Camino Portugués Central - Padre Sarmiento - Etapa 5
CAMINO PORTUGUÉS CENTRAL - PADRE SARMIENTO

5 · O COVELO – ARDIA

 
Nos metemos de lleno en la Comarca de Salnés, recorriendo los concellos de Poio, Sanxenxo y O Grove.

El Padre Sarmiento sabía bien lo que hacía cuando en 1745 eligió este itinerario por las Rías Baixas para realizar su peregrinación hasta Santiago de Compostela.

Este litoral es un continuo escaparate de playas, calas y acantilados que se intercalan entre villas marineras. Tened muy a mano vuestras cámaras porque las Rías de Pontevedra y Arosa bien merecen ser capturadas.

Silgar, Portonovo, Montalbo, Castiñeira, Reboredo o la kilométrica La Lanzada son algunos de los tantos arenales que nos embaucan en el viaje. En el último de ellos hay un conjunto de gran valor, tanto monumental por la huella de los restos de distintas civilizaciones, como natural, por su ecosistema dunar, flora y fauna.

Ser fieles al trazado oficial montados en la bicicleta no siempre será tarea fácil pero con un poco de esfuerzo conseguimos sacar provecho de otra completa y apasionante jornada.


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O Covelo

Hola amig@s!

Bonita mañana nos depara este día para iniciar la 5º Etapa de nuestro Camino.

Salimos desde O Covelo, flanqueando su playa semiurbana por la rúa que describe el litoral.

Un pequeño dique en su extremo occidental hace las veces de puerto, además de apaciguar todavía más estas tranquilas aguas de la Ría de Pontevedra.

Paseo costero O Covelo – Laño

Casi que agradecemos que en el paseo costero que se inicia justo después, no se permita ir montados en bicicleta, pues en caso contrario no habríamos disfrutado de igual forma ciertas escenas.

Son unos 900 metros de recorrido en los que la luz cautivadora del despertar del día va iluminando a los protagonistas que dan vida a esta Ría.

Praia do Caeiro
Praia do Caeiro

Aquí os dejamos este vídeo que hicimos en directo desde la Praia do Caeiro, por la que se accedía por unas escaleras del paseo.


 

Bateas, pescadores y gaviotas parecen vivir en comunión sacando provecho de los frutos de este paraje natural.

El Rego do Muiños es uno más de los numerosos caudales que descansan en la ría para dejar su aporte de agua. Lo cruzaremos por un pequeño puente, aunque después, para evitar ir por la arena y la roca, nos incorporaremos a la carretera PO-308.

Aunque realmente, no siendo lo más recomendable, vamos por el fantástico acerado que corre prácticamente pegado al litoral.

Raxó

Por aquí llegamos a Raxó, que a simple vista dispone de dos playas separadas por un muelle.

Playas de Sinás, Raxó y Xiorto

Pero hay otra que se os puede pasar desapercibida, más pequeña, en el extremo oriental: la Playa de Sinás.

Del arenal dividido por el muelle flanqueamos primero la Playa de Raxó, para luego hacer lo mismo con la de Xiorto, de mayores dimensiones, donde la mayoría de las embarcaciones aprovechan para fondear.

Esta villa de marcado acento pesquero basa hoy día gran parte de su economía al turismo, donde la formidable gastronomía que sirven los restaurantes y chiringuitos que se pueden encontrar en el paseo marítimo sumado a la calidad de las playas son su principal reclamo.

Puerto de Raxó
Puerto de Raxó

Salir de Raxó va a requerir su esfuerzo a través de sus empinadas calles, pero la ganancia de altura nos premiará con fantásticas vistas.

A contraluz, la vista nos dirige por las puntas del Muelle de Raxó, el saliente de Sinás (Punta de Sinás) y a la suculenta bandeja plateada de la Ría de Pontevedra, que nos sirve una variada ensalada de embarcaciones con las Isla de Tambo como motivo central.

