
2 · A ARMENTEIRA – VILANOVA de AROUSA
2 A Armenteira – Vilanova de Arousa (23 kms)
Abandonamos las instalaciones del Monasterio de Santa María de Armenteira en una espléndida mañana para disfrutar de uno de los tramos más espectaculares de la Variante Espiritual: la Ruta da Pedra e da Auga.
Este sendero acompaña al descenso del Rego de Armenteira por los perfiles del Monte Castrove al cobijo de una exuberante vegetación de ribera, abriéndose paso entre saltos de agua, cascadas y rápidos y salpicado de numerosos molinos harineros centenarios, testigos del pasado rural de la comarca.
Tras pasar las infraestructuras de la Autovía del Salnés AG-41 el río se adentra en extensiones de cultivos dominados por los viñedos. Es la tierra del vino Albariño, «el oro líquido de Galicia» donde nos deleitamos con las hectáreas de la Bodega del Pazo de Barrantes.
A continuación, desembocamos junto al Rego de Armenteira al Río Umia, donde realizamos una agradable senda fluvial hacia el norte hasta llegar al Puente dos Padriños de Ponte Arnela.
A partir de aquí el camino nos orienta al oeste en busca de la Ría de Arousa atravesando por un lado pequeños lugares con alicientes monumentales, y por otro lado los viñedos del Monte do Treviscoso donde la tradición vitivinícola de Denominación de Origen Rías Baixas vuelve a sacar músculo.
La Ría de Arousa nos recibe en la tranquila Praia de Castelete lugar contiguo al largo Ponte da Illa da Arousa, que salvamos por debajo entre sus pilares.
Finalmente, bordeamos el litoral descubriendo varios arenales a medida que avanzamos hasta llegar a nuestro objetivo de hoy: Vilanova de Arousa
A Armenteira
Hola amig@s!
Bienvenid@s a la segunda etapa de la Variante Espiritual que iniciamos desde el Monasterio de Santa María de Armenteira, lugar en el que hemos pernoctado en sus instalaciones habilitadas como hospedería.
Hoy el agua va a tener un protagonismo importante en la etapa y como vemos, los primeros metros ya nos instan a seguir una canalización que va desembocar en el Rego de Armenteira, donde nos espera el famoso sendero de la Ruta da Pedra e da Auga.
Atrás dejamos el calor recibido por parte de las Monjas Cistercienses del Monasterio para enfrentarnos a la gélida mañana de este bonito marco natural conocido como Monte Castrove.
Ruta da Pedra e da Auga
En los primeros 400 metros de esta ruta todavía podremos caminar viendo los campos de pastos y cultivos de cereal que bañan estas tierras.
Muíño da Ponte
Pero luego, al cruzar una carretera vecinal y recorrer varios metros más, la señales nos introducen en el frondoso cauce del Rego de Armenteira que nos recibe con el Muíño da Ponte.
Se aprecia que en este punto la orografía empieza a accidentarse permitiendo aumentar el empuje del agua, circunstancia que se aprovechó para levantar este edificio etnográfico de molienda.
De los más de 30 molinos que conforman esta estimulante ruta identificaremos algo más de 20, y vamos a ver si somos capaces de nombrarlos todos correctamente porque algunos carteles informativos bien han desaparecido, o bien son prácticamente ilegibles por las condiciones de humedad.
Como se observa, muchos de ellos todavía conservan las piedras de rodamiento donde donde se efectuaba la molienda de cereales tales como el centeno, el trigo o el maíz.
Encontraremos molinos en ambas orillas y muchos de ellos os parecerán sacados de un cuento de fantasía.
Por su parte, la Ruta da Pedra e da Auga es todo un espectáculo natural donde el musgo y la hiedra tapizan buena parte de los elementos del recorrido, y los saltos de agua y rápidos que se reparten por los intrincados meandros son la esencia misma de la vitalidad, avanzando siempre frente a los obstáculos.
