
ALDEA BERMÚN – BAÍÑAS
La jornada se inicia en Aldea Bermún transitando las vegas fértiles del Río do Castro atravesando pequeñas poblaciones como Vilanova, Codesos y Rebordelo. En la última de ellas viramos al este colocándonos ya en el Concello de Dumbría, alejándonos un poco más del río pero encontrando bonitos caudales tributarios que e suceden a medida que remontamos el valle.
Bustelo, Piñeiros, Truitín o Buxán serán las entidades de viviendas que irán apareciendo entre la campiña y las sendas emboscadas hasta llegar al lugar de A Grixa, donde hacemos un alto para contemplar la Iglesia de Santa Baía.
El Camino vira al norte, hacia Berdeogas, un bonito enclave a orillas de su río homónimo y que alberga un interesante templo dedicado a Santiago y una valiosa carballeira.
En este lugar realizaremos por un lado, el almuerzo, y por otro lado iniciaremos la parte más dura del día, provocada sobre todo por el intenso calor del día, uno de los más fuertes del año.
Por la carretera AC-442 pasaremos del Concello de Dumbría al de Vimianzo y luego una pista local nos dirigirá a Romar, lugar en el que esta variante confluye con la que llega desde Muxía.
Los últimos kilómetros navegarán paralelos a la arteria asfaltada AC-441, carretera que sentiremos muy de cerca a medida que vamos incorporándonos los senderos aledaños que acometen los perfiles de los Montes da Croa y da Tella.
Casi ya si energías, agradecemos el tramo final en descenso que va por el valle del Rego de Cabral alejados un poco más del tráfico y que nos introducen en la meta de hoy, Baíñas, donde concluiremos la jornada con la visita a su Iglesia de Santo Antoíño.
Aldea Bermún
Hola ami@s!
Iniciamos esta reluciente jornada abandonando nuestro alojamiento en Aldea Bermún, lugar perteneciente al Concello de Cee y cuya campiña ya empieza a agradecer el baño de los primeros rayos de sol.
Un entorno rural que se reparte por las fértiles vegas del Río da Chanca. Cruzaremos este curso de agua para comenzar a ganar algo de altura y así poder divisar a nuestras espaldas el gustoso valle que estamos transitando.
Vilanova
Ante tal panorama es razonable ver emerger a otras poblaciones que aprovechen estos recursos, como Vilanova, que también manifiesta su dedicación a la ganadería.
Remontando el Río da Chanca hacia el norte saldrá al paso una vacada. Sus miembros ya se han levantado aunque hay alguno que todavía tiene que espabilar.
Al poco, zigzagueamos entre las viviendas de Codesos para introducirnos en una bonita senda que abarca la pequeña depresión conformada por el paso del Rego de Rebordelo.
Jalonados por hileras de pinos, robles y castaños iremos dejando a la izquierda prados de cereal y pastos hasta que el perfil empieza a dirigirnos al este imprimiendo más esfuerzo a las piernas.
Rebordelo, Prado y Bustelo
El ascenso flanquea la aldea de Rebordelo, ya en el Concello de Dumbría, y nos incorpora finalmente a la carretera AC-552.
Por aquí caminaremos unos 600 metros hasta dar con una pista contigua a una empresa maderera. Nos adherimos a este carril para atravesar primero las casas de Prado y segundo alcanzar el lugar de Bustelo.
En esta última población callejeamos cuesta arriba entre sus viviendas para luego salir por un camino de monte.
Por el valle de los Ríos de Bustelo y de Xerpe
La subida por este entretenido pasaje entre arboleda, muretes de piedra y tímidas corredoiras no tarda demasiado concluir por lo que rápidamente se inicia un descenso que se abre al valle dominado por los Ríos de Bustelo y de Xerpe.
Piñeiros

Piñeiros es la primera entidad de población que sale a nuestro encuentro, sitio donde no pasan desapercibidos buenos ejemplares de hórreos que tratan de mantener con acierto su identidad rústica.
A continuación, el perfil sigue en descenso hasta alcanzar el Rego de Xerpe, un caudal apenas perceptible al estar envuelto por la vegetación.