Senda emboscada en el lugar de A Costa

De Raxó, pasaremos al lugar de A Costa, donde nos incorporamos a una senda emboscada que nos aleja por momentos del terreno urbanizado.

Como veis, la señalización en general está bastante bien, y tras dirigirnos por un corto intervalo ascendente pronto cambiará su tendencia a la bajada continuando entre helechos, robles, pinos y eucaliptos.

Punta de Festiñazo

Cuando el azul del mar regresa a las retinas, realizamos una parada para desenmarañar entre la arboleda lo que nos ofrece. Desde aquí la Punta de Festiñanzo, que valga la redundancia, apunta a las playas de Tulla y Da Mourisca de la otra orilla.

Avanzamos unos pocos metros más por el bosque para entrar en las viviendas del lugar de Areas, donde un corto repecho aparece de manera inesperada.

Tras alcanzar la otra cara de la Punta de Festiñanzo, comenzamos a descubrir parte del litoral que nos espera, con Sanxenxo y su puerto como principales protagonistas.

Sendero Litoral Areas – Punta Festiñanzo

Pero para llegar allí debemos descender primero para dar con la orilla por el Sendero Litoral Areas – Punta Festiñanzo.

Sendero Litoral Areas - Punta Festiñanzo
Sendero Litoral Areas – Punta Festiñanzo

Praia dos Mortos

Un corto recorrido que se eleva unos metros por encima de la Praia dos Mortos, protegida del oleaje por el Illote de Areas.

Praia de Areas

La playa contigua es la de Areas, de poco más de 700 metros de longitud, una de las más concurridas del municipio de Sanxenxo, ideal para pasearla en estas horas tempranas de la mañana.

Praia de Areas
Praia de Areas

Sanxenxo

Para continuar, tomaremos la carretera PO-308 que nos dirigirá a las puertas de Sanxenxo, presentándonos su Playa urbana da Panadeira y su Puerto Deportivo Juan Carlos I, con su dique de contención perfectamente balizado con señales lumínicas.

Descendemos al paseo marítimo para acercarnos más a la orilla y otear otros arenales del litoral y ser testigos de la fama del Club Náutico como uno de los mejores lugares para aprender a navegar con vela.

Iglesia de San Ginés de Padriñán

Este tramo de paseo da a la Rúa Augusto Gónzález Besada donde, a pocos metros, se divisan los muros de la Iglesia de San Ginés de Padriñán.

Se conoce de la existencia de este templo desde el siglo X, aunque el que hoy vemos es una construcción del siglo XV en estilo marinero y gótico tardío, como se intuye este arco conopial de la entrada norte.

La torre campanario se reconstruyó a inicios del siglo XVIII. Del exterior, aparte de algunos escudos y blasones de los fundadores del templo, hay una talla de piedra de la Virgen del Carmen situada en una hornacina de la fachada principal, bajo un pequeño rosetón.

En el interior su única nave presenta una bóveda de cañón apuntada, salvo el ábside que es de crucería. Como motivo central del Retablo Mayor barroco del siglo XVIII, encontramos la figura de San Ginés con la espada en el cuello simbolizando el horrible momento de su decapitación.

Atlante

Volviendo al puerto, en Praza do Mar, podemos deleitarnos con la enorme talla de bronce Atlante, del autor Francisco Leiro. Pesa unos 20.000 kilos de peso y mide 14 metros de largo y lleva aquí tumbado mirando al cielo con la cabeza postrada en sus manos desde el año 2005.

Escultura Atlante
Escultura Atlante

Madama de Silgar

Y no tiene visos de querer levantarse, pues este lugar parece ser un sitio ideal para el ocio y el descanso, o quizá esté enamorado intentando llamar la atención de la muy cercana Madama de Silgar situada al otro lado del puerto.

Pero esta majestuosa figura postrada sobre la roca de O Cerbeiro, frente a la playa de Silgar parece estar inmersa en sus quehaceres, cuidando siempre de mantener la belleza del mar.
La Madama de Silgar, creada en 1995 por el artista Alfonso Vilar, es hoy día un auténtico emblema en el municipio de Sanxenxo.

