12 · TRABADELO – SARRIA
Llega otra de las etapas reinas del Camino de Santiago Francés, la subida a O Cebreiro, que incluye dos repechos como son el Alto de San Roque y el Alto del Poio. Afrontarlos significa entrar en Galicia y empezar a disfrutar de un denominador común: el verde de su naturaleza.
Comenzamos la subida a Cebreiro afrontando un perfil suave por el que vamos atravesando las pequeñas poblaciones de la falda de la montaña.
Vega de Valcarce
En Vega de Valcarce, quizá el pueblo más significativo de este tramo, pasamos bajo los inmensos pilares que sujetan los viaductos de la autopista. Atravesar esta majestuosa construcción era una forma rápida de mentalizarse de que lo más duro de la ascensión estaba por llegar.
Las Herrerías
En Las Herrerías, el camino nos separa de los peregrinos a pie, que realizan la subida por una senda con la que muy pocos ciclistas se atreven. Nosotros, en cambio, seguimos nuestro periplo por la antigua carretera.
Ascenso a O Cebreiro por la carretera N-VI
Comenzamos lo más duro del ascenso acompañados por César, un ciclista con el que coincidimos en etapas anteriores. El trayecto tiene algún que otro perfil exigente, pero si combinas el esfuerzo físico con una charla, al final termina uno un poco asfixiado. Así que dejamos a nuestro compañero seguir su ritmo.
Y de eso se trata, de seguir tu ritmo a medida que avanzas tramo a tramo midiendo tus fuerzas tanto físicas como mentales. Nosotros, como venimos haciendo la mayor parte del camino, lo hacemos con calma y cuando creemos que nuestro ímpetu empieza a fallarnos, ahí aparece la entrada a la Comunidad de Galicia para darnos fuerzas extras como si de una barrita energética se tratase.
O Cebreiro
Así, con las energías renovadas y descubriendo los nuevos paisajes que se presentaban ante nosotros fuimos completando este fantástico ascenso hasta llegar a Cebreiro.
Aunque el ascenso principal ya estaba acabado, todavía quedaban varios repechos que superar. Seguimos tomando el asfalto como pista principal mientras se abren paso las panorámicas de las sierras de Os Ancares y O Courel que nos dan la vitalidad necesaria para seguir adelante.
Alto de San Roque
En el Alto de San Roque encontramos la estatua que homenajea a los peregrisnos y al esfuerzo que tienen que imprimir a lo largo de esta etapa.
Alto do Poio
Alcanzar el último repecho de esta sierra, el Alto do Poio, requiere arrojo y voluntad. Es el punto más alto de la etapa, 1335 metros y significa el fin de la alta montaña del camino francés y por tanto, la última oportunidad de poder disfrutar de estas maravillosas estampas.
La bajada hacia Triacastela fue algo enrevesada ya que en algunos tramos la vía original se va cruzando con la carretera y en una ocasión nos confundimos al tomar una incorporación y acabamos visitando zonas un poco apartadas, pero el trayecto fue bien bonito igualmente y terminamos encontrando de nuevo la carretera hacia Triacastela.
Triacastela
En esta pequeña localidad, lugar en el que los peregrinos a pie suelen acabar la etapa de O Cebreiro, decidimos hacer un alto en el camino para almorzar.
Para seguir la ruta desde Triacastela pueden tomarse dos alternativas. Nosotros elegimos la más larga aunque con un perfil más favorable y con el añadido de poder cruzar por Samos.
Samos
Monasterio Benedictino
En Samos, no quisimos perdernos el Monasterio Benedictino, cuyos orígenes datan del siglo VI de la época visigótica, aunque después casi todo el conjunto arquitectónico se construye entre los siglos XVI y XVIII.
Cuando realizamos el Camino Olvidado tuvimos la ocasión de visitar su espectacular interior con sus pinturas murales.
Capilla del Salvador
También de gran valor es la Capilla del Salvador, de estilo mozárabe del siglo IX.
Precioso sendero a las inmediaciones de Sarria
De vuelta al camino, empezamos a notar en nuestras fuerzas el desnivel acumulado en la etapa pero nos alegró alejarnos un poco del asfalto y tomar una preciosa senda. Por ella descubrimos pequeñas aldeas con algunas iglesias como la de Santalla de Pascais, construida en el siglo XII en estilo románico.
Sarria
Finalmente llegaríamos a Sarria, donde por fin descansaríamos.