Catedral de Santa María de Murcia
CAMINO DE LA CRUZ DE CARAVACA

1 ORIHUELA – MOLINA de SEGURA

ORIHUELA – MOLINA de SEGURA (58 Kms)
Iniciamos esta aventura hacia la Ciudad Santa de Caravaca de la Cruz recorriendo la singular Huerta de Murcia cuyos orígenes se remontan a la época de dominación árabe de la Península Ibérica, donde el legado de riego de acequias y azarbes todavía perdura.

El Río Segura nos dirige durante toda esta primera etapa por su entorno natural y por las poblaciones que flanquea o atraviesa, como Murcia, donde no dudaremos en conocer parte de su patrimonio monumental.


 
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Orihuela

Hola amig@s!
Nos encontramos en Orihuela, Alicante, frente a su Iglesia Catedral del Salvador y Santa María, lugar en el que tenemos que hacernos con la Credencial de la travesía que estamos a punto de iniciar: el Camino de la Cruz de Caravaca.

Iglesia Catedral del Salvador y Santa María

Nos situamos en su muro occidental, en la denominada Puerta de las Cadenas, la más antigua de este edificio construido entre finales del siglo XIII y el siglo XIV sobre otros de orígenes visigodos e hispano-árabes. Destaca su arco polilobulado y arquivoltas apuntadas que descansan en columnas con capiteles de diversos motivos decorados.
 

 
En la puerta sur, del siglo XV y conocida como de Loreto, resaltan las figuras de ángeles corales y músicos entre las arquivoltas donde unas tallas han sufrido más que otras el desgaste de las inclemencias del tiempo.
 
 
Y al norte, la Puerta de la Anunciación, del siglo XVI y de estilo renacentista a modo de arco del triunfo romano.
 
 
Al claustro se puede acceder desde la propia calle. Su construcción gótica del año 1377 pertenece a un antiguo convento, aunque posteriormente se restauró al renacimiento en el 1560 con arcos carpaneles y nuevas columnas y se trasladó aquí a mediados del siglo XX. En el centro del patio se ubica una Cruz gótica, que en realidad es una copia de otra que se encuentra en el Museo Arqueológico de Dénia.
 
 
Destaca su edículo con 8 figuras que no logramos identificar colocadas en sus respectivas hornacinas.

Desde el claustro podemos acceder también al interior de la catedral, que aún siendo un edificio gótico, no posee la luminosidad que caracteriza a este estilo.

El templo es de planta rectangular con tres naves a la misma altura. Salvo la Capilla Mayor que se tiene bóveda estrellada, el resto se soluciona con bóvedas de crucería.
 

 
Aquí hay obras de gran valor, como las rejerías. La que cierra el Altar Mayor es renacentista y muestra escenas de Adán y Eva y de La Anunciación. La reja que cierra el coro también es renacentista y está hecha por artistas franceses.
 
 
El coro de 45 asientos se realizó en 1716 y es obra del autor Juan Bautista Borja.
 
 
Capillas del Cristo de la Agonía
Capilla del Cristo de la Agonía
 
Entre las capillas más destacadas tenemos la dedicada a la Nuestra Señora del Rosario. Es barroca, de 1633 y la preside una talla de la Virgen del Rosario del siglo XVIII.

La capilla de Nuestro Padre Jesús el Nazareno es gótica y llama la atención el cabello de la talla, que le confiere algo más de realismo.

Otras capillas de interés son la Capilla del Cristo de la Agonía, la de Santa Catalina con su retablo gótico dedicado a la Santa y su martirio, o la Capilla de la Comunión o Eucaristía, la más grande de la Catedral creada en el siglo XVIII en estilo neoclásico.

Si tenéis interés hay un Museo Sacro en la antigua sacristía con otras piezas de gran valor aunque nosotros por falta de tiempo nos dirigimos a la nueva, donde nos facilitan y preparan la credencial de nuestra peregrinación.
 

Credenciales
Credenciales
 
Pues nada, a calzarnos las bicicletas para empezar la travesía, aunque merece la pena echar un ojo a varios templos antes de abandonar Orihuela.

Iglesia de las Santas Justa y Rufina

El primero de ellos es la Iglesia de las Santas Justa y Rufina, donde su torre gótica custodiada por gárgolas y pináculos es junto al Miquelet de la Catedral de Valencia, única de este tipo en la Comunidad Valenciana.
 