Praia de Silgar

Por su parte, la playa dispone de unos 800 metros de longitud flanqueada por un estupendo paseo marítimo y por edificios con diversos establecimientos hoteleros y restaurantes. Un auténtico reclamo turístico que suele estar bastante concurrido en época estival.

Terminamos de rodear este arenal para salvar ahora por asfalto la Punta do Bicaño, un saliente costero que separa Sanxenxo de Portonovo.

Praia de Portonovo

Llegamos a la playa de esta última localización incorporándonos a un paseo de madera que va siguiendo el dibujo de la costa sobre la plataforma de un sistema dunar. Un entorno natural que permite alejar un poco del entramado urbano sus 600 metros de longitud.

Su extremo occidental sí conecta ya con la localidad de Portonovo, y su puerto, más pequeño que el de Sanxenxo pero también con gran repercusión al estar bien resguardado de los vientos.

Un dique y la Punta Cepelo que ahora superamos por asfalto cumplen a la perfección su función de escudo.

Miradoiro da Peixeira

Por aquí alcanzaremos el Miradoiro da Peixeira, nombre tomado de la escultura que resalta en el lugar. Es una obra creada por Alfonso Vilar en 1994 para homenajear a las mujeres que cargaban en su cabeza una cesta del pescado recogido en el puerto.

Desde aquí, las vistas a la Ría de Pontevedra no dejan indiferentes, y tampoco a la Playa de Caneliñas, que encontramos avanzando varios metros más.

Praia de Canelas

Después, callejeamos por las arterias de Portonovo para acceder al otro lado del accidente costero de Punta Seame y encontrarnos con otro apetecible arenal, el de Canelas. Sus casi 400 metros de longitud también gozan de una pequeña barrera dunar que la hacen sumirse en un entorno más natural, alejados del bullicio de la urbe.

Al oeste, el saliente de Punta de Cabicastro, por donde la Ría de Pontevedra empieza a asomar al Atlántico y lugar al que nos dirigen las señales.

En esta ocasión el camino nos permitirá encarar la orografía pegados a la línea costera, momento que aprovechamos para obtener buenas perspectivas al otro lado de la playa y donde parece haber suculentos espacios para los más atrevidos que intentan hacerse con algunas piezas de interés.

Praia de Canelas
Praia de Canelas

Este es el Sendero Litoral Canelas – Punta Cabicastro, por el que es difícil ir montados en bicicleta si paráis a realizar fotografías, ya que la pendiente dificulta arrancar. También hay zonas en las que no merece la pena jugarse el tipo y preferimos disfrutarlas caminando.

Además hay metros impracticables para las dos ruedas, como al alcanzar el hito geodésico de la punta.

Punta de Cabiscastro

Aquí hay impresionantes vistas que hacen que merezca la pena el esfuerzo, un verdadero mirador al océano del que emergen las siluetas de uno de los archipiélagos de las Islas Atlánticas.
Concretamente el que aquí vemos corresponde al formado por las Islas de Ons y Onza, siendo la primera la de mayores dimensiones, con unos 6 kms de largo por 1.300 metros de ancho.

Vistas a las Islas de Ons y Onza
Vistas a las Islas de Ons y Onza

Un auténtico bastión con gran bagaje histórico pues civilizaciones paleolíticas, romanos, vikingos, pobladores medievales e incluso piratas merodearon por estas costas.

Echamos también un último vistazo a la Ría de Pontevedra para despedirnos de ella pues nuestro camino se dirige ahora al noroeste, descubriendo ahora un nuevo mirador, el de A Pirámide.

Vistas a la Ría de Pontevedra
Vistas a la Ría de Pontevedra

Mirador de A Pirámide

Desde este obelisco cuyo origen solo parece tener la función de demarcación costera, podemos seguir obteniendo grandes panorámicas a Ons y descubrir otro intervalo de litoral, al otro lado de la Punta Sefexeiras.

