CORME – A PONTEDONA
En el Camino nos sorprenderá el monumento rupestre de Pedra de Serpe y haremos frente a las rampas que nos dirigen por el Monte do Faro, cuya visita opcional a su capilla recomendamos para otear fantásticas vistas de los alrededores.
Luego continuamos recorriendo el concello de Ponteceso atravesando el agradable patrón rural que se disemina entre distintas entidades de población como Brantuas, Niñóns o Nemeño.
En la última de ellas enlazaremos con la variante proveniente de Barizo a la altura de la Iglesia de San Tomé.
A continuación, La señales nos llevan al sureste enfilando las vertientes orientales del Monte Ardal rebansado los lugares de A Rocha, Pardiñas, Casas Novas hasta llegar a Tallo.
Aquí volveremos a encontrar pistas de un antiguo lugar de acogida de peregrinos en su Iglesia de Santo André.
Para terminar, abarcaremos los kilómetros que atraviesan el valle de los regos de Pardiñas y Ramallás para incoporarnos al de Anllóns, donde culminaremos la jornada llegando al Puente de A Pontedona.
Puerto de Corme
Hola amig@s!
Nos situamos en Corme, otro fantástico puerto de la Costa de la Morte, dispuestos a iniciar una nueva variante de la Vía Céltica.
Esta antigua entidad de población pesquera tuvo su época dorada a inicios del siglo XX al ser reconocida como el primer puerto de España en exportación maderera y disponer de una importante industria conservera, cetáreas y flota pesquera. Sin embargo, la Guerra Civil española y la posguerra frenaron este auge económico.
Más tarde, en la década de los 90 de ese mismo siglo, Corme adquirió gran popularidad cuando la explotación sostenible del percebe, el cultivo del mejillón y la remodelación y ampliación de su muelle y paseo marítimo le otorgaron un importante impulso económico.
Hoy además, la Vía Céltica y la ruta del Camino de los Faros, también actúan como perfectos reclamos que aportan su granito de arena a la hora de dar a conocer la villa y sus alrededores.
Cruceiro de la Plaza del Pan
En este día nosotros nos ocupamos de la primera de ellas, que comienza dirigiéndonos al Cruceiro de la Plaza del Pan, que como observamos se protege con bloques de piedra ante las amenazas de las maniobras de los vehículos.
La obra es relativamente reciente, con tallas sencillas y con un capitel con relieves de rostros de la Virgen, donde sobresalen las de las esquinas que aparecen orando.
Fonte do Campo
Continuamos por la Rúa Rio da Roda dirección este para dar con una concurrida Rúa Real en la que apenas es perceptible la singular Fonte do Campo, de más de 100 años de antigüedad y pintada por primera vez en el año 2009.
Playa de Arnela
Avanzando por la Rúa Real reparamos en la Playa urbana de Arnela, de unos 100 metros de longitud. En el Camino de los Faros pudimos contemplarla mejor, hoy la señales nos llevan al interior incorporándonos ahora a la Rúa Río de Arriba.
Murales de Corme Pinta
Por aquí nos sorprende la preciosa pintura mural de Sol Mariño y Patricia Haz, miembros de la iniciativa Corme Pinta, un proyecto nacido en 2020 para combinar arte y cultura aprovechando el entorno dando valor a la tradición rural y marinera. Precioso.
Hacia el Rego de Guxín
Acto seguido, el camino nos expulsa de esta calle para descender a la carretera AC-424, cruzarla, e incorporarnos a la pista que lleva al lugar de Gondomil rebasando de inicio el Rego de Corme.
Salimos de la depresión de este caudal ascendiendo una pequeña loma para luego acometer la bajada al siguiente valle, el conformado por el Rego de Guxín.
Las casas de Gondomil asoman entre las copas de pinos y eucaliptos. No llegaremos a entrar en esta población puesto que el camino nos conducirá por otros derroteros.
Pedra da Serpe
Antes de iniciar el ascenso al Monte do Faro, el viaje nos da paso a uno de los hitos más enigmáticos de esta ruta, nos referimos a la Pedra da Serpe.
Este afloramiento rocoso de tiene tallada una misteriosa figura: una serpiente alada.
Sus orígenes son desconocidos aunque este tipo de relieves empezó a manifestarse a partir de la romanización. Posteriormente, con la cristianización del lugar se incorporó la cruz.
