
EL SALTILLO
En esta ruta continuamos explorando el Parque Natural Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama, en la provincia de Málaga.
En esta ocasión nos trasladamos a Canillas de Aceituno, bonito pueblo de la Axarquía del que parte una de las rutas más conocidas de la zona: El Saltillo.
El sendero nos conducirá por una acequia hasta el desfiladero del Río Almanchares, donde nos espera un terreno vertical que en ocasiones se salva con pasarelas metálicas. No en vano nos recuerda un poco al 👉📖CAMINITO del REY.
Por el camino tendremos espectaculares vistas a la Sierra de Tejeda cuya cima, La Maroma, asoma por el horizonte. No os perdáis el ascenso que realizamos a este pico en el siguiente vídeo 👉 🎥 SUBIDA a LA MAROMA
La ruta concluye en los Saltillos del Almanchares, una sucesión de pequeñas cascadas y pozas naturales de aguas verdes y cristalinas.
No hace mucho han construido por aquí un puente colgante de unos 50 metros de longitud. Lástima que no estuviera cuando nosotros hicimos la ruta aunque realmente esta nueva infraestructura no afecta al sendero que nosotros realizamos.
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Canillas de Aceituno
Hola amig@s!
Nos encontramos en Canillas de Aceituno, en la provincia de Málaga, apunto de iniciar uno de los senderos más conocidos de esta zona.
El sol pega fuerte hoy, por eso nos hemos echado la protección solar correspondiente y vamos en busca de alguna botella más de agua por si acaso.
Ruta Mudéjar
Mientras nos orientamos por la urbe para encontrar el inicio de la ruta, os contamos que Canillas de Aceituno tiene sus orígenes en la época de ocupación de la península por parte de los árabes.
Sus calles estrechas y sinuosas, alguna de ellas arqueadas y dispuestas en el terreno escarpado son muestra evidente de la cultura musulmana. De hecho Canillas de Aceituno se encuentra dentro de la “Ruta Mudéjar” de la comarca de La Axarquía, en la que se deja ver la influencia arquitectónica de los árabes que se quedaron en la península tras la conquista de los cristianos.
Para inicar la ruta de El Saltillo debemos dirigirnos a la parte alta de la localidad y tomar la Calle Convento. Empinados tramos nos conducen a unas escaleras en las que empezamos a dejar bajo nuestra mirada las casas de la localidad, el Embalse de la Viñuela y la barrera de los Montes de Málaga.

Al norte los peñascos de Hoya Alta.
La Acequia
El camino sigue dirección este adentrándose en bancales de olivos, huertos y árboles frutales, donde la orografía aprovecha el paso de distintos arroyos y ríos para abastecer los cultivos. Una de las mejores formas de sacar partido a esta cuenca hidrográfica es por medio de las acequias, también adquiridas de la cultura árabe.
Nuestro recorrido irá parejo a la trayectoria de este canal unos 700 metros con lo que solo tendremos que dejarnos llevar por su curso. Entre el ver correr el agua y oír su murmullo, y la sombra que proporcionan algunos pinares dispersos, hacen de este intervalo un tránsito muy agradable. Eso sí, vigilando siempre la pisada, no vayamos a dar un traspiés por los muretes del canal, que a veces se estrechan.
El Albercón
El canal desaparece una vez llegamos al Albercón, gran depósito de agua del que parte un gran porcentaje del suministro de riego de los campos de la zona. También hace las veces de fantástico mirador a la comarca de La Axarquía, plagado de ondulaciones entre sucesivos cerros y barrancos.
Desde aquí giramos a la izquierda en un exigente ascenso para incorporarnos al sendero que continúa el trayecto. Siempre hacia el este, serán los entrantes y salientes de la orografía los que determinen el dibujo del camino que como veis, progresa en subida.
Barranco de la Mina
Encontraremos algunos olivos queriendo dar sombra, otros fallan en el intento incomodando el paso. La caída aquí es considerable, hacia lo que se conoce como el Barranco de la Mina donde apreciamos viejas construcciones en sitios imposibles.