 
Al fondo, la Sierra de Orihuela coronada por la Cruz de la Muela en recuerdo del Santo y predicador Vicente Ferrer.

Iglesia de Santiago

La Iglesia de las Santas Justa y Rufina está declarada Bien de Interés Cultural, al igual que este otra dedicada al Apóstol Santiago, construida en el siglo XV.
 

 
De este templo nos llamó la atención la gran talla del apóstol colocada en el parteluz de la portada de estilo Gótico Isabelino. La escultura se reconstruyó en 1941 tras sufrir los embates de la Guerra Civil Española.

Próxima a la talla hay un figura de búho que dicen recibe cada año el último rayo de luz de la primavera.

La iglesia posee otra portada, esta de factura barroca del siglo XVIII.

Al encontrarnos el edificio cerrado vamos presto a comenzar la travesía, dejándonos llevar por la señalética de este camino de peregrinación hasta la salida de la localidad.

Un panel informativo nos anuncia que vamos a frecuentar el Camino de Levante, donde afrontaremos un primer tramo de 24 kilómetros hasta la ciudad de Murcia.
 

Panel Informativo
Panel Informativo
 
La longitud total de esta travesía abarca cerca de 118 kilómetros y como nuestra intención es disfrutarla sin prisas la hemos dividido en tres etapas.
 
Mojones y señalética del camino
Mojones y señalética del camino
 

La Cruz de Caravaca

Pero ¿qué es el Camino de Caravaca? Para quien no lo sepa, Caravaca de la Cruz es una Ciudad Santa reconocida por el Papa Juan Pablo II y que permite el Jubileo o la Indulgencia Plenaria en ocasiones especiales.

Santiago de Compostela, Roma, Jerusalén o Santo Toribio de Liébana también se encuentran a estos niveles y son muchos los viajeros que antaño realizaban la peregrinación a estas localizaciones para conseguir la ansiada indulgencia.

Además, la Cruz de Caravaca posee un trozo del Lignum Crucis, es decir, parte de la madera de la cruz con la que se crucificó a Jesucristo, es por ello que muchos devotos también peregrinan para venerarla.
 

Carril bici y peatonal
Carril bici y peatonal
 
Hoy día no solo es el motivo religioso el que impulsa a miles de peregrinos a realizar estas travesías; disfrutar del patrimonio cultural, natural y gastronomía del entorno o la búsqueda de crecimiento personal también son alicientes más que suficientes para emprender esta aventura.
 
Huerta de Murcia
Huerta de Murcia
 
Dejando atrás Orihuela y su sierra
Dejando atrás Orihuela y su sierra
 

Postrasvase Tajo-Segura

Una aventura que ya empieza a sorprendernos con la obra de ingeniería del Postrasvase Tajo-Segura. Un sifón de grandes tuberías de unos 5 kilómetros de longitud que proporciona recursos hídricos a las zonas productivas de la Vega Baja del Segura y el campo de Cartagena.
 

Postrasvase Tajo-Segura
Postrasvase Tajo-Segura
 
Una obra necesaria que pese a su aparatosa presencia, no parece incomodar a la fauna aviar que frecuenta estos parajes.
 
Cormoranes a la vista
Cormoranes a la vista
 
Cormoranes, garzas, patos, perdices o cernícalos, entre otras especies enriquecen este corredor verde cuya infraestructura ha conseguido rehabilitar el paso del Río Segura y su calidad ambiental.

Además sirve de vehículo para que seamos testigos de primera mano de un paisaje dominado por la conocida Huerta de Murcia, donde será común atisbar los azarbes o acequias para el riego que en ocasiones salvaremos por pasos elevados.
 

Campiña de Murcia
Campiña de Murcia
 
En estos primeros kilómetros hemos flanqueado pequeñas poblaciones como Molino de la Ciudad, Desamparados o Camino de Enmédio y poco a poco también vamos dejando atrás la muralla norte que conforma la Sierra de Orihuela, cuyas pardas y canelas paredes contrastan con las fértiles huertas.
 
Huerta de Murcia
Huerta de Murcia
 

Las norias de las acequias

Siguiendo el camino encontramos el Meandro de las Norias, que dispone de dos antiguas norias en su curso, la de la Moquita del siglo XIV y la de Pando del XVIII. Hay que desviarse para verlas aunque nosotros no podremos hacerlo, pero os dejamos varias imágenes de cortesía de José A. Ruiz y MeteOrihuela para que tengáis una referencia visual de ellas.
 

