CASTROBÓ – PARAMOS
Etapa larga en kilómetros que iniciamos partiendo de Castrobó para luego atravesar el valle del Río do Grelo.
Aquí nos despistaremos para salir por los maizales de un vecino del lugar de Gaitande.
⚠️Prestad atención a la nueva señalización y trazado de la Vía Céltica para evitar confusiones ITINERARIO OFICIAL ACTUALIZADO .
En Gaitande visitaremos Iglesia de Santa Baía de Castro que destaca por la factura barroca de su fachada principal. A continuación superaremos los perfiles del Monte de Castro primero y del Alto de Torreiro después para llegar a Bormoio, en la Parroquia de Agualada.
Tras contemplar su patrimonio monumental ascendemos por los Montes de Caamaña y el Carballo da Armada para ganar vistas panorámicas a la Comarca de Bergantiños.
Disfrutamos de un buen tramo de camino de tierra entre pastos, maizales y eucaliptos mientras pasamos del Concello de Coristanco al de Santa Comba, saludando además a las Tierras del Xallas.
En este último municipio visitaremos los templos de San Pedro de Xallas de Castriz y Santa María de Vilamaior para luego avanzar hacia el lugar de Carboerio, donde descubriremos una sorprendente prueba que confirma la existencia de un antiguo hospital de peregrino.
Para terminar, recorreremos los bonitos campos de Portomedal, O Porto y A Cavada, entidades de población pertenecientes ya al Val do Dubra, hasta llegar al final de etapa en Paramos, punto de confluencia de todas las vertientes de la Vía Céltica antes de la llegada a Santiago de Compostela.
Castrobó
Hola amig@s!
Buenos días desde Castrobó, despertando con el desayuno de la Taberna Matildo.
Iglesia de San Pedro de Valenza
Nada más comenzar a caminar ya sale a nuestro encuentro el primer hito monumental del día, la Iglesia de San Pedro de Valenza.
Este edificio que destaca por su espadaña mirando al norte edificio se reformó en el siglo XX aunque su factura original en del siglo XVIII construida en estilo barroco.
La hornacina de la entrada la ocupa una simpática y estilizada talla del Patrón del templo portando las llaves del cielo en la mano derecha.
Valenza
Abandonamos Castrobó por la carretera AC-421 para rápidamente desviarnos por una pista vecinal que nos irá dirigiendo por la Agra da Veiga hacia el lugar de Valenza.
El paisaje rural forrado de pastos y cultivos y bañado por la luz de la mañana es estimulante y de alguna forma reconforta el ánimo ante una jornada que se antoja larga.
Una vez en Valenza las señales nos hacen descender entre sus calles para alcanzar el punto más bajo de esta depresión por donde surca el Río do Grelo. Nos damos cuenta que pasamos a la otra orilla de este curso de agua en el momento en el que el perfil empieza a inclinarse hacia arriba.
Por los perfiles del Picho do Fontes
Estas son las faldas septentrionales del monte Picho de Fontes, un trazado que ha sido actualizado recientemente para que no os pase lo que a nosotros, que la liamos parda.
Mientras la senda mantenga un cierto dibujo aunque sea atestada de vegetación no hay problema, es relativamente fácil de seguir. Pero cuando esta se interrumpe por una desordenada fronda, la cosa cambia.
Entre la espesura buscamos con tiento zonas que aparenten estar más pisadas que otras aunque llega un momento que nos damos de bruces con la realidad: por aquí no ha pasado un alma en mucho tiempo.
Gatiande
Cuarenta o 50 zarzas después damos con un maizal – que nos perdonen los propietarios de esta finca, pero no tuvimos más escapatoria que esta.
Un enrevesado episodio en el que aparecemos en el lugar de Gatiande, donde los animales domésticos nos echan merecidamente la bronca.
Cruceiro de Gatiande
Bueno, alguno de ellos se muestra más comprensible y nos recibe con cariño para apaciguar estos momentos de estrés, aunque quizá quiera llamar nuestra atención para que no nos saltemos el Cruceiro que se alza en su casa.
La obra de tipo de cruz destaca por su pedestal con peto de ánimas y un capitel decorado con caras de ángeles.
Iglesia de Santa Baía de Castro
Parece que al perrillo no le importa hacer de guía local, el próximo hito monumental que encontramos metros más abajo bien lo merece: la Iglesia de Santa Baía de Castro.
