
4 · PORT de POLLENÇA – SÓLLER
Partimos de Port de Pollença dirigiéndonos al oeste, atravesando el Vall d´en Marc hasta incorporarnos al El Camí Vell de Lluc, el antiguo itinerario que unía Pollença con el Santuario de Lluc.
En las inmediaciones de la finca Can Herevet iniciamos un exigente y sinuoso ascenso entre encinas y firmes empedrados que podrán a prueba nuestra destreza y resistencia.
Tras surcar las faldas septentrionales del Puig Tomir descendemos hasta el hito monumental más destacado del día hoy, el Santuario de Lluc. Este complejo se ha convertido en un importante lugar de peregrinaciones para rendir culto a “La Moreneta”, es decir, la Virgen de Lluc.
Pero también es la excusa perfecta de visita para miles de senderistas y ciclistas que vienen a estos parajes a disfrutar del entorno.
Continuamos el recorrido por la carretera Ma-10 que nos brinda espectaculares localizaciones como el Monumento Natural Torrent de Pareis o los embalses de Gorg Blau y Cúber.
Un rally de coches modifica nuestro itinerario que nos dirige por una finca privada recorriendo la vertiente occidental de la Serra de Son Torrella, descendiendo el valle que dominan los torrentes de Racó y Fornalutx.
El imprevisto del Rally de coches nos retrasó demasiado como para afrontar el resto de etapa que debía acabar en Deià. Así que nuestras pedaladas terminaron en Sóller.
Tracks de Mallorca nos traslada en furgoneta a Deià donde no dudamos en realizar un pequeña visita.
Port de Pollença
Hola amig@s!
Nos encontramos Port de Pollença, abandonando su núcleo de viviendas por el extremo occidental de la localidad.
Muy pronto tomaremos la carretera Ma-2200 para continuar en esta dirección oeste dejando atrás una serie de rotondas. En una de ellas se exhibe una escultura del hidroavión de la empresa Canadair con la que se homenajea al Aeródromo Militar que se creó en 1937 en la urbe.

Continuamos progresando por el asfalto dejando la Serra de la Punta a nuestra derecha y aproximándonos a las inmediaciones septentrionales de Pollença.


Cruz de Na Cantona (Pollença)
En la siguiente rotonda tomamos una pista vecinal que nos sorprende con la Cruz de Na Cantona, del siglo XVI aunque recientemente restaurada. Bajo el crucero del siglo XIX se aprecia el tambor mostrando las imágenes de diferentes santos, como Sant Pere, Sant Jaume o Sant Jordi.
La ruta nos hace avanzar por la periferia hasta colocarnos posteriormente paralelos al curso de agua del Torrent de la Vall d´en Marc.
Puente Romano
Sobre su cauce no pasa desapercibido el llamado Puente Romano, aunque se duda de su pertenencia a esta antigua civilización, pues de esta esta estructura no se tiene conocimiento hasta el año 1403.
No obstante los romanos ya estaban en Mallorca en el año 123 a.C. con la conquista de la isla a manos de Quinto Cecilio Metelo, por lo que no es descartable que existiera algún que otro tipo de paso hoy desaparecido.


Las estribaciones orientales de la Serra de Tramuntana ya asoman como telón de fondo bajo un cielo plomizo que amenaza lluvia. Sin embargo, siempre hay detalles para dedicarle buena cara al mal tiempo.

A continuación, volveremos a cruzar el Torrent de la Vall d´en Marc, pero esta vez por una pasarela peatonal de Pas d´en Barqueta.

Esta ruta coincide con el sendero de gran recorrido GR-221 que en principio navega paralelo a la carretera Ma-10.

Rodando paralelos al Torrent de la Vall d´en Marc
Nosotros circularemos un tramo por asfalto pero sinceramente, es más bonito ir por el camino, aunque ello conlleve ciertas equivocaciones.
También encontraremos algunos metros incómodos, aunque nada que nos impida seguir disfrutando de esta maravilla de entorno natural.
El murmullo del agua nos acompaña un buen tramo al cobijo de la vegetación de ribera y de numerosos pinos y encinas.
El Camí Vell de Lluc
Muy pronto empezamos a advertir la presencia de carteles señalizando El Camí Vell de Lluc, lo que indica que estamos rodando también el viejo camino que unía Pollença con el Santuario de Lluc.
No abandonéis este sendero ni volváis a la carretera pues el recorrido no tardará en alejarse de ella.