A Senra
Al cruzar al otro margen del río nos reciben las viviendas de A Senra, de nuevo en ascenso, una tónica de perfil que iremos repitiendo a lo largo de la jornada, al igual que la pintoresca personalidad de estos lugares.
Luego el camino nos depara un tramo de monte por la vertientes septentrionales del cerro O Petón, que progresa en ascenso por la frondosa arboleda sometida sobre todo a la dictadura de los eucaliptos.
La humedad del terreno y lo poco transitados que aparentan estar estos senderos favorecen el crecimiento de los helechos, toxos, hierbas y plantas silvestres, hecho que los hace más genuinos e indómitos y los acerca al curso natural de las cosas.
Rego de Truitín
Una vez coronada la subida comenzamos a dejarnos caer por el valle del Rego de Truitín, una depresión que empieza a acogernos con un pequeño arroyo tributario.
Este pequeño paraíso continúa cientos de metros después al conectarse con su río principal, caudal que antaño era aprovechado por este molino harinero.
Este arroyo es un afluente del Río do Fragoso y este a su vez, tributario del Río do Castro, caudal de agua este último que irá a desembocar a la Ría de Lires.
Abandonamos la espesura y contemplamos por última vez el sosegado paraje del Truitín.
Por el valle del Río do Fragoso
El río lleva el mismo nombre que el pequeño núcleo de casas que atravesaremos a continuación. Un lugar que nos abre vistas a la bella comarca de Dumbría resguardada al este por las cumbres de Pena do Chaín y el Monte do Medio.
Transitaremos estas latitudes bajando de inicio hacia la depresión por donde circula el Río do Fragoso. Aprovechamos la umbría que proporciona su generosa vegetación de ribera para apaciguar los grados de temperatura que empiezan a apretar los calores del día.
Buxán
Y es que el día de hoy se espera que sea uno de los más sofocantes del año. Afortunadamente hay lugares como Buxán, que atravesamos ahora en un nuevo ascenso, que ponen a nuestra disposición viejas fuentes lavaderos que también nos sirven para amortiguar la sensación térmica.
Esta fuente fue construida en 1953.
Mota, Estimán y Dumbría
Cientos de metros más tarde conectamos con la carretera DP-3404 por donde franquearemos los sitios de Mota y Estimán hasta llegar a Dumbría, en cuya Casa Consistorial sellaremos la Credencial.
Seguidamente, aprovecharemos la presencia de un negocio de restauración en el lugar para recuperar algo de energías.
Iglesia de Santa Baia de Dumbría
Con aires renovados nos acercamos a la Iglesia de Santa Baia de Dumbría, emplazada a escasos metros de allí.
Parece ser que la ubicación original de este templo estaba más próxima a las orillas del Rego do Fragoso, pero cuando se deterioró lo trasladaron aquí para construir entre los siglos XVII y XVIII un edificio de estilo barroco.
Es posible que de la iglesia anterior se aprovecharan elementos románicos, como la entrada de doble arquivolta de arcos de medio punto. El juego de columnas más externa portan imágenes de Santos: por un lado San Sebastián y por el otro, San Roque.
Por su parte, una imagen de Santa Baia se coloca en la ventana que hace las veces de hornacina.
Contigua a la fachada principal se aprecian los números de lápidas funerarias y en el muro sur hay sarcófagos de piedra adosados a su pared.
El templo está levantado a base de sillares de granito y dispone de varias capillas que sobresalen de la planta basilical de la nave.
Detrás del ábside de cuerpo rectangular hay un camposanto con una especie de mausoleo o fuente semienterrada. Desde aquí se dejan ver al este las cotas del Monte do Medio salpicadas de aerogeneradores.
Cruceiro de Dumbría
Para finalizar, frente a la iglesia, se alza el Cruceiro de Dumbría que dispone de un pedestal para orar o para dejar ofrendas. Volutas y hojas vegetales adornan su capitel, y la Virgen Orante y un Cristo Crucificado adornan su Cruz de extremos florenzados.
Cementerio de Colores
Abandonamos Dumbría por una pista local dirección norte para aproximarnos, a continuación, a un complejo que no ha estado exento de controversia entre los vecinos más conservadores: nos referimos al Cementerio de Colores.