El templo construido entre finales del siglo XVII y principios del XVIII destaca por la factura barroca de su arquitectura, sobre todo por su decorada fachada principal, donde resaltan los estípites, esas pilastras piramidales invertidas que flanquean distintas imágenes religiosas.
Sobre la entrada se coloca la imagen de Santa Eulalia de Mérida, la patrona del templo, y debajo de ella se advierte una borrosa inscripción con la fecha 1736, año en el que finalizaron las obras de construcción.
En el muro norte, flanco que mira al camposanto de este recinto, se adosa por un lado una robusta torre campanario que se corona con una cúpula rodeada por una balaustrada. Por otro lado, también se añadió la sacristía junto al ábside dándole a la planta de la iglesia el aspecto de L.
Frente al muro sur, en cambio, se alza un cruceiro de tipo de Crucifijo con un elaborado capitel de estilo corintio y detalladas figuras de Cristo y la Virgen ocupando las caras de la Cruz.
Interior del templo
Accediendo al interior del templo observamos un edificio de una sola nave de planta rectangular con bóveda de madera. El estilo del arco triunfal que da paso a la Capilla Mayor entre los estilos del medio punto y el carpanel.
Tal vez esa deformación sea fruto del paso del tiempo, el mismo que ha sufrido el retablo mayor en cuanto desgaste de su policromía. Rica es su decoración barroca en columnas salomónicas y hornacinas que albergan imágenes tales como San Pablo, San Jerónimo, San Juan Bautista o San Pedro.
Como motivo central, Santa Eulalia.
En sendos lados del arco triunfal se colocan retablos neoclásicos del siglo XIX, uno de ellos con la imagen de la Virgen Dolorosa.
Incrustados en los muros también podemos ver de un lado el altar de la Santísima Trinidad y de otro lado, el dedicado al Santo Cristo.
Damos un vistazo a otros elementos de interés de la nave para luego pasar a la Sacristía.
Aquí observamos que todavía se conserva el armazón de madera original de la techumbre de este cuerpo de la iglesia; al menos en una de sus vigas se puede leer el 1765, año en el que se llevaron a cabo estas obras.
Fuente de Santa Baía
La salida de este complejo y por tanto, del lugar de Gatiande, nos lleva al Rego de Rodís, donde se encuentra la Fuente de Santa Baía. Las obras de la carretera que pasa por aquí sepultaron este antiguo manantial que ya se usaba a inicios del siglo XIX.
Posteriormente, en 1993, los feligreses y el cura del momento descubrieron de nuevo la fuente, consiguiendo además su restauración por parte del Concello y la colaboración parroquial en el año 1996.
Castro
Pasamos al otro margen del Rego de Rodís e iniciamos un ascenso por el lugar de Castro, una agradable aldea rural del Concello de Coristanco, dentro de la Comarca de Bergantiños.
El ascenso permite ganar panorámicas hacia los valles que conforman la cuenca hidrográfica del Río Anllóns, con vistas que alcanzan hasta el mismísimo Monte Neme que ya conocimos en la etapa de Caión – Buño.
Abandonamos Castro por la carretera AC-421 que recorremos por su arcén unos cientos de metros para después incorporarnos a una pista de monte. Este tramo nos permitirá evitar el asfalto y disfrutar de un frondoso sendero por las vertientes orientales del Alto de Torreiro primero y el Cotón da Teixoeira segundo. Eso sí, cuesta arriba.
Una vez que la red de carreteras nos asalta la vista, iniciamos el descenso por el Valle del Río Calvar.
O Outeiro
Nos incorporamos a un carril secundario para cruzar la Autopista AG-55 por un paso inferior y entramos en el lugar de O Outeiro, donde somos recibidos por otra jauría de perros.
Tras dejar atrás este desafío canino progresamos por las calles de la aldea para luego cruzar con precaución la carretera AC-552. Alcanzado el otro lado, seguimos descendiendo hacia la depresión del Río Calvar, donde un pequeño arroyo tributario reclama su derecho al paso.
Parcelas de cereales, legumbres y hortalizas sacan provecho de las fértiles vegas de este río, y también lo hacen los verdes pastizales, que bien alimentan a esta dispar familia a la que hemos cogido casi en la hora de la siesta.
Bormoio
Estos terrenos que remontan la otra orilla del Río Calvar pertenecen ya al lugar de Bormoio, en la Parroquia de Agualada, a cuyo entramado principal de calles llegaremos una vez que realicemos un nuevo cruce por la AC-552.