Muíño de Entrebatáns
No todos los molinos que encontraremos son del mismo tipo. El de Entrebatáns, por ejemplo, es de tipo de cubo, donde un canal de piedra dirige el agua a un depósito vertical cuyo peso de litros almacenados iban a a parar luego a las palas de la rueda hidráulica.
Muíño de Herminia
El Muiño de Herminia que aparece a continuación también es de cubo aunque como sucede en muchas de estas estructuras que estamos presenciando, el estado de conservación es ruinoso.
Si hablamos de la vegetación de la Ruta da Pedra e da Auga podemos decir que aquí habitan gran variedad de especies representativas de los ecosistemas ribereños de Galicia.
Su bosque de galería, conformado por robles, alisos, fresnos, saucos, abedules y castaños nos arropa creando una atmósfera entre lo terrenal y lo fantástico que despierta nuestra imaginación.
No nos extrañaría nada que este lugar esté vinculado a alguna leyenda local. No en vano, el entorno te atrapa con su exuberancia.
Muíño de Castiñeiras
A continuación, otra canalización de piedra nos anticipa el próximo molino de cubo, el Muíño de Castiñeiras, este fabricado en piedra de sillería y con una rueda de molienda en su interior.
Un sendero ligado a lo espiritual
El siguiente tramo estará carente de estos elementos etnográficos por un rato, pero los alicientes naturales son más que suficientes para sentirnos embriagados de belleza.
Es muy posible que la Variante Espiritual deba parte de su nombre a la Ruta da Pedra e da Auga, pues el sendero invita a la introspección, a caminar en paz y conectar con la naturaleza y a sentirnos una pequeña parte de la misma.
En muchas culturas, el agua tiene una fuerte conexión espiritual pues es vista como elemento purificador y dador de vida.
Por su parte, este antiguo camino era el elegido por los habitantes de la comarca para dirigirse en lunes de Pascua al Monasterio de Armenteira y rendir culto a “Nuestra Señora de las Cabezas”.
Aserradero de Couso
Tras 700 metros de recorrido nos sorprende la infraestructura de un canal elevado sobre el río. Corresponde al antiguo Aserradero de Couso y el mecanismo daba vida a la sierra hidráulica podría ser parecido al que se expone el panel informativo que hay en el lugar.
Muíño de Souto
Completa el conjunto el Molino de Souto cuya restauración le permite brindar un mejor aspecto a orillas de una bonita cascada.
Muíño da Bouza
Unos pasos más tarde, después del aserradero encontramos otro molino restaurado, el de A Bouza. Seguramente, su mecanismo funcionaría por la llegada del agua por medio de un canal ya que lo vemos apartado del torrente principal del río. Un río que sigue embelesando nuestros sentidos.
Por este segmento del camino parece que la pendiente es menos pronunciada y el recorrido sale por momentos del cobijo de la espesura para llevarnos a la otra orilla del cauce.
El espectáculo continúa por un firme algo más cómodo donde robles y castaños se empeñan en aderezar con éxito el entorno retorciendo sus ramas y tapizando la tierra de los dorados y ocres de sus hojas.
Muiño do Crego
La Ruta da Pedra e da Auga se acerca ahora al Muiño do Crego situado frente a la desembocadura del Rego de Silván, caudal que recibe el nombre de una aldea cercana.
Disponía de un canal de agua situado en la parte trasera que visto así más bien nos parece la entrada a un dolmen. Para ocultar su ruina se viste de hiedra mimetizándose con el entorno.
Tenemos que decir que todos estos molinos están hechos con la piedra típica de la comarca, el granito.
Muíños de Aldea de Abaixo
Unos 250 metros después nos salen al paso los Muíños de Aldea de Abaixo que parecen estar conectados en serie por medio de un canal y funcionaban independientemente, cada uno con su muela.
A esta altura del sendero hay dos aldeas enfrentadas, Couso y Pedra Furada, una cada lado de río. Existen pequeños pasos de cemento que bien cumplen la función de conectar a los vecinos de ambas localidades o al menos de hacerlos sentir más próximos unos de otros.
Por contra, hay tramos que parecen reforzarse con muretes de piedra bien para evitar el desborde del río con las crecidas, o bien para reforzar el terreno.
