Praia da Marinha
SENDERISMO

RUTA de los 7 VALLES COLGANTES

El «Percurso dos Sete Vales Suspensos» o la Ruta de los 7 Valles Colgantes es uno de los senderos más pintorescos del Algarve, en Portugal, por discurrir entre acantilados de vértigo que salpicados de espléndidas playas.

La erosión de la roca calcárea provocada por el agua a lo largo del tiempo ha generado un sin fin de sinuosas formas, simas y cavernas que intentaremos mostraros tanto por tierra como por mar.

Serán unos 13 kilómetros de bonitas estampas entre las que se encuentran algunos de los rincones más fotografiados del mundo. Todo un deleite en el que también tiene cabida el vértigo y algo de adrenalina. ¡A disfrutar!


DESCARGA EL TRACK DE LA RUTA

La Ruta de los Siete Valles Colgantes

Hola amig@s!
Nos encontramos en el Algarve portugués para iniciar una de los senderos más pintorescos de estas costas: La Ruta de los Siete Valles Colgantes.

Ya de entrada la panorámica a Playa da Marinha nos ofrece un buen anticipo de lo que vamos a ver y, aunque tenemos que empezar a caminar hacia el oeste para iniciar la ruta, algo nos dice que al este podemos rascar algunos rincones más.

Por eso, antes de bajar a esta playa por este acceso escalonado, vamos a continuar unos 500 metros más en sentido contrario.
La Ruta de los Siete Valles Colgantes es un espectacular recorrido de unos 12 kilómetros por el litoral entre erosionados acantilados que alternan depresiones entre los salientes que se aferran al mar como los dedos de una mano.

Praia do Pau

Merece la pena retroceder estos pasos para descubrir un par de playas. La primera de ellas es la Praia do Pau, accesible solo por mar, o por aire como en el caso de las gaviotas, que están super agustito disfrutando de la mañana. No obstante seguro que más de una le gustaría hacerse un sitio en el islote que hay frente al arenal.

El trazado prosigue remontando este saliente, flanqueando al mismo tiempo el dibujo de la playa y dejando atrás otras estampas a capturar.

Vistas de la costa
Vistas de la costa

 

Las simas

A continuación, damos con la primera de un gran número de simas que iremos encontrando a lo largo del trayecto. Las simas son cavidades verticales provocadas por la erosión de la roca calcárea.

Llegados lo más alto de este perfil, a más de 23 metros sobre el nivel del mar, las vistas no defraudan.

Acantilados de vértigo
Acantilados de vértigo

Continuamos unos metros más hasta cazar la segunda sima. Como observaréis, todos estos puntos comprometidos están bien delimitados por balaustradas de madera para evitar las caídas.

Praia da Malhada do Baraço

Reanudando la marcha nos resulta curioso cómo parece que aquí cada playa tiene su islote particular. Al menos el siguiente arenal también dispone de uno, y de un espectacular anfiteatro vertical que cobija todo el recinto.

Vistas de la costa
Vistas de la costa

La Praia da Malhada do Baraço tiene unos 180 metros de longitud y su visita solo puede hacerse por el mar. Hay que tener precaución, ya que esta cornisa carece de balaustrada de seguridad.

Praia da Malhada do Baraço
Praia da Malhada do Baraço

Hasta aquí nuestros pasos al este. Ahora regresamos al punto de inicio, topándonos con alguna que otra gaviota queriendo posar para nosotros en uno de los numerosos balcones de esta costa. Aunque más bien, parece que huía de los primeros kayakeros ya han usurpado el espacio en la Praia do Pau.

Una gaviota posando para nosotros
Una gaviota posando para nosotros

 

Praia da Marinha

Una vez alcanzada de nuevo la Praia da Marinha vamos a visitar su arenal descendiendo por las escaleras de acceso, que en principio nos da de bruces con un chiringuito estratégicamente situado.

Bajamos y justo a la izquierda hay una especie de gruta por la que se accede a la cala do Buraco. Nosotros la dejaremos para otra ocasión, ahora queremos comprobar por qué esta playa es una de las más bonitas de Europa, e incluso está entre las 100 más bellas del mundo.

De entrada ya impresiona la verticalidad de sus acantilados y conforme avanzamos, se van acercando una amplia gama de rocas y formas que no dejan indiferentes. La zona más impresionante está en lo que se conoce como Praia da Mesquita, aunque para acceder a ella hay que sortear una serie de rocas algo resbaladizas. Se recomienda hacerlo con el calzado adecuado y cuando la marea está baja.

