CAIÓN – MALPICA
Partimos al amanecer en busca de la línea costera atravesando para ello los lugares de Carballedo y Leira, esta última población con una playa homónima que empieza a brillar con los primeros rayos de sol.
Este arenal junto con el de Arnela exhiben pintorescos rincones fracturados antes de acometer el Monte Gordo.
Tras salvar este perfil nos introducimos en el paraje natural de los Humedales de Baldaio, donde disfrutamos de vistas a la Laguna y recorremos sus dunas y las playas Pedra do Sal, Baldaio y Razo.
Luego ascenderemos por el Monte da Capela para salir del Concello de Carballo y entrar en el de Malpica de Bergantiños, que nos premia con un hermoso litoral conformado por los arenales de Pradeira, Torradas y Os Riás.
El siguiente tramo de costa presenta perfiles más escarpados que nos hacen situarnos a unas decenas de metros sobre el nivel del mar hasta alcanzar la aislada y bonita Playa de San Miro.
Remontamos, a continuación, el monte homónimo y el valle del Rego da Rega que nos dirigen al interior, a las poblaciones rurales de O Ceán, Loroxo y Aldeleiro.
Por aquí haremos un paréntesis en el avance para visitar un valioso conjunto etnográfico de los Molinos da Ribeira, situados en un precioso escenario.
Finalmente, regresamos al camino para recorrer las vertientes orientales del Monte As Papeiras e introducirnos en la localidad de Malpica, inicio del espectacular recorrido por la Costa da Morte: ▶ CAMINO de los FAROS
Caión
Hola amig@s!
Partimos de nuestro alojamiento bien temprano. Caión nos saluda prácticamente de la misma forma con la que nos despidió el día anterior, expuesta a una débil luz solar a 150 metros bajo nuestras cabezas.
Carballedo y Leira
Los primeros metros de esta etapa transcurren por la carretera DP-1909 hasta la incorporación que nos desvía hacia los lugares de Carballedo y Leira.
Una pista entre pinares descendente nos abre las vistas al Valle del Rego das Chanceiras cuyos dominios aledaños que miran al Atlántico se ven explotados por la agricultura.
Aquí, predominan los hórreos tipo Coristanco (Carballedo), propios de la comarca de Bergantiños, con el cabazo hecho de piedra con tejado a dos aguas y levantado sobre una “casadeira” o muros, en lugar de los pintorescos pies de granito que evitan la entrada de roedores.
Los veremos tanto en Carballedo, como en Leira. En la última aldea también advertiremos la presencia de un viejo palomar.
A continuación, el trazado continúa descendiendo por asfalto hasta que damos con el curso del Rego das Chanceiras, donde el firme cambia a pista de zahorra.
Praia de Leira
Acompañaremos a este caudal hacia su desembocadura, a la Praia de Leira.
El arenal de este espacio es muy reducido y como se aprecia ahora, con marea alta, es casi inexistente.
Ensenada do Xunco
Nuestros pasos avanzan por el camino conocido como Pedra Sal describiendo el dibujo del litoral hacia la siguiente convexidad: la Ensenada do Xunco.
Se puede acceder a esta angostura por unos improvisados escalones hechos en la propia roca, aunque en su tramo final hay que echarle algo de imaginación.
Parece que el ser humano no cesa en su empeño de alcanzar lugares únicos jugándose a veces su propio pellejo.
A decir verdad, este espacio de litoral fracturado dispone de rincones muy apetecibles pero generosamente se los cedemos a los más atrevidos.
Playa de Arnela
Al siguiente, en concreto, quizá sea más sencillo llegar desde la Playa de Arnela, siempre y cuando la orilla esté en bajamar.
Este entorno se encuentra algo aislado y no es demasiado accesible por lo que la afluencia de bañistas es baja.
Los que sí se bañan son los rayos de sol que empiezan a dar luz a unas estampas fantásticas.
A continuación, los relieves de Monte Gordo se interponen entre la orilla y nosotros. Para salvarlos, lo afrontaremos por el interior ascendiendo por un collado.
A Pedra do Sal
Una vez alcanzada la cima llegamos al lugar de A Pedra do Sal donde la altura también nos permite echar un primer vistazo al siguiente tramo de recorrido, el Humedal de Baldaio, compuesto de marismas, laguna y playa.
Monte da Capela, Chan do Monte y Monte de Beo cierran al oeste la línea del horizonte.
El escaparate de esta inmensa depresión acapara toda nuestra atención mientras descendemos por las calles de A Pedra do Sal.