Entre la orografía distinguimos el entrante costero de Poza dos Barcos, con la Playa de Paxariñas bien plantada al resguardo de su vértice rocoso homónimo (Punta de Paxariñas). Y levantando la mirada las casas de Barbeito y su playa de Montalbo.

Paxariñas

Llegaremos a esta última ascendiendo primero entre pinares por una pista asfaltada hasta la localidad de Paxariñas, para luego descender y acoplarnos al precioso Sendero litoral Paxariñas – Montalvo que cabalga a lomos de un acantilado.

A nuestra derecha, el idílico Camping Paxariñas que no se cansa de disfrutar todo el año de fantásticas vistas.

Praia de Montalvo

Es casi delito no parar aquí para deleitarnos con su estampa y sacar algunas tomas de este arenal.

Praia de Paxariñas
Praia de montalvo

Sus casi 1000 metros de orilla de aguas limpias y generalmente tranquilas rodeadas de dunas y pinares la convierten en la playa perfecta para toda la familia. Lástima que para rodearla nos tendremos que alejar de ella tomando la carretera PO-308.

Punta Montalvo

Después callejeamos por la localidad de Barbeito para ascender al acantilado que conforma el saliente de Punta Montalvo. Un pista de tierra entre helechos y toxos nos dirigirán por los últimos metros de este tramo hasta alcanzar otro estupendo balcón al atlántico.

Y volvemos a saludar a Ons, con su imán natural atrayéndonos cada vez con más fuerza. También desde aquí se vislumbran nuevos horizontes de costa, como la Playa de Major, delimitada al oeste por la Punta Faxilda.

Praia Pragueira

Continuaremos circulando por esta senda litoral que transcurre por la loma del acantilado al tiempo que vamos quitando capas de orografía que van dejando cada vez más al descubierto los arenales que nos esperan, ahora también presentándonos la Praia Pragueira.

La senda nos introduce por unos empinados y cubiertos metros que nos hacen dudar para ir con bici. Se descubre otra playa, la de Bascuas, pero preferimos evitar descender por aquí y seguir unos metros por carretera para incorporarnos luego al Sendero Litoral Bascuas – Major que flanquea la orilla.

La fina y blanca arena de Praia Pragueira parece un lugar perfecto para darse un respiro. Y lo hacemos aunque no para refrescarnos, si no para reponer energías en uno de sus chiringuitos.

Salir de Praia Pragueira es trabajo arduo. Pues va a ser que no, tenemos que continuar.

Maior

Avanzamos paralelos a la carretera PO-308 unos 900 metros hasta introducirnos en las calles de Maior, las cuales pronto nos desviarán por las pistas que acometen el monte que conforma el accidente geográfico de Punta Faxilda.

Por aquí también adivinamos un jugoso camping muy favorecido por su extraordinaria ubicación, muy cerca ya de la siguiente terraza natural al Atlántico.

Punta Faxilda

Atrás, al sur dejamos los arenales de Major, Pragueira y Bascuas y Punta Montalvo. Al norte, los acantilados (O Corveso, Punta Corbeiro) que nos esperan junto a un horizonte culminado por la península de O Grove, impaciente también de nuestra llegada.

Faro de Ons

Desde Punta Faxilda la isla de Ons va quedando también más al sur, aunque ahora parece que podemos descifrar un poco mejor su faro, situado a 128 metros sobre el nivel del mar. Fue puesto en funcionamiento en 1865, pero en 1926 se reformó para aumentar su alcance a 25 millas náuticas, respecto a las 17 que poseía anteriormente.

Panel Informativo
Panel Informativo

Esta escena natural quiere poner el broche de oro a la función regalándonos el avistamiento de un grupo de delfines. Todo un lujo que conseguimos disfrutar mientras siguen su rumbo.

Nosotros debemos reanudar el nuestro, que continúa ahora por el camino del acantilado flanqueando el saliente de O Corveso. Cuidado aquí porque la estrecha senda navega por un terreno escarpado y si no lo veis claro, lo mejor es recorrerla a pie.

