CHORROS de JOYARANCÓN – RIVERA de ALÁJAR
Regresamos al Parque Natural de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche, en Huelva, para descubrir nuevos espacios naturales comprendidos entre las poblaciones de Santa Ana la Real, Castaño del Robledo y Alájar.
En esta ocasión conoceremos en primer lugar la cascada de los Chorros de Joyarancón, un salto de agua de más de 15 metros de altura que se ha convertido en uno de los entornos más fotografiados del lugar.
Después, la ruta afronta las estribaciones orientales de la Sierra de los Palos Altos y de la Loma del Carquesal hasta llegar a Castaño del Robledo.
Este histórico pueblo y su preciosa ruta que viene a continuación hasta la Peña de Arias Montano ya los conocimos tras realizar la primera etapa del Desafío Patanegra que os recomendamos en los enlaces algo más abajo.
Tras Alájar tomamos un agradable sendero comprendido entre las Riveras de Alájar y de Santa Ana en el que atravesaremos diversas dehesas, arroyos y pequeñas aldeas.
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Santa Ana La Real
¡Hola amig@s!
Nos encontramos en Santa Ana la Real, provincia de Huelva. Hoy compartimos ruta con nuestros amigos Nuria y Miguel para descubrir algunos rincones de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche.
Ya de entrada en la localidad nos sorprenden los grafittis de animales del artista Isaac García y la Fuente de los Tres Caños, construida a principios del siglo XX.
Una sierra para desafiarla
¡Hola amig@s!
Desde Santa Ana la Real también se inicia el DESAFÍO PATANEGRA, una ruta que os recomendamos para conocer esta magnífica sierra.
No obstante luego haremos referencia a ella ya que transitaremos por algún tramo de su primera etapa.
La Presa
En principio salimos de Santa Ana por el Barranco de La Presa donde un pequeño arroyo desciende desde los cerros situados al norte para nutrir las huertas del núcleo de casas que toma el nombre del curso de este agua.
La aldea apenas cuenta con 20 casas lo que hace que la atravesemos rápidamente por su calzada empedrara. En un corto pero exigente repecho llegamos a la carretera HU-8105 que cruzaremos con precaución para incorporarnos a la pista de tierra del otro margen.
Por aquí seguimos ascendiendo con energía unos metros más, y lo hacemos con tanto brío que pillamos desprevenido a este rebaño ensimismado en sus labores.
Descenso por el Barranco de los Casares
Culminamos esta subida para comenzar a descender hacia el Barranco de los Casares por un firme algo incómodo entre cantos rodados.
La Sierra de los Cuchareros se deja ver al este entre el fantasmagórico aspecto que los castaños muestran a finales del invierno.
Acompañándolos están los alcornoques, desnudos por su parte inferior tras la saca del corcho. Y jalonando los caminos nos dirigen los muretes de piedra, otra función que comparten con ciertas balizas de señalización.
Barranco del Negrito
Justo después de salvar el Barranco de los Casares le sucede otro llamado del Negrito, donde la vegetación de ribera compuesta por otras especies arbóreas caducifolias como álamos, chopos y fresnos nos dan pistas del curso del agua.
También un puente de madera, el del Negrillo, al que no tardaremos en llegar.
Chorros de Joyarancón
Tras salvar el arroyo continuamos por el sendero hacia el Castaño del Robledo unos 200 metros para tomar luego una bifurcación al noroeste.
Por este ramal accederemos unos 300 metros más tarde a uno de los lugares más pintorescos de esta sierra que, a medida que nos acercamos, nos da pistas del contenido gracias a su murmullo de agua.
Se trata de los Chorros de Joyarancón, un salto de agua de más de 15 metros de altura al que estamos deseando acercarnos. No es una cascada de cola ancha, aunque en época de lluvias más generosas sí que se puede encontrar algo más cuantiosa que la hoy nos recibe.
Pero también nos vale, ya que nos encanta ver su recorrido, sorteando la orografía para caer en una poza que con otras temperaturas quizá habríamos probado. Finalmente, el agua se derrama hacia el valle para ir en busca del Barranco del Negrito.
