
4 · PADRÓN – SANTIAGO de COMPOSTELA
4 Padrón – Santiago de Compstela (26 kms)
Nos despedimos de Padrón atravesando el Paseo Do Espolón y dejando atrás su Iglesia de Santiago.
A continuación llegamos a Iria Flavia, lugar fundado por Vespasiano en el año 74 y en cuyos dominios se alza la Iglesia de Santa María.
Posteriormente, caminamos junto a la incómoda vía N-550 para atravesar un sector industrial.
Al poco nos introducimos en pistas vecinales que deambulan por los núcleos de O Souto, Cambelas, Anteportas o Tarrío, entro otros.
El camino se dirige luego a Escravitude, donde se planta el Santuario de la Esclavitud. Muy cerca de allí se ubica la Iglesia de Santa María de las Cruces (Cruces), de orígenes románicos aunque con remodelaciones posteriores.
Nuevas estampas rurales nos introducen en el robledal del Valle del Río Tnto hasta llegar a O Faramello. Después llega Rúa de Francos, donde descubrimos uno de los cruceiros gallegos más antiguos y una valiosa carballería.
A continuación tomamos el por el Camiño de Riotinto para luego ascender por el Monte de Agro dos Monteiros. Este tramo llega a O Milladoiro donde ya se empiezan a ver en la lejanía las torres de la Catedral de Santiago de Compostela.
Tras descender y cruzar el Ponte Vella de Arriba encaramos un último ascenso para introducirnos en las calles de Santiago de Compostela y alcanzar por fin la Plaza del Obradoiro.
Padrón
Homenaje a Camilo José Cela
Comenzamos la última etapa en Padrón , por su Paseo do Espolón. Este parque alberga en sus jardines un monumento en memoria a su paisano, el famoso escritor Camilo José Cela.
El autor fallecido en el año 2002 fue Premio Nobel de Literatura en 1989.
Avanzamos por el Paseo do Espolón al tiempo que flanqueamos el Río Sar. Nos asomamos a la orilla del caudal para divisar un par de hitos monumentales:
Puente de Santiago
Por un lado el Puente de Santiago, construido en el año 1852 para sustituir a otro que se destruyó con una crecida del río.
Convento del Carmen
Por otro lado, en la orilla opuesta se alza el Convento del Carmen, un edificio neoclásico construido en el siglo XVIII y que actualmente está habitado por la orden de los Padres Dominicos.
Iglesia de Santiago
Tuvimos ocasión de visitar su interior en la etapa precedente, al igual que el templo de la Iglesia de Santiago que se encuentra justo detrás del monumento dedicado a Rosalía de Castro, una importante autora padronesa también dedicada a la escritura.
Cuando paséis por Padrón no olvidéis visitar el interior de la Iglesia de Santiago. En su Altar Mayor se encuentra El Pedrón, un pedestal romano en el que supuestamente se amarró el barco que vino de Palestina cargando con los restos del Apóstol Santiago.
A continuación, abandonamos la localidad por su flanco septentrional para encontrarnos con el otro brazo de Río Sar. Este ramal hace de frontera entre Padrón e Iria Flavia, la siguiente aldea que recorreremos.
En un mural de una famosa marca de cerveza hay una inscripción que reza «En el Camino el idioma puede ser una barrera pero una sonrisa, no«.
Iria Flavia
Iglesia de Santa María La Mayor de Iria Flavia
Cruzaremos ahora la N-550 para dirigirnos al hito monumental destacado de este lugar: La Iglesia de Santa María La Mayor de Iria Flavia.
La iglesia original es del siglo I después de Cristo pero fue destruida por Almanzor en el año 999. Después, en el siglo XI, el Obispo Cresconio mandó a construir otra en la ubicación actual, más alejada de Padrón para evitar los asaltos enemigos provenientes del río.
Posteriormente, entre los siglos XII y XIII se le hicieron nuevas reformas de las que se conserva la fachada sur, gótica, de tres arquivoltas y con un tímpano que representa la escena de la Adoración de los Reyes Magos.
