Risco de Levante
SENDERISMO

RISCO de LEVANTE – LOS VENEROS

Hoy descubrimos el Risco de Levante, uno de los enclaves más singulares de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche.

Nos referimos al Risco de Levante, conformado por afloramientos rocosos de cuarcita que han sido moldeados a través de los años por hielo, agua y viento.

Este lugar junto a los espacios comprendidos por la Rivera de Santa Ana hacen de esta ruta uno de los senderos con más encanto.

Se puede añadir a este itinerario el paso por la aldea de La Presa y la visita a la Cascada del Joyarancón, lugares que podéis ver en el siguiente vídeo 👉🎥 CHORROS de JOYARANCÓN – RIVERA de ALÁJAR

La ruta se inicia en el histórico pueblo de Santa Ana La Real y coincide también un tramo con la primera etapa del Desafío Patanegra que os recomendamos encarecidamente.


 

👉DESCARGA EL TRACK DE LA RUTA

Santa Ana La Real

¡Hola amig@s!

Iniciamos esta jornada de senderismo en Santa Ana La Real, en su Plaza de España donde coincidimos con la energía contagiosa del grupo Anpehi Club, donde Antonio Pedro Hirch fomenta la inclusión social de personas discapacitadas a través del deporte.

Anpehi Club
Anpehi Club

Y hoy lleva a este fantástico grupo a saborear el Desafío Patanegra, ahí es nada. Seguro que lo van a disfrutar mucho.

Si no conocéis el Desafío Patanegra, aquí os dejamos un enlace de nuestra aventura 👇

DESAFÍO PATA NEGRA en 4 ETAPAS

Santa Ana la Real es su kilómetro 0 y nuestra ruta de hoy coincide un primer tramo con este reto.

Por tanto, volveremos a disfrutar de la Fuente de los Tres Caños, de principios del siglo XX; de los grafittis murales del autor Isaac García; y mientras vamos saliendo de la localidad guiados por la señalización de ruta, también seremos testigos de viejos hornos de cal de mediados del siglo XX.

Grafitti de Isaac García
Grafitti de Isaac García

Flanqueando el Barranco de la Presa

El sendero va siguiendo el dibujo del Barranco de la Presa en cuya orilla opuesta se ubica la aldea homónima a la que, ojo, no tendremos que entrar en esta ocasión.

Debemos continuar al este por el también conocido sendero del Bosque de las Letras, donde hay paneles con poemas y relatos de diferentes autores que saldrán a nuestro encuentro.

Conforman un aliciente más a estos primeros compases de ruta que van en sentido descendente.

Cientos de alcornoques descorchados se distribuyen entre fincas a ambos lados del camino. Una especie arbórea que hace las delicias del ganado porcino gracias a sus bellotas.

Continuamos avanzando flanqueados de parcelas que se reparten vallados de metal y muros de piedra para acotar sus propiedades.

El sol que ya empieza a alzarse con energía nos ilumina al sur las crestas de la Sierra de las Cumbres, un accidente geográfico que tendremos que rodear en esta jornada.

Los alcornoques son aquí los protagonistas, aunque poco a poco algunos propietarios van dando espacio a otras especies arbóreas.

Dehesas de alcornoques
Dehesas de alcornoques

Rivera de Santa Ana

Como telón de fondo los colores otoñales de la vegetación de la Rivera de Santa Ana, lugar al que llegaremos muy pronto tras la siguiente bifurcación.

El Desafío Patanegra continúa hacia el norte pero nosotros, en cambio, flanquearemos el arroyo hacia el sur, por su orilla derecha.

Nos espera un tramo bien bonito donde la rivera discurre plácidamente al cobijo de fresnos, álamos y sauces cubiertos de madreselvas y enredaderas. Un caudal que navegará hacia el sureste para mezclarse después con las aguas de la Rivera de Alájar y este con la de Santa Eulalia, siendo el último arroyo uno de los aportes del Río Odiel.

Encajonados por las Sierras de las Cumbres y del Pico

A medida que seguimos descendiendo el terreno se irá encajonando entre los pliegues cada vez más escarpados de las Sierras de las Cumbres y la del Pico. Y poco a poco iremos perdiendo la referencia de las dehesas de alcornoques a nuestra derecha para ir adentrándonos en un bosque de pinares.

En este punto el arroyo también comienza a circular con algo más de verticalidad, y el firme del sendero se accidenta con algunas piedras y rocas en el camino.

