
7 CARCABOSO – CALZADA de BÉJAR
Etapa muy completa que iniciamos desde Carcaboso. El trazado recorrido, su calidad en cuanto a vestigios históricos – como la ciudad de Cáparra– los Baños de Montemayor y, por supuesto, la compañía de otros ciclistas, son grandes alicientes que disfrutaremos en esta jornada.

Un fantástico amanecer nos recibe a la salida de Carcaboso
Aunque parezca un poco derrotista de inicio, fueron tantas las recompensas que obtuvimos en esta etapa que no hicieron otra cosa más que menguar todo el esfuerzo impreso en ella. Para empezar, el pedalear con el saludo de este espléndido amanecer entre verdes prados poblados de ganado a los que cogimos en plena hora del desayuno.
Elena, la hospitalera del Albergue de Carcaboso tuvo el detalle de dibujarnos un plano con el que seguir el trazado correcto sin desviarnos de la ruta.
Nuestros amigos jerezanos, tras tomar otra vía alternativa, pudieron enlazar con nosotros para seguir juntos el mismo rumbo.
Precioso sendero entre dehesas
Los siguientes kilómetros los realizamos por un estrecho carril que nos marca el camino por una bonita dehesa rodeada de alcornoques.
Cáparra
Un encuentro con dos perros nos despistó un poco, pero pronto retomamos el camino, en el que teníamos que bordear el muro de una finca hasta llegar a las inmediaciones de uno de los entornos más cautivadores de la Vía de La Plata: La ciudad de Cáparra.
Arco de Cáparra
Su Arco cuadriforme, del siglo I, es único en España, y se sitúa en el centro de la ciudad bordeado por el foro y las termas. Este asentamiento prerromano, cruzado de norte a sur por la ruta de la plata, tenía un lugar estratégico entre las comunicaciones de Mérida y Astorga, lo que impulsó su desarrollo hasta convertirlo en municipio romano en época de Vespasiano.
Avanzando por el Valle de Ambroz
Seguimos avanzando por el Valle de Ambroz alternando sendas, el cruce de algún arroyo y el asfalto. La presencia de ciclistas había aumentado y se agradecía conocer la experiencia e historias de otros compañeros, como la de Antonio, un Sevillano cuya Vía de la Plata acabaría en Salamanca debido a la falta de días para realizarla en su totalidad. Seguro que en el futuro podrá completarla.
Para llegar a Aldeanueva del Camino, la siguiente población que se cruza en nuestra ruta, existe la opción fácil que es afrontarla por la carretera N-630. Nosotros, como intentamos hacer siempre que podemos, tomamos la opción «tira por el camino original», elección que da algún que otro rodeo y que se endurece con alguna pendiente traicionera.
Aldeanueva del Camino
En Aldeanueva, volvimos a coincidir con nuestros amigos jerezanos y con ellos realizamos el trayecto hasta Baños de Montemayor, pero esta vez, por carrertera.
Baños de Montemayor
Si hay cosas por las que se caracteriza esta población, son sus fuentes termales, famosas desde los tiempos de dominación romana por aliviar los males. Damos fe de ello, para nosotros tuvo un efecto tonificante que resucitó toda la maquinaria corporal para poder afrontar la subida al Puerto de Béjar.
Ascenso al Puerto de Béjar
Subir al Puerto de Béjar, significa pasar a Castilla y León. No hay que llegar al pueblo de Puerto de Béjar ya que a priori el camino oficial no pasa por ahí, pero nosotros lo hicimos.
Puerto de Béjar
Parece que el Balneario nos dio fuerzas de sobra para llegar a él, y ya de paso, aprovechamos la parada para visitar una de las pocas iglesias a las que pudimos entrar en la vía de la plata.
Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción
La Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción es de finales de la Edad Media y su retablo fue construido en el año 1628 por el escultor salmantino Pedro Hernández.
Ya de vuelta al camino disfrutamos de un agradable descenso bordeando el rio denominado con el curioso nombre de «Cuerpo del Hombre».
La Calzada de Béjar
La llegada a La Calzada de Béjar</strong> termina en alto, un último esfuerzo a este día tan completo que obtuvo su recompensa definitiva con el buen trato que obtuvimos en el albergue de esta localidad.