Del firme de tierra pasamos al de cemento, y por aquí realizamos un nuevo cruce del torrent por un pequeño puente.
Esta pista va atravesando todo un entramado de fincas al resguardo de las elevaciones que las rodean.
Unos relieves que unos animales domésticos que nos observan no tendrán que afrontar, y qué alivio deben sentir porque a decir verdad, las cimas del Puig d´es Ca y Puig Tomir acongojan desde aquí abajo.

Y precisamente por las faldas septentrionales de esta última montaña tendremos que transitar para iniciar el primer ascenso de relevancia de la jornada, y que se inicia desde la finca Can Herevet.

No os dejéis engañar por las primeras rampas lisas de adoquines, porque el firme va a cambiar rápidamente a tierra y piedra, donde los más experimentados se desenvuelven con mayor destreza.

Nosotros intentamos copiarlo pero a nuestro ritmo. Hay tramos que se muestran más limpios que otros, lo que facilita el avance, pero este terreno sumado a pendientes comprendidas entre el 7 y 12 por ciento de inclinación lo hacen realmente exigente.
Tras casi 2,5 kms de recorrido una cancela de madera nos saca del frondoso encinar. Zigzaguearemos unos cientos de metros entre frutales, higueras y almendros, bien escoltados al sur por los afloramientos rocosos del Puig Tomir.
Font de Muntanya
Después el trazado vuelve a introducirnos en la espesura para continuar el periplo hasta la Font de Muntanya. Aquí realizamos una pausa para tomar aire y recuperar energías mientras contemplamos la caída de esta surgencia de agua.
Reanudamos la marcha para encarar los últimos intervalos de este ascenso, pero las paradas para retratar estos parajes nos lo ponen complicado para arrancar en fuertes pendientes, así que preferimos hacerlas a pie para no hacer sobreesfuerzos.
Camí de Sa Coma de Binifaldó
Tras completar la subida nos incorporamos al Camí de Sa Coma de Binifaldó. Por aquí nos vendrá bien un intervalo descendente que nos va abriendo nuevas elevaciones de la Tramuntana en el horizonte, como el Puig de Massanela, el Puig d´en Galileu o el Puig Major, superando este último los 1.400 metros de altitud.
Este descenso tiene un paréntesis en el momento de alcanzar la carretera Ma-10, que primero la cruzamos por debajo para luego ascender por el camino para incorporarnos a ella.
Tras casi un kilómetro de asfalto nos introducimos en otro camino descendente que irá directo al hito monumental más destacado del día hoy, el Santuario de Lluc.
Cuidado en este tramo con algunas curvas traicioneras, la pendiente y el firme deslizante de piedras las hacen un poco delicadas.
Luego la cosa mejora a la altura de una zona de picnic y un discreto campo de fútbol de tierra para conectar posteriormente con la carretera secundaria que nos llevará al Santuario.
Santuario de Lluc
Fue en el siglo XIII cuando un pastor encontró la imagen de una Virgen en las inmediaciones del Torrent de Lluc, que pasa por aquí cerca. En un par de ocasiones, el párroco de una localidad cercana intentó instalarla en el oratorio pero la imagen desaparecía y volvía a aparecer en el lugar en el que fue encontrada.
Esa fue entonces la ubicación elegida para levantar una capilla en honor a la Virgen. Hoy en día el antiguo templo es un complejo formado por distintas instalaciones, como los Porxets del siglo XVI, lugar por donde entramos a la Plaza de los Peregrinos.