La leyenda asociada a la Pedra da Serpe
Por su parte, a la piedra se le asocia la siguiente leyenda: dicen que bajo la misma quedaron sepultadas las miles y miles de serpientes que abarrotaron una vez esta comarca. Fue San Adrián, tras un gran pisotón en el suelo, el que provocó la desaparición de estos reptiles.
En este sentido nosotros también vamos a pegar más de algún pisotón en el suelo, aunque algo más suaves para reanudar la marcha y seguir avanzando.
El próximo destino, coronar el Monte de Faro, cuya cima ya se deja ver exhibiendo una capilla y una alargada baliza. Pronto las visitaremos.
Iglesia de San Adrián de Corme Aldea
Mientras llega ese momento vamos remontando el Valle del Rego de Guxín para conocer otros elementos de interés de la ruta, como la Iglesia de San Adrián de Corme Aldea.
El edificio es de planta de cruz latina, construido en el siglo XVIII en estilo barroco. Anteriormente había en el lugar otro templo más antiguo dedicado a este Santo, pero desapareció por su estado ruinoso. No obstante, de esta obra todavía se conservan algunas sepulturas encontradas.
Aprovecharemos el pequeño espacio de descanso que hay en el muro norte para reponer fuerzas.
Del mismo modo, también al norte, se alza un Cruceiro que parece ser de época actual, al menos así reza una placa conmemorando a un paisano en el año 1954.
El camino se vuelve a lanzar flechado a aquellas elevaciones y dejando a nuestra espalda la Iglesia de San Adrián.
A continuación, cortaremos unos metros por la madreselva para incorporarnos a un carril que acomete el ascenso de manera más directa.
Fonte de Santa Cruz
Aprovechad la fuente que encontraréis en la orilla izquierda para avituallaros en caso necesario ya que restan tramos exigentes. Nosotros, además, la usamos para lavar algunas piezas de fruta.
Esta pausa también nos sirve para ir confirmando la ganancia de altura y dar un vistazo al oeste, donde se adivina el Cabo de Laxe y la Sierra da Pena Forcada cerrando el escenario.
Guxín
Ahora recorremos unos 300 metros más para ir aproximándonos al lugar de Guxín, núcleo urbano que da nombre al río y al valle que estamos transitando. Atravesaremos la población por su arteria principal hasta dar con una senda que inicia el tramo más silvestre y solitario de este ascenso.
Los primeros 250 metros nos llevan a una carretera secundaria que conecta con la AC-424. Esta última tendremos que cruzarla con precaución para avanzar unos pocos metros por una nueva pista de asfalto hasta el desvío por una senda de monte.
Puede que este tramo calzado de piedra sea el más empinado de toda la jornada pero afortunadamente es de corta longitud.
El desvío opcional al Monte do Faro
Luego vira al este rodeado de pinos, eucaliptos, brezos, toxos y helechos y desemboca en una pista forestal más ancha que permite subir a lo más alto del Monte do Faro. Esta visita es opcional, por consiguiente os la podéis saltar y seguir de frente si no queréis añadir esfuerzo a vuestras piernas.
No obstante, nosotros no queremos desaprovechar la oportunidad de gozar de las vistas de este lugar y continuamos el ascenso.
La delgada atalaya que se adivinaba abajo en el valle ya se va descifrando con algo más de detalle. Pero todavía tenemos que descubrirla mejor. Mientras tanto lo que vamos descubriendo son algunas capas del litoral de la Costa da Morte.
Por un lado, al suroeste, el litoral de Laxe nos mira de frente mientras dirigimos la atención hacia su Cabo homónimo y las elevaciones plagadas de aerogeneradores de la Sierra da Pena Forcada. Más próxima a nosotros, la Illa da Estrela en la Ensenada do Corme.
Por otro lado, al noroeste, la Ensenada de Barda que hoy luce radiante bajo el sol en comparación al día cerrado por la niebla que vivimos cuando recorrimos el Camino de los Faros.
Monte do Faro
Aquí tampoco faltan aerogeneradores, el viento reinante lo pide, pero estos postes no le van a quitar el protagonismo al que vamos a visitar ahora que a decir verdad, más que poste es toda una señora torre: la Torre de Brantuas.
Torre de Brantuas
Ya de entrada su ubicación no nos deja indiferente, a más de 220 metros sobre el nivel del mar en la cima del Monte do Faro. En la explanada por la que accedemos al complejo se celebra cada 8 de septiembre la romería de la Virgen del Monte do Faro.
