15 · SAN ROMÁN da RETORTA – SALCEDA
Etapa de transición en la que, una vez llegados a Melide, finalizaremos el Camino Primitivo para realizar por el Camino Francés lo que nos resta hasta Santiago.
La presencia de peregrinos es cada vez más palpable como también lo son los bellos senderos emboscados caracterísiticos de este itinerario que bien nos viene para protegernos del sol.
Una etapa rompepiernas, de perfil gallego, con agradables encuentros que la ensalzan todavía más.
Variante de la Calzada Romana XIX
Partimos de San Román de Retorta tomando una alternativa al Camino Oficial. Esta variante es un poco más corta que la oficial y quizá más fácil al transcurrir mayoritariamente por pistas de tierra. Está muy bien señalizada y ha sido reconocida igualmente como trazado oficial. Por estos senderos discurría una antigua vía imperial romana, la calzada XIX recogida en un documento llamado itinerario de Antonino del siglo III donde se recogían las rutas del Imperio Romano.
Ascenso al Monte de Arneiro
Ascendemos el Monte de Arneiro por esta tranquila pista para después realizar el agradable descenso hasta la pequeña población de Burgo de Negral.
No vamos a engañarnos, el inicio de esta etapa es típicamente rompepiernas. En Vilacarpide coronamos esta cuesta, y poco después tendremos que bajar el valle de Riego de Bieita para volver a subir hasta Pacio.
En el camino, no siempre reina la paz. Más de un susto nos hemos llevado con los perros, sobre todo con aquellos que están sueltos y van corriendo a tu lado intentando morder tus tobillos. Afortunadamente, hasta la fecha no hemos tenido que lamentar ningún incidente.
El trayecto continúa el asfalto por una carretera local que va introduciéndonos en el Concejo de Palas de Rei. Por aquí atravesamos la aldea de A Covela, un buen lugar donde los peregrinos pueden tomar un refrigerio.
Ponte Ferreira
Junto a esta alegre actividad peregrina llegamos a Ponte Ferreira, lugar en el que se une esta variante romana con el trazado oficial, y en donde hay un puente medieval que sustituye al antiguo puente romano, llamado Martiae construido para la calzada romana que unía poblaciones del noroeste de la península entre Lugo e Iria Flavia.
Despedimos este histórico lugar con una fuerte subida que conecta con otra carretera local.
Ascenso al Alto de Laboreira
El irregular perfil nos mete de lleno en el ascenso al Alto de Laboreira, que resolvemos sin dificultades, y poco después atravesamos un bonito sendero de bosque autóctono.
Tras A Laboreira y la aldea de Bouzachás nos espera el bonito rincón de San Jorge de Aguasantas, donde el peregrino puede disfrutar de un descanso en su merendero que dispone de una fuente y una talla actual de Santiago.
San Jorge de Aguasantas
Transitamos los senderos de las inmediaciones del río Merlán disfrutando de la compañía de una pareja de peregrinos que llevaban un buen ritmo. Compartir batallitas del camino con ellos en aquel del entorno emboscado fue una agradable experiencia.
Encarando la Sierra de Careón
Pero pronto tendríamos que separarnos, la ascensión a Hospital das Seixas por la Sierra de Careón era el último escollo a superar antes de llegar a Melide, así que tuvimos que imprimir algo más de ritmo.
Un llamativo mojón jacobeo nos introduce en Hospital das Seixas, pero no nos detendríamos en esta población ya que íbamos algo retrasados de tiempo en nuestro plan de etapa.
Por esta Sierra de Careón pasaremos de la provincia de Lugo a la de La Coruña y en el descenso ya puede apreciarse a lo lejos el pueblo de Melide.
El asfalto se torna a pista de tierra donde las flechas amarillas circulan ahora por sendas de ganado que atraviesan poblaciones como Vilouriz o Vilamor y que nos aproximan cada vez más a Melide.
En Vilamor, damos una visual a la pequeña parroquia de Santo Estevo.
En poco tiempo, pasamos del concejo de Toques al de Melide, a cuya población ya solo llegaremos por pista de asfalto. Mientras avanzamos vamos atravesando pequeñas aldeas con fincas residenciales muchas dedicadas a la agricultura y ganadería.
Una de las aldeas se llama curiosamente Compostela. Quizá es que estemos cerca ya de Santiago. Las ganas de llegar a Melide para conectar con el Camino Francés y poder coincidir con el hermano de Sandra ya se notaban en el ánimo.
