2 · GIJÓN – AVILÉS
Iniciamos la jornada flanqueando la playa gijonesa de San Lorenzo por su Paseo del Muro hasta su extremo occidental, donde remontamos el Cerro Santa Catalina para alcanzar la obra Elogio del Horizonte, de Eduardo Chillida.
Seguidamente descendemos para dejar atrás el Puerto Deportivo, la Playa de Poniente y salimos de Gijón por sus avenidas Galicia y Argentina.
Asfalto e industria metalúrgica afean e incomodan el tramo que nos llevará a la subida del Monte Areo. En este relieve mejora el camino por un entorno de campiña y pequeños núcleos urbanos aunque la lluvia cobrará entonces protagonismo.
Empapados recorremos los lugares de Santa Eulalia, Tamón y Tabaza. En este último realizamos el almuerzo y esperamos a que las condiciones meteorológicas mejoren.
Nuevos tramos de asfalto, algunos comprometidos por el tráfico, nos llevan a las inmediaciones de Avilés donde la industria siderúrgica vuelve a hacer acto de presencia.
El entorno lo endulza un paseo fluvial por la Ría de Avilés que por momentos nos distrae del metal que nos rodea gracias a su bosque en galería, la avifauna y obras escultóricas hechas de acero.
Gijón
Hola amig@s!
Partimos del alojamiento Gijón Surf Hostel para engarcharnos al trazado de esta 2ª etapa.
Playa de San Lorenzo
Recuperamos la señales en la Playa de San Lorenzo, en Gijón, donde las aves aprovechan las horas tempranas del día para sus actividades cotidianas antes de que este arenal se atiborre de humanos.
En este sentido, ya encontramos algunos cabalgando las olas, disfrutando un deporte que es ideal en estas orillas gracias a las buenas condiciones que ofrece el oleaje.
Por su parte, nuestra actividad cotidiana es caminar, y para comenzar con buen pie intentamos hacerlo siempre con un reconfortante desayuno. Aquí, en la Cafetería Don Pelayo.
Reanudamos la marcha siguiendo la trayectoria que marca el propio Paseo del Muro hacia la Iglesia de San Pedro, en el barrio de Cimadevilla.
La Escalerona
Entre las escalinatas de acceso a la playa destaca La Escalerona, de estilo Art-Decó y racionalista. Se inauguró en 1933 para facilitar el acceso a esta zona occidental de la playa.
Con marea alta este flanco parece quedar bastante desprovisto de arena.
Capilla de San Lorenzo / Torre de los Jove Hevia
Junto a la Escalera 2 hay un conjunto monumental conformado, por un lado, por la Capilla de San Lorenzo, construida en 1668 en estilo barroco con sillares de arenisca; por otro lado, el la Torre de los Jove Hevia, del siglo XVII donde resalta el blasón nobiliario de la familia y las almenas rematadas en pirámides.
El recorrido continúa hacia la Iglesia de San Pedro cambiando su blanca balaustrada metálica por otra de piedra que exhibe un robusto viacrucis hasta el templo.
Monumento a Octavio Augusto
Antes de llegar a este edificio advertimos la figura del Emperador romano Octavio Augusto que participó junto a sus tropas en la conquista del pueblo astura allá entre los siglos 29 y 19 antes de Cristo.
La talla conmemora el bimilenario de la muerte del emperador y antecede al yacimiento de las termas romanas que se encuentran a pocos metros.
Por cierto, aquí también termina la Vía de la Plata, la antigua calzada romana cuyos pasos hoy sigue otra importante ruta Xacobea.
Iglesia de San Pedro
Seguidamente, alcanzamos la Iglesia de San Pedro, que sorprende por su robusta torre y una alta entrada porticada con tejado a dos aguas en cuyo interior exhibe un rosetón ciego.
Esta arquitectura es fruto de la combinación de los estilos prerrománico y neoclásico realizados en la construcción entre los años 1945 y 1955.