La Torre de Brantuas se construyó entre los años 1954 y 1959 gracias al proyecto promovido por Ricardo Pose Ourens, un paisano de Brantuas cuyo deseo era crear un monumento dedicado a la figura del Sagrado Corazón.
Ricardo murió 1955 sin poder ver terminada la obra pero su familia recogió el testigo para cumplir con este sueño.
Y aquí lo tenemos. Como se observa, este gran pilar de casi 40 metros de altitud se corona finalmente con la imagen del Sagrado Corazón de Jesús.
En la base de la obra hay cuatro esculturas que representan a San Julián, San Ricardo, Santiago Apóstol y a la propia Virgen del Faro.
Se puede subir a la torre
Si os animáis podéis subir los 133 escalones que hay desde aquí hasta los pies del Sagrado Corazón para deleitaros con vistas espectaculares a la comarca de Bergantiños y a fantásticas localizaciones de la Costa da Morte, como la Ensenada de Arou, la Ría de Corme y Laxe, o el saliente de Punta Nariga y su faro homónimo.
Todo un espectáculo. Eso sí, os avisamos que estas panorámicas no son aptas para los que sufren de vértigo. La torre, al ser tan delgada da la sensación de fragilidad.
Capilla de Nuestra Señora del Faro
Por su parte, seguro que no os ha pasado desapercibida la pequeña iglesia situada junto a esta atalaya. Se trata de Capilla de Nuestra Señora del Faro. La construcción actual data de 1731, lo que supuso una reforma de un templo más antiguo.
El edificio hecho principalmente a base de piedra de mampostería dispone de dos espadañas, una en la cabecera, el cuerpo de menor tamaño y otra coronando la fachada principal, con una imagen de la Virgen del Faro presidiéndola.
Decir que esta Virgen es muy venerada por los marineros y sus familiares ya que suelen recurrir a ella para solicitarle protección.
Abandonamos este entorno por la cara oeste del monte haciendo uso de una pista asfaltada que conectará con la carretera CP-6801. En el desvío que aparece 400 metros más tarde recuperamos el trazado de la Vía Céltica.
Brantuas de Arriba y de Abaixo
Este nuevo carril alquitranado nos conducirá por un fuerte descenso entre los relieves del Monte Costa de Brantuas.
Tras algo más de un kilómetro por este perfil damos con las viviendas del lugar de Brantuas de Abaixo, quizá denominado así por existir dos entidades con el mismo nombre de Brantuas muy cerca una de otra, solo que esta primera se emplaza en la parte más baja del valle dominado por el Rego de Xarea.
Tierras fértiles que aprovechan con ingenio los recursos de su cuenca hidrográfica.
Iglesia de San Xián de Brantuas
Una vez finalizado el descenso nos situamos en la cota baja de esta depresión y comenzamos a remontar el curso de su río. Un cruceiro en una vivienda nos anuncia las cercanías del próximo lugar de culto: la Iglesia de San Xián de Brantuas.
En este sentido, las cruces de su cementerio parroquial también hacen de antesala a un edificio de planta de cruz latina con trazas de estilo barroco que se construyó entre los siglos XVI y XVIII. El santo al que está advocada nos observa con indumentaria dieciochesca desde la hornacina de la portada.
De este frontal también destacamos los pináculos piramidales de sus extremos y la torre campanario de cuatro vanos coronada por una cúpula.
Cruceiros de Brantuas
A escasos metros se alza un Cruceiro con tablero de piedra adosado a la base. El capitel se decora con querubines, volutas y hojas de camelia y entre las figuras del Crucifijo destacamos el Cristo con cabeza levantada y manos cerradas.
Por el contrario, en el Cruceiro que se alza en el lugar de Brantuas de Arriba, la siguiente población que atravesamos, su Cristo tiene las manos abiertas y está orientado en sentido contrario al anterior.
Además, los extremos de los brazos de la cruz se labran con relieves internos.
Niñóns
Los elementos identitarios agrícolas se suceden mientras avanzamos por esta localidad que pronto nos da paso a las viviendas Niñóns.
Casa Rectoral
Al otro lado de la carretera CP-6801 se ubica su Casa Rectoral, con elementos que la dotan de un aspecto señorial, de hecho, esta propiedad posee también un palomar lo que nos hace pensar que sus orígenes provengan de un antiguo pazo.