Esta infraestructura se culminó a finales del año 2012 y su propuesta innovadora rompió con la idea tradicional de los cementerios. Aquí podemos decir que se añade color a la muerte por medio de las placas de diferentes tonalidades que cubren los nichos.
Un diseño basado en el estilo neoplasticista del pintor holandés Piet Mondrián.
Por su parte, las instalaciones aparecen techadas por una serie de placas metálicas soportadas por pérgolas.
A pesar de la tristeza que pueda ocasionar este lugar de descanso eterno, la viveza de los colores y la refrescante despedida en sus jardines aledaños de alguna forma nos dan brío para reanudar la marcha.
Porque lo vamos a necesitar ante el calvario de asfalto que nos espera.
Cruceiro das Herbas
Un buen tramo ascendente de recalentado alquitrán donde nos sorprende un cruceiro asomando en los márgenes de la carretera: el Cruceiro das Herbas.
A su modo, esta obra vivió su propio calvario ya que por un lado, en época de la Segunda República el cruceiro fue víctima de las fechorías de unos borrachos y, por otro lado, en el año 2009 el hito religioso sufrió las inclemencias de un temporal.
El cruceiro que vemos hoy es una restauración hecha en el año 2019.
En otro orden de cosas, la ganancia de altura nos da acceso a occidente, al Monte O Facho y al mar que baña las costas de Lourido.
Por más que lo deseamos no nos llega nada de la brisa de la costa. Afortunadamente, esta subida que acomete el oeste de las faldas del Monte Pena de Chaín, llega a su fin, lo que permite apaciguar esa sofocante mezcla que provoca el esfuerzo con calor.
Por el Valle del Rego de Berdeogas
Sábade y O Campo de Berdeogas
Sábade es el primer lugar que sale a nuestro encuentro en el descenso al lustroso Valle del Rego de Berdeogas.
El nombre de este río lo lleva la siguiente población, O Campo, que hace de balcón natural a la depresión por la que asoman las viviendas de las próximas localidades a transitar, entre ellas A Grixa, donde nos espera la Iglesia de Santiago.
Preciosas estampas que iremos disfrutando a medida que descendemos hasta alcanzar al protagonista del valle: el Rego de Berdeogas.
Como sucede en otros tantos ríos gallegos no falta el pasado aprovechamiento de la fuerza del agua para mover los mecanismos de estas viejas construcciones etnográficas.

Iglesia de Santiago de Berdeogas
Tan solo unos cientos de pasos separan el río de la Iglesia de Santiago de Berdeogas, un templo al que tendremos que llegar por su cara norte para poder salvar los pocos metros que se eleva sobre el terreno.
Desde aquí se observa cómo el cuerpo de la Capilla Mayor es de menor altura que el de la nave.
Este edificio fue construido en el siglo XVI en estilo barroco aunque posteriormente sufrió alguna reforma y añadido. De su fachada occidental destaca la esbelta torre terminada en cúpula y que tañe campanas del siglo XIX.
También de este mismo siglo son los pintorescos sarcófagos que se advierten en el muro sur del templo.
Por su parte, la hornacina de entrada la ocupa una desgastada imagen del Patrón de la Iglesia.
Interior del templo

El acceso al interior se hace por una bóveda de cañón de medio punto que da paso a una iglesia de una sola nave a la que se adosa la Capilla Mayor, esta última anticipada por un arco triunfal que tira más al estilo carpanel que al de medio punto.
A los pies del templo se levanta un coro de madera que se abre al exterior por una pequeña ventana.
Del retablo neoclásico del siglo XIX que encontramos en la Capilla Mayor podemos destacar la talla barroca del Apóstol Santiago vestido de peregrino. Otras imágenes de interés del conjunto son la del Sagrado Corazón y la de Santa Lucía.
Volveremos a encontrar a Santiago, pero esta vez en su versión Matamoros en una de las capillas que se abren el templo.
En otra apreciamos un recargado retablo donde la trabajada imagen central de la Virgen del Rosario contrasta con la de la tosca paloma que corona el conjunto.
Y destacamos una capilla más, con una figura papal presidiendo este retablo barroco que presume de estar sufragado en 1723 por la familia Lope de Leis y Caamaño.
Antes de salir del edificio, contemplamos las tallas de San José con el niño y la Virgen Inmaculada y echamos un ojo a su pila bautismal.