En el mismo lugar se emplazaba anteriormente otra iglesia, gótica, del siglo XV, pero en la Guerra Civil sufrió numerosos daños.
Cerro de Santa Catalina
A la espalda del templo damos con el Real Club de las Regatas, complejo que iremos flanqueando en ascenso para ir encarando el Cerro de Santa Catalina.
Batería Alta de Santa Catalina
Aproximándonos a la cima nos llaman la atención las instalaciones de la Batería Alta de Santa Catalina. Se dice que estas instalaciones de artillería ya existían en el siglo XVII para defender la ciudad de los asedios que venían por la costa. Sus infraestructuras se han seguido utilizando para maniobras militares hasta el año 1989.
Elogio del Horizonte
Donde antaño los romanos aprovecharon estas inmejorables vistas para emplazar un asentamiento, en 1990, el autor Eduardo Chillida levantó su obra Elogio del Horizonte.
Aunque popularmente se le conoce como “el retrete de King Kong” el artista quiso expresar con su obra los límites entre la tierra y el cielo mediante ese muro y techo abiertos al horizonte.
Esta pieza de hormigón, todo un símbolo de la ciudad de Gijón, tiene unos 10 metros de altura y pesa unas 500 toneladas.
Colegiata de San Juan Bautista y Palacio de Revillagigedo
A continuación, descendemos del Cerro de Santa Catalina para alcanzar las proximidades del Puerto Deportivo. En su orilla suroriental se ubica la Colegiata de San Juan Bautista, templo adosado al Palacio Revillagigedo, ambos del siglo XVIII.
Monumento a Don Pelayo
Frente al palacio, en la Plaza del Marqués, encontramos una magnífica talla de bronce de Don Pelayo inaugurada en 1891.
Este mítico personaje es considerado uno de los primeros héroes de la Reconquista de la Península Ibérica a los musulmanes y fundador del Reino de Asturias. En su mano derecha alza la Cruz de la Victoria como símbolo del logro de sus hazañas.
Las Letronas
Avanzamos un poco más por el Puerto Deportivo para hacernos una foto con Las Letronas, unos caracteres que son marca turística de Gijón desde el año 2009.
Playa de Poniente
Tras el puerto damos con la Playa de Poniente, un arenal urbano abrazado por espigones en ambos extremos. A occidente, tras la playa, se aprecian las infraestructuras del Puerto de El Musel, uno de los más importantes del Atlántico en cuanto al flujo de mercancías.
Capilla de San Esteban del Mar del Natahoyo
Reanudamos la marcha progresando por las calles del Gijón occidental donde advertimos la Capilla de San Esteban del Mar del Natahoyo, levantada en el Capilla de San Esteban del Mar del Natahoyo por los nobles marqueses del lugar.
Las familias Miranda Jove, Valdés, Ramírez, Alas, y Hevia aparecen en el escudo que preside la fachada principal.
Algo después vemos los grafittis conmemorando la industria naval de Gijón, la cual cerró su actividad en el año 2009 no sin la resistencia de los trabajadores.
Abandonando Gijón por la Carretera Avilés
Tras atravesar las prolongadas avenidas gijonesas de Galicia y Argentina salimos de la ciudad por la Carretera Avilés. Un intervalo algo incómodo por discurrir pegado a esta vía. Afortunadamente posee algo de acerado, aunque el arcén es inexistente.
Después, el trazado nos va a aproximando a distintas infraestructuras dedicadas a la industria siderúrgica. Solo tenemos que mirar a nuestro alrededor para ver cómo el ambiente se va enrojeciendo por el óxido del metal con el que se trabaja, sobre todo del hierro.
Poago
Tras pasar bajo la pista GJ-10 la Carretera Avilés nos lo vuelve a poner complicado en un cruce sin apenas visibilidad. La verdad es que nos costó encontrar una señal xacoea en este cruce, pero al final se dejó ver.