Iglesia de San Lorenzo de Agualada
Aquí, las señales nos dirigen a la Iglesia de San Lorenzo, uno de los templos romeros de la Comarca de Bergantiños ya que cada 13 de junio se celebra una peregrinación para venerar a San Antonio de Padua.
Esta Iglesia que se construyó a inicios del siglo XX, viene a sustituir a otra del siglo XVII que estaba muy deteriorada y más alejada de este lugar.
Cruceiro da Agualada
A pocos metros de la fachada principal se emplaza el Cruceiro da Agualada, creado en el siglo XX, donde apreciamos un pedestal con caras que albergan diferentes motivos litúrgicos.
Querubines y nubes adornan el capitel y la cruz exhibe en una de sus caras la escena del descendimiento donde aparece quizás, la figura de San Francisco. Por la otra cara, en cambio, se muestran las figuras de la Virgen, María Magdalena y María de Cleofás.
Fuente de San Antonio de Padua
Y a varios metros después del Cruceiro se construyó en 1980 una fuente homenaje a San Antonio de Padua, el Monje Franciscano al que se le apareció el Niño Jesús cuando rezaba a solas en una habitación, de ahí que a este Santo se le suele representar junto a esta divinidad.
Ascenso por los Montes de Caamaña
Abandonamos esta localidad por la Rúa Marco, calle que terminará enlazando a un camino campestre que asciende por los dominios orientales de los Montes de Caamaña.
En principio el trazado se muestra más frondoso y agreste discurriendo entre helechos, pinos, robles y eucaliptos, pero no tardará mucho tiempo en enlazar con una cómoda pista forestal de tierra y zahorra.
Por aquí nos iremos acercando a los aerogeneradores del parque eólico de Fontesilva, unos imponentes mecanismos de obtención de energía que acaparan nuestra atención a medida que avanzamos.
Pero el protagonismo de estos molinos eléctricos pasará a un segundo plano en cuanto la ganancia de altura nos brinda un magnífico balcón a buena parte de la Comarca de Bergantiños.
Al noreste se divisa la cuenca del Anllóns a su paso entre las poblaciones repartidas por los concellos de Carballo y Coristanco. Más próximas a nosotros a oriente, los lugares de Nogueira y A Rabaleira pertenecientes al último municipio.
Parque Eólico de Fontesilva
En el entorno conocido como Carballo da Armada vamos a dar por finalizado este intervalo de ascenso que nos dejará a más de 400 metros sobre el nivel del mar.
Justo aquí se levantan estos mamotretos de potencia empeñados en romper los horizontes naturales de los paisajes. Estar cerca de ellos impacta, pero más impacta en las numerosas aves y murciélagos que mueren cada año por culpa del vaivén de las palas.
Podrá ser un método de producir energía libre de carbono pero desgraciadamente muchos animales no pueden beneficiarse del aire limpio gracias al uso de esta tecnología.
Afortunadamente, ya se está trabajando en aerogeneradores inteligentes que permitan anticipar colisiones de aves para adaptar las velocidades de las palas.
Si de momento no podemos mejorar la vistosidad de los paisajes, al menos intentemos que se haga el menor daño a la fauna.
Con todo, nuestro viaje continúa, inmersos en el agradable escenario de cereales, pastos y eucaliptos.
Entrando en Terras do Xallas
Una campiña que vamos recorriendo en descenso a medida que decimos adiós a la Comarca de Bergantiños y nos adentramos en las Tierras del Río Xallas.
Pronto daremos con uno de los caudales que bañan esta extensa cuenca hidrográfica, el Rego de Boaña, un curso de aguas mansas que a escasos metros al sur desembocará en el Rego de Esternande.
Este último río será el que domine el tramo de valle en el que nos movemos ahora, donde atravesamos las entidades de población de Boaña de Abaixo y Escanande hasta llegar a Castriz.
Castriz
En Castriz nos aferramos a su arteria principal DP- 2904, vía que nos brinda la oportunidad de ver circular dos ríos: por un lado el Río de Mira, afluente del Xallas, que termina por incorporar las aguas del Rego de Esternande.
Y por otro lado, el propio Río Xallas, el protagonista de esta comarca. Un singular curso de agua que recorre 64 kilómetros desde los Montes do Castelo hasta su desembocadura al Atlántico por medio de la espectacular Cascada de Ézaro.