Playa de Pedra do Sal
Al poco, terminamos la bajada dando con su playa homónima que como se observa en sus paneles está equipada de numerosos servicios. Pedra do Sal también recibe el nombre del saliente que delimita al arenal por su extremo oriental.
La playa se extiende unos pocos metros más tras esas rocas que cortan el paso con la pleamar. Este obstáculo forma parte de una pequeña elevación que sortearemos por el interior flanqueando su falda meridional.
Laguna de Baldaio
Ir por aquí esquivando la orilla nos va a permitir una carta de presentación más favorable al paraje natural de la Laguna de Baldaio. Desde este observatorio ornitológico hay oportunidades para contemplar la avifauna que viene aquí a nidificar y a buscar cobijo y alimento.
Sus casi 12.000 hectáreas de extensión están incluidas en la Red Natura 2000 y también forman parte de la Zona de Especial Protección para las Aves, ZEPA Costa da Morte.
Rego de San Miguel
Parte de estos humedales se nutren de las aguas del Rego de San Miguel, cuyo caudal viene a desembocar al Atlántico. Nosotros lo cruzaremos por este acceso de madera y cemento que facilita el paso a los peatones.
El propio puente también puede cumplir las funciones de observatorio de aves.
Dunas de Baldaio
De alto valor ecológico también encontramos su extenso sistema dunar que continuamos afrontando por el interior, eso sí, siempre procurando ser respetuosos con el marco natural.
Con suerte, en este agradable paseo seremos testigos de los quehaceres de algunas mariscadoras sacando provecho de los recursos de la laguna.
Un entorno que no hace demasiados años estuvo en conflicto con empresas dedicadas a la extracción de arena que provocaron serias alteraciones negativas en el entorno.
Afortunadamente en la década de los 90 la justicia ayudó a la protección de estos humedales favoreciendo con ello los trabajos de recuperación medioambiental.
Playa de Baldaio
Tras unos cientos de metros por el flanco meridional de las dunas decidimos dirigirnos a la orilla.
Nos esperan ahora casi tres kilómetros por la arena de la Playa de Baladaio, siempre mirando al oeste donde Malpica, el Monte de Beo y las Islas Sisargas se sienten cada vez más cerca.
Es hora de disfrutar de un plácido paseo acompañados del incesante oleaje. En esta ocasión, si queremos jugar con el vaivén de la orilla no se nos puede olvidar que tenemos calzadas las zapatillas.
No tenemos tiempo para el baño, así que mientras nosotros tratamos de evitar que las olas no nos cacen, otros las buscan para cazarlas y subirse a ellas.
Otro elemento acuífero a salvar es la desembocadura de la confluencia de los ríos Pibidal, Pardiñas y Oza. Un cauce que no entraña mayor dificultad.
Arnados
En el resto de la playa de Baldaio que nos resta por recorrer vemos acercándose las viviendas del poblado de Arnados, donde este arenal pasará a llamarse Playa de Razo.
Entramos en Arnados por el aparcamiento público donde un Chirlotejo Patinegro de hierro y mimbre trata de hacernos recordar el valor de proteger el medio ambiente y la naturaleza.
Arnados también se convierte en el lugar donde avituallarnos ya que dispone de servicios hosteleros.
Playa de Razo
Su calle Santa Mariña también hace las veces de paseo marítimo lo que nos permite gozar de vistas a la Plaza de Razo y a sus alicientes.
Al igual que en Baldaio aquí también desemboca un curso de agua, en este caso el Rego de Porriños, que lo hace por un pequeño coído.
El arenal de Razo finaliza en su saliente homónimo (Punta de Razo) sobre el que se sitúan las casetas de su puerto. Por su parte, la Punta Corveiro es la encargada de cerrar esta especie de ensenada.
Razo da Costa
Para salvar estos perfiles el trazado nos incorpora a una pista asfaltada ascendente en la que rápidamente ganaremos por un lado, altura, y por otro lado buenas panorámicas de todo el litoral que dejamos atrás.
Capilla de Santa Mariña
Esta carretera nos introduce en el lugar de Razo da Costa donde se planta la pequeña Capilla de Santa Mariña. Una placa sobre el dintel de su puerta nos dice que se construyó en el año 1948 aunque luego fue rehabilitada en el año 2013.
El camino continúa unos pocos metros más calle arriba ofreciéndonos un mirador todavía más espectacular a la costa donde se llega a apreciar incluso la Laguna de Baldaio.
Sobre los 100 metros de altitud, el recorrido avanza entre helechos, pinos y eucaliptos perfilando el contorno de la Punta Corveiro.
Un trazado también pensado para el disfrute de los aficionados a la bicicleta aunque estos, con la velocidad puede que lo tengan más difícil a la de mirar entre la arboleda las instalaciones del Puerto de Razo.
Pasada esta espesura las vistas a nuestro objetivo de hoy van mejorando. Al este se dejan ver salientes que antes permanecían ocultos, como As Percebeiras.
El perfil ahora sigue una tendencia descendente que se verá interrumpida por la pequeña depresión que conforma el paso de un pequeño arroyo.
Su cauce demanda su espacio en el camino pero cuando el perfil asciende debe encontrar otras alternativas.
Playa de Pradeira
Nosotros superamos el pequeño tobogán para luego regresar al descenso y descubrir nuevos espacios de litoral, como los acantilados que cierran por el este a la Playa de Pradeira.
A continuación, la orografía se inclina con exigencia unos metros, momento en los que habrá que ser precavidos ante posibles tropiezos y deslizamientos.
Esto nos acerca todavía más a la orilla y al murmullo de su oleaje.
Praia das Torradas
Por su parte, también posibilita descubrir nuevos arenales que desde arriba no eran visibles, como la Praia das Torradas, de unos 400 metros de longitud. Los afloramientos de O Gaitero cierran este espacio por su extremo occidental.
Avanzamos en aquella dirección jalonados por la maleza para ir abriendo las panorámicas al extremo oriental de la playa. Un pintoresco mogote rocoso brinda a esta playa su propia personalidad.
Descendemos unos pocos metros más hasta dar con la desembocadura del Rego do Piñeiro cuya depresión se aprovecha para instalar un acceso peatonal a la playa.
De nuevo, la orografía escarpada nos obliga a subir lo que nos facilita cierta perspectiva para capturar los espectaculares salientes que dejamos atrás.
Una corta pero dura rampa de asfalto pone a prueba nuestras piernas hasta el siguiente desvío que destacará igualmente por su inclinación pero esta vez hacia abajo y por firme de tierra y piedra en el que tendremos que ser cuidadosos.
Praia dos Riás
Por aquí recorremos el valle del Rego dos Riás cuyo curso fluvial desemboca en la playa homónima.
Con la pleamar se crean rincones independientes unos de otros, pero en realidad todos estos espacios se conectan por el mismo arenal.
Con precaución, no dejéis de asomaros a los extremos para llevaros con vosotros buenas estampas. Y, por supuesto, aprovechad también la ganancia de altura que en esta franja de etapa, como podréis observar, se llegarán a rebasar los 100 metros sobre el nivel del mar repetidas veces.
Por el Monte a Herbosa
Lo más duro de la siguiente subida es este tramo que discurre por el monte A Herbosa. Una fuerte rampa nos dirige entre un pinar al que agradecemos el cobijo por amortiguar la sensación térmica.
Este sendero conecta con el carril, también ciclista, que pertenece a la Ruta dos Pinos no Mar y que ahora nos brinda espectaculares vistas a una nueva franja de litoral.
Sobre estas líneas la Isla San Bartolomé y más lejanas, las formidables Islas Sisargas.
La inclinación del perfil se asienta un poco permitiéndonos avanzar con algo más de comodidad. Haciendo un alto en el camino podemos girarnos al este y divisar todavía el paraje de Baldaio y el saliente de As Percebeiras.
Pronto perderemos de vista este paisaje ya que el trazado nos lleva a rebasar la Punta da Falcoeira para dirigirnos a un nuevo intervalo de litoral.
El escaparate costero que se nos presenta no tiene desperdicio, cargado de coídos, furnas, salientes, ensenadas y Malpica y Sisargas como telón de fondo divisable cada vez con más detalle.
Praia de San Miro
Frente a lo escarpado del terreno también hay arenales reclamando protagonismo, como la Praia de San Miro. Precioso espacio al que viene a desembocar su arroyo homónimo en forma de cascada.
Un lugar aislado ideal para aquellos que buscan algo más de intimidad. A nosotros nos resulta una maravilla y por eso no desaprovechamos este singular área de descanso que encontramos en los aledaños para realizar el almuerzo.
Remontando el Valle del Rego da Rega
Le damos un último vistazo a la playa antes de reanudar la marcha. El acceso a la misma se realiza por una pasarela de madera que corre junto al Rego de San Miro.
El siguiente intervalo de recorrido nos llevará a alcanzar la cota más alta de la etapa, sobre los 160 metros de altitud donde afrontaremos rampas que llegan a alcanzar el 14% de inclinación.
El trazado remonta la depresión por la que desciende el Rego da Rega, una orografía escarpada cubierta de pinares y que nos dirige tierra adentro.
O Ceán
Tras andar más de un kilómetro doscientos metros terminamos de completar el ascenso colocándonos en el lugar de O Ceán.
Este pequeño núcleo de casas se sitúa en una altiplanicie de perfiles suaves claramente destinados al ámbito rural. Junto a O Ceán, se dispersan por el terreno aldeas vecinas como A Lagoa, Algadán, Loroxo o Ardeleiro, entre otras.
Cruceiros de Algadán y Loroxo
Dos de estos sitios albergan cruceiros. El primero de ellos es el Cruceiro de Algadán, labrado en granito con los extremos de la cruz florenzados.
Al segundo llegaremos enseguida, en cuanto nos demos un tiempo para sacar unas tomas de los alrededores.
El Cruceiro de Loroxo dispone de un fuste más largo y posee un capitel del que se adivina la figura de un Cristo Crucificado de cintura para arriba. Bajo el capitel se aprecia una especie de cáliz brillando.
Muíños da Ribeira
A continuación tomamos un camino que nos dirige a una visita de gran valor etnográfico. Nos referimos a los Muíños da Ribeira que aprovechaban antaño el empuje del agua del Rego dos Muíños ou das Ondas.
Esto nos acercará a su desembocadura a la costa, a la Ensenada dos Muíños.
Los molinos se irán haciendo visibles a medida que nos aproximamos a la Cruz de Piedra que asoma con vértigo a los acantilados de la ensenada. Esta cruz homenajea a un naufragio que aconteció aquí en el año 1899.
El conjunto etnográfico da Ribeira son un total de 5 molinos repartidos por los márgenes del arroyo. Todos los edificios son construcciones cuadrangulares levantadas a base de piedra de mampostería.
Unos usaban la fuerza del agua que pasaba a través de una canalización y otros se ayudaban también de un cubo circular donde se almacenaba el agua.
Aparte del valor antropológico que estos hitos conlleva, el otro gran aliciente que hace que merezca la pena acercarse aquí es la espectacularidad del enclave.
Regresamos sobre nuestros pasos para recuperar el trazado que dejamos en las inmediaciones de Loroxo y continuar así avanzando.
Ardeleiro
La siguiente población a atravesar es Ardeleiro, otra pequeña localización de entidad agrícola.
Después alternaremos la campiña con acotadas masas de pinos y eucaliptos hasta acoplarnos a una estrecha senda jalonada de helechos, toxo y maleza.
Por el Monte As Papeiras
Por aquí desembocaremos a una pista asfaltada que transcurre por la vertiente oriental del monte As Papeiras, pegados de nuevo a la línea costera, por donde ya empieza a asomar el dique de abrigo del muelle norte del Puerto de Malpica.
Malpica
Disfrutamos los últimos metros de las vistas al este, a la franja costera que nos ha permitido alcanzar nuestro objetivo, hasta que el recorrido nos mete en Malpica por el barrio de Santo Antonio, por la Rúa As Neves, una calle con un fantástico telón de fondo.
Capilla de Santo Antonio
En Santo Antonio hay una capilla del mismo nombre construida en 1639 aunque ha sufrido reformas en el tiempo. Es de una sola nave, con cubierta a dos aguas y posee una pequeña espadaña.
Continuando por la Rúa As Neves damos con el Cruceiro de San Xulián, una obra de factura sencilla.
Puerto de Malpica
Y tras callejear en descenso por la urbe llegamos al puerto por su muelle sur que nos ofrece vistas al del norte, donde se encuentra la Cofradía de Pescadores, la Lonja y algunas naves destinadas a los trabajadores del sector.
Por su parte, en el muelle sur están las Asociaciones de Rederas y espacios para talleres navales.
Para cerrar la visita por el puerto nos dejamos engullir por la escultura que recuerda el pasado ballenero de Malpica.
A continuación nos acercamos a la Plaza Anselmo Villar Amigo, donde se encuentra la Casa del Concello y el mojón kilométrico 0 de la Ruta a Pie por la Costa da Morte.
Y para terminar, os mostramos los dos fantásticos arenales que ocupan las orillas de Malpica.
Playas de Area Maior y de Canido
Por un lado, la Playa de Area Maior, ideal para el baño y practicar algo de surf. Es la playa de mayor extensión, con unos 800 metros de longitud rodeada de un estupendo paseo marítimo.
Por otro lado, la Playa de Canido situada en el extremo occidental con 160 metros de longitud.
Qué, ¿nos animamos a iniciar un nuevo Camino de los Faros? Mientras nos decidimos o no os invitamos a que veáis en nuestro canal los vídeos de esta impresionante ruta.
Hasta la próxima!