Sorprendentes arcos naturales

Una vez aquí somos testigos de la singularidad de las formaciones rocosas, la más famosa esta lengua acantilada circular con dos arcos creados de forma natural por el agua. Una de las estampas más fotografiadas de este lugar. Y tampoco pasan desapercibidos los islotes de roca kárstica que combaten diariamente con las embestidas del mar para mantenerse en pie.

Praia da Marinha o Praia da Mesquita
Praia da Marinha o Praia da Mesquita

Si tenéis oportunidad, no dudéis en realizar una excursión en lancha motora para gozar de estos caprichos de la naturaleza desde el mar. Nosotros os mostraremos algunos de los puntos más interesantes.

Vistas de la Praia da Marinha desde el agua
Vistas de la Praia da Marinha desde el agua

Para continuar el sendero debemos volver a subir. Las vistas desde arriba también son fascinantes y además ya empezamos a encontrar los primeros carteles interpretativos de la zona y del propio sendero.

Un trayecto que como bien se aprecia es una continua balconada hacia la costa, donde cada cual elige los espacios en los que asomarse. Casi podemos sentirnos gaviota deslizando nuestra mirada desde el aire hacia el mar.

Praia da Marinha desde un mirador
Praia da Marinha desde un mirador

 

Arcos naturales
Arcos naturales

 

Nos alejamos unos metros de la cornisa para caminar entre una serie de simas, alguna más generosa que otra a la hora de mostrarnos su interior. Desde la barca se pueden visitar estos pozos ya que las paredes también abren galerías naturales que nos introducen en el interior de la roca.

Cavidad creada por el mar
Cavidad creada por el mar

La variedad de formas a veces cobra vida en nuestra imaginación, como esta especie de lagarto.

Simas
Vistas de varias Simas

 

Praia do Cão Raivoso

Volviendo arriba, las señales nos conducen perfectamente por el trazado hasta llegar a un entrante costero donde la balaustrada apenas deja asomarnos. Hay algún temerario que se la salta para ver lo que esconde, pero nosotros os lo mostramos desde el mar.

Entrante costero de la Praia do Cão Raivoso
Entrante costero de la Praia do Cão Raivoso

Aquí descansa la Praia do Cão Raivoso; impresionante arenal que progresa hacia el interior de una espectacular caverna.

Praia do Cão Raivoso
Praia do Cão Raivoso

Por arriba flanqueamos el entrante para seguir por el dibujo del camino desde el que se divisa las primeras urbanizaciones de Benagil. Antes de llegar a esta localidad nos esperan varias sopresas.

Praia da Corredoura

La primera de ellas es la Praia da Corredoura, donde los aficionados al kayak y al paddle surf pueden descansar una vez realizada la travesía que les lleva a otro de los puntos emblemáticos de este lugar.

Praia da Corredoura
Praia da Corredoura

Se trata del Algar de Benagil, o Sima de Benagil, cuya chimenea apreciamos desde aquí. Solo hay que ver cómo de atestada está la zona para entender el enorme atractivo que debe esconderse en su interior. Vamos a acercarnos al pozo para ver si escudriñamos algo desde arriba. Pero antes hay que bordear esta playa y deleitarnos con las vistas de vértigo que nos ofrecen sus miradores.

Dejando atrás la Praia da Corredoura
Dejando atrás la Praia da Corredoura

 

Grandes cavernas hacia el Algar de Benagil
Grandes cavernas hacia el Algar de Benagil

 

Algar de Benagil

Solo unos metros más y alcanzamos el Algar al que, por supuesto, nos asomamos con precaución para descubrir en su interior una playa escondida. Menuda sorpresa. Intentamos bichar desde otro ángulo pero se nos hace más difícil. Mejor os la mostramos desde abajo.

La lancha accede a este recinto por una de las cavidades del acantilado y pronto nos quedamos atónitos por esta especie de panteón natural, con ese óculo en la techumbre abierto al cielo. La naturaleza vuelve a sorprendernos una vez más y es normal que este sea otro de los lugares más fotografiados del Algarve, ya que suele dejar a todos perplejos.

Praia do Benagil

Si no visitáis esta cala escondida en lancha, lo podéis hacer perfectamente en Kayak o en tabla de surf, que se alquilan en la cercana Playa de Benagil, lugar al que llegamos a continuación. El ir y venir de estos medios de transporte en la orilla de esta playa es incesante, a veces casi parece hacer falta poner ahí un guardia regulando el tráfico.

