SUBIDA al PICO ALGÁMITAS
En esta jornada nos trasladamos a la Sierra Sur de Sevilla para afrontar la subida al pico Algámitas de 1.121 metros de altitud, 7 metros menos que El Terril, techo de la provincia que se encuentra pegado a esta cumbre y que hicimos en este vídeo 👉🎥 SUBIDA al PICO EL TERRIL
Será un sendero corto (poco más de 6 kms) pero intenso, ya que la exigente pendiente de subida no será lo único que nos hará sudar 🙊🙊🙊
Camping Algámitas
¡Hola amig@s!
Nos encontramos en el municipio homónimo de Algámitas, al sureste de la provincia de Sevilla.
Debemos dirigirnos al Cámping “El Peñón” para comenzar la ruta. Este complejo se encuentra en las falda norte del codiciado objetivo cuya cumbre se puede apreciar perfectamente desde aquí abajo.
Por suerte aquí hay unos animales en cautiverio que ayudan a destensar el momento de encontrarnos bajo la amenazante montaña.
Para iniciar la ruta debemos dirigirnos al sur del camping, siguiendo la ancha pista de tierra que va por sus instalaciones y sin perder de vista el cerro, al que ya empezamos a mirar más animados.
Tras cruzar la cancela de un vallado encontramos la señalización hacia los senderos correspondientes. Desde aquí parten varios, ahora os diremos cuál seguimos nosotros, antes vamos a ser respetuosos y dar las gracias a la primavera por este recibimiento floreado de tanta jara estepa, entre otras especies.
Vamos, da gusto pasear entre tanto colorido.
Tras los primeros 500 metros recorridos ya hemos ganado la suficiente altura como para estar sobre las instalaciones del camping y obtener panorámicas a la localidad de Algámitas y a su campiña.
Senderos SL-9 y SL-4
Para continuar la ruta debemo segui las señales de los Senderos SL-9 y SL-4
A partir de este punto el sendero comenzará a zigzaguear hacia el oeste, encarando la vertiente norte del peñón con algo más de exigencia.
Un esfuerzo que se adereza con ese color algodón de azúcar de las jaras estepas, al que se suma también el blanco algodón de las flores de los majuelos.
Un recorrido con numerosos alicientes
De curva en curva y sigo hasta la siguiente señal. Desde luego el que se aburra aquí es porque quiere. Alicientes hay de sobra. Además de la flora y fauna, por ejemplo, podemos encontrar una serie de refugios naturales formados a base de grandes bloques de piedra.
Estos bloques calizos y otros posteriores también se usan para señalizar la ruta mediante los colores de la bandera andaluza. Viene bien, ya que este tramo se vuelve algo más frondoso y enrevesado.
Al poco, aparecen otros refugios pero afortunadamente hoy no tendremos que utilizarlos.
Continuando unos metros más daremos con un pequeño espacio abierto que nos presenta una cima todavía más vertical, si cabe. Y es que la ruta, hasta aquí, ha ido estrechando la distancia que nos separa horizontalmente de la cumbre.
No parece posible alcanzarla como no sea con una buena escalada.
Sin embargo, la ruta nos reserva otros derroteros. Aunque debemos seguir enfilando unos metros más esta escarpada vertiente pronto comenzaremos a afrontar el ascenso rodeando este accidente geográfico.
En principio, esta nueva carta de navegación nos dirige al norte, ofreciéndonos vistas al Cerro de La Sierrezuela, de unos 924 metros de altitud.
Disfrutamos de este pequeño balcón natural hasta que volvemos a internarnos en la espesura.
Ascenso rodeando el cerro
No tardaremos mucho en dar con un cruce importante, en el que tendremos que decidir si queremos realizar el tramo circular en el sentido de las agujas del reloj, o a la inversa. Nosotros optamos por la segunda opción
Mientras continuamos progresando advertimos unas tiras de plástico coloradas atadas a ramas de árboles y arbustos. Se añadieron aquí para orientar el trazado de una pasada carrera de trail running.
Y no es que el sendero esté mal señalizado, pero para los corredores, con la velocidad es fácil que algunas indicaciones les pasen desapercibidas.
Vamos por la vertiente norte del Algámitas, dirección oeste, lo que nos permite abrir nuevos horizontes, como las vistas a las elevaciones de la Sierra de la Rabitilla, donde su cerro homónimo y de mayor altura, con 833 metros, da un aspecto piramidal a la cadena montañosa desde esta perspectiva.
Desde aquí, a occidente, se adivinan otras cumbres como las de la Sierra de los Esparteros de Morrón de la Frontera o las de la Sierra de Montellano. Al norte La Sierrezuela y al sur, la mole del Algámitas.
Como estamos rodeando el cerro, la dirección del sendero poco a poco va tendiendo hacia el sur, ahora, con un fuerte descenso. Aunque no es muy prolongado.
Encinas, acebuches y algunos quejigos nos cobijan en este terreno rompe piernas que hace las delicias de los que practican la disciplina deportiva del trail running.
Descubriendo la Sierra del Tablón
Una vez alcanzada la vertiente sur de la montaña comenzamos a descubrir otras panorámicas del entorno, además de acentuarse más la verticalidad del terreno.