Un ansiado reencuentro que no duraría mucho ya que nosotros teníamos que continuar y Miguel descansar. No obstante, cambiamos impresiones del camino recorrido y terminamos brindando por ello.
Melide
Iglesia de Santa María de Melide
Por segunda vez, volvemos a pisar el Camino Francés, con ganas de disfrutarlo. Y empezamos con la Iglesia románica de Santa María de Melide de finales del siglo XII, un Monumento Nacional de una sola nave que termina en un ábside semicircular.
A ambos lados de la portada románica se añadieron dos sepulcros góticos. En los capiteles de las columnas vemos motivos vegetales y otros iconográficos simbolizando pecados del hombre.
La iglesia conserva su altar original y las pinturas murales de la bóveda del ábside son del siglo XVI, donde se representa una Trinidad. A los lados de la ventana se muestran varios Santos.
Por último, la pila bautismal y el enrejado que hay en la capilla también son románicas, siendo la última la única reja románica que se conserva en Galicia.
Tras avituallarnos de agua en este antiguo lavadero surcamos aldeas como O Carballal y acto seguido nos introducimos en los inconfundibles senderos en los que el eucalipto empieza poco a poco a tomar protagonismo.
Paso por el Río Catasol
Un trayecto que desemboca en una estampa muy fotografiada del camino Francés, la correspondiente al cruce del río Catasol por el puente de piedra.
Reemprendemos la marcha por estos bosques donde el tranquilo silencio de la naturaleza solo se ve interrumpido por el rodar de nuestras bicicletas y las pisadas de los peregrinos a pie. Y aunque las sombras nos protegían del sol, era indudable que el calor se respiraba en el ambiente. Así, en A Peroxa, volvemos a reponer agua en una estratégica fuente.
Iglesia de Santiago (Boente)
Poco después, entramos en Boente donde encontramos la Iglesia de Santiago. Este templo tiene orígenes románicos, del siglo XII, aunque posteriormente sufrió una reconstrucción en el siglo XIX. La imagen de Santiago Paregrino también es del siglo XIX.
Tras Boente nos espera una buena subida y en ella advertimos la sustitución de unos de los mojones que años atrás estaba en un lamentable estado.
Tras el ascenso llaneamos por asfalto entre aldeas como Pedrido o Río hasta llegar al área de descanso del río Ribeiral donde paramos a observar el devenir peregrino.
El perfil rompepiernas vuelve ascender hasta Doroña y en este trayecto topamos con Daniel, otro bicigrino que nos acompañará parte de esta etapa hasta Ribadiso y parte de la siguiente hasta Santiago.
Ribadiso
Ribadiso se presenta ante nosotros como un pequeño oasis. Las aguas de su río Iso se hacían irresistibles ante el calor reinante.
Puente Medieval
Un baño con la historia, ya que por su Puente medieval con de orígenes romanos pasaba la vía que comunicaba Lugo con Santiago de Compostela.
Arzúa
Tras la subida por el valle del río Iso transitamos paralelos por un carril a la carretera N-547 hasta llegar a Arzúa. Muchos peregrinos que decidieron no terminar esta etapa en Ribadiso lo hacen finalmente aquí.
Capilla de la Magdalena
Nuestra parada en Arzúa fue para almorzar y volver a ver la Capilla gótica de la Magdalena del siglo XIV que perteneció a un convento de frailes Agustinos.
La hora de la siesta la aprovechamos para seguir pedaleando. Parecía que a esas horas, los caminos estaban abiertos solo para nosotros.
El trayecto es un ir y venir de pequeñas aldeas que se van sucediendo a medida que vamos dejando atrás frondosos bosques, algunos de ellos encajonados por la vegetación. Es fácil dejarse embaucar por este recorrido por donde parece que no pasa el tiempo.
Agradecemos que los últimos 10 kilómetros de esta etapa sean bastante llevaderos, sin apenas desniveles lo que nos permite saborear aún más este entorno.
Salceda
Atravesamos las últimas aldeas de la jornada antes de llegar a nuestro destino de hoy, Salceda, donde descansaremos en un Albergue Turístico, no muy apartado del camino oficial.
Aquí, poco tiempo para más, deseando llegar a la habitación para dar descanso al cuerpo antes de afrontar nuestra última etapa.