Por su parte, entre los siglos XVII y XVIII el templo sufrió una profunda reconstrucción en estilo barroco gallego donde destacan sus torres piramidales, que no se encuentran en el cuerpo de la fachada principal, si no en la parte trasera de la iglesia.
Camposanto de Adina
Además, el recinto donde se ubica la Iglesia posee el Camposanto de Adina en el que descansan los restos del Premio Nobel de Literatura Camilo José Cela. Iria Flavia fue realmente el lugar de nacimiento del escritor.
También se puede encontrar un peto de ánimas que exhibe una imagen de San Francisco de Asís que pertenecía al antiguo retablo gótico del templo.
Para terminar, decir que este lugar fue fundado por el emperador Vespasiano en el año 74 d.C y en su día fue sede episcopal de la Iglesia Católica.
Pedrera
Reanudamos la marcha por el lugar de Pedrera por donde asoma un antigua Fuente Lavadero a orillas del Regueiro de Avelenda.
Después deambulamos unos momentos por estas calles para acercarnos inexorablemente al tramo más incómodo de la jornada: el tramo por la carretera Nacional 550.
Navegaremos unos 1.300 metros pegados a esta pista cargada de tráfico que atraviesa un núcleo industrial.
Quintáns
A la altura del lugar de Quintáns la señales nos sacan del estruendo de los motores para transitar por pistas vecinales paralelas a la carretera nacional.
Por aquí somos recibidos por una pareja de gatos bastante sociable. Y también advertimos que nos quedan cerca de 23 kilómetros para llegar a Santiago de Compostela.
Romarís, Souto y Rueiro
Romarís, Souto o Rueiro son algunas de las aldeas contiguas que iremos atravesando a nuestro paso. En una de ellas nos sorprende una colonia gatuna, quizá sean colegas de los miembros que hicieron de anfitriones de este tramo.
En cualquier caso, parece ser que aquí hay personas que se encargan del cuidado de esta comunidad de animales. Hay muchos, así que si se portan mal ya se encargan de ponen orden los antagonistas perrunos de los vecinos.
Cambelas y Anteportas
A la salida del lugar de Cambelas cruzamos el Rego da Pastoriza, uno de los arroyos que nutre las huertas, parrales y cultivos de cereal de las parcelas de estos núcleos de casas intermitentes.
En Anteportas, algunas propiedades nos encajonan entre pasillos de piedra que han sabido mantener ese adn rural gallego que nos transporta a otras épocas. Por aquí, algunos vecinos parecen entretenerse con el paso del flujo continuo de peregrinos.
Tarrío
De las casas tradicionales de Anteporta pasamos después a los campos de Tarrío donde se dejan ver algunos pastos y parcelas destinadas al cultivo de cereal.
Tarrío también es el nombre del río y que por aquí cruzamos. Como hemos visto en otra ocasión, un Lavadoiro situado junto a una ribera aprovecha las aguas del caudal.
Por su parte, seguimos despertando el interés de los habitantes de estas localidades, y algunos de ellos exhiben sus mejores galas.
La identidad rural continúa sucediéndose a cada paso regalándonos un intervalo de recorrido muy ameno.
Os Muíños y Vilar
De los robledales y campos de la aldea de Os Muíños pasamos a las hileras de parrales de Vilar. En este último lugar aparece una fuente lavadoiro, otro hito etnográfico del patrimonio gallego que han hecho bien en restaurar para conservar los elementos tradicionales.
A la salida de esta población damos con la línea de ferrocarril que viene de Redondela y llega hasta Santiago de Compostela.
Tras unos 200 metros, en el lugar de O Loureiro la señales nos arrojan de nuevo a la N-550.
A Escravitude
No tendremos que andar demasiado por el otro margen de la carretera para llegar a A Escravitude, donde el arcén llega a toparse literalmente con las escaleras de la Iglesia de la localidad.
Santuario de Nuestra Señora de la Esclavitud
El edificio es barroco, construido entre el siglo XVIII y XIX, y dispone de dos torres con algo más de 32 metros de altitud.