 

Beniel

Muy pronto vamos a encontrarnos el panel que nos comunica que pasamos de la Comunidad Valencia a la Región de Murcia, donde la localidad de Beniel hace de anfitriona.

La urbe fue fundada por los musulmanes entre los siglos IX y X formando parte de la Cora de Tudmir, que era una organización territorial del dominio andalusí.
 

 
La imagen de los Mojones del Reino vuelve a ser cortesía de José A. Ruiz y MeteOrihuela
 

Los Mojones del Reino

Tras la reconquista española del territorio se colocaron en el año 1304 dos mojones a modo de pináculos para delimitar la frontera entre las coronas de Castilla y Aragón. Son los Mojones del Reino que todavía se mantienen en pie aunque para disfrutarlos también hay que desviarse del trazado.

Nosotros proseguimos atendiendo a la señalética y teniendo precaución a la hora de salvar las intersecciones con presencia de tráfico.

El carril al igual que el río, surca el extrarradio de Beniel sacándonos de sus inmediaciones para ir acercándonos a El Raal otra pedanía muy ligada a la ocupación musulmana de la península y a los orígenes de la Huerta de Murcia.
 

Siguiendo el curso del Segura
Siguiendo el curso del Segura
 
Aquí también tendremos que prestar atención a los pasos comprometidos para volver a conectar con la ruta.
 

Orígenes de la Huerta de Murcia

Son muchos los historiadores que atribuyen los comienzos de la Huerta de Murcia a los asentamientos de árabes y bereberes en la época de la Cora de Tudmir, con la creación de alquerías y sistemas de riego para las tierras por medio de acequias y azarbes.

La rica agricultura regional permitió entre finales del siglo XIX y mediados del siglo XX el desarrollo de la industria conservera vegetal, de la que hoy quedan estas huellas en forma de altas chimeneas.

Varios los templos salpican el trazado, como la Ermita de San Isidro. Una pequeña estancia construida en 1957 aunque reconstruida en 1995 por los vecinos del Raal que hace las veces de lugar de culto ante la lejanía de las grandes iglesias consiguiendo con ello llevar la fe a la Huerta.
 

Ermita de San Isidro
Ermita de San Isidro
 
Es indudable que fauna, río y huerta han conseguido coexistir durante el transcurso de los años logrando un equilibrio, a pesar de algunas infraestructuras creadas por la mano del hombre.

Hay una curiosa simbiosis en la que humanos y naturaleza consiguen sacarse provecho mutuamente.
 

Estampas de la Huerta de Murcia
Estampas de la Huerta de Murcia
 
La siguiente población a la que nos acercaremos será Alquerías, que conserva su antiguo nombre musulmán, que significa conjunto de casas, caserío o casa de labor.

A las afueras, pegada al corredor verde que transitamos se emplaza la Ermita Vieja de Santa Cruz, una de las más antiguas de Murcia, construida en el siglo XVI sobre las ruinas de una mezquita anterior. Es de estilo popular-barroco aunque la espadaña es más moderna.
 

Ermita Vieja de Santa Cruz
Ermita Vieja de Santa Cruz
 
Sufrió los embates de la Guerra Civil Española donde se utilizó durante un período de tiempo como almacén de abono.

Reanudamos la marcha por este entramado de fincas de producción agrícola, hortalizas y árboles frutales con horizontes que unas veces encuentran al norte las paredes de la Sierra de Orihuela, y otras las de la Sierra de la Cresta del Gallo al Sur.

Al poco en el lugar conocido como el Rincón de San Antón, se emplaza una Ermita de mediados del siglo XIX dedicada a este Santo y donde destaca su bonita torre campanario.
 

Ermita de San Antón
Ermita de San Antón
 
Sin prisas y con las pausas necesarias nos vamos acercando a la localidad de Murcia. Prueba de ello son estas instalaciones pertenecientes a la Estación Depuradora de aguas de la zona Este de la ciudad.

No obstante rápidamente, en cuanto puede, la huerta murciana acapara de nuevo el protagonismo aunque poco a poco irá dejando paso a las infraestructuras del entramado urbano de la ciudad.
 