En estas dependencias porticadas encontraban cobijo tanto los peregrinos que venían a rendir culto a la Virgen como sus bestias de transporte y carga.
En la plaza y también del siglo XVI encontramos una fuente renacentista con una pileta de forma estrellada.
A pocos metros se sitúa el mojón de inicio del Camino de Santiago desde el Santuario de Lluc, que dista de la ciudad Xacobea unos 1.360 kilómetros. Ahí es nada.
Y no muy alejado de este hito se alza la Cruz gótica de Ca s’Amitger, datada en el año 1400 y con representaciones de la Anunciación y el Tránsito de la Virgen en el medallón.
Desde el descubrimiento de la Virgen de Lluc, el Santuario y su arquitectura han ido transformándose con los siglos tras la creciente evolución de las peregrinaciones.
Accediendo por la Hospedería pasamos al patio donde se emplaza el Jardín de Magnolia. Este recogido espacio alberga la escultura de Joaquim Rosselló, sacerdote que fundó en 1890 la orden los Misioneros de los Sagrados Corazones, congregación que regenta hoy el Santuario.
Otra escultura, esta vez la Pere Joan Campins Barceló, ocupa el espacio central del Patio del Bisbe Campins. Este personaje fue Obispo de Mallorca y protector del santuario impidiendo, por ejemplo, la desamortización de estas propiedades.
Basílica de la Mare de Déu de Lluc
La figura mira a la Basílica, cuyos orígenes son del siglo XIII aunque la estructura actual es un edificio renacentista del siglo XVII. La decoración barroca de la fachada principal se finalizó en el siglo XX bajo la tutela del propio Antonio Gaudí, según algunas fuentes.
Barroco también es el interior dorado de su nave de cruz latina, con un retablo mayor albergando el Camarín que custodia “La Moreneta”, es decir, la imagen de piel oscura de la Virgen de Lluc creada entre lo siglos XIII y XIV.
Espectacular también es la cúpula del crucero con los grandes caracteres enmarcados en óculos en los que puede leerse AVE MARÍA.
Mallorca, paraíso ciclista
No hay duda que Lluc es un lugar de peregrinación por excelencia, pero oteando el ambiente observamos que también sirve de excusa perfecta para miles de senderistas y ciclistas que vienen a estos parajes a disfrutar del entorno.
Las pistas de asfalto de la Tramuntana son un paraíso para todo tipo de ciclista pues hay un tándem perfecto entre ejercicio físico y balcones naturales espectaculares. Además, el tráfico de vehículos a motor parece estar más o menos concienciado de la presencia de ciclistas por lo que suelen ser bastante respetuosos.
Monumento Natural Torrent de Pareis
Por la Ma-10, carretera que tomamos en ascenso tras dejar el Santuario de Lluc comenzamos a presenciar panorámicas a las Serra de Ses Farines y al impresionante desfiladero en el que confluyen los torrentes de Pareis, del Gorg Blau y de Lluc.

Un abrupto cañón con paredes verticales de hasta 200 metros y cargado de historias y leyendas. Lo contemplaremos mejor desde el Mirador de s’Entreforc.

A la derecha las atalayas del Puig Roig y el risco Roca Roja de la Serra de Ses Farines. A la izquierda, el desfiladero, una impactante fractura hecha en la orografía cárstica que más de un aventurero se atreve a recorrer por el cauce del río cuando las condiciones de poca agua son óptimas.
Este entorno fue declarado Monumento Natural en el año 2003.
La carretera Ma-10 avanza hacia las Serras de s´Almàngara y de sa Mola las cuales presumen de singulares cotas.

Acueducto de Tourixant
Entre ellas circularemos para disfrutar del embalse de Gorg Blau, aunque primero debemos pasar bajo la estructura del antiguo Acueducto de Turixant el cual transportaba agua de este pantano, y segundo, tenemos que atravesar un túnel de 250 metros de longitud tras superar un repecho.
Embalses de Gorg Blau y Cúber
El Embalse de Gorg Blau recibe el mismo nombre del torrente del que le llega el mayor aporte de agua. Es uno de los dos pantanos que posee la Isla de Mallorca y que se crearon a principios de los años 70 del pasado siglo.

El segundo embalse, el de Cúber, lo encontraremos un par de kilómetros después continuando por la Ma-10. Desde el mirador homónimo podemos apreciar la masa de agua que en su flanco sur es custodiada por el cerro que también lleva su nombre.