O Hospital
Nuestros pasos irán remontando el valle de este dirigiéndonos primero al sureste por el lugar de O Hospital. Vaya día de perros que llevamos.
A la salida de esta urbe nos incorporamos a una pista secundaria que va flanqueando la depresión del Xallas al tiempo que nos brinda unas generosas estampas rurales.
La alta pluviosidad de la vertiente Atlántica gallega favorece la producción de tierras fértiles, estas de aquí destinadas mayoritariamente a la industria ganadera por medio de pastos y cultivos de cereal.
Para nosotros también suponen encantadores alicientes pictóricos que endulzan las retinas y los objetivos de nuestras cámaras.
Xallas
Al poco, llegamos al lugar de Xallas, donde se alza el hito monumental de la Iglesia de San Pedro de Xallas de Castriz.
Iglesia de San Pedro de Xallas de Castriz
El templo fue levantado en el siglo XVIII en estilo barroco. Construido a base de sillares de granito donde su esquema pentagonal de construcción lo rompe la espadaña, esta última con un cuerpo a base de molduras de pilastras entre las que se abren los vanos de medio punto que albergan las campanas.
La iglesia consta de una sola nave aunque exteriormente se observa la menor anchura de su Capilla Mayor. En el muro occidental sobresale una especie de mocheta con inscripciones que no llegamos a leer bien.
Por su parte, en el muro norte de esta capilla se adosa el cuerpo de la Sacristía, de menor altura que el conjunto del edificio.
Interior de la Iglesia
Agradecemos la predisposición de Juan el Sacristán para abrirnos este monumento religioso para contemplar cómo la cubierta de la nave se resuelve mediante una bóveda de cañón reforzada con arcos fajones.
Hay una inscripción en la que se cita el año 1854, momento en el que se llevó a cabo la obra de esta bóveda, seguramente fruto de una reforma.
En otro orden de cosas, la Capilla Mayor exhibe un retablo neoclásico policromado en dorado donde resalta la figura de San Pedro vestido con ornamentos pontificios y donde no pueden faltar las llaves del Reino de los Cielos.
A los lados del arco triunfal se exponen otros retablos de factura neoclásica y barroca, uno dedicado a San José con el Niño Jesús, el otro protagonizado por la Virgen Milagrosa.
Otras tallas y bienes de interés no pasan desapercibidos en el interior del templo.
Cruceiro de Xallas de Castriz
Justo a la salida del complejo contemplamos el Cruceiro de Xallas de Castriz, donde resaltamos en un primer momento con caras exhibiendo diversas figuras como Santiago Peregrino, San Pedro o lo que parece una Virgen orando.
Por su parte, en el crucifijo destacamos sobre todo la talla correspondiente a la Piedad.
Traba
Se nos hace tarde y para poder almorzar algo damos un salto rápido por los campos de Frieiro para llegar a Traba, donde hay un bar en el que recuperamos fuerzas permitiéndonos afrontar la marcha de la tarde con mejor ánimo.
Dejamos Traba por la AC-400 para 400 metros después incorporarnos a un camino que acomete los perfiles del monte Agro do Carballal.
Por aquí recorreremos una campiña de placentero tránsito que nos irá acercando a las entidades de población de la Parroquia de Vilamaior.
Algunos habitantes de las fincas colindantes nos reciben con timidez aunque con paciencia nos vamos ganando su confianza.
Vilamaior
Un saludo fugaz que dará paso a las calles de Vilamaior.
Cruceiro de Vilamaior
Este lugar alberga inconfundibles elementos artísticos de naturaleza religiosa, como un Cruceiro, este más moderno, que graba en la moldura del pedestal los posibles patrocinadores de la obra.
El fuste de base cuadrangular progresa hacia arriba biselando sus aristas.
Finalmente, las imágenes de la Virgen Orante y el Cristo Crucificado ocupan las caras de una Cruz de estilo potenzado.
Iglesia de Santa María de Vilamaior
Ascendiendo unos pasos más por la calle damos con el siguiente monumento, la Iglesia de Santa María de Vilamaior.
Este edificio se construyó en siglo XVIII en estilo barroco. Una inscripción junto a la hornacina en la que se encuentra la patrona reza que las limosnas ayudaron a su levantamiento, siendo cura Don Gregorio González Lebozán.
En los años 50 del siglo XX se hicieron algunas reformas, como la inclusión de la esbelta torre campanario de estilo ecléctico o la ampliación del templo en unos 7 metros.