Muíño de Regueira
Al poco encontramos al Muíño de Regueira, alejado varios metros embutido en la maleza. Un canal llevaría el agua a su mecanismo de molienda. Junto al molino hay un panel que nos cuenta la historia de un vecino que se quitó la vida por amor a este lugar.
Sinceramente, las estampas del Rego da Armenteira son cautivadoras, pero más que embaucarte para llevarte a la muerte, a nosotros nos alientan a la vida para seguir disfrutándolas.
Aquí, la humedad reinante va tejiendo de verdor los lienzos de troncos y piedras y el murmullo del correr del agua entona la partitura del “todo fluye” impulsándonos con ella a seguir adelante.
Muíño da Avispa
El Muíño da Avispa que descubrimos a continuación parece formar parte de un complejo de molinos conectados por un canal. Algunos de los edificios parecen haber sido restaurados.
Muíño Grande
Restaurado también está el Muíño Grande, cuya denominación hace honor a sus dimensiones. Su construcción está elaborada a base de piedra de mampostería y algunos sillares. Se emplaza en un agradable entorno en el que apreciamos una suculenta piscina natural.
Río abajo el camino nos obligará de nuevo a cambiar de orilla para dirigirnos posteriormente a una pintoresca Aldea Labrega.
Muíño do Carballo
A la entrada de este complejo nos recibe el Muíño do Carballo, hecho en mampostería y techado con una cubierta a dos aguas de tejas. Tanto en el molino como en su canalización se aprecian los cuidadosos arreglos de la restauración.
Aldea Labrega
Después accedemos al espacio que alberga un conjunto escultórico que recrea la vida rural gallega de principios del siglo XX.
Entre sus filas podemos apreciar por un lado, una pequeña ermita construida en estilo románico, con su portada y vanos hechos a base de arcos de medio punto. Por otro lado, hay tallas que representan aldeanos que capturan la vida cotidiana y oficios rurales como la labranza y el pastoreo.
Y otras tallas de animales tomados en simpáticas escenas que tendremos que descubrir.
Por último, se exhiben elementos etnográficos típicos como un hórreo, una fuente, un carro de arrastre por bestias, el pozo, viviendas tradicionales y cómo no, molinos.
Muíño de Aldea Labrega
El Muíño de Aldea Labrega será el que nos despida de este lugar para seguir avanzando por la Ruta da Pedra e da Auga.
Muíños de Meis
Luego de atravesar un área recreativa dejamos atrás los Muíños de Meis, que también son de tipo de canal, y disponen de nombres tan característicos como Gaitero, Currucho o Montiño.
Muíño da Mentado
Un nuevo puente nos devuelve a la otra orilla del río donde las manifestaciones arquitectónicas se suceden ahora con el antiguo Lavadero de Laxe y contiguo a él, el Muíño da Mentado.
Este molino dispone de una bandeja de piedra incrustada junto a la entrada.
Muiño da Gándara
El Muiño da Gándara será el último en el que repararemos en este tramo de ruta ya que muy pronto el trazado se verá interrumpido por las infraestructuras de la carretera EP-9507.
A escasos metros hay un local ideal para reponer fuerzas y asimilar todo el espectáculo de la ruta que acabamos de vivir.
Para regresar al curso del Rego da Armenteira debemos dejar atrás la Autovía do Salnés AG-41 y todo el entramado de pistas aledañas que conforman las incorporaciones.
Del Concello de Meis al de Ribadumia
Continuaremos por tanto por el sendero PR-G 170 que viaja junto al río pero cambiando ahora del Concello de Meis al de Ribadumia.
Por aquí el paisaje cambia, a los pies del Monte Castrove, donde el relieve llanea en ligera pendiente y los terrenos se cuartean por el dominio de parcelas de viñedos con otras menos frecuentes de cereales.
Y mientras tanto el Armenteira serpentea gustoso atravesando estos campos al cobijo de su vegetación de ribera.