Después nos introduciremos en una zona de pinares hasta una pista asfaltada que nos irá dirigiendo por una serie de fincas residenciales.

La Lanzada

Las señales nos hacen regresar a la carretera PO-308 para superar el saliente de Punta Corbeiro e introducirnos en el lugar de La Lanzada, hito que tiene mucho que ofrecernos.

En principio, a simple vista, de la propia orilla sobresale un brazo en el que se divisa una pequeña ermita y restos de antiguas estructuras que dotan a este lugar de un alto valor histórico y monumental.

Vistas de los hitos de La Lanzada
Vistas de los hitos de La Lanzada

Necrópolis, Castro y Crucero de La Lanzada

Nada más entrar al complejo, a nuestra derecha, apenas hay huella de la Necrópolis romana, en la que se han encontrado restos humanos.

Castro de La Lanzada
Castro de La Lanzada

Lo que sí se aprecia algo mejor son las bases de los muros de un antiguo Castro habitado desde el siglo VIII antes de Cristo. Parece ser que gozaba de una importante actividad comercial al encontrarse una factoría de salazón y unos almacenes entre las estancias, además de hallarse restos de otras culturas, como la egipcia o la turca.

La presencia aquí de este Cruceiro también indica que este enclave constituía antaño una auténtica encrucijada de caminos.

Al sur del castro, la Playa de Foxos, de unos 350 metros de longitud. Fue testigo de las numerosas incursiones de suevos, vikingos o piratas que sufrió el entorno en el transcurso de la historia.

Al igual que las playas que se divisan por el norte, como la de Area Gorda, Lapa o la kilométrica La Lanzada, que pronto frecuentaremos.

Playas de Area Gorda, Lapa y La Lanzada
Playas de Area Gorda, Lapa y La Lanzada

Torre de la Lanzada

Siguiendo el camino que sale del castro hacia el oeste veremos los restos de una antigua fortaleza del siglo X, construida para defender las tierras de Santiago de Compostela de las posibles invasiones vikingas.

Torre de La Lanzada
Torre de La Lanzada

Tras abandonarse en el siglo XVI apenas quedan en pie algo de los muros y parte de una torre (Torre da Lanzada).

Ermita de Nuestra Señora de la Lanzada

Finalmente llegamos a la pequeña y bonita Ermita de Nuestra Señora de la Lanzada, construida en el siglo XII en estilo románico tardío sobre los restos de otro templo más antiguo, del siglo X, quizá el que se levantó al mismo tiempo que la fortaleza.

Ermita de Nuestra Señora de La Lanzada
Ermita de Nuestra Señora de La Lanzada

En el siglo XIII, las guerras con los árabes ocasionaron grandes destrozos en la fortaleza aunque parece ser que la ermita no fue muy dañada. Por eso todavía hoy podemos disfrutar de sus elementos arquitectónicos, como la fachada principal, con un pequeño rosetón y una entrada con mochetas y tímpano describiendo un falso arco apuntado.

También destacables son el ábside semicircular y los canecillos que recorren la parte inferior de las cornisas.

El interior de una sola planta rectangular describe una bóveda de cañón apuntada. En su altar se emplaza un magnífico retablo barroco con la talla de la Virgen de la Lanzada como motivo central, y en la parte superior, San Martín de Tours a lomos de su caballo rasgando su capa para el mendigo.

Cogemos la indirecta y nosotros también montamos a lomos de nuestro caballo de pedales y dos ruedas para continuar la marcha.

Ahora disfrutaremos de los arenales de Area Gorda, Lapa y La Lanzada muy pegados a la orilla, siguiendo el fantástico paseo marítimo.

Playa de La Lanzada

Al llegar al último de estos arenales el paseo se convierte en una preciosa senda de tablas de madera colocada sobre la superficie dunar describiendo los 2,5 kilómetros de longitud de orilla.