Bajo esta escalinata se encuentra una fuente milagrosa en la que antes se situaba la imagen de la Virgen de la Esclavitud. Cuando finalizaron las obras del templo, la talla se colocó en la hornacina de la fachada principal.
El singular nombre del Santuario se lo debemos a un peregrino que hacía el Camino de Santiago para pedir la sanación de su enfermedad. Cuando llegó aquí bebió de la fuente y al poco fue sanado de sus males.
Ante tal hecho, agradeció a la imagen de la Virgen el haberlo liberado de la esclavitud de su enfermedad.
Cruceiro da Escravitude
Contiguo al templo hay un pequeño parque en cuyo espacio central se alza el Cruceiro da Escravitude. Fue construido en el siglo XVIII en estilo barroco y su Cruz la ocupan las imágenes de Cristo y la Virgen de la Esclavitud.
Cruces
A continuación, tras recorrer unos 200 metros en sentido ascendente llegamos al lugar de Cruces.
La Iglesia de Santa María de Cruces
Aquí se planta La Iglesia de Santa María de Cruces que es de orígenes románicos del siglo XII aunque posteriormente sufrió remodelaciones.
El edificio se encuentra rodeado en un camposanto donde advertimos algunos mausoleos familiares adosados a su fachada meridional. Como se observa, el conjunto goza de vistas privilegiadas al Valle del Río Sar.
En la fachada principal destacamos varios elementos barrocos. Por un lado destacamos su entrada que se corona con un frontón partido por la hornacina en la que se coloca la talla de Santa María. Y por otro lado, la torre campanario, en la que se abren cuatro vanos para sus campanas.
Entre los elementos románicos destacamos los canecillos, que podemos encontrar en el muro norte del templo y en la cornisa sur del ábside. Tres de estos últimos parecen tener cabezas de monos como temática.
Por su parte, en el lado oriental del ábside se conserva la ventana original románica de la iglesia.
Reanudamos el viaje abandonando el lugar de Cruces para alternar por una serie de pistas que atraviesan la campiña. Unos terrenos que se ven protegidos al oeste por las elevaciones de las Peñas de Cruces y de Angueira.
Angueira de Suso
Precisamente, por las faldas de la última de ellas recorreremos unos cientos de metros emboscados para alcanzar posteriormente el lugar de Angueira de Suso.
Llegaremos a esta aldea una vez pasemos por debajo de la línea de ferrocarril. Callejeando entre sus arterias encontraremos una Fuente Lavadoiro. Aunque ha sido restaurada, este hito etnográfico fue construido originalmente en el año 1932.
Los alicientes rurales siguen manteniéndonos bastante entretenidos a medida que avanzamos. Una nueva fuente o canal parece dirigirse a una caseta de piedra forrada de yedra ¿Sería un antiguo molino?
Río de Angueira
No sería extraño porque el Río de Angueira corre muy cerca y como hemos comprobado en otras ocasiones, estos elementos se situaban a orillas de los cauces para aprovechar la fuerza del agua.
Areal y A Picaraña
Areal y A Picaraña serán las siguientes aldeas que atravesaremos antes de alcanzar una vez más la carretera nacional 550. En esta ocasión agradecemos dar con ella, ya que podemos localizar un sitio donde poder avituallarnos.
Después, cruzamos la vía para alejarnos de estas infraestructuras industriales e introducirnos en un tramo más amable en naturaleza.
Por el Valle del Río Tinto

Este bello tramo discurre por el Valle del Río Tinto, donde nos vemos cobijados por una magnífica masa de robles y helechos que se ve salpicada por ejemplares de pinos y eucaliptos.
Tierras de la leyenda Xacobea de la Traslatio
No es baladí el paso del camino por este espacio natural, ya que muy cerca de aquí se encuentra el Castro Lupario. El recinto se encuentra en lo alto de una loma que pudo estar habitada desde la Edad del Bronce hasta la Época Medieval.
Allí pudo vivir la Reina Lupa, un personaje del que toma el nombre el yacimiento y muy vinculado a la leyenda Xacobea de la Traslatio. Según la tradición, los discípulos del apóstol Santiago, Teodoro y Anastasio acudieron a Lupa en un par de ocasiones para solicitarle un lugar donde dar sepultura a los restos de su maestro, que traían desde Palestina.
