5 · DEIÀ – SANT ELM
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Partimos de Deià por la carretera Ma-10 para asomarnos al Mediterráneo y otear el singular accidente geográfico de la península de Sa Foradada.
Después transitaremos el Bosque de Miramar para disfrutar de otro mirador e incorporarnos luego al Camí de s´Ermita, que nos dirigirá a la Ermita de la Trinitat, un templo ubicado en un lugar privilegiado.
Regresamos a la Ma-10 para pasar por las inmediaciones de Valldemosa e iniciar el ascenso por las vertientes septentrionales del Coll d´en Claret. Por aquí surcaremos un exigente sendero que nos hará sudar para llegar a lo más alto.
A continuación descendemos por pista de asfalto a la localidad costera del Port des Canonge que nos sorprende con un litoral de playas y calas de tonalidades rojizas, fruto de la enorme antigüedad geológica de sus estratos.
No perderemos de vista la costa mientras afrontamos un nuevo ascenso por un sendero con interesantes panorámicas a la Punta de s´Águila y flanqueados por los farallones rocosos de Ses Planes.
El camino nos lleva a la localidad de Banyalbufar, otro pintoresco pueblo de casas de piedra distribuido por las laderas de la sierra mirando al mar.
No muy lejos se encuentra la Torre del Verger, construida originalmente en el siglo XVI para vigilar la llegada de corsarios.
Tras llegar a Estellencs por carretera nos restan dos escollo por superar: Coll des Pi (240m) y Coll de sa Gramola (360 m). Los tramos que hay entre estas dos cotas son son una auténtica maravilla con preciosas vistas a los acantilados aunque nada nos quita realizar por carretera los últimos kilómetros finales a Sa Gramola.
Finalmente, descendemos por el Camí de sa Coma Freda por un agradable valle entre fincas hasta dejar atrás las localidades de Andratx y S´Arracó para llegar a nuestro objetivo de hoy, el turístico y acogedor pueblo costero de Sant Elm.
Deià
Hola amig@s!
Partimos de las pintorescas viviendas de piedra de la localidad de Deià para iniciar nuestra 5º etapa de la Vuelta a Mallorca en bicicleta.
Al sureste la Serra des Boixos pone nombre a estos farallones rocosos que se alzan imponentes protegiendo a la urbe.
Recorriendo la carretera Ma-10
La ruta los evitará buscando en principio la carretera Ma-10 para dirigirnos al suroeste y acercarnos con ello al litoral, aunque ganando altura.
Mirador de Sa Foradada
Esto propicia la aparición de fascinantes balcones al mar a los que merece la pena asomarse. Como por ejemplo al Mirador de Sa Foradada, que nos presenta a la singular península homónima que debe su nombre a una sorprendente roca perforada.
Hay una leyenda que dice que ese agujero fue provocado por un cañonazo en una guerra del siglo XVI en la que se defendían estas tierras de invasores corsarios.
Desde luego el accidente geográfico es de lo más llamativo y el ambiente entrevelado de nubes lo hacen todavía más enigmático.
Possessió de Son Gallard
Por la Ma-10 disfrutaremos un poco más de este escaparate natural, aunque nos ofrece otros artificiales, como esta Possessió de Son Gallard o Caserío del siglo XVI que ha pertenecido a diferentes señores a lo largo de su historia.
La ruta nos hará avanzar unos cientos de metros más por la carretera pero en el lugar de Ca Madó Pilla tomamos un sendero ascendente que nos introduce en el Bosque de Miramar.
Mirador des Tudons
Por este enjambre de encinas se adivina un nuevo mirador, el des Tudons, que nos recibe con una especie de escalera que parece llevarnos al olimpo.
Casi, casi, porque las vistas son espectaculares desde aquí pero las copas de algunos árboles impiden ver la magnitud del litoral. No obstante, Sa Foradada vuelve a saludarnos desde otro ángulo, el mismo que disfrutan los turistas más abajo en el Monasterio de Miramar.
De vuelta al trazado, progresamos en duro ascenso por el Camí de s´Ermita en la vertiente occidental del pico Talaia Vella.
Hay intervalos más asequibles que otros para rodar y en los que tenemos que pausar la marcha por las angosturas provocadas por troncos y piedras, podemos detenernos a otear detalles del paisaje.
Ermita de la Trinitat
Por este camino terminamos llegando a la Ermita de la Trinitat un complejo levantado en 1648 por el ermitaño Joan de la Concepció Mir i Vallès.
En la entrada cubierta que da acceso al complejo encontramos un azulejo y una placa conmemorando a este personaje, además de otros mosaicos con escenas de santos y otros ermitaños.
Tras la entrada damos con un patio que nos recibe por un lado con un pozo, una cisterna y una fuente en la que podremos avituallarnos. Y por otro lado por el edificio del oratorio del siglo XVII, con un frontón mostrando una talla de la Trinidad en su hornacina.