Risco de Levante

Esto es señal de que estamos llegando al hito que da nombre a este sendero, el Risco de Levante, que vemos nada más salir de la zona de pinares.

Risco de Levante
Risco de Levante

Lo que resalta a simple vista es un afloramiento rocoso que se eleva desde el suelo a unos 15 metros. Es muy frecuentado por escaladores, véase por ejemplo el puente tibetano de cables para pasar del risco a las rocas que se derraman al desfiladero.

Y es que aquí la Rivera de Santa Ana se aleja de nosotros en altura descendiendo por un pequeño cañón.

Los Saltos de agua de la Rivera

Para comprobar este hecho vamos a bajar a su orilla por un desapercibido camino que nos recomienda un senderista.

El incentivo de estos intrincados metros es descubrir un bonito rincón de la rivera donde el agua se precipita en pequeños saltos hacia una poza. Después continuará su andadura hacia el sur, perdiéndose entre la frondosidad rocosa y vegetal.

Merece la pena el esfuerzo para disfrutar de este pintoresco recoveco. Ahora a subir para continuar el viaje.

Ruta Geológica

De vuelta al risco no pasamos por alto unos de los paneles que trata de poner en valor el interés geológico de la zona. Millones de años le han hecho falta a hielo, agua y viento para esculpir las singulares formas dentadas de estas rocas, compuestas mayoritariamente de cuarcita.

Es inevitable no echar la vista atrás mientras reanudamos la marcha para admirar este paisaje tan inusual de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche.

Pero algo más adelante también hay otras manifestaciones rocosas que se yerguen amenazantes, así que podremos seguir disfrutando de estas transformaciones geológicas.

Después, el sendero continua por la ladera este de la Sierra de las Cumbres describiendo el dibujo de la Rivera de Santa Ana que navega ya muy por debajo de nosotros.

Madroños, encinas, brezos y durillos nos acompañan por un firme algo incómodo por la presencia de roca y piedra aunque la tendencia general sigue siendo descendente.

Sierra del Pico al fondo
Sierra del Pico al fondo

A nuestra izquierda, la barrera de la Sierra del Pico, que tiene su cumbre más alta a unos 723 metros de altura.

Echamos la vista atrás para ir despidiéndonos del Risco de Levante ya que muy pronto, el sendero virará hacia el suroeste ocultándonos las panorámicas de este recóndito enclave.

Fin del sendero
Fin del sendero

Precisamente, en este cambio de rumbo es donde encontraremos un cartel que da por concluida esta ruta. Pero nosotros queremos seguir avanzando para poder completar en este día un itinerario circular.

Por la vertiente sur de la Sierra de las Cumbres

Las elevaciones de las Sierras de las Cumbres y del Pico todavía perfilan el paso de la Rivera de Santa Ana aunque cada vez con menos impacto, pues el terreno empieza a abrirse hacia nuevos horizontes.

Continuaremos descendiendo unos 400 metros más hasta que llegamos a una bifurcación donde una baliza nos indica la dirección a seguir.

A partir de aquí comenzaremos la tendencia ascendente de la ruta, orientándonos hacia el oeste y alejándonos de la Rivera de Santa Ana bien visible entre las angosturas del relieve.

Estos primeros 200 metros de subida son exigentes, con algunas pendientes de hasta el 20 % de inclinación. Después se suaviza permitiendo que nos deleitemos con más calma de las vistas a las estribaciones del sur de la Sierra de Aracena.

Al poco, llegamos a las ruinas de una antigua vivienda en la que a pocos metros se emplaza un conjunto de colmenas creadas por apicultura. No nos acercamos mucho por si acaso, parece que las abejas están bien a gusto elaborando su miel y trabajando sin descanso recogiendo polen y agua de los recursos cercanos.

Vivienda y colmenas
Vivienda y colmenas

La ruta progresa a media ladera por la vertiente sur de la Sierra de las Cumbres entre encinas, alcornoques y multitud de jaras.

Unos 400 metros después de las colmenas un nuevo cruce nos hará dudar. Tomaremos la segunda salida a la derecha.

Continuamos por esta cómoda pista de tierra que ahora bordea unas parcelas con animales domésticos. Estos parecen orientarse hacia el mismo lado y pronto comprobamos que lo que quieren es una apertura de puerta para dar un paseo, aunque algunos intenten disimular lo contrario.

Los Veneros

Lamentablemente no podemos darles el gusto y debemos avanzar para ir entrando en los dominios del siguiente enclave: Los Veneros.