Por aquí entramos ya en el Concello de O Grove, que puede presumir de tener una de las mejores playas de Galicia y de Europa.

Apenas lo apreciamos desde aquí, pero este complejo dunar es un istmo, es decir una estrecha franja de tierra con dos orillas: la primera perteneciente a la playa de La Lanzada al oeste y al este, la segunda, que forma parte del Espacio Intermareal Umia-O Grove, un paraje natural protegido debido a su valioso humedal y a la multitud de aves que lo frecuentan para alimentarse.

No os vamos a engañar, sentimos algo de envidia sana al no disponer de tiempo para disfrutar de este sitio. Aquí, incluso las gaviotas parecen ralentizar su vuelo para hacer la estancia más duradera.

Playa de La Lanzada
Playa de La Lanzada

Pero hay que avanzar, y lo hacemos ahora entrando en la península de O Grove siguiendo la carretera PO-317 dirigiéndonos al oeste. Esta nos brinda al poco un mirador desde el que se puede divisar prácticamente toda la dimensión que abarca de la playa de La Lanzada. Espectacular.

Después continuaremos flanqueando la Playa de Raeiros, con una extensión de 650 metros de largo y una orientación sur que permite tener la isla de Ons en el centro del escaparate marítimo.

Os Campos

La señales nos alejarán ahora de la costa para orientarnos primero por el lugar de Balea para luego hacerlo en ascenso por el lugar de Os Campos, donde encontramos señales identitarias más propias de la Galicia rural.

Imaginamos que el Padre Sarmiento iría por el litoral, pero en la actualidad hay una zona militar que ocupa parte del terreno y este tramo por el monte la evita. Afortunadamente solo serán unos 4 kilómetros y pronto nos encontraremos de nuevo descendiendo para encontrarnos ahora con las orillas más occidentales de O Grove.

Con Negro

Concretamente aterrizamos en el entorno natural de Con Negro, un espacio virgen y sosegado, cargado de vegetación costera y singulares formaciones rocosas moldeadas con el paso del tiempo, alguna de ellas presumiendo de equilibrio.

Entorno Natural de Con Negro
Entorno Natural de Con Negro

El camino sigue ahora el trazado de la ruta de senderismo PR-G 116 flanqueando de inicio la Playa de Con Negro para continuar después hacia la Playa de Aguieira, protegida al sur por su saliente homónimo y al norte por la Punta de Borreiro.

Praia de Aguieira
Praia de Aguieira

Circular por aquí resultará más dificultoso, ya que habrá tramos donde la pista estará algo movediza por la arena. Las playas de Borreiro y de Castiñeiras serán las últimas a vislumbrar de esta franja de litoral.

En la última de ellas encontraremos algunos problemas para avanzar entre los salientes rocosos, donde la marea alta nos hace coger la bicicleta a pulso en más de una ocasión.

Praia de Borreiro
Praia de Borreiro
Praia de Castiñeira
Praia de Castiñeira

Ría de Arousa

Salir de aquí también implica encarar una exigente pendiente hasta el lugar de Pereiriña para luego descender rápidamente a la cara norte de la costa, que nos presenta una nueva amalgama de playas a nuestro servicio (Playa do Carreiro) y la estampa de las primeras bateas que divisamos metidos ya en la Ría de Arousa.

Playa do Carreiro
Playa do Carreiro

A pesar del esfuerzo, la personalidad de O Grove nos está cautivando con su pintoresca y quebrada orilla, cargada de pequeños islotes rocosos, salientes y entrantes costeros pulidos por la erosión que se intercalan entre los intermitentes arenales.

Un hermoso paseo costero

Desde la Playa do Carreiro tomamos un carril de tierra para progresar hacia el este y dar con la preciosa y escondida arena de Barreiriño. Y contigua a ella Barcela, cuyo saliente homónimo parece tirar de ella hacia el mar como punta una de flecha.

Praia de Barreiriño
Praia de Barreiriño

Justo después accedemos a Area Grande, con unos 300 metros de longitud flanqueados de pinos y algunos eucaliptos. Desde luego aquí nadie debería quejarse por falta de oferta de playas.