Lupa no lo puso nada fácil ya que la primera vez los envío a pedir consejo a un sumo sacerdote que terminó por encarcelarlos. Y en la segunda ocasión, les facilitó un par de bueyes y una carreta en la que poder trasladar el cuerpo del apóstol hasta el Pico Sacro, un lugar en el que no tuvieron buenas experiencias.
Finalmente, Teodoro y Anastasio consiguieron llegar al monte Libredón donde pudieron enterrar el cuerpo del Apóstol. Ante tal hazaña, Lupa terminó convirtiéndose al cristianismo solicitando ser bautizada.
Estamos transitando las estribaciones septentrionales del Monte Areal, muy cerca del curso del Río Tinto.
Pazo de Faramello
Este caudal se usó en el siglo XVIII para crear, con la ayuda de molinos hidráulicos, la primera fábrica de papel de Galicia en el famoso Pazo de Faramello, situado muy cerca de aquí.
Quizá este tramo de calzada de piedra se levantó para llegar al Pazo, aunque realmente no tenemos muy claro su origen.
Para ver el Pazo hay que desviarse y pedir cita previa. Seguimos las señales, las cuales desembocan en una carretera local que nos hace atravesar la aldea de O Faramello.
Rúa de Francos
A la salida del lugar nos incorporamos a otra pista de asfalto que nos dirige por las propiedades de Rúa de Francos. En este sitio encontraremos varios hitos de interés.
Capilla de San Martiño
Por un lado la Capilla de San Martiño que nos recibe al final de un pequeño pero exigente ascenso. Se desconoce la cronología de este sencillo templo que mezcla la sillería y mampostería en su construcción.
Cruceiro gótico
Por otro lado, frente a la capilla se alza la pieza monumental más destacada de este lugar. Se trata de uno de los cruceiros gallegos más antiguos. Data del siglo XIV y se compone de una Cruz gótica en la que parece haber dos peregrinos a los pies del Cristo Crucificado.
Carballería de Francos
Para finalizar, caminando unos metros en descenso nos acercamos al enclave de la Carballería de Francos.
Una escultura de un jinete montando a caballo nos da pistas del acontecimiento que se lleva celebrándose aquí cada 11 de noviembre. Es el Campo da Feria donde tiene lugar la Feria del Caballo de San Martiño, una tradición que lleva sucediéndose desde el siglo XVI.
Debe ser todo un lujo ver cómo este conjunto de magníficos ejemplares de robles todavía acoge este evento de ganado autóctono.
Osebe
Robles también serán los que nos escolten los próximos cientos de metros hasta Osebe, el siguiente lugar a nuestro paso. Nos valdremos de un viaducto para salvar la línea de ferrocarril que por aquí pasa.
Al parecer, antaño se aprovechaba la estación de tren de Osebe para exportar ganado a toda la península.
Callejeando entre las pistas vecinales se entrecruza la carretera DP-0205 vía que rebasamos con precaución para seguir avanzando.
Poco después alcanzamos el Río Tinto, torrente que ha ido conformando todo este valle cargado de historia y belleza natural.
A Pedreira
Seguimos circulando cómodamente por la aldea A Pedreira hasta incorporarnos a una pista de tierra emboscada donde el firme vuelve a inclinarse. De izquierda a derecha iremos flanqueando aldeas como Raíces y Balcaide por una suerte de firmes dispares.
Ascenso al Monte Agro dos Monteiros
Por aquí iremos acometiendo el ascenso hacia el Monte de Agro dos Monteiros con agradecida primera parte al cobijo de la frondosidad natural.
La parte más dura es la que hay justo antes de llegar al lugar de A Grela donde remontamos el valle del Rego de Rodillo, un afluente del Río Tinto. Por aquí afrontaremos cuestas de pendiente media al 10% que sirven a algún petirrojo para compadecerse de nosotros.