Y lo que antes era una acequia ahora es una larga tubería.
Garganta del Río Almanchares
Franqueamos ahora el extremo más cóncavo del barranco en la que debemos evitar pegarnos el borde si no queremos llevarnos algún disgusto. El sendero perfila ahora a media altura el Cerro conocido con el nombre Juan Zamora que como vamos viendo, nos va introduciendo poco a poco en la garganta del Río Almanchares.
Seguimos ganando altura, ahora con tendencia al noroeste, siguiendo el curso del Almanchares hacia su nacimiento en la Sierra de Tejeda, en la vertiente sur de la Maroma, cima que ya se empieza a adivinar entre las cumbres.
Mirador del Saltillo
Y poco después, encontramos una caseta en la que se descalcifica el agua para luego topar con un mirador de vértigo hacia las paredes que encajonan el río. Estad atentos porque no hace mucho han construido por aquí un puente colgante de unos 50 metros de longitud. Lástima que no estuviera cuando nosotros hicimos la ruta.
Pasarela Colada Chica
Lo que sí disfrutamos fueron las pasarelas metálicas, estas llamadas Colada Chica, situadas a más de 50 metros de altura y que nos libran de ponernos en más de un aprieto. Por favor, absténganse las personas con mal de altura y tomároslo con calma y seguridad a la hora de sacar las fotos necesarias.
Ni que decir tiene que el estar suspendidos en el aire sobre plataformas metálicas en las paredes de desfiladeros, nos trae a la memoria otra ruta malagueña con tintes parecidos, pero de mayor envergadura. Os hablamos del Caminito del Rey, del que os dejamos un enlace de nuestra visita.

Pasarela Colada Grande
El trazado continúa por derroteros un poco arriesgados; por eso no pasan muchos metros hasta que encontramos las pasarelas de la Colada Grande. Su propio nombre indica que el recorrido por estas plataformas es un poco más largo que la pasarela anterior, e incluso más impresionante.
Si nos detenemos a mirar y tiramos un poco de zoom se pueden apreciar las distintas pozas que el río ha ido horadando con los años mientras daba saltos por la orografía abriéndose paso.
No es de extrañar que a esta zona le llamen El Saltillo.
Las pasarelas finalizan, pero cuidado, el riesgo no. El desfiladero sigue ahí y además tendremos que sortear la tubería que nos acompaña en alguna que otra ocasión, ya que serpentea bajo nuestros pies.
Mientras tanto circulamos encajonándonos más en el barranco, entre las paredes que descienden del Cerro El Fuerte y del Collado de la Gitana. Los desniveles que salva el río son más exigentes que los afrontamos nosotros, por eso, poco a poco lo iremos percibiendo cada vez más cerca de nosotros.
No obstante la caída todavía es seria, con puntos que precisan su balaustrada de protección. Porque aquí es fácil despistarse con estos riscos amenazantes, con el descenso alegre del río o con la vegetación cada vez más frondosa. Hay que seguir firmes por la senda, aunque la roca intente empujarte al vacío.
Saltillos del Almanchares
Al final, todo tiene su recompensa, que en esta ocasión se traduce en los Saltillos del Almanchares, una sucesión de pequeñas cascadas y pozas naturales de aguas verdes y cristalinas.
Hay unas pequeñas intervenciones del hombre para el abastecimiento de agua pero esto no le quita belleza a este lugar tan pintoresco. Si tenéis dotes aventureras podéis seguir ascendiendo para descubrir otros saltos de agua, pero hay que trepar un poco.
Nosotros lo dejaremos para otra ocasión. Por cierto no dejéis de escudriñar la montaña y sus riscos, ya que podréis encontrar algunos ejemplares de cabra montesa.
Y nada más amig@s, llega la hora regresar, y lo hacemos disfrutando de este sendero en sentido contrario que también nos regala vistas espectaculares.
Hasta la próxima!