A continuación, torcemos a oriente por esta vía para recorrer 300 metros hasta el siguiente desvío. Por aquí iremos dejando atrás las vegas del Rego de Xarea al tiempo que nos elevamos por los perfiles de As Gándaras.
Confluencia de Caminos en Nemeño
Este paréntesis orográfico entre valles rebasa las entidades de población de Os Ánxeles y O Rueiro hasta llegar a Nemeño, lugar en el que esta variante que viene desde Corme confluye con la de Barizo.
O Porto do Souto
Iglesia de San Tomé de Nemeño
Concretamente, se unen en la Iglesia de San Tomé de Nemeño, situada en la aldea de O Porto do Souto.
El templo es de líneas sencillas carente de elementos decorativos exteriores salvo los mostrados por la espadaña de dos vanos. Su aspecto actual es producto de diversas reformas a lo largo del tiempo pero este edificio realmente tiene sus orígenes en el siglo XII.
A pocos metros del muro norte se alza este cruceiro de tipo “de Cruz” que disfruta diariamente de la sosegada estampa de la campiña de Nemeño y A Campara.
Pazo
Dejaremos a nuestra izquierda estos campos mientras nos movemos por la DP-4307 hacia el sitio de Pazo, donde se advierte un singular Cruceiro de granito. Está datado entre los siglos XVI y XVIII, al menos así parece confirmarse con algunas fechas que se adivinan en las inscripciones del pedestal.
Lo más destacado es su riqueza ornamental donde, para empezar, no faltan los querubines, volutas y vegetales en el capitel.
En el anverso del crucifijo destaca el Cristo acompañado por las figuras orantes de la Virgen, San Francisco a un lado y la de San Juan al otro lado.
Por su parte, el reverso muestra una imagen de la Santísima Trinidad con la talla de Santiago Peregrino a sus pies.
O Castro y A Rocha
El Camino continúa ahora calle abajo por el lugar de O Castro, nombre que recibe el río que discurre por esta depresión de terreno.
Sin apenas darnos cuenta cruzaremos este caudal hasta situarnos en las casas de A Rocha, donde iremos progresando por la carretera vecinal DP-6802 mientras vamos bordeando las faldas orientales del Monte Ardal.
Un tramo bastante solitario donde el protagonismo se lo lleva el paisaje parcheado de masas forestales de pinos y eucaliptos. Tras unos dos kilómetros la vía conecta con la AC-419, carretera que tendremos que cruzar con precaución para continuar escasos metros después por otro desvío asfaltado.
Pardiñas y As Casas Novas
Este nuevo escenario nos coloca en los campos del Monte das Minas rebasando en primer lugar las viviendas del sitio de Pardiñas.
Después, para evitar parte del entramado de carreteras entre distintas poblaciones, tomamos un atajo por un sendero jalonado de helechos, robles y castaños para ir acercándonos al lugar de As Casas Novas.
Una vez aquí, atravesaremos la localidad de norte a sur por su calle principal a medida que vamos flanqueando las estribaciones orientales de los montes Costa da Pena y do Seixo.
La tendencia ascendente nos da un poco de hambre.
Cruceiro do Seixo
Luego, a media vertiente del Monte do Seixo se alza un solitario Cruceiro, muy expuesto a la intemperie, de ahí su aspecto desgastado. En el flanco norte dispone de una especie de peto o plataforma en la que se depositaban las limosnas.
La fuerte erosión casi no deja ver los chaflanes de los extremos de la Cruz y los detalles de las imágenes del Cristo y de la Virgen.
Unas figuras a las que todavía les sobran fuerzas para seguir velando por las criaturas y elementos de este bello entorno.
Tallo
Deshacemos los pasos que nos llevaron a este Cruceiro y descendemos al lugar de Tallo, donde nos aguarda su Iglesia de Santo André.
Iglesia de Santo André
De entrada vamos a detenernos en el hito de culto que antecede el templo, donde destacamos sobre todo la cara de la Cruz en la que se postra una Virgen orante, ya que difiere de otros Cruceiros por disponer de tres ángeles, uno situado a cada brazo de la cruz y otro a sus pies.
En el reverso, en cambio, lo que tiene el Cristo a sus pies no es un ángel, si no una calavera.
Por su parte, el templo que vemos hoy día es una reconstrucción realizada en estilo barroco aunque siguiendo el esquema de su edificio románico anterior, que era de una sola nave y de planta rectangular.