Otra imagen de la patrona a la que se dedica el templo la encontramos en el retablo mayor. En la parte superior, una pintura representa a El Padre, Hijo y Espíritu Santo coronando a la Virgen, como predica el dogma de la Trinidad.
Por su parte, en otro de los retablos de estilo neoclásico se exhibe una escena del Nacimiento de Jesús en la cueva de Belén, y en cierto modo nos recuerda al que presenciamos en la Ermita de Betlem.
Regresando de nuevo al exterior nos dirigimos ahora a las terrazas del complejo donde hay una zona ajardinada con una talla del fundador del templo y una pequeña capilla.
Y como no, unas vistas espectaculares con horizontes infinitos hacia el mar mirando al oeste, y al sur la línea costera de los salientes Punta de s´Águila y Es Cavall que pronto frecuentaremos.
Son parte de los últimos reductos geográficos de la Mola de Planicía, pico de 940 metros de altitud, antes de llegar al mar.
Torre de C´An Costa
Algo más cerca divisamos la Torre de C´An Costa, una atalaya de bonito estilo arabesco. Nuestra ruta no llega a ella, pero si nos aproxima a sus inmediaciones una vez que abandonamos la Ermita, permitiéndonos capturarla en mejores condiciones.
También se la conoce como la Torre Mirador de Sa Vorera y fue mandada a construir a principios del siglo XX por el Archiduque Luis Salvador de Habsburgo-Lorena, también conocido como s’Arxiduc.
El s’Arxiduc
Mientras regresamos a la Ma-10 para pasar por las inmediaciones de Valldemosa os contamos que la pasión de este archiduque por la Isla de Mallorca comenzó nada más pisarla por primera vez en el año 1867.
La belleza del entorno provocó que comprara numerosos terrenos por la Sierra de la Tramuntana e incluso creó un camino a finales del siglo XIX que hoy se conoce como el Camí de l´Arxiduc, una de las rutas de senderismo más populares de la zona.
Nuestro derrotero continúa por las estribaciones meridionales de Son Ferrandell, tras realizar un pequeño ascenso entre los Puig d´en Rata y de Sa Moneda.
Mirador de Son Ferrandell
Aquí podremos disfrutar de un mirador de vértigo donde volvemos a otear el litoral que nos espera. Tendremos que descender a las viviendas del pequeño pueblo costero de Port des Canonge.
Fuerte subida antes del descenso a Port des Canonge
Pero antes de llegar allí, primero hay que subir. Y menudos tramos nos aguardan. La pendiente entre el 13 y 16 por ciento de inclinación endurecen estos senderos, y la piedra y vegetación de algunos intervalos no facilitan la cosa.
Pero bueno, poco a poco. En los metros finales de subida conectamos con una ancha pista de grava que nos viene en el mejor momento. Por ella iniciaremos ya el descenso que nos incentiva con otras fantásticas panorámicas.
Los salientes de Punta de s´Águila y Es Cavall pintan estupendos desde aquí.
A continuación salimos de esta pista por un comprometido sendero zigzagueante para luego conectar con una carretera local.
Por aquí serpentearemos en descenso por la vertiente septentrional del Coll d´en Claret al tiempo que gozamos del escaparate al mar y del esfuerzo de los ciclistas que nos pasan en sentido inverso.
Es una pista muy disfrutona por la que llegaremos rápidamente a la localidad de Port des Canonge, ya en el Municipio de Banyalbufar.
Port des Canonge
De entrada, esta urbe de orígenes pesqueros cuenta con una pequeña playa de 80 metros de longitud a base de arena y piedra. Está flanqueada por una serie de varaderos, conocidos con el nombre de “escars”, donde las pequeñas embarcaciones pueden descansar o ser reparadas.
Echamos la vista al norte para divisar toda la franja costera que hemos bordeado, cerrando el horizonte con la Punta de Sa Foradada.
Al sur continuaremos por el sendero que va hacia Banyalbufar, por un fascinante tramo de litoral que nos llevará de inicio por las rojizas capas de orografía entre calas de cantos rodados.
Un entorno de gran interés geológico
La característica tonalidad (Platja de Son Bunyola) de la tierra se debe a su composición en óxido de hierro y a la antigüedad geológica de sus estratos, quizá la más longeva de toda la isla.
Tras la Playa de Son Bunyola iremos ganando altura progresivamente al tiempo que, por sorpresa, el color de la tierra cambia debido a la presencia de roca de material calcáreo.
Un ascenso exigente por asfalto conecta con otra pista de tierra que nos ofrece atractivas perspectivas de otro singular accidente geográfico de la zona, la dentada Punta de l´Águila. Su curiosa forma se debe a las presiones causadas por una falla durante millones de años.
La senda asoma con vértigo a la costa y continúa su recorrido bajo los acongojantes afloramientos rocosos de Ses Planes. Por aquí vamos rodeando el saliente de Es Cavall para ir despidiéndonos de toda la franja de litoral que venimos recorriendo desde Sa Foradada.