A Grela
Un último esfuerzo y nos incorporaremos al asfalto de una rotonda. Por uno de sus escapes salvamos la vía VG-1.7 para avanzar por la DP-0206 arteria principal de A Grela.
O Milladoiro
El arcén de esta carretera nos servirá para alcanzar O Milladoiro, lugar en el que podremos realizar el almuerzo.
Capilla de Santa María Magdalena
Aquí se emplaza la Capilla de Santa María Magdalena, un templo sencillo hecho a base de sillares cuyos orígenes pueden venir del románico. En 1863, debido a su mal estado, se le hizo una importante reforma en la que se le añadió también la espadaña.
En su interior de una sola nave de planta rectangular destaca la imagen tumbada de la Santa, consagrándose a la penitencia y la oración apoyando su mano derecha en una calavera.
Variante por la Subestación eléctrica de Santiago
A continuación emprendemos la marcha desde O Milladorio tomando una variante que nos aconsejan unos vecinos.
Algunos estudiosos afirman que el nombre de O Milladoiro se debe al lugar en el que los peregrinos se humillaban u arrodillaban una vez veían por primera vez la Catedral de Santiago de Compostela.
Por el trazado oficial se dejan ver las torres en las inmediaciones de O Porto de Conxo, pero por aquí lo harán tras dejar atrás la Subestación eléctrica de Santiago. Hay quien dice que este es el verdadero “Monte do Gozo” del Camino Portugués Central.
Desconocemos la veracidad de esta información, pero lo que sí podemos confirmar es que esta variante es más cómoda que la oficial en cuanto a salvar las infraestructuras de carreteras que rodean a la Autovía AG-56, Santiago – Noya.
A Rocha Vella
Volveremos a conectar con las señales oficiales en el lugar de A Rocha Vella. Iremos descendiendo por sus calles a medida que oteamos las estampas que dan al valle conformado por los ríos Sar y Sarela.
Las torres de la Catedral parecen esconderse por momentos, pero pronto tendremos la suerte de colocarnos frente a ellas.
Ponte Vella de Arriba
Tras serpentear por A Rocha Vella y rebasar la línea de ferrocarril nos acercamos al Ponte Vella de Arriba. Este antiguo paso medieval situado sobre el río Sar ha sido recientemente restaurado.
No hace mucho por aquí también pasaban vehículos a motor pero ahora es de uso exclusivo para peatones. De esta forma se cuida el flujo de peregrinos llegados del Camino Portugués.
Cruzamos el río y comenzamos a remontar las faldas meridionales del Monte do Conxo.
En este pequeño tramos podremos disfrutar de los últimos espacios naturales del camino en el que tendremos la oportunidad de despedirnos del Río Sar que desciende alegre por el valle.
Unos 600 metros de ascenso nos sitúan bajo el viaducto de la carretera SC-20. Esta infraestructura significa introducirnos en el lugar de A Volta do Castro, uno de los barrios periféricos de Santiago de Compostela.
Por la variante de Santa Marta
De las dos variantes que aquí se nos plantean tomamos la de Santa Marta, más corta y un poco mejor señalizada.
Cruzamos la SC-20 por arriba y caminamos 2 kilómetros prácticamente en línea recta hasta situarnos en el Parque de la Alameda.
Finalmente, nos introducimos en el antiguo intramuros de la ciudad por la Porta Faxeira, por donde entraban los peregrinos del Camino Portugués, como nosotros, y el pescado y las mercancías de los puertos de Noia, Pontevedra o Fisterra.
La Rúa do Franco se convierte así en la última arteria de este viaje que nos ha dado la oportunidad de conectar con la naturaleza, la historia y las tradiciones de una tierra en la que resuena el eco infinito de la leyenda de la Traslatio.
A decir verdad, todos los Caminos de Santiago tienen su componente espiritual, más allá de la religión que una persona quiera o no quiera profesar.
El secreto está en abrirse a esta experiencia, para dejarse empapar por lo que te rodea y que te lleve a realizar acciones y pensamientos que eleven tu alma. Quien sabe, puede que te haga brillar a ti y a los que te rodean.
¡Hasta la próxima!