Praia do Benagil
Praia do Benagil

Ya que estamos aquí, descendemos hasta su arenal para disfrutar de un baño. No nos hace mucha gracias ya que es una de las playas más concurridas, pero queremos aprovecharla también para realizar el almuerzo. Y lo hacemos en el Restaurante Casa Lamy donde hoy nos entraban por los ojos estos estupendos manjares. Y para terminar, una bica, capaz de resucitarnos para proseguir el viaje.

Desde el propio restaurante enlazamos de nuevo con el sendero que nos hace remontar el cabezo oeste de Benagil. Esta ganancia de altura nos brinda otras bonitas vistas del entrante costero.

Praia do Benagil
Praia do Benagil

Si tenéis algo de vértigo no andaros con juegos y procurad no acercaros demasiado al borde, ya que este tramo carece de balaustrada de seguridad. Justo bajo nuestros pies, hay una concavidad semicircular que se abre en galería hacia el interior, para descubrirnos otro misterioso espacio.

Caminamos dejando a la izquierda el Atlántico y a la derecha los últimos complejos hoteleros de esta franja.

 

Praia do Carvalho

En un abrir y cerrar de ojos saltamos del entrante de Benagil al de Carvalho, que nos delata su posición con el islote que quedó a salvo producto del retroceso de la tierra en el proceso de erosión.

Acceso a la Praia do Carvalho
Acceso a la Praia do Carvalho

Coronando las cimas de los cabezos vuelven a situarse complejos residenciales con vistas privilegiadas. No hay duda que este lugar atrapa. Descendemos con un ojo puesto en la bonita composición de la Playa de Carvalho y otro en el escarpado camino, al tiempo que intentamos averiguar cómo diablos se baja hasta la orilla para darnos un chapuzón. Lo descubriremos muy pronto.

El último tramo de bajada se hace por una galería escalonada excavada en la propia tierra, un aliciente que marca la diferencia con otras playas. Una vez aquí solo nos resta gozar de una merecida pausa matando el calor con sus cristalinas aunque frías aguas y valorando, junto con el resto de turistas, los saltos que los más atrevidos realizan al agua desde las rocas.

Acceso a la Praia do Carvalho
Acceso a la Praia do Carvalho

Nos despedimos de Carvalho reanudando el viaje por una escalinata que asciende por el acantilado occidental. Con esto ganamos rápidamente altura, lo que nos permite escudriñar la playa desde esta vertiente y observar lo bien que se lo pasan sus usuarios.

Praia do Carvalho
Praia do Carvalho

Una vez llegados al extremo del acantilado viramos al oeste, en cuyo horizonte se esconde la linterna del Faro de Alfanzina entre la vegetación mediterránea. Una vegetación algo incómoda por unos momentos pero afortunadamente se trata de escasos metros.

Bajo nuestros pies este es el aspecto cavernoso que presenta el intervalo que estamos transitando y que poco a poco va descubriendo algo más la figura del faro.

La erosión nos vuelve a sorprender con nuevos arcos naturales

En este punto, alcanzamos un entrante costero a modo de anfiteatro cuyas paredes verticales parecen haberse pulido a conciencia. Saltan a la vista algunas galerías que profundizan en la tierra, pero sobre todo, en su flanco oriental resalta un espectacular arco que le da cierta majestuosidad arquitectónica.

Enorme arco natural forjado por el agua
Enorme arco natural forjado por el agua

En el paseo en lancha tendréis la oportunidad de admirar este arco desde otras perspectiva e incluso adentraros en una de las galerías. Hay que decir que el patrón de barco se lo curraba para que echáramos un buen rato.

El sendero prosigue, con el complejo del faro ya al descubierto en la lejanía.

Leixão do Ladrão

El siguiente hito de interés es la Piedra del Ladrón, o en portugués Leixão do Ladrão; un imponente peñasco a modo de península al que le falta muy poco para desprenderse de su madre tierra.

Leixão do Ladrão
Leixão do Ladrão

Desde arriba se ve fascinante atravesar en barco esta piedra aunque desde el agua también conseguiremos disfrutarlo. Desde el mar también se asoma el faro entre las capas de erosión.

Y es que aquí, el agua continúa cincelando la roca caliza, desnudándola y otorgándole un cierto aspecto lunar retorciendo los relieves y originando algunas piscinas naturales.