Murcia

Un estupendo carril bici nos irá introduciendo en la localidad, siempre paralelos al Río Segura, que la atraviesa de este a oeste.

Catedral de Santa María

Vamos por el fantástico paseo de la Avenida Intendente Jorge Palacios disfrutando de la actividad reinante y escudriñando entre los tejados la torre de nuestro próximo objetivo: la Catedral de Santa María.
 

 
Este edificio construido entre los siglos XIV y XV se ubica en el casco antiguo de la urbe, en la Plaza del Cardenal Belluga. Es de estilo gótico aunque ha sufrido añadidos renacentistas, barrocos y neoclásicos.

Fruto de estos añadidos es su impresionante fachada principal, barroca, construida entre los años 1737-1751 por el arquitecto y escultor valenciano Jaime Bort y Meliá. Tiene 54 metros de altura y más de 20 esculturas organizadas en un diseño a modo de retablo.
 

Portada de los Apóstoles

En la fachada meridional, bajo el único rosetón de la catedral, hay otra bonita portada, esta de estilo Gótico Isabelino, conocida como la de los Apóstoles, estos discípulos bien representados en cuatro figuras bastante identificables. En las arquivoltas de las arcadas se añaden las tallas de los ancianos músicos.
 

Fachada meridional. Portada de los Apóstoles
Fachada meridional. Portada de los Apóstoles
 

Capilla de los Vélez

Un elemento singular que sobresale exteriormente del complejo es la Capilla de los Vélez. Es de planta poligonal y de estilo gótico-flamígero. Por fuera, su decoración es sobria aunque destacan la cadena de piedra que rodea el recinto y los escudos de familias que fueron protagonistas en la reconquista de Granada a los musulmanes.
 

 
Por dentro su ornamentación es espectacular; bajo una bóveda estrellada la capilla alberga un sinfín de ricos detalles que se expresan en forma de escudos, pináculos, motivos vegetales, animales, formas geométricas y figuras del Nuevo Testamento.
 
 
El interior de la Catedral es claramente gótico, con planta de cruz latina y su girola se engalana con ventanales de vidrieras de bella factura medieval.
 
 

Capilla Mayor

Tras una reja del siglo XV encontramos la Capilla Mayor, con un retablo neogótico creado en 1863 y que sustituye a uno anterior renacentista destruido en un incendio.
 

 
Nuestra Señora de Gracia, los personajes de la Diócesis de Cartagena y la Crucifixión de Cristo adornan la obra. En esta capilla también atisbamos el sepulcro que alberga el corazón y las entrañas de Alfonso X el sabio y una imagen de la Virgen de los Cautivos, una de las tallas más antiguas de Murcia.
 
 

Capilla de Junterones

Otra capilla de interés es la de Junterones, creada en el siglo XVI y reconocida como obra maestra del renacimiento español. La decoración del recinto es de estilo plateresco y la bóveda elíptica que la corona se la conoce como la “Bóveda de Murcia”.
 

 

Puerta de las Cadenas

Pero volvamos al exterior para dirigirnos a la orientación septentrional de la catedral donde podremos ver, por un lado, la fachada norte con su Puerta renacentista de las Cadenas, construida en el siglo XVI y que hoy parece estar de celebración.
 

 

Torre-Campanario

Por otro lado, la Torre-Camapanario, exenta del complejo de la catedral y sorprende por sus casi 100 metros de altura, la segunda más alta de España tras la Giralda de Sevilla.

Fue construida entre 1521 y 1793, período largo que le han llevado adquirir diferentes estilos que cabalgan desde el renacimiento en sus inicios, al barroco, rococó y neoclásico es su etapa final de edificación.

La torre se puede visitar, siempre de forma guiada por un personal bien instruido. Un cartel a la entrada nos indica cómo podemos concertar este tipo de actividad. Una vez dentro, las personas de cierta altura deberán estar atentas al inicio del ascenso.

La subida por los diferentes cuerpos de la torre se hace principalmente por una serie de rampas, no todas ellas con la misma inclinación, así que seguramente oigamos resoplar a más de uno. Durante la visita, la guía nos instruirá en la historia del edificio al tiempo que realizaremos una serie de paradas para conocer los espacios más destacados.
 