Y tras Area Grande, Piñeirón, donde la pista desaparece por momentos en la arena. Cuanto más vamos descubriendo, más claramente llegamos a la conclusión de que estos tramos de camino se disfrutan mucho mejor haciéndolos a pie.

Praia de Piñeirón
Praia de Piñeirón

Cuando no se puede rodar, no tenemos inconvenientes en bajar de la bici pero sí es verdad que a estas alturas de la etapa empieza a minar un poco la moral.

Laguna de Bodeira

A la altura de la Playa de Mexilloeira se encuentra la Laguna de a Bodeira, un área de agua dulce provocada por la orografía del terreno y los aportes de distintos cursos de agua. Es una reserva natural protegida pues son numerosas las especies de animales que aprovechan sus recursos.

Laguna de Bodeira
Laguna de Bodeira

Las señales hacen un pequeño paréntesis de litoral llevándonos por el lugar de A Gandariña para luego regresar a él por la Playa de Reboredo. Otro precioso entorno, algo más angosto, que ahora mira al oeste al cobijo de los pinares.

Punta Moreiras y su Conjunto Escultórico

Nosotros nos dirigimos al norte, hacia la Punta Moreiras, donde se encuentra un conjunto de esculturas al aire libre.

Son diferentes tallas de piedra creadas por la Escuela de Canteros de Pontevedra y colocadas aquí en el año 2014. Todas sus figuras están vinculadas al mar y como no, orientadas hacia él, como rindiendo homenaje al lugar del que fueron inspiradas.

Bonitos atardeceres se ven desde esta ubicación de la ría.

Cerca también se emplazan antiguas Fábricas de Salazón hoy convertidas en Museo.

Rodeamos ahora toda la Punta Moreiras para pasar a su flanco oriental y transitar el entrante costero que conforma con la orilla opuesta. Una pequeña pasarela nos permite cruzar al otro lado para progresar por una pista de tierra donde sobresalen relieves rocosos que dificultan la circulación.

Vertiente oriental de Punta Moreiras
Vertiente oriental de Punta Moreiras

Quizá estén ahí para contemplar estas aguas cristalinas con más calma. Desde luego bien lo merecen.

Aguas de O Porto de Meloxo
Aguas de O Porto de Meloxo

La pista mejora en las inmediaciones de la Playa de Lavaxeira, donde apenas nos detenemos para continuar hasta el lugar de O Porto de Meloxo. Desde aquí oteamos toda la línea costera que acabamos de atravesar aderezada por las embarcaciones que fondean en las inmediaciones del puerto de esta localidad.

Vistas desde O Porto de Meloxo
Vistas desde O Porto de Meloxo

Precisamente rondaremos por las instalaciones de este complejo que tiene anexa su playa homónima (Playa de Porto Meloxo) para salir de la urbe por la carretera EP-9107.

O Grove

No tardaremos mucho en llegar a O Grove por su Ensenada O Esteiro, donde nos incorporamos a un cómodo carril bici que va perfilando el paseo marítimo y que nos va dando visos de la tradición pesquera y marisquera de la urbe.

Ensenada de O Esteiro
Ensenada de O Esteiro

Y es que además de hermosos espacios naturales donde darte un chapuzón, O Grove también puede presumir de una excelente gastronomía basada en el pescado y el marisco.

Isla de la Toja

Además, muy cerca se emplaza la Isla de la Toja, a la que se accede por un puente de hormigón construido entre 1909 y 1914. La isla es famosa por sus aguas termales que aprovechan los complejos hoteleros por medio de balnearios.

Puente de La Toja
Puente de La Toja

No habría estado mal terminar la etapa en uno de ellos, pero por miedo a relajarnos demasiado, mejor finalizar en Ardia, a poco más de 1 kilómetro de aquí. Mañana seguiremos descubriendo esta maravillosa Comarca de Salnés.

Hasta la próxima!

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