Muíño Ponte dos Carros
Los molinos seguirán sucediéndose, como el Muíño Ponte dos Carros, hecho en piedra de mampostería, restaurado, con tejado a dos aguas y dos ruedas de molienda en su interior. Su nombre se debe a un antiguo puente en el que podían cruzar los carros.
Muíño do Con
En este sentido, algunos nombres de molinos provienen de las aldeas cercanas o los apellidos de las familias que los gestionaban. También los hay que adoptan un nombre relacionado con leyendas, historias locales o costumbres asociadas a ellos. Hay otros que quieren diferenciarse por sus características físicas o técnicas. Por último, están aquellos que hacen referencia a hitos importantes del camino, como el que viene a continuación, el Muíño do Con.
Con es un sustantivo que en gallego significa piedra grande, y la que aquí encontramos contiene unos Petroglifos de motivos cruciformes, datados entre los siglos V al X aproximadamente.
Por su parte, en el molino restaurado podemos apreciar su tipología observando los dos canales que llevaban el agua a la parte inferior, denominada “inferno” y que hacía girar la rueda o “rodicio”.
Muíño dos Castaños
El siguiente molino, el de los Castaños es parecido al de Con aunque hoy hace las veces de Centro de Interpretación de la Naturaleza. Su muro occidental aparece porticado.
La senda finaliza en un menhir donde damos por finalizada la Ruta da Pedra e da Auga.
Seguimos yendo paralelos al curso del Armenteira aunque ahora lo hacemos bajo el influjo caótico de la red de carreteras. No obstante, esta infraestructura no impide que unos agricultores aprovechen sus terrenos por mucho que el asfalto y el metal pretendan hacerlos desaparecer.
Bodega Pazo de Barrantes

Por suerte para nosotros, el camino nos lleva por una senda separada del arcén que en cierto modo nos aisla por momentos del estrés del tráfico. Pero no tarda en asomarse al asfalto de la carretera VG-4.2, momento en el que también seremos partícipes de los dominios de la Bodega Pazo de Barrantes.
Los orígenes de este complejo se remontan a inicios del siglo XVI, donde el edificio del pazo fue concebido como una residencia señorial con tierras destinadas al cultivo, en este caso a la producción del vino albariño.
El pazo perteneció a la familia Marqués de Murrieta que fue la que consiguió dejar un legado vinícola de bastante prestigio. Hoy la tradición continúa de la mano de la familia Creixell, actuales propietarios, construyendo la bodega en 1991. Tiene como misión honrarla filosofía de producción de los Marqueses de Murrieta, respetando con ello las raíces gallegas pero aplicando también técnicas modernas de vinificación.
Paseo Fluvial del Río Umia
Unas 12 hectáreas de viñedos que nos dirigen a la desembocadura del Rego de Armenteira donde sus aguas se mezclan con las del Río Umia. Las primeras imágenes de uno de los ríos más importantes de Pontevedra las obtenemos en esta agradable área de descanso al cobijo de robles y arces.
A partir de aquí iniciamos el apacible sendero PR-G 173, seducidos por el sereno fluir del Umia cuyo marco natural aprovechan distintos tipos de aves para encontrar reposo y alimento.
Además, seremos testigos de un patrón de paisaje bastante reconocible que saca pecho con los viñedos de Denominación de Origen vitivinícola Rías Baixas. No en vano esto es el Valle del Salnés, cuna del albariño, el vino considerado el “oro líquido de Galicia”.
Si os interesa, hay bodegas cercanas al Camino que realizan catas de Albariño. Algunas permiten degustar directamente en sus instalaciones, y otras ofrecen paquetes especiales para peregrinos.
Ponte de Cabanelas
Tras dos kilómetros de senda fluvial llega el Ponte de Cabanelas, una infraestructura que debemos cruzar para pasar a la otra orilla.
En el otro margen dejamos la estampa de las instalaciones del Cementerio y de la Iglesia de Santa Eulalia de Ribadumia.