Después, avanzaremos con rapidez por el agradable tramo que resta hasta llegar a Banyalbufar.
Banyalbufar
Merece la pena contemplar la urbe desde la distancia para ver cómo se distribuyen sus viviendas por las escarpadas pendientes de la Tramuntana.
Aprovecharemos la carretera Ma-10 para atravesar este pintoresco pueblo de casas de piedra que miran al mar, de hecho, el nombre Banyalbufar es de orígen árabe aunque con derivaciones al catalán y viene a significar algo así como “emplazado junto al mar”.
Es característico también de esta localidad su orografía moldeada en terrazas para aprovecharlas en diferentes cultivos.
Torre des Verger
Muy cerca se ubica la Torre des Verger, construida en el año 1579 para controlar las incursiones piratas. No hay duda que la vigilancia desde aquí arriba podía cubrir gran parte de esta franja de territorio, desde Es Cavall hasta Punta de Son Serralta.
Estellencs
Nuestro viaje continúa por la Ma-10 varios kilómetros más hasta la siguiente localidad, Estellencs, cuyas viviendas se encuentran cobijadas al sur por el Puig de Galatzó de 1027 metros de altitud y el Sa Moleta Rasa de 684.
Iglesia de Sant Joan
Adentrándonos en sus calles descubrimos la Iglesia de Sant Joan construida en el siglo XVII aunque ampliada en el siglo XIX. Su campanario es en realidad una torre defensiva del siglo XVI reconvertida.
Estellencs posee otros encantos turísticos pero desgraciadamente no tenemos mucho margen de tiempo, la tarde nos depara dos cotas que afrontar.
Coll des Pi
La primera es el Coll des Pi, que iniciamos nada más salir de la localidad tomando pistas de tierra y asfalto.
La ganancia de altura nos coloca rápidamente por encima de los tejados de Estellencs. Terminamos de coronar esta cota por la carretera Ma-10.
Para evitar el asfalto Tracks de Mallorca nos propone ir paralelos a ella por tramos de senderos más atractivos. Este en concreto sigue el trazado del GR-221 por cómodos firmes de tierra entre bosques de pinares.
La frondosa vegetación no impide que de cuando en cuando podamos disfrutar de buenos ventanales a la costa. Regresaremos a la carretera con unos metros finales algo duros.
Carretera Vella d´Estellencs
Posteriormente, circularemos unos 2,5 km por el asfalto hasta una nueva salida en la que nos incorporamos al precioso camino de Carretera Vella d´Estellencs. Por aquí iremos atravesando las faldas del Macizo Moleta de S´Esclop que se precipita en acantilados al Mediterráneo.
El itinerario solo salpicado por algún pinar disperso deja al descubierto todo un paisaje embriagador de monte y paredes verticales que recorremos con comodidad.
Coll de Sa Gramola
Este delicioso paseo llega a su fin tras pedalear sus poco más de dos kilómetros de longitud. La Ma-10 nos reclama de nuevo, esta vez, para encarar el ascenso al Coll de Sa Gramola.
Ir por carretera no hace perder el interés paisajístico del entorno que, a pesar de perder de vista el mar por momentos, se rodea de elevaciones y atraviesa una pequeña depresión fraccionada en fincas.
Camí de Sa Coma Freda
Una vez alcanzada esta cota de unos 360 metros de altura tomaremos el Camí de Sa Coma Freda para realizar un agradable descenso por el valle comprendido entre las Sierras de So na Vidala y de Son Ensenyat.
Tracks de Mallorca nos dirigía por otra variante algo más técnica, pero decidimos tomar esta para evitar un final de etapa nocturno.
Andratx
Atravesaremos un entramado de fincas por pista de asfalto hasta llegar a las estribaciones noroccidentales de la localidad de Andratx. Callejeamos por aquí hasta incorporarnos a la carretera Ma-1030.
S´Arracó
Por ella alcanzaremos S´Arracó, la siguiente urbe, donde realizamos una parada para capturar la Iglesia del Santo Cristo, un edificio construido a principios del siglo XVIII a base de piedra de mampostería. Del campanario destacan sus vanos ojivales.
De S´Arracó a Sant Elm, nuestro destino de hoy, solo nos restan 4 kilómetros que completaremos rápidamente por la carretera Ma-1030.
Sant Elm
La localidad costera y turística de Sant Elm nos recibe con un apacible atardecer. Aquí recibiremos un merecido descanso tras otra jornada más de apasionante ciclismo.
Solo con solo mirar la cautivadora orilla de la Playa des Geperut y el suave balanceo de las embarcaciones fondeadas en sus aguas comenzamos a relajarnos.
Nos resta solo una etapa más para completar esta vuelta a Mallorca, así que a reposar, pues queremos llegar a buen puerto.
¡Hasta la próxima!