La vía a la que nos incorporamos va remontando el arroyo de la Ría de Aboño, en la parroquia de Poago.
Después cruza por encima la línea de ferrocarril Gijón / Oviedo – Puente de los Fierros para proseguir en ascenso por la vertiente meridional del monte que lleva el mismo nombre de la parroquia. Al mismo tiempo, estamos afrontando ya la subida al Monte Areo.
Tras unos cientos de metros damos con una pista vecinal asfaltada conocida con el nombre de Cañada del Reguerón, por la que por fin agradecemos alejarnos del herrumbroso entorno del metal.
Pavierna
El trazado, ahora conocido como Camín Real, nos coloca por las casas del lugar de Pavierna donde los elementos rurales empiezan a ganar terreno.
También se manifiesta una ligera llovizna, que agradecemos para bajar la temperatura que produce el esfuerzo de ascender al Monte Areo. Ingredientes que junto a pintorescas señales xacobeas nos empujan a un paso más llevadero.
Desde Poago hasta aquí la subida comprende unos 3 kilómetros con algunas rampas que rondan el 20% de inclinación. Cuando alcancemos las pistas de tierra jalonadas de eucaliptos el perfil se estabiliza, y caminaremos alternando pastizales con la arboleda en un día cada vez más húmedo.
De momento no hemos coincidido con ningún otro peregrino en esta etapa pero sí con algunos animales domésticos que vienen a curiosearnos y buscar el cobijo de los árboles frente a la lluvia.
El Monte Areo como importante lugar de necrópolis megalítica
A esta altura, a unos 400 metros tomando una bifurcación se ubica el Dolmen de San Pablo, un túmulo funerario que forma parte del conjunto de tumbas prehistóricas que se han encontrado en el Monte Areo.
Viendo el día como estaba decidimos no alargar la jornada y continuamos para completar un último ascenso, aunque mucho más suave.
Incorporarnos a la carretera secundaria CE-5 significará el inicio de un descenso hacia el lugar de Santa Eulalia.
Fontaine Fonte les Xanes
Por aquí la lluvia empieza a apretar y como por arte de magia sale a nuestro encuentro un bonito espacio para darnos un poco de abrigo: es la Fontaine Fonte les Xanes.
El panel informativo nos cuenta que esta fuente lavadero está ligada a la mitología, concretamente a Las Xanas, las hadas que protagonizan algunos pasajes del folklore asturiano. Las que aquí acudían cuidaban de las vecinas que lavaban la ropa y luego las tendían.
Cuando al regresaban a recogerlas de madrugada, las vecinas se las encontraban cuidadosamente dobladas y secas, a pesar de la humedad de la noche.
Pues bien nos vendría ahora uno de esos secadores que empleaban las Xanas porque a pesar de los ponchos impermeables nos sentimos empapados.
Iglesia de Santa Eulalia
Tras la fuente llegamos a Santa Eulalia donde hacemos otro receso en los soportales de su templo homónimo. Esta iglesia ya existía en el año 905, al menos aparece en unos documentos como una donación realizada por el rey Alfonso III El Magno y la Reina Jimena.
También posee en la entrada una lápida de orígenes visigóticos.
Aunque a lo largo de su historia ha sufrido modificaciones, en la Guerra Civil fue quemada, por lo que tuvo que ser reconstruida.
Lavadero de La Ponte Piedra
Reanudando la marcha, a pocos metros de la Iglesia hay otro interesante lavadero, el de la Ponte Piedra. Este posee dos espacios, uno para lavar y otro para aclarar. Fue rehabilitado en el año 2003.
Nuestro viaje continúa ahora por el Valle del municipio de Carreño, en ligero ascenso y con pocos signos de que la lluvia nos vaya a dar una tregua.
Nueva tradición en La Torre
El día cerrado apenas nos deja ver el esplendor de esta campiña aunque existen otros alicientes, como estas tejas pintadas en el sitio de La Torre. Parece que unos vecinos del lugar te facilitan el material para que puedas estampar tu firma y así contribuir a esta nueva tradición.