A escasos pasos, nos sorprende uno de los pocos rápidos de este tramo en el que el Umia se atreve a coger velocidad. El resto de su viaje transcurre en un fluir manso que no parece querer entorpecer el aparente letargo de los parrales durante el crecimiento paciente de la uva.
Puente de Santa Marta
La vegetación de ribera por un lado y los viñedos por el otro nos acompañan hasta el siguiente puente, el de Santa Marta, pero en esta ocasión rebasaremos la infraestructura por debajo.
Esta etapa nos está fascinando y eso hay que celebrarlo.
Ponte Arnelas
Ponte dos Padriños
No muy lejos aparece otro viaducto, el Ponte dos Padriños de Ponte Arnelas, que posee un bagaje histórico de interés. De hecho, sus orígenes son romanos. Un muro con escudo e inscripción grabada nos cuenta que el puente fue reconstruido por Felipe II en 1598 para restablecer la comunicación entre las comunidades del interior con las de la costa.
Este puente, además, está asociado a una leyenda que cuenta la celebración de un ritual de fertilidad para aquellas mujeres que tenían problemas de gestación.
Capilla de Santa Marta
Al otro lado del viaducto se emplaza la Capilla de Santa Marta a cuya patrona le rinden homenaje con la Fiesta de Santa Marta. La jornada festiva se celebra cada 29 de julio y que se ha hecho famosa por su degustación de pulpo y por recibir a muchos devotos que piden curar o prevenir males de oído.
Ponte Arnelas también supone el final de la senda fluvial por el Río Umia ya que el camino nos dirige al oeste, a la Ría de Arousa.
Monumento a los Gaiteros
En este tramo más urbano intentamos reparar en aquellos elementos que hacen el trayecto más ameno. Una rotonda homenajea con esta escultura inaugurada en 2007 a los gaiteros y gaiteras que suelen tocar cada año en la Fiesta de Santa Marta.
Flanqueando esta infraestructura nos incorporaremos a la carretera EP-9703, vía en la que daremos con un restaurante en el realizar el almuerzo.
Mouzos
Capilla de San Pedro
Tras la comida abandonaremos la EP-9703 por una calle vecinal del lugar de Mouzos. Aquí advertiremos la Capilla de San Pedro, construida en 1978 aunque en 1999 tuvo que ser restaurada con la ayuda de los vecinos y el Ayuntamiento.
Cada 28 de junio se celebra una fiesta donde se prenden hogueras en honor a San Pedro y se asan sardinas. También en esta jornada, su cruceiro, que encontramos algunos metros más tarde, se suele engalanar con flores.
Río Pequeno y A Abelleira
Esta obra mira al sur al Valle del Rego de Lobeira por donde se siguen sucediendo pequeños núcleos de casas como la Aldea Río Pequeno y la de A Abelleira. En esta última se emplaza otro Cruceiro el de Foxo, mucho más generoso en elementos decorativos que el anterior.
El anverso de la cruz exhibe a San Francisco recogiendo la sangre del costado de Cristo. Por contra, el reverso, muestra la imagen de una Virgen del Rosario. Este tipo de Virgen se talla también en el fuste aunque el motivo que llama más la atención en el varal es la escena de Adán y Eva con la serpiente en el árbol de la ciencia.
Las señales continúan dirigiéndonos por pequeñas aldeas rurales como O Foxo y A Igrexa. Luego el perfil comienza a inclinarse hacia arriba por un tramo de monte, en los campos de Treviscoso.
Monte Treviscoso
Pronto, la tradición vitivinícola de Denominación de Origen Rías Baixas vuelve a sacar músculo con nuevas extensiones de viñedos que transforman el paisaje.
Si queréis vivir esta cultura gastronómica existen numerosas fiestas celebradas en torno al vino, como las del Vino Rías Baixas Albariño de Combarro, las del Condado do Tea o las del Viño do Rosal, entre otras.
Además, existe la Ruta dos Viños Rías Baixas que ofrece una experiencia enoturista sin igual visitando bodegas, museos, entornos paisajísticos incomparables y restaurantes donde dar placeres al paladar.