Mecanismo del antiguo reloj
Mecanismo del antiguo reloj
 
Una de la salas más interesantes es la del Reloj donde podemos conocer de primera mano los entresijos de la antigua maquinaria que hacía funcionar el reloj de la torre, hoy reemplazada por un mecanismo digital. Además, a esta sala se la conoce como la Habitación de los Secretos ya que dos personas colocadas en rincones opuestos y mirando a la pared pueden mantener una conversación con una acústica excelente, debido a que el sonido viaja por la curva de la bóveda.
 
Habitación de Los Secretos
Habitación de Los Secretos
 
Todo lo contrario a si te pones en el centro de la sala, donde el sonido parece desaparecer al intentar emitir una palabra.

Seguimos ascendiendo para dar con el cuerpo del Balcón de los Conjuratorios, que ya da al exterior, donde los sacerdotes realizaban distintos rituales para alejar el mal de elementos atmosféricos como las tormentas, el frío o las inundaciones. Hoy día se sube aquí más bien para disfrutar de las fantásticas vistas de la ciudad y de la planta de su catedral.
 

Balcón de los Conjuratorios
Balcón de los Conjuratorios
 
La verdad es que había que tener valor para asomarse aquí.

El interior del cuerpo del conjuratorio dispone de una escalera de caracol de algo más de 40 escalones por la que se accede al cuerpo del Campanario. Este habitáculo es de estilo rococó y alberga más de 20 campanas que fueron creadas entre los siglos XVIII y XIX, cada una con su propio nombre siendo la mayor denominada Santa Águeda. Con ellas, se avisaba a la población por ejemplo de las riadas del Segura, de conflictos bélicos o de las festividades.
 

 
De nuevo, la altura, nos brinda espectaculares vistas de la urbe y del cerro donde se postra el Cristo y el Castillo de Monteagudo, con la ya lejana Sierra de Orihuela al fondo.

Despedimos este paréntesis de otra visita que realizamos a Murcia para volver a nuestro viaje. Los vecinos del lugar nos recomiendan ir a la coqueta Plaza de las Flores para probar unos famosos pasteles de carne que confecciona la Pastelería Bonache.

Si habéis llegado a Murcia escasos de fuerza os recomendamos esta delicatesen. Nosotros nos lo zampamos en la misma plaza, uno de los lugares más destacados del casco antiguo e ideal para el encuentro social.
 

 
Reanudamos la marcha, y lo hacemos atravesando un la Pasarela peatonal de Manterola, también llamada del Malecón, construida en 1997. Debemos pasar al otro margen izquierdo del río ya que unas obras nos impiden hacerlo por el derecho. Pero solo serán unos cientos de metros hasta que otra pasarela nos devuelve al trazado.
 

Un trazado carente de sombra

No os vamos a engañar; si hay algo que se echa en falta en esta Camino a Caravaca, es la presencia de tramos de sombra, por eso os recomendamos llevar buena protección solar y que el agua no os falte nunca, sobre todo en épocas estivales porque cuando el sol pega, lo hace a conciencia.

Del perfil no preocuparos porque esta primera etapa, al menos, es prácticamente llana.

Por su parte abandonar Murcia supone volver al patrón de la Huerta Murciana que se distribuye siguiendo el dibujo del Río Segura al tiempo que vamos dejando atrás de izquierda a derecha distintos núcleos urbanos como la Arboleja, Rincón de la Seca, Rincón de Beniscornia o Guadalupe.
 

Monasterio de los Jerónimos

Precisamente en esta última pedanía se emplaza un importante conjunto monumental, el Monasterio de los Jerónimos, que asoma sus tejados y torres barrocas en la lejanía. Fue construido entre los años 1702 y 1738 y actualmente es la sede de la Universidad Católica de San Antonio de Murcia.
 

 
Las imágenes de la Noria de la Ñora son cortesía José A. Ruiz y MeteOrihuela
 

Noria de la Ñora

Continuamos el recorrido prestando atención a los escasos cruces que salen al paso, únicos elementos de este cómodo trazado que entrañan riesgos. Antes de empezar a cambiar la dirección de oeste a norte pasaremos por las inmediaciones de La Ñora y su Noria homónima, un elemento que permitía elevar el agua de la antigua Acequia de la Aljufia a otros canales que la transportaban a huertos de niveles superiores.

La noria que hoy vemos es de 1936, pero sustituye a otra mucho más antigua de 1399.