En el día de hoy, ni nosotros ni unos enérgicos bicigrinos que pasan en ese justo momento, vamos a poder dejar nuestra rúbrica. Pero no importa, ya con estas fotos y vídeo confirmamos nuestro paso por aquí.
Caminar con la lluvia a veces tiene su encanto, pero cuando empieza a calarte hasta los huesos, te abofetea con la fuerza del viento y encima las nubes se empeñan en velar un entorno de verdes praderas, lo que nos queda es tirar hacia adelante con ligereza.
Iglesia de San Juan Bautista de Tamón
Tras realizar un último pero suave ascenso por el Monte Areo comenzamos a descender hacia el núcleo de Tamón.
Aquí se alza la Iglesia de San Juan Bautista que al igual que el templo de Santa Eulalia, ya aparecía en los documentos de Alfonso III en el año 905. El complejo actual es de principios del siglo XX y de estilo neogótico, aunque se conserva una saetera románica del anterior templo.
El almuerzo lo realizamos a pocos metros de esta iglesia y nos tomamos nuestro tiempo para reponer fuerzas y quitarnos algo de humedad.
Por la carretera As-19
Aquí hay un momento caótico en el entramado de pistas contiguas a la autopista A-8. Tendremos que estar muy atentos a las señales del Camino porque nos conducirán al lugar de Tabaza, donde tendremos que incorporarnos a un buen tramo de asfalto, por la carretera As-19.
Nos esperan algo más de 2 kilómetros por esta vía, muy incómoda porque a pesar de su amplio arcén no dejamos de estar expuestos al tráfico que como veis no hace mucho caso de las limitaciones de velocidad.
Ya en el barrio de Silvota el acerado nos da un cierto respiro y también aprovechamos el cercano almacén deportivo de Decathlon para solucionar un problema con unas zapatillas.
Después, regresamos a la AS-19 que continúa atravesando distintos barrios de la periferia de Avilés. A pie de calle se deja ver la sencilla Ermita de San Pelayo, del siglo XVII.
Ría de Avilés
Avilés, al igual que Gijón posee una fuerte industria metalúrgica. El grueso de sus infraestructuras flanquean el margen derecho de la Ría, lugar al que nos dirigimos ahora por un paso a nivel.
Pese a todo este entorno natural transformado por el hombre, se ha intentado conservar su valor ecológico muy castigado durante años por la contaminación de sus aguas. Hoy se agradece ver algunas especies de avifauna entre este bosque en galería encajonado por el desarrollo industrial.
De alguna forma, este paseo fluvial que acompaña al cauce intenta camuflar todo el grotesco entramado de naves, fábricas y tuberías que lo jalonan. A veces lo consigue, al menos cuando nos sentimos arropados por las copas de los árboles y el sonido del fluir del agua vence a la de la civilización.
Si hay garzas reales y ánades han conseguido aquí un lugar para el descanso bien hacemos también en disfrutar del paseo y olvidarnos del resto.
La ciudad de Avilés ya está cerca. Aquí elegiremos un alojamiento gestionado por Airbnb para pasar la noche.
La Ruta del Acero
Se encuentra muy cerca de la ría, pero antes de llegar a él disfrutamos de las obras escultóricas realizadas con los metales desechados de la empresa siderúrgica Arcelor.
De hecho, a este tramo se le conoce como La Ruta del Acero. “La Mano de Eva”, “Vientos de Acero”, “Miscelánea” o ”Desequilibrio”, son algunas de las esculturas con las que los artistas tratan de reflexionar sobre esta industria como elemento transformador de la sociedad.
Con Avilés ya a la vista, solo nos resta remontar a uno de los puentes que acceden a la ciudad y dar por concluida la jornada. Mañana tendremos tiempo de conocer su casco histórico.
Hasta la próxima!