Leixão do Ladrão
Leixão do Ladrão

Dejando atrás Leixão do Ladrão y avanzando unos metros más, damos con una sima un poco menos profunda, que deja entrever su fondo. Desde la barca accederemos también al interior de esta galería en la que si estáis atentos, podréis capturar un corazón.

Corazón en la sima
Corazón en la sima

 

Praia do Vale Espinhaço

 

Vistas al Faro de Alfanzina
Vistas al Faro de Alfanzina

El siguiente entrante es uno de los más accidentados, ya que está más encajonado en la orografía. De hecho su Praia do Vale Espinhaço apenas alcanza los 25 metros de anchura. La senda navega entre pinares y un escalonado intervalo de piedra del que se deja ver una sima.

Praia do Vale Espinhaço
Praia do Vale Espinhaço

Desde la cara occidental del entrante podemos obtener mejores vistas de su playa. Y desde el mar, el lugar presenta este aspecto.

Praia do Vale Espinhaço
Praia do Vale Espinhaço

Aquí los patrones del barco jugaron un poco con nuestro tierno corazón. En primer lugar por el bonito gesto de devolver una cría de gaviota a la que se supone era su madre y en segundo lugar, por ponernos a mil al pasar con velocidad entre las rocas.

Faro de Alfanzina

Tras superar este valle llegamos al Faro de Alfanzina, un edificio que entró en funcionamiento en el año 1920. Tiene unos 15 metros de altura y su linterna funciona con una lámpara de 1000 vatios que alcanza las 29 millas náuticas, o lo que es lo mismo, unos 54 km de distancia.

Próximo al faro hallamos una sima, pero la balaustrada de seguridad nos impide descubrir más sobre ella. Y unos metros más tarde encontramos otra, aunque rodeándola para intentar descifrarla tampoco nos dice mucho. Lo que sí es cierto es que la presencia de simas nos da pistas de un interior altamente erosionado, y eso lo comprobamos desde el mar, accediendo a varias galerías.

La excursión en barca merece realmente la pena, la tenacidad y destreza de los patrones sumada al misterio de descubrir qué se esconde en las profundidades convierten el paseo en una experiencia muy estimulante. Y también se invita a jugar con la imaginación ¿Veis una cara humana?

La senda por arriba progresa unos 300 metros por un tramo más comprometido aunque se acordona con acierto para evitar riesgos innecesarios. A nuestra derecha, vamos dejando atrás impresionantes villas residenciales las cuales nos acompañan al siguiente entrante costero.

Aquí el mar todavía no ha convertido la roca en arena, se echa en falta una playa y tampoco encontramos mayores alicientes, así que rodeamos el lugar con rapidez. No obstante, desde el mar se aprecia que la erosión de la depresión está bastante avanzada.

Ascendiendo ya por la cara occidental encontramos el Mirador del Valle Suspendido, pero no nos detendremos en él, todavía nos queda un trecho de ruta con ubicaciones interesantes.

Por los acantilados de Alfanzina

Haciendo caso de la señalización finalizamos la subida para luego llanear hasta el lugar de Alfanzina, donde disfrutaremos de un nuevo muestrario de impresionantes acantilados.
Bordearemos toda esta cornisa para descubrir qué se oculta detrás de estas paredes. Los turistas y vecinos del lugar bien lo saben ya que suelen acudir a este lugar.

Impresionantes acantilados en el lugar de Alfanzina
Impresionantes acantilados en el lugar de Alfanzina

 

Praia do Vale de Centeanes

Se trata de la Praia do Vale de Centeanes, otro rebuscado arenal creado por la naturaleza flanqueado por una intimidante pared vertical. De hecho, esta playa es de uso limitado debido al riesgo de desprendimiento, por lo que se aconseja no acercarse mucho al acantilado.

Praia do Vale de Centeanes
Praia do Vale de Centeanes

Descendiendo por la escalinata podemos apreciar cómo una parte de la playa se hace cala con la marea alta; un tranquilo rincón para pasar más desapercibido de la multitud. Nosotros vamos a disfrutar de otro pequeño descanso en esta playa, con el permiso de las gaviotas, ya que suelen estar atentas a los despistes de los turistas para quitarles aquello que les parezca comida.

Praia do Vale de Centeanes
Praia do Vale de Centeanes

Por suerte abandonamos la playa con todo lo que traíamos. Para continuar el sendero ascendemos por la cara occidental del valle por una pasarela peatonal hasta llegar a la carretera M-530. Después, iremos paralelos a este asfalto unos 200 metros hasta dar con un camino de tierra, a la izquierda, a la altura del Hotel Baía Cristal.