La cadena montañosa que ahora se nos presenta al sur pertenece a la Sierra del Tablón donde el Pico el Terril, con 1128 metros de altura, reina como máxima elevación de la provincia de Sevilla.
Este pico ya lo conseguimos alcanzar no hace demasiado tiempo, así que no os perdáis el vídeo de la ruta de esta subida que en general es bastante asequible.
Nosotros lo disfrutaremos ahora desde la distancia, sin quitarle el ojo durante bastante tiempo ya que el sendero se dirige ahora al este.
Una nueva baliza de tramo SL-4 nos dirigirá al segmento más duro de esta subida donde el firme de tierra empieza a perder cierto protagonismo frente al de roca. Estad atentos por aquí porque los buitres leonados suelen pasar bastante cerca de vosotros, y a decir verdad es un espectáculo verlos.
Acostumbrados a dominar el terreno desde los sitios más elevados aquí parecen no tener reparos en posarse en riscos de menor altitud cuando la orografía lo requiere. De alguna forma tienen costumbres similares a las nuestras, que intentamos buscar esos puntos desde los que obtener las mejores panorámicas.
Aquí la pintura blanca y verde sobre la roca vuelve a desempeñar un buen papel de guía. Un tramo duro de unos 200 metros de longitud con puntos en los que casi habrá que trepar.
Después, alcanzados ya los 1000 metros de altura el trazado dejará de retorcerse tanto y podremos seguir progresando disfrutando todavía más de las estampas a la Sierra del Tablón.
Alcanzado la cresta del peñón
Poco nos resta para llegar a la cumbre. Antes, el camino descansará por momentos en la cresta de la montaña, en la que podremos asomarnos con fascinación al balcón de la vertiente nororiental de la misma.
Los últimos 200 metros para lograr el objetivo consistirán en remontar esta cresta a cielo abierto que no entraña mayor dificultad salvo pequeñas zonas donde habrá que realizar pequeños trepados sin riesgos.
No obstante, lo que no vemos muy claro, es cómo encarar los escasos metros finales que llegan al punto más alto, a 1121 metros de altitud. Dicen que se puede conseguir trepando sin correr peligro, pero a decir verdad, hoy no nos la vamos a jugar y aquí nos plantamos para celebrar una nueva cumbre.
Desde aquí se advierten otras poblaciones de la campiña suroriental sevillana, como Villanueva de San Juan, y horizontes como la Subbética Cordobesa o los Llanos de Antequera. En días muy despejados se consigue ver hasta Sierra Nevada.
Al Sur las estribaciones de la Serranía de Ronda, la Sierra de Grazalema, la Sierra de Líjar y la vecina Sierra del Tablón, con su Pico El Terril, del que empezamos a despedirnos pues nos toca pensar por dónde queremos realizar el descenso.
Descenso por el tramo de cadenas
Y decimos pensar porque no tenemos muy claro si volvernos por el mismo lado, ya que de lo contrario tendremos que hacer frente a un fuerte descenso haciendo uso de cadenas.
Tras meditarlo seriamente le echamos valor. No os vamos a engañar, es nuestra primera vez usando este tipo de artilugios para poder superar una fuerte pendiente, así que lo haremos lo mejor posible para no despeñarnos cerro abajo.
No tenemos muy claro si es mejor hacer este trecho subiendo o bajando, los que lo hayan hecho en las dos versiones podrán aconsejarnos mejor, pero lo que sí tenemos claro es que es muy terreno muy deslizante: primero por las zonas de tierra con pequeña gravilla y segundo por algunas rocas desgastadas.
La bajada se hace por la cara norte del pico, es decir, la parte más húmeda por recibir menos cantidad de sol y esto hace la piedra muy resbaladiza si se encuentra mojada.
Con todo, podemos decir que hoy tenemos suerte, el sol está bastante alto cuando realizamos este tramo y apenas hay humedad.
Y aunque hay que extremar las precauciones y estar muy atentos en dónde ponemos el pie, bien es cierto que, cuando empezamos a cogerle el tranquillo a esto podemos permitirnos el lujo de encontrar un cierto equilibrio entre riesgo y diversión.
La adrenalina está servida amig@s.
Cada sección lograda, es un éxito. Un poco más, y superamos esta trepidante bajada.
La Pedrera
Después el descenso continuará por una pendiente menos pronunciada que flanqueará las inmediaciones de una pedrera fruto de los desprendimientos y la erosión. Seguro que desde ahí arriba cayó algún peñasco que otro.
Desde aquí también podemos divisar todo el tramo de las cadenas que acabamos de dejar atrás.
Un poco más adelante hay un pequeño claro desde el que admirar con una perspectiva más amplia todo este accidente geográfico del peñón.
Cuando terminemos esta aventura habremos recorrido solo 6 kilómetros, pero como habréis podido ver son bastante entretenidos.
Avanzamos unos metros más hacia el norte hasta dar con el cruce en el que la ruta se hacía circular. A partir de aquí será deshacer el recorrido ya conocido aunque bueno, lo haremos un poco diferente ya que nos pegaremos un poco más a la parte trasera de las instalaciones del cámping.
Pues nada, a celebrarlo. En la cercana localidad de Algámitas, en el bar Taskita la Fábrica, donde nos espera un buen bocadillo de tortilla y algún que otro manjar para recuperar las fuerzas y emprender así el viaje a casa.
Hasta la próxima!