
8 · ANGUEIRA de SUSO – SANTIAGO de COMPOSTELA
Desde Angueira de Suso tan solo nos separan 18 Kilómetros de Santiago de Compostela. Un recorrido que transcurre por entornos rurales repartidos entre bonitos tramos emboscados y aldeas tradicionales.
Rúa de Francos y O Milladoiro se ofrecen para que admiremos su patrimonio monumental, donde destaca uno de los cruceiros más antiguos de toda Galicia.
O Milladoiro será el equivalente al «Monte do Gozo» del Camino Francés, ya que la estampa da las torres de la Catedral de Santiago ya asoman en la lejanía para darnos el impulso definitivo para finalizar esta apasionante aventura.
En nuestros corazones viajó nuestro queridísimo y añorado Miguel, hermano y cuñado, al que no dudamos en conmemorar.
Angueira de Suso
Hola amig@s!
Nos encontramos en Angueira de Suso, pequeña aldea del Concello de Padrón que dista de Santiago de Compostela a tan solo 18 km. Las referencias Xacobeas de este Albergue Rural de Angueira de Suso en el que hemos pasado la noche cumplen bien la función de activar ese hambre por finalizar esta peregrinación.
Y todavía más nos ambientarán los primeros compases de esta etapa, donde las horas tempranas de la jornada permitirán que disfrutemos esta estimulante corriente peregrina.
Presencia peregrina en los primeros compases de etapa
Del núcleo de casas y parcelas de viñedos de Angueira de Suso pasamos después a las de Areal, donde seguimos siendo testigos del muestrario de viviendas tradicionales de piedra dispuestas al abrigo de la campiña rural.
De Areal saltamos rápidamente a Picaraña donde tras cruzar la carretera N-550 y flanquear un pequeño parque empresarial nos introducimos en un agradable tramo emboscado que nos alejará momentáneamente del entramado urbano.
O Faramello y la primera fábrica de papel de Galicia
Robles, pinos y eucaliptos nos escoltan por las estribaciones norte del Monte Areal, donde muy cerca discurre el Río Tinto.
Este caudal se usó en el siglo XVIII para crear, con la ayuda de molinos hidráulicos, la primera fábrica de papel de Galicia en el famoso Pazo de Faramello, situado muy cerca de aquí.
Quizá el siguiente tramo de calzada de piedra se levantó en aquella época para llegar al Pazo, aunque realmente no tenemos muy claro su origen.
Lo que sí está claro es que hoy día la recorren miles de peregrinos y bicigrinos, siendo estos últimos los que encuentren más dificultades para franquearla.
Para ver el Pazo hay que desviarse y pedir cita previa. Nosotros seguimos la señales, las cuales desembocan en una carretera local que nos hace atravesar rápidamente la aldea de O Faramello para después introducirnos en las propiedades de Rúa de Francos.
Rúa de Francos
A esta aldea llegamos en otro exigente ascenso y nos recibe con su Capilla de San Martiño. Se desconoce la cronología de este sencillo templo que mezcla la sillería y mampostería en su construcción.
Capilla de San Martiño

Uno de los cruceiros más antiguos de Galicia
Frente a la capilla se alza el hito monumental más destacado de este lugar, uno de los cruceiros gallegos más antiguos. Data del siglo XIV y se compone de una Cruz gótica en la que parece haber dos peregrinos a los pies del Cristo Crucificado.
En el espacio también encontramos otros sencillos cruceiros de madera que parecen exponerse aquí a modo conmemorativo y reivindicativo.
En una parcela contigua una pareja de gansos reclaman la atención de los focos. Pues nada, retratados quedáis.

Carballería de Francos
Avanzando unos metros más por Rúa de Francos daremos con su magnífica Caballería: un conjunto de magníficos ejemplares de robles que todavía se aprovecha para celebrar una antigua feria de ganado autóctono.


Tras abandonar la villa el perfil vuelve a inclinarse con dureza hasta alcanzar la aldea de A Casalonga que luego progresa llaneando hacia Osebe, donde cruzaremos el Río Tinto por un puente.
Justo después seguimos circulando cómodamente por la Aldea Pedreira hasta incorporarnos a una pista de tierra emboscada donde el firme vuelve a inclinarse.
Por aquí iremos acometiendo el ascenso hacia el Monte de Agro dos Monteiros con agradecida primera parte al cobijo de la frondosidad natural.
La parte más dura es la que hay justo antes de llegar al lugar de A Grela, con una cuesta de pendiente media al 10% que nos incorporará al asfalto.
O Milladoiro
Seguidamente llaneamos 1 kilómetro por la carretera DP-0206 hasta llegar a la localidad de O Milladoiro.
Capilla de Santa María Magdalena
Aquí se emplaza la Capilla de Santa María Magdalena, un templo sencillo hecho a base de sillares cuyos orígenes pueden venir del románico. En 1863, debido a su mal estado, se le hizo una importante reforma en la que se le añadió también la espadaña.
Otros elementos religiosos acompañan al edificio en su exterior.
En su interior de una sola nave de planta rectangular destaca la imagen tumbada de la Santa, consagrándose a la penitencia y la oración apoyando su mano derecha en una calavera.
O Milladoiro: el «Monte do Gozo» del Camino Portugués Central
Algunos estudiosos afirman que el nombre de O Milladoiro se debe al lugar en el que los peregrinos se humillaban u arrodillaban una vez veían por primera vez la Catedral de Santiago de Compostela.
Desde luego, avanzado un poco más, encontramos cuál podría ser este sitio, ya que al menos se dejan ver sus torres, aunque el velo de la niebla nos lo pone difícil.
Por eso cuando descendemos por las calles de O Porto do Conxo para luego dejar atrás la infraestructura de circunvalaciones de la Autovia Ag-56, volvemos a parar en A Rocha Vella para confirmar que lo que habíamos visto cientos de metros atrás no era un espejismo.

Y como cada vez vamos finalizando una experiencia de este tipo, vuelven a aparecer las mismas sensaciones encontradas: por un lado ese júbilo que te impulsa hacia la meta y por otro, esa gran mochila de momentos vividos que parece frenarte porque quiere seguir llenando espacio.
Llegando a Santiago con Miguel en nuestros corazones
Eso bien lo sabía un peregrino ejemplar, Miguel Romero, nuestro querido hermano y cuñado, que también veía en el Camino de Santiago una forma de libertad para ser y conocerse a uno mismo en una metáfora de la vida cargada de subidas, bajadas y alguna que otra llanura.
Como decía Machado, se hace Camino al andar, y hoy Miguel lo hace en nuestros corazones.
Suya es la camiseta que lleva puesta su hermana, con la que él solía finalizar sus peregrinaciones y a buen seguro estará celebrando en algún lugar el que hoy regrese a Santiago.
Nosotros también lo haremos Miguel, pero más celebramos tu vida, por el ejemplo que nos has dado sin apenas bajar la guardia ante la terrible enfermedad que te amenazaba y por alimentar la esperanza a todos los que tuvimos la suerte de vivir momentos contigo.
Llegando a la Plaza del Obradoiro es inevitable no sentirte a cada pedalada, de una forma u otra siempre has formado parte de nuestras aventuras y gracias al Camino nuestros lazos se estrecharon aún más.
Coge fuerzas Miguel, pues mientras nos quede aliento seguirás viajando con nosotros.
Hasta siempre…