Muy cerca la naturaleza se mezcla con la cultura y la actividad física. Un intercambiador de libros se convierte en otro aliciente más para dar un paseo con el que acercarse a este lugar.
Ya sabéis, si queréis ver los Chorros de Joyarancón corriendo alegres, evitad venir en época estival.
Regresamos a la senda que nos lleva al Castaño del Robledo.
Ascenso exigente al Castaño del Robledo
La ruta afronta ahora las estribaciones orientales de la Sierra de los Palos Altos y de la Loma del Carquesal, dirección norte, en la que tanto senderistas como ciclistas deben superar pendientes que pueden llegar hasta el 15% de inclinación.
La ganancia de altura va dejando también a la vista poblaciones como Cortegana.
Castaño del Robledo
Y tras unos 2,5 kms por este intervalo llegamos a Castaño del Robledo por el sur de la localidad.
Nos recibe su cementerio y próximo a él la Ermita del Rosario, construida probablemente en el siglo XVIII. Su interior alberga una bonita imagen de la Virgen a la que rinde honores.
Desde esta posición también apreciamos otros templos de culto de la localidad, como son la Iglesia Inacabada o la Iglesia de Santiago el Mayor.
Os animamos a ver la primera etapa del Desafío Patanegra para conocer un poco más sobre ellas y sobre el siguiente sendero que parte desde algo más arriba del Ayuntamiento, al que ahora nos dirigimos.
Entre alcornoques y castaños
El tramo que ahora acometemos nos introducirá en un bonito tramo ascendente entre buenos ejemplares de alcornoques y castaños por la ladera suroeste del Cerro el Castaño y el Puerto de Galaroza.
Después continuará su periplo descendiendo por el Barranco de Valle Peral hasta llegar a la Peña de Arias Montano, un lugar emblemático embellecido en el siglo XVI por el erudito, políglota y humanista Benito Arias Montano.
Peña de Arias Montano
Aquí encontraréis por un lado, la Espadaña y Garitas que miran al pueblo de Alájar desde un fantástico mirador.
Por otro lado, el Santuario de Nuestra Señora Reina de los Ángeles, construido en el siglo XVI aunque sufrió reformas y restauraciones en el siglo XVIII.
De nuevo os recomendamos ver el vídeo de la primera etapa del Desafío Patanegra para conocer más detalles de este lugar puesto que coincide con el tramos que nos llevará hasta Alájar.
Por la Rivera de Santa Ana
A partir de esta localidad, tomaremos la senda que transcurre en principio paralela a la Rivera de Alájar entre suaves perfiles adehesados.
A esta rivera van a parar los cursos de agua de diferentes barrancos, como los de Valle Peral y el de la Tejonera, este último a sortear con precaución por las piedras.
El Cabezuelo
También surcaremos pequeñas aldeas, como El Cabezuelo, donde a pesar del paso del tiempo sus casas rústicas se presentan bien conservadas y encaladas, y continúan manteniendo vivas las tradiciones, como la celebración de las Cruces de mayo.
Olivos, frutales y pequeñas huertas engalanan las parcelas aledañas a esta aldea presentando entretenidos y bucólicos escaparates.
Después, el sendero continuará progresando entre muros de piedra para dar paso a nuevas fincas adehesadas, mayoritariamente dominadas por los alcornoques.
También se deja ver alguna manifestación ganadera, como esta con preciosos ejemplares de vaca blanca tipo charolesa.
Tras estas estampas rurales avanzamos por las ruinas de viejos caserones para seguir dirigiéndonos hacia el oeste, entre las sierras de la Giralda y el Pico al sur, y la de los Cuchareros al norte.
Rivera de Santa Ana
Finalmente atravesamos la zona del Puerto de la Palanca para ir adentrándonos en la Rivera de Santa Ana.
Una vez crucemos el río por el puente de madera solo nos restan dos kilómetros para llegar a Santa Ana la Real, remontando el Barranco de la Presa y disfrutando de viejos molinos de cal que encontraremos a nuestro paso.
Y nada más amigos, hasta la próxima!