Conjunto Monumental de Berdeogas
Esta Iglesia de Santiago mira al precioso marco natural de la Devesa da Lúa donde el Río de Berdeogas circular alegre a la sombra de una magnífica carballeira que ha sido habilitada para disfrutar de agradables paseos y descansos con sobremesas entre amigos.
Ya conocimos antes uno de sus molinos harineros, pero este lugar también contiene otros hitos de valor etnográfico, como un palomar centenario o un hórreo de 24 metros de largo al que le falta un pie en uno de sus pares.
Estos últimos elementos se encuentran en los dominios de un antiguo castro del que hoy apenas se conservan unos tramos de muralla. No obstante, parece ser que el complejo todavía no ha sido excavado para sacar a la luz todos sus secretos.
Almuerzo en el Bar O Cruceiro
Muy cerca de este conjunto monumental aparece el Bar O Cruceiro donde podremos reponer fuerzas gracias a unos suculentos platos.
Por si reanudamos la marcha algo desorientados tras el almuerzo, la parroquia de Berdeogas ya se encarga con un buen letrero de anunciarnos donde nos encontramos.

A Grixa, A Farrapa y Vista Alegre
Los lugares de A Grixa, A Farrapa y Vista Alegre son pequeños núcleos de viviendas contiguos entre sí por donde la carretera AC-442 hace de eje vertebrador. Una vecina de la última población tendrá la amabilidad de acogernos y de avituallarnos todavía más de agua.
Cruceiro de Cándido
El sol clavado sobre nuestras cabezas y el asfalto convertirán la jornada de la tarde en un infierno. Apenas podemos levantar la cabeza para otear el Cruceiro de Cándido.
Por el Monte Santa Lucía
Estad atentos porque este tramo de carretera que asciende por las vertientes meridionales del Monte Santa Lucía ahora puede hacerse, para beneficio de los peregrinos, por caminos de tierra y zahorra. 👀Ver actualización de Itinerario Oficial
Grixoa
No pasaréis por O Petón, como nosotros, pero sí llegaréis a Grixoa ya en el Concello de Vimianzo. Dada la tostada que estaba cayendo no se veía ni un alma por la urbe, bueno sí, un felino medio aplatanado sobre el pie de un cabazo aprovechando la sombra.
Grixoa tiene su encanto, salpicada de hórreos y propiedades cercadas con pequeños muros de piedras, muchas de las cuales fueron aprovechadas de las ruinas de una antigua iglesia.
Romar
Muy cerca de aquí empieza a correr el Rego de Berdoias, caudal que viene remontando la variante que parte desde Muxía y que confluye aquí, en Romar, con esta que estamos recorriendo desde Aldea Bermún.
Las lacenas
En esta localidad sí tenemos la suerte de dar con un vecino, y de conocer un viejo elemento etnográfico que todavía hoy conservan algunas viviendas. Nos referimos a la apicultura doméstica, donde la colmena se integra en la propia arquitectura de la casa.
Estos sistemas de apicultura se llaman lacenas donde el hueco que se abre al exterior recibe el nombre de piqueira y el pequeño saliente pousadoiro, este último para facilitar la entrada y salida de las abejas, si es que las avispas invasoras asiáticas las dejan.
El paisano de Romar se deshace de ellas como puede; menudo problema tienen aquí.
Fuente del siglo XX
Dejamos a este señor enredado en sus quehaceres para aproximarnos a una fuente construida en 1946. Unos metros más abajo también se creó este lavadero que a buen seguro fue de gran utilidad en su día.
Abandonamos esta localidad por su zona suroriental tomando un sendero ascendente que pronto nos dejará a orillas de la carretera AC-441.
La AC-411 como columna vertebral
Atentos a este último tramo de la etapa ya que el camino irá muy pegado a esta carretera y si os saltáis alguna señalización o no seguís bien el track podéis comeros buenos intervalos de incómodo asfalto.
Cruce da Boudañeira
A nosotros nos pasó, en principio para llegar al lugar de Cruce da Boudañeira, donde el ascenso progresa por la campiña existente entre los Montes Pedra Muxía y da Croa.