A Igrexa
Nuestro viaje se acerca cada vez más a la Ría de Arousa por el lugar de A Igrexa. El Cruceiro de Deiro que aquí encontramos también exhibe en el fuste una escena del pecado de Adán y Eva.
Iglesia de San Miguel de Deiro
Avanzando por la arteria principal de la urbe advertimos los tejados de la Iglesia de San Miguel de Deiro, edificio al que nos acercamos.
El templo luce la figura de San Miguel pisando al demonio en la hornacina que hay sobre la entrada. Por su parte, la torre campanario barroca se compone de 4 vanos y se corona con una cúpula octogonal.
San Roque do Monte
Todavía nos resta atravesar varias poblaciones antes de alcanzar la orilla de la Ría de Arousa. Entre ellas vamos a destacar San Roque do Monte, donde por un lado homenajean con esta escultura la celebración de una singular carrera de burras y por otro lado dispone de un cruceiro y una capilla. El templo se llama Capilla de San Roque do Monte y tiene de orígenes constructivos de finales del siglo XVI.
Ría de Arousa,
A continuación, abandonamos la localidad de San Roque do Monte y recorremos unos 800 metros entre una variada gama de parcelas rurales y fincas residenciales para luego llegar a la Ría de Arousa, espacio natural que tuvimos el placer de conocer en el Camino del Padre Sarmiento.
Playa de Castelete

Entramos por su Playa de Castelete, un arenal que nos recibe con aguas como un plato. Aquí el tiempo parece haberse detenido de manera que los segundos se toman sus minutos y estos a su vez sus horas letargo.
Castelete también es el nombre de un afloramiento rocoso que hay un poco más al sur pero el de mayor envergadura que resalta a la vista es denominado como Pedra do Sal.
Puente de la Isla de Arousa
Observando la belleza natural, es fácil adivinar el por qué esta ría es hogar de una gran diversidad de especies de aves. Del mismo modo, algo más al norte, también nos percatamos de la enorme infraestructura que da acceso a la Isla de Arousa.
Esta gran obra de ingeniería inaugurada el 14 de septiembre de 1985 tiene unos 2 kilómetros de longitud hechos a base de hormigón y acero.
Las señales de la Variante Espiritual nos harán pasar por debajo del puente, entre los pilares que los sostienen. Al otro lado, su recorrido finaliza tocando tierra en la Isla de Arosa, con la Praia do Vao como uno de los primeros arenales que puedes disfrutar en este paraje.
Praia do Bote

Por contra, a este lado de la ría nosotros también disfrutamos de otras playas como la de Bote, de unos 400 metros de longitud en forma de concha.
En su flanco septentrional se encuentran los afloramientos rocosos de Pedra Sartaxa, donde la avifauna parece tomar asiento para contemplar el ir y venir de vehículos por el puente.
Praia do Pasaxe
Rodeamos ahora las instalaciones de un camping para desvelar el siguiente tramo de litoral donde aparecen nuevos espacios arenosos, como la Praia do Pasaxe.
Escudriñando el oeste podemos adivinar algunas bateas sobre la ría. En la otra orilla, cerrando el horizonte, vemos sobresalir las cumbres de la Serra da Barbanza.
Praias do Terrón y Posta da Secada
La siguiente playa es la del Terrón. A este bonito entrante costero le sigue la Praia Posta da Secada, un espacio que culmina al norte en la Punta Nouxida. Desde este último saliente parte uno de los diques de contención del Puerto de Vilanova de Arousa.
Vilanova de Arousa
Nuestro objetivo de hoy está, como se suele decir, a la vuelta de la esquina. Vilanova de Arousa nos seduce con una localidad que susurra bajo el influjo de la luna. Su luz se mezcla con la del crepúsculo que baña de plata la Ensenada de O Esteiro. Esta lengua de agua se adentra en la tierra y tendremos que cruzarla por la Pasarela Peatonal O Terrón.
Los 15 pares de pilares metálicos que soportan esta obra nos permiten alcanzar Vilanova de Arousa para dar por concluida esta bella etapa.
Hasta la próxima!