En el lugar hay un famoso complejo turístico cuyas instalaciones ya comenzamos a apreciar. Un buen sitio para disfrutar de la naturaleza.

Aproximándonos a sus primeras edificaciones encontramos un antiguo horno de pan que hoy, en lugar de albergar el preciado alimento, cobija basura. Si es que somos de lo que no hay.

Continuamos avanzando por el camino de tierra dejando a nuestra izquierda las instalaciones del complejo turístico hasta desembocar a una pista de cemento.

En sus primeros metros hay una placa en la que se deja constancia la pertenencia de la finca de “Los Veneros” al Ayuntamiento de Santa Ana la Real desde el año 2012.

La subida de «El Muro»

El tránsito por esta pista de cemento se inicia con un suave ascenso, pero no serán muchos los metros que tengamos que recorrer para darnos cuenta del porqué llaman a este tramo “El Muro”.

Ascenso por "El Muro"
Ascenso por «El Muro»

Habrá que ponerse el mono de trabajo porque nos esperan unos 700 metros con pendientes medias del 12 % de inclinación en las que rápidamente ganamos altura.

Por tanto, sin comerlo ni beberlo, nos plantamos muy por encima ya de los tejados de Los Veneros.

Quizá lo que nos resta puede acongojar, pero nos distraemos plácidamente con vistas a los pueblos circundantes, como Almonaster la Real, con su inconfundible Mezquita – Ermita de la Concepción.

Cruz del Vigía

Este exigente ascenso casi carente de sombra finaliza en la Cruz del Vigía. La leyenda cuenta que su nombre se debe a la localización estratégica en la que se levantó este monumento, probablemente en el siglo XIX, ya que se utilizó para controlar la presencia de franceses en la guerra de la independencia.

Podrá ser verdad o no, pero lo que es irrefutable es que desde aquí se domina una amplia extensión de territorio, comenzando con las estribaciones sur de la Sierra de Aracena y terminando el horizonte de este a oeste con las ondulaciones de la Cuenca Minera y del Andévalo, respectivamente.

Abajo, Los Veneros, que dejamos atrás hace pocos minutos.

Ruta Astronómica

Este mirador también se incluye en el Sendero Astronómico creado a partir de la declaración de Sierra Morena como Reserva StarLight debido a la calidad de sus cielos nocturnos.

Lógicamente pocas constelaciones podemos otear a estas horas del día; nos conformaremos, que no es poco, con disfrutar de la luz que da vida a la naturaleza y a las viviendas de Santa Ana La Real, que ya se deja ver entre la espesura.

Ya en la vertiente sur de la Sierra de las Cumbres, continuamos unos metros más hacia el este hasta que nuestro recorrido vira al norte, rumbo al pueblo.

 

Vistas a Santa Ana La Real
Vistas a Santa Ana La Real

Por aquí dejaremos a la izquierda el valle que conforma el Barranco del Gavilán y vistas a las localidades de La Corte y Calabazares y a distintas sierras que cierran el horizonte.

Ruta Botánica

En este itinerario encontraremos también algunas especies vegetales etiquetadas que se incluyen en la también creada Ruta Botánica con la que el Ayuntamiento de Santa Ana la Real pretende dar a conocer la riqueza florística del entorno.

Algo más adelante, una cantera de “cal”, incluida en la ruta geológica, como el Risco de Levante.

Siendo testigos de tanta variedad de rutas no hay duda de que aquí se lo han currado para dar a conocer el patrimonio de esta zona a diferentes niveles, incluso el artístico.

Aunque pensándolo bien, toda esta sierra es una obra de arte.

Mirador
Mirador

Nos adentramos en Santa Ana La Real por su flanco sur para llegar callejeando al punto de inicio de esta ruta, la Plaza de España.

Iglesia de Nuestra Señora de Santa Ana

A ella entraremos accediendo desde la parte de atrás de la Iglesia de Nuestra Señora de Santa Ana, el edificio más emblemático de la localidad.

El templo se construyó en el siglo XVIII en estilo neoclásico. En su fachada oeste destaca un reloj creado en 1865, aunque tampoco se nos escapa el reloj de sol del frontal sur de la torre.

Del interior destacamos las pinturas murales creadas por Rafael Blas Rodríguez en 1.949. También de este año es la imagen de la Santa Ana, que sustituye a la talla original que fue destruida en la Guerra Civil.

Y nada más amigos, es hora de despedirnos y de celebrar la jornada como se merece.

¡Hasta la próxima!

 

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