregrinación y celebró su Año Santo Jubilar en el 2008.

 


 

 

Un emblemático lugar de culto

Hola amig@s, nos encontramos en la provincia de Murcia, al noroeste, concretamente a unos 6 kilómetros de la localidad de Calasparra. Hemos aprovechado nuestro viaje por el Camino de la Cruz de Caravaca para visitar otro de los lugares emblemáticos de la región: el Santuario de la Virgen de la Esperanza.
 

 
Los Misterios del Santo Rosario de la pasarela de entrada ya nos dan pistas de la identidad de este hito como lugar de culto, pero mirando alrededor también es fácil darse cuenta del paraje natural en el que nos encontramos, conocido como Lomas de La Virgen y que ha sido reconocido como lugar de interés geológico.
 
 
 

El templo que se mimetiza con la roca

De hecho el templo surge de la propia mole rocosa. Su antigua ermita consistía en una cueva forjada por el desgaste del surcar del agua, en cuyo interior un pastor encontró una pequeña imagen de la Virgen, quizá olvidada por un Caballero Cristiano.

Con el tiempo, allá por el siglo XVII la gruta se cerró con estos muros de piedra hechos a base de mampostería que parecen haber sido esculpidos en la propia roca integrándose perfectamente en la naturaleza. Para su construcción se emplearon detalles arquitectónicos tomados de diferentes estilos como el clásico o el barroco.
 

 
Santuario de la Virgen de La Esperanza
Santuario de la Virgen de La Esperanza
 

Vírgenes «La Grande» y «La Pequeñica»

Pasando al interior vemos que el Santuario se compone de una única nave, y sorprende cómo el techo está formado por la propia roca que se dirige en ascenso hacia el Altar Mayor. Allí, descansan en un retablo del siglo XVIII las imágenes veneradas de la Virgen de la Esperanza ‘La Grande’ y ‘La Pequeñica’.
 

 
Esta última fue la que se encontró el pastor y los vecinos quisieron llevarla a Calasparra, pero en el momento del traslado la imagen pareció adquirir un peso considerable teniendo en cuenta su tamaño, por lo que se tomó como una señal de que la Virgen quería permanecer en este lugar.
 

Enciende una vela

A los pies de la nave encontramos un área para realizar peticiones a la Virgen por medio del prendimiento de una vela. Si no tuvisteis la oportunidad de hacerlo, desde la propia Web del Santuario se pueden encender velas de manera virtual.
 

Enciende una vela
Enciende una vela
 
Los muros de la nave se refuerzan con la piedra de mampostería, incluso la balaustrada y balcón interior también son de esta factura.
 
 

Camarín y Museo

Las tallas de las Vírgenes pueden ser contempladas tanto desde el interior de la nave como desde el edificio contiguo a ella, que permite acercarse al Camarín donde se ubican.
 

Edificio del Camarín y Museo
Edificio del Camarín y Museo
 
Desde aquí hay otra perspectiva de las dos tallas. De “La Pequeñica” nada se sabe de su fecha de creación y autor. La Virgen de la Esperanza, “La Grande”, nombrada Patrona de Calasparra en 1840, se sabe que es del siglo XVIII, de estilo barroco, con ojos grandes y boca pequeña.
 
 
Se concibió para ser vestida, buena prueba de ello es el ajuar que encontramos en el Museo de este mismo edificio, donde se pueden apreciar los mantos, trajes o joyas que las que suelen engalanarla.
 
Ajuar del Museo
Ajuar del Museo
 
El Santuario celebra su Romería la noche de 7 al 8 de septiembre y es además, lugar de peregrinación que celebró el Jubileo en el año 2008.
 

Paseo a orillas del Segura

Para finalizar, no dudamos en dar un pequeño paseo por el entorno, dominado por el valle formado por el familiar Río Segura, al que se accede descendiendo por este complejo de terrazas creadas igualmente a base de piedra y que salva el desnivel hasta el caudal.
 

 
Un río que nos trae gratos recuerdos de nuestra primera etapa por el Camino a Caravaca de la Cruz y de su rica y singular huerta. Seguro que volveremos.

Hasta la próxima!

 

 

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