Senderos con margen de mejora en desbroce
El sendero al que nos incorporamos poco después nos lo pone complicado en su tramo final por la presencia de abundante zarza. Avanzar se hace tedioso y a estas alturas de la etapa, todo lo que sea aumentar la exigencia, nos consume el doble de energías por culpa del calor.
Una vez próximos al lugar de Sarteguas, una pista vecinal nos devuelve a la AC-441.
Ascenso por los Montes da Croa y da Tella
No tardaremos demasiados metros en cruzarla ya que la señales continúan por el otro margen de la vía para sumirnos en un nuevo carril de monte que miramos con cierta temeridad ante la posible presencia de las indómitas zarzas y el pomposo toxo.
Ya os adelantamos que nuestras fuerzas están al límite y aunque este tramo empieza a ponernos algo nerviosos luego el firme mejora, y la pendiente se suaviza.
El ascenso por las vertientes meridionales del Monte da Croa y las septentrionales del Monte da Tella va a llegar a su fin en el intervalo que regresa a la carretera.
Valle del Rego do Cabral
Tendremos que pasar a la otra orilla ya que pronto iniciaremos el descenso por el valle del Rego de Cabral. En principio, el recorrido nos introduce en una senda que nos aleja de la AC-441 para evitar una peligrosa curva, pero luego accedemos a una pista de asfalto secundaria que nos devuelve a la principal.
Por suerte el camino aledaño evita el arcén y entre la vegetación reinante asoma el inesperado Cruceiro de O Cabral. Nos gustan las redondeadas formas del capitel. Parece ser que el cruceiro actualmente está en proceso de restauración tras haber sufrido daños en unos trabajos de limpieza del camino.
Tras acariciar una vez más la cercana carretera el recorrido al fin se decide a meternos de lleno por el valle para caminar paralelos al Rego de Cabral, donde también se han mantenido en pie vestigios etnográficos de molienda.
El río se resiste a ser visto, la espesura vegetal lo mantiene oculto, aunque en el siguiente molino por fin logramos adivinar su curso de agua. El paraje desde luego es una maravilla y esto reconforta el ánimo.

Además, el ir en descenso y saber que Baíñas está a la vuelta de la esquina baja el ritmo de las pulsaciones.

Baíñas
Entraremos en la urbe por una calle vecinal en la que se deja ver un bonito conjunto de hórreos y la torre de su templo principal despuntando sobre los tejados.
Pasaremos al lado de esta concentración de cabazos, uno de ellos sin pies, para dirigirnos a esta Iglesia advocada a San Antolín.
Iglesia de San Antolín de Baíñas
Este templo tiene orígenes románicos del siglo XIII aunque ha sufrido numerosas reformas a lo largo del tiempo. De este estilo se conservan algunos canecillos de temática erótica que podemos ver en las cornisas del muro norte.
De igual forma, en este flanco se advierte una puerta ciega con un tímpano que puede representar la figura de San Martín montado en su caballo. Se dice que esta iglesia era antaño un monasterio que dependía del Benedictino de San Martín Pinario de Santiago de Compostela.
En el ábside y en el muro sur podemos adivinar elementos que delatan la existencia anterior de otras dependencias, hoy desaparecidas. Estas puertas ciegas de arcos de medio punto soportadas por columnas con capiteles vegetales así lo atestiguan.
Por su parte, el aspecto actual de la fachada principal junto con la torre campanario son fruto de las obras realizadas durante el siglo XIX.
Acceso al interior
En el interior encontramos una nave con cubierta de bóveda de cañón apuntada, estilo que empezaba a dar paso a los esquemas góticos. El arco triunfal se rodea con una moldura ajedrezada, un tipo de ornamentación que anunciaba el templo a los peregrinos como lugar de acogida.
El templo recoge añadidos posteriores, como algunos refuerzos en columnas y un coro elevado con balaustrada de piedra.
Entre las imágenes del recinto podemos destacar por un lado, las correspondientes a San Antolín y a la Virgen del Carmen adornando el Altar Mayor y por otro lado las que encontramos repartidas por los muros laterales como San Roque, San Benedicto o una bonita talla de la Virgen de Fátima.
Con esta visita damos por concluida la jornada amig@s!
Ya son horas de un merecido descanso en el Centro de acogida de Peregrinos de Baíñas.
Hasta la próxima!