Y viramos dirección norte, hacia Molina de Segura, cuando dejemos atrás las naves de una conocida empresa conservera de alimentación que hoy es un ejemplo modernizado de esta industria.

Separadas por el río también se encuentran dos pedanías, Javalí Nuevo y Javalí Viejo, denominación que viene de la palabra árabe ““Yabalí” que significa algo así como monte, quizá debido a que en este lugar el Valle del Segura comienza a hacerse poco a poco más accidentado pronunciando su inclinación hacia el monte reduciéndose el perímetro dedicado a las huertas.
 

Entre Javalí Viejo y Javalí Nuevo
Entre Javalí Viejo y Javalí Nuevo
 
En cualquier caso en este punto entramos en el Paraje de la Contraparada, un entorno natural donde se ubicaba un antiguo puente construido en el año 1271: el Puente de las Ovejas. En su memoria, en el año 2010, se instaló aquí esta pasarela de madera de más de 72 metros de largo.
 
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A pocos metros hay una fuente que agradecemos y que sufrimos por su fría temperatura.
También agradecemos el pequeño tramo arbolado del Paraje de la Contraparada, llamado así por la pequeña presa que permite apaciguar el cauce del Segura con el fin de poder manejar sus aguas para el reparto del riego de la Huerta murciana.
 
Presa de La Contraparada
Presa de La Contraparada
 
Esta imagen de la presa está tomada por Quezaltepeque y se encuentra en Wikipedia.
 
Puente de La Contraparada
Puente de La Contraparada
 
Cruzamos por su puente para pasar a la otra orilla y dejar atrás este complejo muy ligado a la historia de Murcia y a las crecidas del Río Segura.

Muy atentos después de salir de La Contraparada, justo después de pasar bajo el viaducto de la Autovía A-7, a pocos metros, se debe tomar otro puente que te lleva de nuevo al margen derecho del río.

No haced como nosotros que nos despistamos continuando por la izquierda conectando con el afluente Rambla Salada y acabando en una carretera vecinal que nos llevó al pueblo de Los Matías, lugar en el que aprovechamos para tomar unas tapas.
 

Buenas tapas en Los Matías
Buenas tapas de pulpo a la brasa en Los Matías en el Bar Los Limoneros
 
El despiste nos costó 7 kilómetros extras, pero supimos volver y dar con el puente que no debimos habernos saltado.

Tened ojo porque por inercia uno sigue el carril y no se espera tener que subir a este puente.
 

Vistas del camino desde el puente
Vistas del camino desde el puente
 
Pista de tierra jalonada por cañaverales y tierras de cultivos
Pista de tierra jalonada por cañaverales y tierras de cultivos
 
Una vez de regreso al camino parece que éste se integra más dentro del entorno del río, haciéndose más rústico, asalvajándose más por así decirlo, donde el carril bici pavimentado ya ha desaparecido y el firme lo constituye una pista de tierra en buen estado.

Los cañaverales ganan protagonismo en la vegetación de rivera otorgándonos alguna agradecida umbría cuando la posición del sol es la adecuada.

La pista conecta con la villa de Ribera de Abajo a su carretera RM-568 que rodaremos unos metros para devolvernos al camino.

A nuestra derecha Ribera de Molina, localidad que surgió cuando sus tierras empezaron a aprovecharse para la Huerta allá por el siglo XVIII, aunque ya se hablaba de esta zona en un antiguo camino romano que unía Alicante con Lorca.

De igual forma se creó Torrealta la siguiente población cuyas viviendas se dejan divisar desde la distancia.

Los cañaverales, aneas y carrizos no nos dejan ver la desembocadura del Río Mula, afluente del Segura, que pronto dejaremos atrás en estos terrenos de cultivo, aunque en la etapa siguiente tendremos que seguir su dirección.

Ahora debemos de llegar a nuestro destino de hoy Molina de Segura, capital de de la comarca de la Vega Media del Segura y que ya se muestra ante nuestros ojos.

Otra industria conservera hace de antesala a la localidad al tiempo que nos despedimos prácticamente del río Segura que tan buen compañero de viaje nos ha sido en esta interesante jornada.

Ahora a descansar, algo nos dice que la etapa siguiente va a ser también sorprendente.

Hasta la próxima!
 

Atardecer desde Molina de Segura
Atardecer desde Molina de Segura
 

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