2 · NEDA-PONTEDEUME
Nos despedimos de Neda no sin antes descubrir otros de sus tesoros. En Fene, dejamos atrás la Ría de Ferrol para encarar con algo de esfuerzo los primeros collados que nos llevarán a la Ría de Arosa, donde nos espera por un lado, la bonita Playa de Cabanas o de la Magdalena.
Por otro aldo, Pontedeume, un atractivo pueblo costero con esencia medieval donde la huella de los Condes de Andrade todavía perdura.
Al parecer, una peregrina no durmió en el albergue esta noche, pero dejó sus cosas allí y todavía nos preguntamos si volvió a recogerlas.
Marismas del Río Belelle
Atravesamos las Marismas del Río Belelle y nos adentramos en la población de Neda, una villa que estaba celebrando las fiestas de honor a Santa María, Virgen que da nombre a su iglesia barroca del año 1721.
Neda
Cruzamos el Belelle por un puente de madera y accedemos a la Rúa Paraíso que pronto se convierte en la Rúa Real, donde encontramos un crucero y poco después la Casa Consistorial con la Torre del Reloj pegada a ella.
Esta última construcción es de 1786 y pertenecía a un antiguo hospital de peregrinos del año 1500.
Iglesia de San Nicolás y Crucero
Avanzamos por la calle porticada hasta la Iglesia de San Nicolás, de estilo gótico, levantada entre los siglos XIV y XV y que en su exterior alberga el que puede ser el segundo crucero más antiguo de Galicia, el primero de ellos está en Melide.
Una vez que salvamos las inmediaciones de la autopista AP9 comenzamos un ascenso atravesando aldeas como A Silva o Conces de Arriba. El esfuerzo se recompensa con buenas vistas de la Ría de Ferrol.
Fene
No tardamos mucho en alcanzar Fene donde decidimos sellar en su moderno ayuntamiento.
Salimos de la población por el concello de As Foxas, tomando la calle Alcalde Gerardo Díaz durante un tramo.
El paisaje urbano es sustituido por fin por las primeras pistas de arboleda donde el asfalto se convierte en tierra. El perfil también es ascendente y algunas de sus rampas requieren su esfuerzo.
Ganamos altura y vemos cómo la Ría de Ferrol ya nos queda a lo lejos. Aunque nos separamos de la costa, pronto tendremos que volver a ella, concretamente a la Ría de Ares.
Polígono Industrial Vilar de Colo
Tras reponer fuerzas afrontamos un tramo algo engorroso. Se trata de un desvío provisional por obras que pasa por el Polígono Industrial Vilar de Colo. Son unos cientos de metros que superamos rápidamente para volver a conectar con el camino.
La ruta salva la autopista AP9 por un puente y después nos vuelve a introducir en tranquilos caminos emboscados que nos permiten unos momentos para enfrascados en nuestros propios pensamientos y otros para discutir, por ejemplo, de cuál de las dos mochilas es la que lleva más peso. Sea como fuere, nos dejamos llevar por este agradable trazado hasta la bella comarca de O Val, donde retomamos el asfalto y no evitamos sentir cierta envidia de los habitantes de esta zona por el estupendo enclave en el que se encuentran.
Río Laraxe
El río Laraxe circula por estas localizaciones y en las inmediaciones de San Martiño de Porto tendremos que sortearlo por una pequeña pasarela de piedra. Poco después ya empezamos a descubrir la proximidad de la Ría de Ares, y nuestro destino de hoy, Pontedeume.
Playa de la Magdalena
Pero antes debemos seguir descendiendo, cruzar el ferrocarril por un túnel y entrar en el Concello de Cabanas, donde se encuentra la Playa de la Magdalena.
La Playa de la Magdalena es famosa por la calidad de su fina y blanca arena y de sus aguas tranquilas.
Mide unos 1100 metros de longitud por unos 50 de ancho y se encuentra justo en frente de la localidad de Pontedeume. Sin duda un buen lugar donde poder deshacernos de la mochila durante un buen rato.
Puente sobre el Eume
Pontedeume nos espera. Desde el otro lado de la orilla se obtienen buenas vistas de la villa y de su largo puente sobre el Río Eume. Quizá el nombre de la población tenga algo que ver con este último apunte.
La longitud del puente casi la podemos equiparar a la de su trayectoria histórica. Hay referencias del puente medieval de piedra entre los siglos XIV y XIX, mandado a construir por Fernán Pérez de Andrade, primer señor de la villa, pero también existen documentos del siglo XII donde se solicitaba el mantenimiento de un puente de madera que constaba en aquel entonces. Incluso hay quien remonta los orígenes hasta la época romana donde en lugar de un puente habían levantado una especie de pasarela, también de madera.
El puente de hoy es de piedra, de unos 800 metros de longitud y está compuesto por 15 arcos.
Torre de los Andrade
Otro de los reclamos turísticos de la urbe es la Torre de los Condes de Andrade, del siglo XIV con 18 metros de altitud y cuatro pisos. Antiguamente formaba parte de un palacio hoy inexistente.
Al ser primeros de septiembre se estaban celebrando las fiestas patronales, y gran parte del bullicio se situaba frente al albergue. Así que decidimos buscar otro lugar para descansar un poco mejor.
Iglesia de Santiago
Todavía tenemos tiempo para un poco de turismo. Subimos a la parte alta de la población para visitar la Iglesia de Santiago, del siglo XVI, mandada a construir por Fernando de Andrade en 1538. Los Andrade ya empiezan a resultarnos familiares, su escudo volvemos a verlo en la fachada neoclásica de la iglesia. El legado e influencia que dejó esta familia en la zona es ya evidente. En el interior del templo encontramos fases de estilo gótico tardío y otras de estilo neoclásico.
Iglesia de las Virtudes
Otro edificio de interés es la Iglesia de las Virtudes, construida en el siglo XVII sobre una antigua capilla del siglo XIV.
A la arquitectura de pueblo costero se le suma ese aire medieval que hace de Pontedeume una villa de enorme atractivo. Además, el ambiente festivo que se palpaba en el ambiente confería a sus habitantes una actividad extra que daba aún más vida si cabe a una localidad que le sobra por los cuatro costados.
Nosotros como siempre, a intentar disfrutar de lo que el camino nos ofrece.