Mirador Baía Cristal

No pasan desapercibidos los complejos turísticos, ideales para tranquilas jornadas al sol, como tampoco pasa desapercibido el coqueto mirador que tienen aquí montado; una bella terraza natural perfecta para tomar algo, por ejemplo, una buena ración de bonitas estampas a la Playa de Centeanes. Este espacio también pertenece al Hotel Baía Cristal, pero como lo encontramos vacío, todo el que pasa por aquí aprovecha para sacarse la foto de rigor.

MIrador del Hotel Baía Cristal
MIrador del Hotel Baía Cristal

El trayecto sigue progresando al oeste, entre la vegetación mediterránea de lentiscos, enebros, carrascos y sabinas, y donde presenciamos alguna que otra riña de pareja.

Praia do Vale Covo

Del coqueto mirador anterior, pasamos a otro más rústico, hecho a base de una silla de plástico. También vale ¿no? Todo sea por disfrutar del magnífico entorno que ahora nos presenta el siguiente entrante, compuesto por la Praia de Vale Covo.

Praia do Vale Covo
Praia do Vale Covo

Ésta, además de disponer del tan común peñón exento contiene un lecho marino algo más rocoso. Rodeando el perímetro topamos con un sima perteneciente a una caverna que hay justo debajo y que nos sorprenderá en cuanto pasemos al flanco occidental de la depresión. Ni que decir tiene la fantástica ubicación del Hotel Tívoli Carvoeiro que encuentra en playa tiene un auténtico caballo ganador como reclamo para miles de clientes.

Pasados al otro flanco resalta el gran arco del acantilado oriental, un auténtico espectáculo de la naturaleza que pudimos contemplar desde el agua. Asomándonos al interior y alzando la mirada adivinamos la chimenea de la sima que vimos anteriormente.

Praia do Vale Covo
Praia do Vale Covo

 

Interior del arco de Praia do Vale Covo
Interior del arco de Praia do Vale Covo

El camino remonta la cara oeste de este precioso valle, donde es normal que las gaviotas presuman del lugar que habitan ya que nuestras retinas no dejan de maravillarse con estas estampas.

Algar Seco

Tras superar este repecho comenzamos a vislumbrar las inmediaciones del Monumento Natural de Algar Seco.

La senda de tierra finaliza y luego conecta con una pasarela de madera para iniciar el Caminho do Algar Seco, nombre sacado del peculiar entorno que visitaremos a continuación.

Algar Seco
Algar Seco

Al recinto se accede por una escalinata que se bifurca luego en dos. Hacia la izquierda se introduce en una encajonada garganta que llega hasta una piscina natural que recicla el agua continuamente, ya que se comunica con el mar por una abertura.

Sorprenden las formas erosionadas a caballo entre queso gruyere y esponja.

 

Cueva A Boneca

Regresando a la bifurcación vamos hacia la derecha para ver una de las formaciones rocosas más conocidas de este lugar, conocida con el nombre de “A Boneca”. Un pequeño túnel nos lleva a un pintoresco ventanal que no deja indiferente.

Cueva A Boneca
Cueva A Boneca

 

Cueva A Boneca
Cueva A Boneca

Desde el mar viste el siguiente aspecto. Disfrutamos un poco más de los caprichos que la erosión ha creado en este lugar a lo largo de los años, y regresamos a la pasarela de madera.

Alar Seco y A Boneca desde el mar
Alar Seco y A Boneca desde el mar

Avanzando un corto tramo por ella encontraremos otro acceso para visitar nuevas galerías, piscinas naturales y formaciones rocosas que no tienen desperdicio.

Pasarela del Caminho do Algar Seco
Pasarela del Caminho do Algar Seco

 

 

Playa do Carvoeiro

Finalmente, volvemos a la pasarela para recorrer el último intervalo de esta jornada que nos conducirá a la Playa de Carvoeiro, lugar en el que tenemos nuestro campamento base. En esta playa es donde nosotros contratamos la excursión en lancha motora. Por cierto, un aplauso para los patrones, que también nos han hecho disfrutar de lo lindo.

Praia do Carvoeiro
Praia do Carvoeiro

Si os ha gustado esta ruta no podéis perderos la RUTA de los PESCADORES, un impresionante itinerario por la costa del Alentejo y el Algarve que os dejará con la boca abierta.

Y poco más amigos, ahora a regocijarnos con un merecido descanso.

¡Hasta la próxima!

2 Comentarios

Dejar una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *