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VUELTA A MALLORCA

1 · CAN PASTILLA – LA ALQUERÍA BLANCA

 
ETAPA 1 · Can Pastilla – La Alquería Blanca (77 kms)

Inicio de esta aventura de la mano de Tracks de Mallorca, un estupendo equipo de profesionales que ha diseñado una ruta espectacular para dar la vuelta a la Isla de Mallorca atravesando localizaciones inolvidables.

En esta primera jornada teníamos programado llegar a Portocolom para hacer un total de 95 kms, pero una mala gestión del tiempo por nuestra parte y algunos tramos que ralentizan el paso nos impedirá culminar la etapa al completo al echarse la noche encima.

Con todo, disfrutamos unos inicios rodando por las playas de Can Pastilla y El Arenal para luego surcar un viejo trazado hasta llegar por carretera a distintos núcleos urbanos vacacionales.

Los acantilados de Llucmajor y sus vestigios defensivos repartidos por el litoral no nos dejarán indiferentes. Al igual que las Calas Beltrán y Pi que con sus aguas turquesas casi consiguen olvidar el esfuerzo físico.

En Vallgornera volvemos a una zona de acantilados que irán perdiendo intensidad de altura conforme nos acercamos a Estanyol.

Poco después llegaremos a Sa Rápita y a su playa, enclavada ya en el Parque Natural Es Trenc Salobrar de Campos. Cruzaremos esta playa a pie para luego reanudar la pedaladas y atravesar los estanques y lagunas de Salobrar do Compos, un espacio protegido donde numerosas especies de aves vienen nidificar y a buscar alimento.

A partir de este punto intentamos apretar la marcha, pero las horas de luz que le restan al día no serán suficientes para nuestros propósitos. Aún así, un día estupendo y siempre podemos decir que dejamos cosas por ver para regresar a la Isla en futuras ocasiones.


 

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CAN PASTILLA

Hola amig@s!

Nos encontramos en la localidad costera de Can Pastilla iniciando la primera etapa de este reto que supone dar la vuelta a la Isla de Mallorca. De los orígenes mallorquines de este lugar apenas se aprecia nada ya que como observamos casi todo está orientado al turismo, sobre todo dirigido al público británico.

Tiendas, restaurantes y una gran variedad de complejos hoteleros van desfilando conforme avanzamos por este cómodo paseo marítimo de unos 5 kilómetros de longitud. Una extensión que perfila todo un arenal que domina, valga la redundancia, la playa de El Arenal.

Playas de Can Pastilla y El Arenal

Sin darnos cuenta hemos pasado de Can Pastilla a Ses Cadenes y de esta última a El Arenal. Tres poblaciones desde las que podemos otear por un lado a la ciudad de Palma situada a los pies de la Sierra de Na Burguesa, y por otro lado del continuo tráfico del cercano Aeropuerto de Son Sant Joan.

Dominios del Torrent de Son Verí

Vamos a dejar que la civilización vaya recuperando su actividad en esta apacible mañana para introducirnos ahora en un tramo de monte dominado por pinares.

Ya de inicio, el sistema de bikepacking que hemos instalado hace aguas por el bacheado perfil. Así que lo ajustamos un poco más para seguir progresando.

Por aquí vamos remontando el curso del Torrent de Son Verí hasta colocarnos paralelos a la carretera Ma-6014, que también flanqueamos por una pista de asfalto a la que nos incorporamos.

Surcando una antigua Vía Verde

Poco después, el camino nos introduce en un intervalo de Vía Verde, es decir, un antiguo trazado de línea ferroviaria adaptado hoy para el uso peatonal o ciclista. Afinaremos más la circulación por ella en cuanto superemos esta elevación.

Puente de las Siete Bocas

Por aquí atravesaremos el Puente de las Siete Bocas, una de las infraestructuras de esta antigua línea ferroviaria en desuso desde 1964. El puente mide unos 80 metros de largo por otros 20 de alto y las bocas hacen referencia a los 7 arcos que hay debajo de nosotros sustentando la estructura.

El ferrocarril unía las localidades de Palma con la de Santañy.

Tras cientos de metros de cómodo tránsito el camino se encajona entre las viejas trincheras ferroviarias y la vegetación, y lo pausamos cuando advertimos piedras incómodas en el camino o cuando de nuevo, hay que salvar otra pequeña elevación.

También iremos a pie al llegar a las inmediaciones de las urbanizaciones de Ses Palmeres, donde un muro y la espesa vegetación lo ponen complicado. Después la senda sale de este atolladero para rodear estos complejos residenciales hasta desembocar a la carretera Ma-6014.

De la Ma-6014 a Maioris Décima

Por este asfalto circularemos aproximadamente unos 2 kilómetros hasta llegar a Maioris Décima. Este lugar supone el inicio de una serie de urbanizaciones y residencias vacacionales que iremos atravesando por el entramado de calles y algunos metros de campo que atajan el trayecto.

Mirador de Sa Torre

De Maioris Décima pasamos sin darnos cuenta a Puigderrós, y de esta última a Sa Torre donde hay un par de miradores de interés al litoral.

Mirador de Sa Torre
Mirador de Sa Torre

Nos acercamos a uno de ellos para contemplar cómo se derrama la orografía hacia el pintoresco mediterráneo moteado de turquesa.

Aquí es inevitable sentir una ligera envidia ante la privilegiada ubicación de algunas residencias.

Mirador de Sa Torre
Mirador de Sa Torre

Avanzando un poco más entre pistas escondidas y calles entraremos en Badia Blava donde un quitamiedo hace de improvisada balaustrada al siguiente balcón.

Desde aquí se adivinan los cabos Es Cap Endecorrat y Negret, además del resto del litoral fracturado que veíamos desde el mirador anterior.

Ascendemos ahora por las calles de Badia Blava hasta llegar a la cota más alta de esta etapa, a unos 138 m de altura y que nos aproxima a la zona de Badia Gran.

Mirador de Badia Gran

En este punto hay un camino escalonado que perfila la costa en altura lo que nos acongoja un pelín para ir en bici. Pero luego le echamos valor al ver que no está tan pegado a la caída.

Luego sí, hay un mirador espectacular que asoma con vértigo, pero aquí solo hay que bajarse y disfrutar de las fascinantes vistas de esta zona sur de la Isla, en el municipio de Llucmajor.

Continuamos descendiendo disfrutando de esta pista cimentada hasta que el trazado nos incorpora a una calle en ascenso. Atentos aquí al track porque no tardará mucho en desviarnos por una senda escondida.

La ruta de hoy es de 95 kilómetros pero al comenzar tan tarde la jornada, la dificultad del terreno y nuestras continuas paradas para inmortalizarla con nuestras cámaras, harán que no podamos completarla. Una lástima, pero con eso dejaremos más motivos para volver.

Tras circular por una pista de tierra y piedra llegaremos a Tolleric, donde nos incorporamos a la carretera Ma-6014. La recorreremos durante 6 kilómetros hasta el siguiente desvío, el cual nos hará saltar el quitamiedos de madera para continuar.

Los Acantilados de Llucmajor

El objetivo no es más que hacernos disfrutar del siguiente tramo bordeando los acantilados de Llucmajor y obtenemos las primeras impresiones asomándonos a los salientes costeros de Es Cap Roig y Es Colombar.

Espectaculares vistas que disfrutamos bajados de la bicicleta aunque hay momentos en los que intentamos hacerlo subidos a ellas para ganar tiempo. Pero es difícil con la rugosidad de este firme rocoso.

Además hay que seguir capturando localizaciones, como el Cap Blanc y su faro y otros salientes llamativos como el Morro de Sa Vaca y el Coll de s´Ego. Si estáis duchos para rodar por la roca este tramo os encantará, nosotros en cambio no nos sentimos muy seguros en este terreno. Aunque nos retrasa, no hay duda que bien merece su tiempo.

Barracón defensivo de Cap Blanc

Antes de llegar el faro damos con un un barracón defensivo, creado seguramente a partir de la II Guerra Mundial, cuando se sabía que las Islas Baleares estaban en el punto de mira de algunas potencias como enclave estratégico del Mediteráneo.

Ya en la Guerra Civil Española se habían construido algunos, pero fue en esta época bélica cuando proliferaron más. Se puede entrar al barracón en el que además de una serie de túneles se instalaron elementos de artillería para la defensa.

Al parecer apenas tuvieron uso más que para algunas maniobras de entrenamiento.

Faro de Cap Blanc

La ruta progresa hacia este faro construido en 1863 y cuya fuente de luz al pincipio cobraba vida gracias al aceite.

Como veréis, tendremos que rodear el edificio sorteando por un lado dos pequeños muros de piedra y cemento. Y por otro lado, apretándonos un poco a una alambrada para llegar por fin a los acantilados del flanco oriental del faro.

Aquí las vistas vuelven a ser desafiantes, al igual que el trazado que casi empieza a cortarnos la respiración.

Acantilados de Llucmajor
Acantilados de Llucmajor

Torre de Cap Blanc

Si antes hablamos de barracones militares de la primera mitad del siglo XX, ahora mencionamos las torres de vigilancia y defensa que se levantaron aquí entre los siglos XVI y XVII con motivo del auge del Imperio Otomano (Torre de Cap Blanc).

Esta de aquí se construyó en 1584 y mide unos 10 metros de altura. El sistema de alerta entre las torres se hacía mediante señales de fuego y humo.

Torre de Cap Blanc
Torre de Cap Blanc

También alerta tendremos que estar nosotros, pues aunque hay intervalos en los que valoramos rodar con cierta precaución, bien es cierto que nos encontraremos con alguna que otra sorpresa, como saltar de nuevo un muro de piedra.

Después, el esfuerzo obtiene una nueva recompensa, el mirador natural que da al entrante costero de Es Carril.

En sus escarpadas paredes destacan las cuevas originadas como fruto de la erosión. Desde este punto hacia el oriente, cierra la convexidad el saliente de Sa Pesquera de Garriguer. Hacia occidente, lo hace la Punta des Camp de Mar.

Continuamos surcando el pedregoso litoral encontrando nuevas manifestaciones etnográficas, como una especie de refugio para pescadores.

A la altura de la punta de Sa Pesquera de Garriguer la senda se camufla por momentos entre el terreno fracturado.

Cala Beltrán

Poco después salimos a una pista de grava que no tardará mucho en desviarnos a otra por la que llegaremos a un coqueto espacio, la Cala Beltrán.

Este accidente geográfico forma parte de la desembocadura del torrente que lleva su mismo nombre. Sus cristalinas aguas se mezclan con las del mar en este serpenteante recorrido de algo más de 200 metros de longitud.

Cala Beltrán
Cala Beltrán

Todavía quedan años de erosión para que su orilla de cantos rodados llegue a convertirse en fina arena, pero eso no impide que algunos atrevidos prueben sus aguas, a pesar del enrevesado acceso.

Torre de Cala Pi

Muy cerca hallamos la Punta de Cala Pi, y su Torre que al igual que la de Cap Blanc se levantó para vigilancia y defensa de piratas y otomanos.

Vistas a La Torre de Cala Pi
Vistas a La Torre de Cala Pi

Esta estructura de 10 metros de altura se finalizó en el año 1663 y estamos seguros que en aquella época nadie podía penetrar en este entrante costero sin ser visto desde la terraza del cilindro.

A más de un enemigo le habrá salido caro, ya que significaba un lugar propicio para una incursión debido a la posibilidad de desembarco y amarre.

Cala Pi

Esta lengua de agua se adentra poco más de 400 metros en la orografía finalizando en un bonito y recogido arenal cobijado por paredes de roca y pinares.

Para continuar la ruta desde lo alto de los acantilados solo hay que dejarse llevar por la hipnótica estela turquesa, con cuidado eso sí.

Cala Pi
Cala Pi

Ya estamos deseando pisar su blanca y fina arena aunque para ello tendremos que realizar un descenso escarpado por unos peldaños de piedra.

Mucha paciencia y precaución para realizar esta complicada bajada que nos deja a los pies de las antiguas casetas de pescadores.

Cala Pi
Cala Pi

Lamentablemente, el tiempo apremia y Cala Pi se queda en un efímero paso que apenas saboreamos, y más siendo conocedores de que para salir de ella hay que hacer frente a casi 150 escalones.

Tras reponer fuerzas con un merecido almuerzo en la localidad reanudaremos las pedaladas callejeando entre sus complejos residenciales.

Acantilados de Vallgornera

Salimos de Cala Pi a una pista externa en la que tendremos que estar atentos para localizar el siguiente desvío. Este cambio de rumbo nos acerca de nuevo al litoral, a la urbe de Vallgornera, donde nos aguardan nuevas estampas verticales al Mediterráneo.

Acantilados de Vallgornera
Acantilados de Vallgornera

Al este en la distancia se aprecian la Torre y el Faro de s’Estalella, siendo el primer edificio el único al que nos acercaremos.

Acantilados de Vallgornera
Acantilados de Vallgornera

En principio rodamos sin dificultades pero cuando nos acercamos al precipicio la precaución puede más que seguir aumentando la adrenalina.

Piedra, vegetación y metal incomodan en este tramo, así que lo mejor es caminar un poco y disfrutar de las vistas, estas desde el entrante de S´Alavern.

Varios metros a posteriori habrá que lidiar con un paso escalonado en el que también aprovecharemos para deleitarnos con el paisaje.

La piedra y la roca vuelven a dominar en el firme y solo cuando lo vemos muy claro cabalgamos a lomos de nuestras bicicletas.

Acantilados de Vallgornera
Acantilados de Vallgornera

Rodeamos el entrante de Cala en Paiàs y los salientes de Na Blanca y cuando llegamos al Cabo del Pinar echamos la vista atrás para observar la orografía horadada de estas paredes.

Vistas desde el Cabo del Pinar
Vistas desde el Cabo del Pinar

Torre de s’Estalella

A continuación llegamos a la Torre de s’Estalella, construida en 1577 para llegar a los 9 metros de altitud. En su terraza conserva un fragmento de voladizo apoyado en ménsulas.

Después avanzamos por la zona de Es Pinar Vell hasta dar con otro sugerente entrante conocido como Cala en Peàs.

Cala en Peàs
Cala en Peàs

Como podréis observar la altura de los acantilados ha ido decreciendo conforme hemos navegado hacia el este permitiendo orillas más accesibles.

Playa de Racó de s´Arena

De hecho, no muy lejos, pasando al extremo oriental del saliente de Sa Punta Plana se emplaza la Playa de Racó de s´Arena, muy frecuentada por los vecinos de la cercana población de s’Estanyol de Migjorn.

Playa de Racó de s´Arena
Playa de Racó de s´Arena

No pasa desapercibido el edificio de batería militar ni las casetas de pescadores.

S´Estanyol

Cruzaremos toda la playa para incorporarnos posteriormente a la carretera Vía de la Mediterrània y llegar a S´Estanyol.

Puerto de S´Estanyol
Puerto de S´Estanyol

Avanzaremos perfilando su litoral dejando atrás su puerto y sus viviendas para acceder rápidamente al núcleo urbano de Sa Ràpita.

Un cómodo carril bici nos permitirá pedalear plácidamente por aquí durante un kilómetro y medio aproximadamente, hasta que un nuevo desvío en el track nos mete en una pista de tierra que nos acerca al Club Náutico de la localidad.

Torre de Son Durí

Contiguo a este puerto se alza la Torre de Son Durí, construida en 1595 aunque restaurada en el siglo XX. Destacan los matacanes de la parte superior que servían para la defensa de la base de los muros.

Parque Natural Es Trenc Salobrar de Campos

Y justo después, entramos en los dominios del Parque Natural Es Trenc Salobrar de Campos en el que nos espera en principio la Playa de Sa Rápita. Transitaremos por ella, bajados de la bicicleta, en cuanto terminemos de surcar un carril de tierra.

Llegando a la Playa de Sa Rápita
Llegando a la Playa de Sa Rápita

Playa de Sa Rápita

En el kilómetro de playa que recorreremos nos sorprende por un lado su orilla atestada por la posidonia, un alga protegida por medioambiente por su gran influencia en la buena salud ecológica del entorno. Solo está permitido retirar aquellas zonas que estén completamente secas.

Posidonia en la orilla
Posidonia en la orilla

Por otro lado, se repite la presencia de búnkeres militares, siguiendo el patrón del sistema defensivo que se instauró en la época más convulsa del pasado siglo.

Barracón militar
Barracón militar

Y por último, cómo no valorar el embaucador color de sus aguas, con colores azulados cada vez más plateados que sin duda ayudan a apaciguar el espíritu.

Playa de Sa Rápita
Playa de Sa Rápita
Playa de Sa Rápita
Playa de Sa Rápita

Todo lo contrario a lo que necesitamos nosotros, que dadas las horas de la tarde tenemos que espabilar.

De Ses Covetes a Sa Barralina

Abandonamos la Playa de Sa Rápita por las calles del lugar de Ses Covetes, dirigiéndonos al norte hacia Sa Barralina, donde se emplaza un campo en el que se practica el deporte de polo.

Campo de polo
Campo de polo

No podemos evitar una parada para admirar la destreza de estos jinetes, donde es fundamental la buena conexión con el caballo para la coordinación de los movimientos.

Salobrar de Campos

A continuación, proseguimos el viaje acelerando la marcha por este complejo de fincas entre pastos y cultivos de cereal. Un terreno que nos irá acercando a uno de los humedales más grandes de Mallorca.

Hablamos de Salobrar de Campos, un espacio protegido donde numerosas especies de aves vienen en busca de alimento, cobijo y lugar de nidificación.

Parte de estas lagunas de agua se forman de manera natural gracias al aporte de varios torrentes, sin embargo bien es cierto que hay otras que se crean artificialmente para obtener sal.

Salobrar de Campos
Salobrar de Campos

Con todo, si tenéis suerte, podréis disfrutar de buenos escaparates ornitológicos.

Tras este rico humedal las fincas privadas empezarán a desfilar por nuestros flancos, acotadas por muretes de piedra y pobladas mayoritariamente por pastos, cereales y algunos olivos. Otras en cambio no parecen tener ningún aprovechamiento específico.

Un querer y no poder para finalizar la etapa

A pesar de que imprimimos más exigencia a nuestro ritmo, las horas de luz no cuadran para lo que nos resta de etapa, así que empezamos a aceptar que en algún momento tendremos que concluir la jornada.

Por tanto, en Las Salinas, frente a la Iglesia de San Bartolomé llamamos a la organización de Tracks de Mallorca para ver qué podíamos hacer. En principio, decidimos continuar a Santañy, localidad a la que todavía nos restaban 9 kilómetros de distancia. Después allí decidiríamos de nuevo.

Iglesia de San Bartolomé (Las Salinas)
Iglesia de San Bartolomé (Las Salinas)

A pesar de las prisas, el recorrido de este tramo es muy agradable, atravesando un placentero paisaje rural por distintos tipos de pistas y prácticamente sin desniveles.

Es Llombards será la única población que cruzaremos antes de llegar Santanyí, donde seguiremos intentando por carretera finalizar la etapa hasta Portocolom.

Paisajes rurales antes de llegar a Santanyí
Paisajes rurales antes de llegar a Santanyí

Sin embargo, la noche nos alcanzará en La Alquería Blanca y a falta de dispositivos luminosos en nuestras bicicletas decidimos abortar los kilómetros que quedaban. Aquí nos recogerá la organización para llevarnos en coche hasta Portocolom.

Una pena, porque hay sitios que nos hubiera encantado conocer, aunque en parte es positivo, ya que así tenemos más motivos para volver a la ssla en futuras ocasiones.

¡Hasta la próxima!

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