A sus pies vemos la presa que controla el paso del agua por el curso del Torrent d´Aumadrá. Cúber y Gorg Blau fueron embalses creados inicialmente para crear energía hidroeléctrica, pero el crecimiento del turismo aumentó el consumo de agua lo que dio más prioridad a las labores de abastecimiento.
Con suerte, somos testigos de varios ejemplares de cabras salvajes mallorquinas deambulando por la zona.
Quizá estos animales lo tengan más complicado para recorrer las bases militares de Son Torrella y de Puig Major, que divisamos tras el embalse, pues es difícil que les den autorización.
Mirador de la Ma-10
A continuación, atravesamos los 380 metros del Túnel de Monnaber para dar con el Mirador de la Ma-10.

Bonito escaparate a la mole rocosa de la Penya de Migdia, de Penya de Migdia de altura, y al valle por el que descienden los Torrent des Racó y Fornalutx hasta nuestro siguiente objetivo, la localidad de Sóller.

Un imprevisto nos retrasa en la etapa
Una carrera de Rally nos impide continuar por el camino programado.
Tracks de Mallorca nos ofreció una alternativa para solucionar este imprevisto. Teníamos que atravesar una propiedad privada, con el beneplácito de sus dueños por supuesto, aunque ello implicaba salvar un cercado de piedra y valla metálica algo complicado.
Tras superar el cercado nos aproximamos a unos de bancales de olivos. Aquí no nos atrevemos a rodar debido a la fuerte pendiente y al firme pedregoso del trazado. Así que no nos importa caminar unos cientos de metros.
Después toparemos con otra puerta, esta sí accesible, por la que nos incorporamos por fin a una pista de asfalto para disfrutar de un descenso sin preocuparnos por las piedras.
Fornalutx
Desde lo alto del mirador de la Ma-10 venimos descendiendo por la ladera oeste de la Serra de Son Torrella, ofreciéndonos buenas panorámicas al valle y a la localidad que da nombre al Municipio en el que nos encontramos, Fornalutx.

La urbe se encuentra a los pies del Puig de Sa Basa y a buen seguro tiene grandes atractivos turísticos, al menos podemos otear sus casas de piedra y una torre defensiva torre del siglo XVII.
Beniaraix
Casas de piedra también encontramos en Beniaraix, urbe a la que no tardamos en llegar. Su río homónimo desciende de la escarpada Serra de Son Torrella, entre los picos Cornador Gran, Puig de Lofra y Puig des Verger, aunque hoy no parece traer mucho caudal.
A continuación, seguiremos progresando por el Camí de Beniaraix hasta que poco a poco nos vamos introduciendo en las calles de Sóller.
Sóller
Llegados a su Plaza de la Constitución nos sorprende la Iglesia de Sant Bartumeu, un templo que ha sufrido numerosas etapas constructivas cuyo aspecto actual nada tiene que ver con su origen románico-gótico del siglo XIII.
Un discípulo de Gaudí, Joan Rubió Bellver, finalizó en 1912 la fachada actual, el mismo autor que construyó el Banco de Sóller que es el edificio contiguo a la Iglesia. De esta forma el conjunto no desentonaba en estilos.
Deià
En Sóller finalizan nuestras pedaladas de hoy. El imprevisto del Rally de coches nos retrasó demasiado como para afrontar el resto de etapa que llegaba a la pintoresca y turística localidad de Deià.

La organización de Tracks de Mallorca nos acercará en furgoneta a esta urbe cuya Iglesia de Sant Joan Baptista ya nos saluda desde la alto de un cerro. Un cerro que se queda muy por debajo de los altos farallones rocosos de la Serra de Tramuntana que jalonan el pueblo por el sur.
La distribución escalonada de las viviendas por las laderas y las calles estrechas impiden el flujo de tráfico de coches, por lo que en los últimos metros de nuestra llegada al hotel recuperaremos las bicicletas.
Después, Deiá bien merece una visita bien para perderse entre sus encantadoras calles de arquitectura popular de montaña, bien para degustar una rica gastronomía entre la selecta oferta de restaurantes.
Nosotros desde luego no nos cortamos ni un pelo, la primera etapa por la Tramuntana había que celebrarla con honores.
Hasta la próxima!