Pasando al interior encontramos un templo de una sola nave con cubierta de bóveda de cañón. Su Capilla Mayor es de menor anchura y exhibe un dorado retablo neoclásico en cuyo cuerpo central reside la patrona de la Iglesia.
Otros retablos que podemos encontrar aquí son los protagonizados por la Virgen del Rosario o San Roque.
Por último, no dejamos pasar ciertos elementos pintorescos del mobiliario, otras tallas de interés, o el coro que se alza a los pies del edificio.
Fuente de Nuestra Señora de Vilamaior
No muy lejos, al norte del templo, se emplaza la Fuente barroca de Nuestra Señora de Vilamaior, a cuyas aguas se atribuyen propiedades milagrosas, sobre todo relacionadas con las enfermedades de la piel. Fijaos en los pañuelos que dejan los numerosos devotos.
Las fiestas en honor a la Patrona se celebran cada 15 de agosto.
Abandonamos Vilamaior un poco apretados de tiempo. Hablamos con Manuel Amigo, Presidente de la Asociación Costavales, porque cae la tarde y nos gustaría ser testigos de otra de las huellas que confirman que este recorrido fue una antigua ruta de peregrinación hacia Santiago de Compostela.
Carboeiro
Antiguo Hospital de Peregrinos de Carboeiro
Concretamente se ubica en el lugar de Carboeiro, en la propiedad a orillas del camino de esta familia a la que agradecemos la acogida y que comparta con nosotros su cotidianidad . En esta casa, hoy reformada, existió antaño el Hospital de Peregrinos de Carboeiro, y la prueba irrefutable es el altorelieve que todavía se conserva.
Esta pieza fue mandada a tallar por el fundador del Hospital, un tal Guardado, Canónigo de la Catedral de Santiago de Compostela. Es posible que sea el cartel de hospedaje más antiguo de todos los Caminos de Santiago que se conserva, puede que del año 1591.
Las imágenes que representan son, por un lado, una alegoría al trabajo ilustrada por un labrador y por otro lado, la talla de una Virgen rodeada por la inscripción que ratifica este complejo como lugar de acogida de peregrinos.
En el sello de la credencial lo podréis ver mejor. ¡Casi nada!
Dirigiéndonos a la comarca del Val do Dubra
Nos despedimos abrumados de este lugar histórico y reanudamos la marcha con premura para afrontar los últimos kilómetros de etapa.
Las señales nos llevan en ascenso por los perfiles del Monte de Portochán y del Cotón de Brea, hasta alcanzar la máxima elevación de la jornada, unos 480 metros sobre el nivel del mar.
Luego, tras cruzar una pista de asfalto, vivimos un firme algo más engorroso de vegetación pero no tardará mucho en airearse y devolvernos a la zahorra.
Un pequeño ascenso más nos dirige por los campos de Pedra Pasadoira y Pedras Negras, inmersos ya en la cuenca del Val do Dubra, otro precioso entorno cargado de pasos fluviales y fértiles valles donde el camino aprovecha el antiguo trazado de la Vía Romana XX, “per loca marítima”, para seguir su curso.
Portomedal
Ya en descenso, el final de una pasarela emboscada nos abre la bella campiña de Portomedal donde nos recibe con aprecio el paisano Manuel Turnes.
Él hace de cicerone del lugar e incluso nos acoge en familia unos instantes. Sin duda, un soplo de aire fresco a este final de etapa que además, se va endulzar todavía más, con la luz del atardecer apagando estos lindos parajes.
Aquí se siente paz y el silencio, solo interrumpido por la huella sonora de antiguos hitos etnográficos, el murmullo de riachuelos o balanceo del cereal con las caricias de la suave brisa.
Lástima que no podamos disfrutarlo más, la noche se nos echa encima, hoy vienen a recogernos y tenemos que terminar de concretar el lugar y hora de llegada.
A Cavada y Paramos
Portomedal y O Porto quedan atrás. Solo nos resta recorrer una larga recta hasta el lugar de A Cavada, atravesar el Rego de Agro Novo y finalmente, circular al cobijo de un lóbrego pasillo de robles que nos descubrirá a su conclusión el lugar de Paramos, el destino de hoy.
A partir de aquí, el tramo que resta hacia Santiago de Compostela será común para las todas las vertientes de la Vía Céltica, un viaje que todavía tiene mucho que ofrecernos.
Hasta la próxima!