No hay hornacina con el Santo a la entrada, pero sí espadaña de dos vanos y rematada en pináculos con una estructura piramidal.
Restos románicos en la cabecera
El único elemento románico que se conserva exteriormente es una ventana situada en la cabecera. Su vano aparece cegado debido a que interiormente un retablo oculta la ventana a los ojos.
Aparte del taqueado jaqués de uno de los arcos que anunciaba el templo a los peregrinos como lugar de acogida, debemos hacer mención al arco polilobulado, recurso utilizado en el brazo sur de la Catedral de Santiago de Compostela. ¿Se trataría de un trabajo sacado de la influencia de los talleres del Maestro Mateo?
Accediendo al interior obtenemos un vistazo general a toda la planta rectangular aunque en el muro sur se adivina una capilla añadida posteriormente. Tanto este cuerpo como el del altar se resuelven con bóvedas de cañón.
En este último resalta su colorido retablo neoclásico presidido por San Andrés que sostiene una cruz en aspa con la mano derecha, y un libro abierto con la izquierda.
La Virgen del Rosario y la Inmaculada Concepción acompañan al Santo en el tramo inferior.
Capilla de la Trinidad
La Capilla aledaña se denomina de la Trinidad y se construyó en el año 1756. En las paredes se encuentran enfrentados los escudos pertenecientes a las familias que posiblemente ayudaron a sufragar los gastos de la obra.
Imágenes de San Blas, la Virgen Dolorosa y de la Trinidad entre otras, ocupan los espacios destinados a estas figuras.
Vilasuso
Reanudamos el viaje por una estampa rural que mira hacia el lugar de Vilasuso. Un arroyo homónimo conforma una pequeña vaguada antes de alcanzar este sitio para incorporarnos después a una pista de tierra.
A decir verdad, estos tramos de espesura vegetal y carentes de alquitrán se agradecen más de lo que imaginamos y en el día de hoy no hemos tenido demasiados, así que a disfrutarlo.
A Igrexa
Este tramo desciende al valle del Rego de Pardiñas que nos recibe un poco perjudicados por el lugar de A Igrexa. En su calle principal nos asalta el sencillo Cruceiro de Langueirón, que dispone de un altar rectangular a sus pies.
Iglesia de San Xián
Como ha pasado en otras localizaciones este tipo de hitos vaticina la llegada de un nuevo templo, en este caso, el dedicado a San Xián. El edificio está construido en el siglo XVII en estilo barroco y como observamos, la talla empleada aquí en su hornacina de entrada es similar a la que vimos en Brantuas.
Los muros del complejo están hechos a base de mampostería, exceptuando por un lado las esquinas en las que se emplean los sillares y por otro lado una capilla que se añadió al muro sur, también a base de sillería y con buenos contrafuertes.
Por su parte, a la espadaña se puede acceder por una escalera exterior que dispone de balaustrada.
Al interior no podemos acceder pero entre los vanos de su entrada podemos adivinar el retablo barroco de madera policromada del Altar con las imágenes de San Benito a nuestra izquierda y de San Roque a la derecha.
Os Melcos
Abandonamos este complejo incorporándonos a la carretera DP-1405 en el lugar de Os Melcos. Al poco, damos con el curso del Rego de Ramallás, donde se advierte una vieja estructura etnográfica.
Langueirón
Una vez que cruzamos a la otra orilla entramos en Langueirón, lugar que da nombre a esta parroquia. A partir de aquí el trazado asciende para afrontar el perfil del Monte de Regados, orografía que nos sorprende con bonitos y sosegados escenarios rurales.
Tras coronar esta elevación nos depara 1 kilómetro de sendero en sentido descendente que poco a poco va introduciéndose en los dominios del Monte da Pontedona.
Por la cuenca fluvial del Río Anllóns
No hemos sido conscientes, pero desde el lugar de Tallo el camino ha ido siguiendo muy de cerca la cuenca fluvial del Río Anllóns. Los Regos de Vilasuso, Pardiñas y Ramallás que hemos cruzado desde entonces son afluentes del mismo.
Puente de A Pontedona
Mientras descendemos nos acercamos a otro de ellos, el Rego das Devesas, que cruzaremos para llegar finalmente al Anllóns por el Puente de A Pontedona, el objetivo de hoy.
Si elegís hacer las variantes de la Vía Céltica bien desde Caión o bien desde Malpica, también podréis disfrutar de este magnífico hito histórico.
Hasta la próxima!